Historia de los Materiales Naturales Usados Por El Hombre

HISTORIA DE LOS MATERIALES NATURALES MAS USADOS POR EL HOMBRE

La naturaleza siempre ha suministrado al hombre abundancia de materiales, pero rara vez en forma inmediatamente adecuada a sus necesidades.

A los materiales de la naturaleza, el hombre ha tenido que agregar su propio trabajo y su propia inventiva para obtener precisamente lo que necesitaba.

Desde tiempos muy remotos, el hombre ha hecho uso no sólo de las plantas y los animales, sino también de elementos no vivientes del mundo que lo rodea: piedras, arcilla y arena de la superficie terrestre; pedernal, carbón y metales de la profundidad de la tierra.

La arcilla es de poca utilidad, a menos que el hombre pueda modelarla y cocerla y transformarla en vasijas duraderas o en ladrillos.

No es mucho lo que el hombre pudo hacer con una piedra, excepto arrojarla para cazar algún pequeño animal, hasta que aprendió a romperla, para hacerle un borde filoso, como el de un cuchillo.

vida del hombre en el neolitico la ceramica

Ni siquiera los miles de plantas y animales diferentes pudieron proveer al hombre cumplidamente de comida hasta que aprendió bastante acerca de ellos: cómo seleccionar las plantas que necesita y cómo cultivarlas precisamente donde las necesita; cómo procurarse y cómo alimentar a los animales que pueden ayudarle, y cómo sacar de ellos un mayor provecho.

tejedor en el neolitico

El hombre utiliza una de los cientos de plantas que cultiva —lino— y uno de las docenas  de animales que ha domesticado —la vaca—.

El hombre ha cultivado el lino y cuidado vacas desde el período neolítico.

Del lino el hombre saca tres cosas: alimento para el ganado, aceite, que puede mezclar con varios pigmentos para hacer pinturas, e hilo.

Puede no haber sido necesario ingenio alguno para usar la paja del lino como forraje, porque debe suponerse que el ganado hambriento lo consumía espontáneamente.

Pero debe haber demandado gran ingenio descubrir cómo transformar los productos de desecho del lino en duras tortas, que pueden ser conservadas hasta el invierno, cuando los pastos son pobres.

Obtener aceite del lino demandó la creación de cierto tipo de prensa, y transformar el lino en una tela, destreza en varias artesanías, incluyendo el hilado y el tejido.

Cuando el hombre por primera vez cuidó vacas es dudoso que haya obtenido leche de ellas, porque el ganado que vive en estado salvaje generalmente produce sólo lo suficiente para alimentar a sus terneros.

De manera que debieron pasar muchos siglos de cuidados hasta que los primitivos granjeros comenzaran a obtener leche en abundancia.

Muchos más debieron pasar hasta que aprendieran a hacer y conservar manteca y queso.

Y la leche se ha usado para hacer helados sólo durante los últimos dos o tres siglos, lo que constituyó un lujo, hasta que, en los últimos 50 años años, se divulgaron las heladeras y aquéllos pasaron a ser un alimento habitual.

vaca en antiguo egipto

Ciertamente el hombre usó pieles de animales para hacer su vestimenta y para cubrir sus refugios ya en el Paleolítico, pero el arte de hacer cuero suave, limpio y flexible se ha perfeccionado solamente en tiempos civilizados.

Tal vez el ejemplo más notable de la habilidad del hombre para transformar materias primas es la manera de utilizar las selvas que le ofrece la naturaleza.

Los grandes bosques nórdicos, que se extienden a través del Canadá, la Unión Soviética y grandes áreas de Finlandia y Escandinavia cubren casi diez millones de kilometros cuadrados de tierra.

Los bosques tropicales cubren enormes áreas del Brasil, África Central e Indonesia.

Durante muchos miles de años el hombre usó la vasta provisión de madera del mundo para combustible, muebles y construcciones.

Actualmente, con el carbón, el gas, el petróleo, la electricidad y la energía atómica a su disposición, el hombre quema relativamente poca madera.

Con el transcurso de los siglos, a medida que se ampliaba el número de nuevos materiales, la madera jugaba cada vez un papel menor en la construcción.

Aun en la fabricación de muebles la madera, en cierto modo, ha dejado su lugar a los metales y a los materiales plásticos.

uso madera en la antiguedad

Sin embargo, aunque algunos de los antiguos usos de la madera están declinando, el hombre, en realidad, utiliza los bosques actualmente más que lo hizo nunca en el pasado.

Cada año muchos millones de toneladas de pulpa de madera se usan en la industria química, en la producción de varios productos celulósicos, incluyendo celuloide, rayón, plásticos, explosivos, adhesivos y barnices. (Ver: Los Plásticos)

Además la madera nos provee de considerables cantidades de azúcar, glicerina, ácidos grasos y alcohol.

Los corchos hechos de corteza de alcornoque; trementina, que es, la resina oleosa de los pinos; madera terciada, chapas y fósforos provenientes de árboles de distintas clases.

Todas las otras figuras están dedicadas a la fabricación del papel.

El volumen de esta industria se ha multiplicado cientos de veces en el siglo pasado.

El arte de hacer papel comenzó hace casi 2.000 años en la China y el material principal usado entonces eran los trapos, que se empapaban en agua durante un largo período, y luego se convertían en pulpa.

El secreto de la fabricación del papel se extendió a Bagdad, durante el tiempo del gran imperio árabe, y de aquí a España y el resto del mundo occidental.

uso del papel en china antigua

Durante varios siglos los trapos fueron la principal materia prima para su fabricación, pero hoy en su mayor parte nuestro papel, y prácticamente todo el usado en la producción de periódicos y revistas, se hace de pulpa de madera, a menudo mezclada con cantidades relativamente pequeñas de caolín y otras substancias.

Los molinos papeleros generalmente se construyen cerca de corrientes de agua, de modo que la madera de allende los mares pueda traerse por barco directamente hasta sus puertas.

Los países productores de papel más importantes son Canadá y los Estados Unidos, que, juntos, producen las dos terceras partes de la provisión mundial. Luego siguen Finlandia,  y Japón.

Otro material muy utilizado para telas, fue la seda natural, de origen oriental.

Según la tradición china, la seda se descubrió en el año 2640 a C., en el jardín del emperador Huang Ti.

De acuerdo con la leyenda. Huang Ti pidió a su esposa Xi L.ingshi que averiguara qué estaba acabando con sus plantas de morera.

La mujer descubrió que eran unos gusanos blancos que producían capullos brillantes.

Al dejar caer accidentalmente un capullo en agua tibia, Xi Lingshi advirtió que podía descomponerlo en un fino filamento y enrollar éste en un carrete.

Había descubierto cómo hacer la seda, secreto que mantuvieron bien guardado los chinos durante los siguientes 2000 años.

La ley imperial decretó que todo aquel que lo revelara sería torturado hasta morir.

Hay un producto sumamente importante en las selvas tropicales del cual nada sabían los europeos hasta que Cristóbal Colón regresó de su segundo viaje al Nuevo Mundo: el caucho.

Ciertas tribus indígenas de la América ecuatorial hacía mucho que sabían extraer el líquido pegajoso que nosotros llamamos látex de la cauchera o hevea.

Se dice que algunos indios extendían el látex sobre la planta de sus pies y lo dejaban endurecer, fabricando de este modo las" primeras suelas de goma.

Durante casi dos siglos y medio los europeos poco se interesaron por el nuevo material.

Luego dos franceses publicaron un tratado acerca del caucho, en el cual le daban el nombre de caoche, de dos palabras peruanas que significan "madera que fluye".

Desde 1750 hasta hace unos 80 años el caucho se recolectaba exclusivamente en Brasil.

Los "seringueros" o caucheros penetraban en las selvas en compañía de nativos, hacían incisiones en las plantas de hevea, calentaban el látex sobre el fuego, formaban grandes bolas y las embarcaban en el puerto de Manaos, a orillas del Amazonas.

Durante el siglo XVIII dos franceses, Hérissant y Maquer, hallaron la manera de disolver el caucho en trementina y éter, y un inglés, Samuel Peel, descubrió cómo usar esa solución para impermeabilizar.

En 1823, un escocés, Carlos Mackintosh, fabricó una substancia impermeable mejor con caucho tratado con benzol y empezó a producir abrigos impermeables en gran escala.

Aún más importante es que ideó un proceso por el cual el látex puede ser mantenido en estado líquido durante largos períodos.

Así el caucho puede ser convenientemente exportado en tanques adonde se necesite.

Un norteamericano, llamado Carlos Goodyear  descubrió cómo dar más dureza y resistencia a la goma, calentándola con azufre y varios productos químicos, proceso al que llamamos vulcanización.

En esta etapa, se había aprendido muchísimo acerca de la manera de preparar el caucho, pero aún no se había hallado su aplicación en gran escala.

Mas el ciclismo y el automovilismo iban a surgir y los caminos aún eran deficientes.

En 1888, un escocés, Juan Boyd Dunlop, patentó la primera cubierta neumática de goma de resultado satisfactorio, y desde entonces la demanda del caucho aumenta sin cesar.

Uso del algodon en la antiguedadLos hombres civilizados usaron el algodón mucho antes de enterarse de la existencia del caucho.

Efectivamente, telas hechas con aquél existieron en la India antes de Cristo.

Sin embargo, hasta hace dos siglos estas telas eran un lujo que relativamente poca gente podia permitirse.

Tres cosas fueron necesarias para abaratar el algodón: áreas más extensas de cultivo, métodos más rápidos de separación de las semillas de la borra o pelusa que las rodea y mejores métodos de hilado y tejido.

Hasta florecer, la planta del algodón necesita un clima cálido y gran cantidad de lluvia.

Una vez que las flores han caido y sus vainas fibrosas se han formado, necesita calor y tiempo seco.

De modo que las zonas donde se desarrolla bien son limitadas. Pero durante los siglos XVII y XVIII una extensa región ideal para su cultivo se halló en el sudeste de los Estados Unidos.

La inmensa cantidad de mano de obra requerida para separar las semillas de la borra fue suministrada por los esclavos negros traídos a América, desde la costa occidental de África.

Mientras tanto, los refugiados protestantes de Flandes, muchos de los cuales eran hábiles obreros del algodón, se habían establecido en las regiones donde, desde antiguo, se tejía la lana de Inglaterra.

Pronto Lancashire se convirtió en el centro manufacturero de algodón más importante del mundo, y allí constantemente se inventaban nuevas técnicas.

Otro material que ha jugado un rol importante en la vida del hombre fue en carbón, un combustible sólido de origen vegetal.

En eras geológicas remotas, y sobre todo en el periodo carbonífero (que comenzó hace 362,5 millones de años), grandes extensiones del planeta estaban cubiertas por una vegetación abundantísima que crecía en pantanos, que mediante un proceso natural de movimientos y presiones durante millones de años se transformó en un combustible vital para la sociedad.

Existen diferentes tipos de carbón que se clasifican según su contenido de carbono fijo: turba, lignito, antracita, grafito, etc. y todos han tenido utilidad. (Ampliar: carbón)

A mediados del siglo XVIII, sir Ricardo Arkwright (imagen abajo) inventó un nuevo aparato de hilar que se podía accionar hidráulicamente, y poco después, Jacobo Hargreaves y Samuel Crompton produjeron aún mejores máquinas de múltiples husos.

A los pocos años, Edmundo Cartwright inventó un nuevo telar movido por energía hidráulica.

Richard Arkwright (1732-1792), inventor

De modo que hacia los comienzos del siglo XIX Lancashire estaba en condiciones de elaborar más algodón del que América podía cultivar.

Lo único que detenía la producción era el hecho de que las semillas todavía debían separarse a mano de la borra, y por más intensamente que un esclavo trabajase no podía preparar más que unos pocos kilogramos de algodón en una semana entera.

Más aún, los días de la esclavitud ya estaban contados.

En 1833 terminó en todas las partes del Imperio británico y en 1865 cesó en toda América.

Por este tiempo Eli Whitney había inventado su famosa desmotadora. Trabajando con ella un hombre podía preparar más algodón en una hora que antes en varios días.

Desde entonces las plantaciones de algodón crecieron rápidamente en América.

Sin embargo, la demanda fue tal, que se convirtieron en regiones algodoneras muchas tierras de la India, Egipto, Nigeria, Sudán y el Congo.

Al tejer, miles de hilos se colocan paralelamente entre sí en un gran marco, para formar la urdimbre de la tela.

Un eje, colocado detrás del telar, gira lentamente, dividiendo estos hilos en dos o más capas, que suben y bajan alternadamente.

Una lanzadera que arrastra un hilo pasa entre las capas a cada movimiento y así los nuevos hilos, que constituyen la trama, se entrelazan con los de la urdimbre y queda formada la tela.

Gran Bretaña ya no ocupa el supremo lugar en la manufactura del algodón. Otros países europeos producen, en conjunto, tres veces más tejidos de algodón que Gran Bretaña, mientras que los Estados Unidos y el Japón son también grandes productores de los mismos.

Respecto a los metales, muy pocos metales se encuentran en la naturaleza en estado puro o casi puro. Fue sólo cuando el hombre aprendió a hacer fuego y construir fraguas cuando pudo extraer cobre, estaño y hierro de sus minerales.

De manera que en los primeros tiempos todos los metales eran escasos, y, en sentido muy real, todos los metales eran preciosos.

Pero durante varios miles de años la gente civilizada en todas partes ha considerado dos metales —el oro y la plata— como especialmente preciosos, en parte por su escasez y en parte porque pueden ser labrados y transformados en adornos hermosos.

Y precisamente porque se los ha considerado así, el oro y la plata han jugado un papel importante en la historia del hombre.

La forma más primitiva del comercio era por trueque o directo intercambio de mercaderías.

Pero el intercambio puede ser muy difícil y hacer perder mucho tiempo.

Si un agricultor primitivo tenía más ganado del que necesitaba y no suficiente trigo para hacer pan, solamente podía resolver su dificultad cuando encontraba a otro hombre con demasiado trigo y muy poco ganado.

Aun entonces, probablemente, habría una larga discusión acerca de cuántas vacas eran equivalentes a determinadas bolsas de trigo, puesto que el valor del trigo variaría de año en año y de lugar en lugar, según que la cosecha hubiese sido buena, mala o regular.

Hace tres o cuatro mil años, mercaderes de la Mesopotamia hallaron un método para superar tales dificultades.

Advirtieron que en todas partes la gente quería plata, de manera que antes de emprender sus viajes comerciales cambiaron sus propias mercancías por pequeñas barras de plata, que se transportaban con facilidad.

Casi todos los pueblos con los que se encontraban estaban dispuestos a aceptar la plata a cambio de toda clase de mercancías y servicios.

Más tarde, para evitar la molestia de pesar la plata cada vez que compraban cosas, estos mercaderes estamparon el peso y una garantía de pureza en cada barra de plata.

Fueron estas barras estampadas las que sugirieron la idea de las monedas de oro y plata, hace unos dos mil años tales monedas ya se usaban en muchas partes de Europa y Asia, y hasta la fecha el oro, especialmente, continúa siendo uno de los más importantes medios de intercambio.

El oro se encuentra principalmente en las arenas aluviales -—arenas que las aguas de los ríos han desprendido de las rocas en tiempos pretéritos— y en ciertas capas profundas de cuarzo.

Los países más productores de oro en la actualidad son Sudáfrica, Canadá, los EE. UU. y Australia, y muy probablemente la Unión Soviética, que tiene vastas zonas auríferas en los montes Urales y hacia el este del lago Baikal.

Los mayores poseedores de oro son Suiza (cuya reserva de oro es igual a la de todos los países de Asia juntos), los EE. UU. y Bélgica.

El oro y la plata siempre han sido considerados como símbolos de riqueza. Pero si por riqueza queremos decir capacidad de vivir una vida más satisfactoria, entonces los metales más comunes, como el plomo, el cobre y el hierro, han hecho más por el bienestar general de la humanidad que lo que jamás hayan hecho el oro o la plata.

Con plomo se hicieron los primeros aljibes higiénicos y sistemas de cañerías de agua; con el cobre y el estaño el hombre avanzó de la Edad de Piedra a la de Bronce; con el hierro se hicieron las máquinas y motores que dan, en nuestro tiempo, preponderancia a las industrias dentro de la civilización. Estos metales llamados comunes, junto al aluminio —el nuevo metal— constituyen todavía el grueso de la riqueza en metales que el hombre extrae de la tierra.

Además de usar metales extraídos de los minerales que se encuentran bajo tierra, el hombre ha explotado los mismos materiales que forman la corteza terrestre.

Durante muchos cientos de años, ha usado granito y piedra arenisca para las construcciones y los caminos; piedra caliza y mármol para la estatuaria; calizas para la producción de cal; arena y cuarzo para la fabricación del vidrio; arcilla para hacer vasijas y ladrillos.

Son los materiales comunes de la naturaleza los que más han contribuido al bienestar y progreso del hombre; pero las piedras raras de la tierra son las que él valora más: los rubíes y diamantes, zafiros y esmeraldas, amatistas y berilos.

Sin embargo, como al oro y la plata, a las piedras preciosas les ha tocado un papel especial en la historia del hombre y un índice de esto se puede ver hoy en los letreros de los comercios: "Joyero y relojero".

La artesanía del joyero ha florecido durante 4.000 años y los joyeros de la antigua Grecia, Egipto y Mesopotamia se contaban entre los más hábiles artesanos de su tiempo.

Realmente debían serlo, porque las diminutas piedras preciosas que manejaban tenían que estar elegante y firmemente engarzadas en oro y plata, de modo tal, que sólo un mínimo de su brillante superficie quedara oculta.

Así, cuando se necesitaron algunas pequeñas herramientas de precisión, los joyeros fueron los hombres más aptos para hacerlas.

Así también, en los siglos XVI y XVII, en Europa, cuando se empezaron a usar los relojes de bolsillo, fue el joyero quien naturalmente debía dedicarse al nuevo oficio de relojero, la primera industria de instrumentos de precisión y la predecesora de toda la ingeniería de precisión del mundo moderno.

Las piedras preciosas deben su valor a su belleza y escasez; y casi todas ellas son formas raras de substancias comunes.

La amatista —que en griego significa preventivo de la intoxicación— es una forma cristalina del cuarzo, que contiene ciertas impurezas; el rubí y el zafiro, también formas cristalinas, son óxido de aluminio, el cual forma parte de todas las arcillas; y el diamante, la más cara de todas las piedras preciosas, es un cristal de carbono puro, químicamente casi idéntico al carbón.

El diamante ocupa un lugar muy especial entre las piedras preciosas, porque es el más duro de todos los materiales conocidos y se puede usar para cortar substancias que no cederían a la hoja del mejor acero.

Más de dos tercios de los diamantes que se sacan de las minas de todo el mundo vienen del Congo, donde son extraídos de sedimentos aluviales.

La mayor parte de la producción consiste en diamantes industriales. Sudáfrica, con sus famosas minas de Kimberley, produce principalmente diamantes no industriales de gran calidad, a menudo extraídos de cráteres y galerías de volcanes extinguidos.

Brasil, que fue en un tiempo la fuente más importante de tales diamantes, ocupa ahora el segundo lugar, después de Sudáfrica.

Fuente Consultada:
La Técnica en el Mundo Tomo I CODEX – Globerama – Editorial Cuántica

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