Dieta de Worms Rey Carlos V Condena Reforma Protestante de Lutero

Objetivos de la Dieta de Worms - Rey Carlos V - Reforma Protestante de Lutero

La Dieta de Worm fue una reunión de la Dieta del Sacro Imperio Romano en Worms, en Alemania, en 1521, ante la cual compareció el reformista religioso Martín Lutero para defender sus opiniones.

El papa León X, había rechazado y condenado cuarenta y una proposiciones para una reforma de la Iglesia en junio de 1520, pero esto no impidió a Lutero escribir y publicar trabajos que criticaban ferozmente al Estado Pontificio.

El 1º de enero de 1521, León X expidió una bula que excomulgaba a Lutero.

Añadiremos que, en consecuencia, fue promulgado un decreto condenatorio de las nuevas doctrinas.

La nueva Biblia Iraducida por Lutero ayudó grandemente a la propaganda de sus doctrinas, sin que las medidas adoptadas por los católicos pudieran cohibirlas ni impedir el arraigo de la nueva religión en muchas partes.

Algunos príncipes alemanes y los soberanos de Austria, Francia y de otros países, hicieron lo posible para suprimirla, incluso llegando hasta las persecuciones.

A imitación de Lutero, los sacerdotes de Sajonia y Suiza tomaron también esposas, y en Alemania llegaron a abandonar los monjes sus monasterios.

La agitación crecía, y en 1525 el elector de Sajonia Felipe, conde de Hesse, y el duque de l'nisia, Alberto de Brandeburgo, abrazaron públicamente el luteranismo, siguiéndoles muchas ciudades y Estados que se acogieron total o parcialmente a las nuevas doctrinas.

Ante el cariz de los acontecimientos, se propuso por las autoridades la reunión de un concilio en Alemania y la celebración de una Dieta en Espira (Baviera). Esta asamblea, celebrada primeramente en 1526, dictó un acuerdo dilatorio, pero en 1529 decretó medidas que se oponían al desarrollo de la religión reformada.

Sus partidarios entonces formularon públicamente una protesla contra aquel acuerdo, de donde les vino el nombre de protestantes a los profesantes de las nuevas doctrinas. Los príncipes de Hesse, Sajonia y los de otras ciudades siguieron adheridos a las recientes creencias y hasta formaron una alianza defensiva.

¿QUIEN FUE MARTÍN LUTERO?
Martín Lutero:
Nacido en 1483, Martín Lutero pasó tres años en un monasterio agustino antes de su ordenación en 1507.

En 1510 visitó Roma, donde fue testigo directo de la práctica de vender indulgencias para financiar la construcción de la basílica de San Pedro.

La venta de indulgencias era una de las prácticas más polémicas de la Iglesia y muchos reformadores la consideraban ofensiva.

La doctrina religiosa se centraba en parte en la creencia de que el hombre solo podría entrar en el paraíso si se arrepentía de sus pecados.

El arrepentimiento en sí era un estado personal e interno y se demostraba al mundo exterior mediante la realización de buenas acciones y obras caritativas.

El concepto de la indulgencia se ideó para conceder a las personas la oportunidad de comprar obras buenas y caritativas realizadas por el clero como prueba de su arrepentimiento.

Ello permitía a la Iglesia recaudar grandes sumas de dinero con las que autofinanciarse y financiar sus funciones, y a los pecadores pecar y comprar el perdón.

Cuando Lutero regresó a Wittenberg empezó a desarrollar su argumento teológico contra las indulgencias, que expuso en público por primera vez en 1517.

lutero

DESARROLLO DE LOS ACOTENCIMIENTOS HISTÓRICOS

Un Duro Momento en la vida de Lutero:

El Papa después de tres años de discusión, vió que no era posible convencer a Lutero y pensó hacerle callar por la fuerza una vez que no había logrado hacerlo por sus argumentos.

En 1520 lanzó al mundo la bula de excomunión condenando 41 de las tesis de Lutero y ordenando a todos los magistrados que si no se retractaba dentro de sesenta días, que le prendieran y le entregaran a Roma.

Durante los tres años de discusión grandes masas del pueblo y muchos de los príncipes alemanes habían reconocido en Lutero a aquel que podía salvarles del yugo y de la corrupción de Roma.

Así no tenía él porque temer. Publicó un folleto contestando lo que él llamaba «la bula del anticristo» y el 10 de Diciembre de 1520, en la plaza principal de Wittenberg, ante una asamblea compuesta de profesores de la universidad, estudiantes y otras muchas personas, quemó la bula con el libro de la ley canóniga y otros libros romanistas.

Por este tiempo después de muchas negociaciones diplomáticas, fue aceptado como emperador de Alemania, el rey español, con el título de Carlos V.

Era éste un joven monarca enérgico y desapasionado y algunas veces en esta época bastante transigente en cosas religiosas. Al subir al trono imperial vio con alarma que una gran parte de sus súbditos habían aceptado la doctrina de Lutero y que el Imperio estaba en graves dificultades con el Papa como consecuencia.

En la esperanza de arreglar algo, intimó a Lutero a que compareciese ante la dieta de Worms, bajo su protección.

Este obedeció y durante su viaje que hizo en un carro abierto de campesinos, fue predicando en todos los pueblos que halló a su paso, siendo recibido por grandes muchedumbres que se llenaron de entusiasmo por su causa.

La víspera de su llegada a Worms un canciller del príncipe Federico, su amigo, le recordó el fin trágico de Juan Huss quien también había confiado en la palabra de honor de un emperador y sin embargo había sido quemado vivo.

A esto contestó Lutero «Huss ha sido quemado pero no la verdad con él. Iré aunque se dirigiesen contra mí tantos demonios como tejas hay en los tejados.»

Al llegar a Worms se presentó ante la dieta, compuesta por el mismo emperador y sus ministros, altos prelados, sacerdotes, nobles y príncipes del imperio y doctores de las universidades. Le mostraron sus libros y le preguntaron si los reconocía como de su propiedad. A esta pregunta les contestó que sí.

En seguida le leyeron algunos pasajes de estos mismos libros y le preguntaron si se retractaba de lo escrito.

La presencia de tantas altas personalidades en la asamblea, hizo desfallecer un tanto el carácter enérgico de Lutero, quien al oír la tremenda pregunta que le hicieron, pidió un día de plazo para contestarla.

Este día lo pasó en oración en su cuarto pidiendo que Dios le diera poder para confesar su error, si había error en él, o para mantenerse firme, si lo que había dicho era verdad.

Al comparecer nuevamente ante el tribunal al día siguiente y al repetírsela la pregunta, contestó que no se retractaba mientras que no se probase con argumentos basados en las Sagradas Escrituras o en rigurosa lógica, que sus doctrinas eran falsas.

Al exigirse una respuesta final y categórica, acerca de su retractación, dijo que su conciencia no le permitía retractarse. «Aquí estoy, no puedo obrar de otra manera, ampáreme Dios, Amén.»

Salió en seguida de la asamblea sin que fuese molestado y luego emprendió camino para Wittenberg bajo el mismo salvoconducto del emperador, mientras que este en consejo de ministros acordó ponerle bajo el bando del imperio.

Mientras Lutero seguía su camino para Wittenberg se encontró con un escuadrón de caballeros que le apresaron y le llevaron a Wartburgo, castillo inexpugnable de la Turingia.

Estos fueron de sus mismos partidarios que se valieron de este acto para ponerlo en seguridad.

Allí pasó un año, tiempo que empleó en hacer una traducción del Nuevo Testamento al alemán.


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