Accidente en Monza de Fangio en 1952

Idolos del Deporte Argentino Accidente de Fangio en Monza en 1952

Juan Manuel Fangio (1911-1995)

FANGIO SALVA SU VIDA MILAGROSAMENTE: Los primeros meses del año 1952 fueron de una intensa actividad para el nuevo campeón mundial.

El 13 de enero ganó en Interlagos y en el gran premio Quinta da Boa Vista, ambos de Brasil; en febrero obtuvo la concesión de Mercedes Benz; el 9 de marzo, en la Argentina, ganó el premio Presidente Perón y el 16 de ese mismo mes el premio Eva Perón; y en Uruguay, venció en dos carreras corridas en el circuito de Piriápo— lis, el 23 y 30 de marzo. En las seis competencias corrió con un auto Ferrari 125.

En junio, mientras participa de una competencia en Inglaterra, recibe una nueva invitación para correr en Italia. A pesar del poco tiempo con que cuenta, decide no faltar a la cita. Pero, cuando llega a Paris desde Belfast con destino a Monza, se encuentra con que los vuelos y las combinaciones estaban suspendidos. No lo dudó: decidió manejar una cantidad enorme de kilómetros durante la noche, cruzar los Alpes y, de pasada, como quien dice, dejar en su pueblo a otro piloto que viajaba con él. Llegó a Monza una hora antes de la largada.

Tenía cuarenta años y sus reflejos le respondían mejor que nunca. Le quedó apenas tiempo para tomar una aspirina y un vaso de agua. Estaba listo, con su Maserati, aguardando la orden de partir. Había dado su palabra y cumplía. Y largó último de la grilla. Extenuado, sin dormir ni comer.

En la famosa curva de Lesmo pisó el cordón y el auto se le fue contra una serie de fardos que estaban endurecidos por el tiempo, casi petrificados. Apresurado por haber salido tan de atr5s, había cometido un error en uno de los cambios. La disminución de sus reflejos por el cansancio acumulado le impidió recobrar el control del bólido. Acabó por golpear en un terraplén y pegó un giro mortal en el aire. Salió despedido.

Y ahora estaba allí, en Monza, en un sanatorio donde permanecería internado más de cuatro meses. Estuvo horas en agonía. Ahora era él quien había estado a punto de morir. Cuando recuperó la conciencia, al mirar el liviano casco de fibra de vidrio abollado, junto a la mesita de luz, volvía una y otra vez a aquel terrible accidente de Perú. Y sentía nuevamente la sensación del preanuncio de la muerte y el horror en la boca del estómago. Entraba otra vez en el delirio, aunque luchaba por no perder el conocimiento. Quería mantener todo bajo control....le llevó varios meses recuperarse de semejante accidente, pero pronto volvería a triunfar en las pistas.

Fuente: Juan Manuel Fangio El Mago de los Fierros Tomo 2 La Nación


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