Bosques de la Era Carbonífera Características Tipos de Árboles

LOS BOSQUES EN LA ERA CARBONÍFERA - TIPOS DE ÁRBOLES Y ESPECIES DE INSECTOS

Cada paso en el desarrollo de la vida en los mares parece haber estado dominado por un grupo bien definido de animales; primero, seres unicelulares, después medusas, posteriormente moluscos y crustáceos y, finalmente, peces.

En otro post publicaremos un patrón semejante que surge sobre la tierra donde los insectos y anfibios, reptiles y mamíferos, ocuparán, cada clase en su oportunidad, el centro de la escena.

Lo mismo ocurre en la historia de la vida vegetal.

Antes de hablar de los bosques, indicamos las etapa de la era paleozoica, porque el tema que trataremos se desarrolla en el período carbonífero, hace unos 360 millones de años.

El período Carbonífero, que se sitúa al final de la era paleozoica, debe su nombre a unos enormes depósitos de carbón subterráneos que datan de este período.

Creados a partir de la vegetación prehistórica, la mayoría de estos depósitos se encuentran en determinadas partes de Europa, América del Norte y Asia.

Etapas de la Era Paleozoica

era paleozoica

• ►Sobre la formación del carbón:

en ese período grandes extensiones del planeta estaban cubiertas por una vegetación abundantísima que crecía en pantanos.

Muchas de estas plantas eran tipos de helechos, algunos de ellos tan grandes como árboles.

Al morir las plantas, quedaban sumergidas por el agua y se descomponían poco a poco.

Al descomponerse, la materia organica liberaba oxígeno e hidrógeno, por lo que el depósito quedaba con un alto porcentaje de carbono.

Durante mucho tiempo ese depósito fue cubierto de arena, lodo y otras capas terrestres, producto de los movimiento de la corteza.

Ese carbono sometido a presión durante millones de años se endureció para formar el carbón, que se ha utilizado masivamente como combustible desde la revolución industrial.

• ►Bosque era carbonifera

bosque era carbonifera

¿Cómo se formaron los bosques?

Hace más de 400 millones de años, las plantas y los artrópodos antiguos empezaron a ocupar la tierra firme.

Durante los período siguientes evolucionaron y se adaptaron a su nuevo habitat. Los primeros bosques estaban formados por helechos enormes con forma de árbol, musgos y otras plantas más pequeñas.

Durante el Paleozoico aparecieron las gimnospermas, plantas vasculares con semilla y hacia el período Triásico comenzaron a dominar los bosques terrestres.

Luego se sumaron a aquellas las plantas con flores o angiospermas.

Las glaciaciones cambiaron otra vez el paisaje y los bosques tropicales que habían predominado fueron cambiando y se extendieron los bosques templados.

Los bosques ocupan hoy cerca de un tercio de la superficie del planeta y han sido durante miles de años fuente de abrigo, alimento y energía para el ser humano.

Sin embargo, en nuestros días sufren diversas amenazas que los hacen vulnerables.

Posiblemente, las primeras plantas que crecieron con sus raíces en la tierra, hace unos 300 millones de años, fueron algo así como algas marinas, que vivieron en las costas entre los límites de la alta y baja marea.

Hasta que los vegetales no lograron una estructura fuerte y leñosa como para soportar su peso y una organización de finos tubos capilares como para conducir el agua desde el suelo hasta la hoja más alejada, no pudieron desarrollarse lejos de las costas, tierra adentro.

Plantas semejantes a helechos crecieron hace alrededor de 50 millones de años, antes que aparecieran las primeras coniferas, y aún siguió otro largo período hasta que se originaron las primeras plantas con flores.

A pesar de que los científicos modernos han identificado, y aun descripto, más de 400 especies diferentes de helechos que datan del período carbonífero, no cabe duda que los bosques de aquella lejana edad eran marcadamente monótonos en su apariencia.

La naturaleza no había logrado aún producir la gran diversidad de vegetales.

Continuaba todavía sus experimentos con heléchos, liqúenes y algas, muchos de los cuales, en tamaño reducido, son familiares a nosotros hoy, y los botánicos los clasifican en el gran grupo de criptógamas o esporofitas.

En primer plano, a la derecha, hay lepidodendros, que deben su nombre a las escamas de sus troncos.

A la izquierda, hay una variedad de sigilarías, cuyo nombre proviene de las impresiones uniformes en forma de sellos o sigillum que cubren el tronco y que resultan de la inserción de las hojas en el tallo.

A lo largo de todo el período carbonífero, cuando los bosques de este tipo cubrieron gran parte de los terrenos secos, la corteza de la Tierra era aún inestable, con constantes movimientos de elevación y depresión.

Debido a éstos, los bosques con sus grandes plantas quedaron sepultados y aplastados por una gran cantidad de agua y barro.

Cuando los terrenos se elevaban nuevamente, otro gran bosque crecía con lentitud sobre el que estaba debajo, pero sólo para ser sepultado a su vez.

Así, por un largo y lento proceso de endurecimiento, grandes masas de materias vegetales se fueron convirtiendo en carbón, que el hombre ahora extrae de las entrañas de la Tierra, y el cual, al ser quemado, libera la energía solar almacenada durante tanto tiempo.

Cuando no había tormentas que rugían o vientos que soplaban, los bosques del período carbonífero eran bosques silenciosos.

No había aún pájaros que cantaran ni grandes animales que pisaran ruidosamente las malezas.

Libelula gigante del periodo carbonifero

libelula gigante del periodo carbonifero

El único sonido era el zumbido de gigantescas libélulas, que tenían alas que medían 65 cm. de envergadura; los insectos, la clase más numerosa que hoy habita la Tierra, fueron los primeros en aparecer sobre la misma.

Pero el mundo de estos seres, tan rico y variado hoy, consistía entonces en unas pocas especies diferentes.

En la última parte del período carbonífero tuvieron lugar, todavía, grandes cambios.

Seres de una clase completamente distinta (quizás eran descendientes remotos de los extraños peces con pulmones) aprendieron a vivir parte de su existencia en el agua y parte en la tierra.

Estos anfibios, parientes de las ranas y sapos de hoy, fueron los precursores de muchos extraños y alguna vez temidos seres que poblaron la Tierra en épocas posteriores.

Bosque Periodo Carbonifero

bosque periodo carbonifero

En este período también crecían anfibios en tamaño y diversidad. Eran especies depredadoras parecidas a los cocodrilos de la actualidad. Armados con peligrosas dentaduras, podían medir cerca de seis metros de longitud. Algunos anfibios desarrollaron una piel más dura y escamosa que les permitía aguantar más tiempo fuera del agua sin resecarse demasiado.

PARA SABER MAS...

Período carbonífero: El nombre del período se debe a la formación de grandes depósitos de carbón y hulla que provenían de los exuberantes bosques sumergidos en esa época.

Los bosques cubrieron incontables superficies del globo, favorecidos por la uniformidad del clima y la humedad del suelo.

La atmósfera, que contenía grandes cantidades de vapor de agua de gas carbonífero, se fue enriqueciendo con el oxígeno que desprendían las plantas, substituyéndolo por los dos elementos antes mencionados.

La humedad del suelo se concentraba en estanques y lagunas que, al igual que los terrenos pantanosos, eran enriquecidos por la abundancia de lluvias.

Los árboles del período (muy poco parecido a los actuales) se distinguían por su gran talla.

Las criptógamas vasculares, que carecían de flores, eran uno de los grupos más importantes.

Se desarrollaron de manera sorprendente los heléchos arborescentes, que llegaban a 20 metros de altura.

Las licopodiáceas superaban a veces los 30 metros, al igual que los lepidodendros, las sigilarías y las calamitas (parecidas a las actuales colas de caballo): También las cordaitas (que desaparecieron al finalizar la era primaria) alcanzaban de 20 a 30 metros de altura.

En estas densas selvas, cuyos suelos se iban enriqueciendo constantemente de humus, aparecieron numerosas variedades de insectos.

Había algunos que se asemejaban a las actuales libélulas, pero de gran tamaño, ya que algunas llegaban a medir hasta 60 centímetros de largo, y otras especies superaban el medio metro de envergadura.

En las zonas menos húmedas se reprodujeron con facilidad asombrosa insectos como los termitos, cuyas costumbres actuales son las mismas que las que practicaron desde sus orígenes.

La cucaracha es uno de los termitos más antiguos y más reacios a padecer cualquier tipo de transformación o de cambio.

De esa época datan algunos insectos parásitos de los árboles primitivos a los cuales fijaban sus trompas para poder succionar la savia.

Los grillos, los saltamontes y langostas de las montañas aparecieron también en esa época, junto a numerosas especies de insectos de grandes alas. Los anfibios hicieron su aparición por primera vez en este período.

Ello significó una superación de la etapa anterior, en la que los peces podían adaptarse tanto a la respiración acuática como a la aérea.

Los anfibios son acuáticos en la primera etapa de su vida, para, ya en la edad adulta, convertirse en terrestres.

Las metamorfosis que experimentaron estos animales se conocen no sólo por su persistencia en los actuales batracios, sino porque su historia vital está documentada paso por paso en los esquistos de hulla de las minas de Commentry, que contienen los fósiles (su huella en el material) de miles de ejemplares.

Fuente Consultada:
Sitio WEb Wikipedia
El Triunfo de la Ciencia Bosques en el Carbonífero Tomo III Globerama Edit. CODEX


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