La Nariz:Importancia Funcional y Estética de la Nariz

La Nariz Importancia Funcional y Estética

Nuestro cuerpo necesita absorber oxígeno, que es captado por los pulmones mediante la inspiración, y liberarse del dióxido de carbono, que sale durante la espiración.

El oxígeno es utilizado en la respiración celular, proceso por el que se obtiene energía descomponiendo la glucosa.

Al igual que una vela, que sin oxígeno no puede arder, nuestro organismo no puede quemar la glucosa si no respira.

• IMPORTANCIA FUNCIONAL:

El aire, que consta de un 21% de oxígeno, es llevado a través de la nariz, la faringe, la laringe y la tráquea hasta los bronquios, y de allí al pulmón, donde se pondrá en contacto con la sangre.

El recorrido del dióxido de carbono sigue el mismo camino pero en sentido inverso.

Consta de una parte externa y de una interna, que es mucho mayor que la primera.

La parte externa sobresale de la cara y está formada por una cavidad dividida en dos mitades por el tabique nasal.

A través de ella entra el aire en la cavidad interna de la nariz, que descansa sobre el paladar duro.

Está formada por tres pares de cornetes nasales, que son unas estructuras óseas que forman parte del etmoides (cornetes superiores y medios) o que tienen su hueso propio.

Estos cornetes se encuentran recubiertos por la mucosa nasal.

La mucosa de los cornetes superiores es la olfativa y en ella se encuentran las células encargadas de captar moléculas olorosas.

En los cornetes medios e inferiores la mucosa tiene otra función.

Debe calentar el aire que vamos a respirar y filtrar las impurezas que se hallan en él; además, secreta un moco en el cual existen células defensivas, que protegen al organismo de las infecciones.

Por otra parte, si el aire está demasiado seco, es humedecido en la nariz por unas glándulas.

Cuando en la nariz entran partículas de polvo que ocasionan irritación, se produce el estornudo, que es una inspiración brusca de aire seguida de una espiración repentina.

Una función normal de la nariz es indispensable para la correcta función del organismo, por su participación en el acondicionamiento del aire inspirado, por los reflejos nasopulmonares y nasocardíacos que parten de la nariz, y por la influencia que tiene la respiración nasal en el crecimiento facial armónico.

La nariz por su localización central en el plano facial, es el órgano más sobresaliente de la cara.

Por la misma razón, se encuentra expuesto en el transcurso de la vida de una persona, a diferentes lesiones, ya sean traumáticas, inflamatorias o infecciosas, e incluso tumorales.

Estas lesiones pueden alterar la forma y la función, lo cual repercute en el bienestar y la salud del sujeto, incluyendo la estética, que se traduce en una cara bella.

Cuando se altera la forma (por los traumatismos o por alteraciones durante la etapa del desarrollo), la armonía facial se modifica y produce una desproporción en los componentes anatómicos de la cara que originan disarmonía, la cual se traduce en ausencia de belleza, que es lo mismo que fealdad.

Pero lo más importante es qué las alteraciones anatómicas nasales (por ejemplo: narices torcidas, desviadas, hundidas, prominentes y estrechas) predisponen también a las alteraciones funcionales que finalmente inducen a infecciones de todo el sistema respiratorio (nariz, senos paranasales, rinofaringe, laringe, tráquea, bronquios y pulmones), que en ocasiones ponen en peligro la vida del paciente.

Para evitar y/o prevenir las patologías, es entonces importante saber cuáles son las funciones principales de la nariz.

Éstas son:

1.Olfación
2.Acondicionamiento del aire
3.Regulación de los flujos intranasales

1-Olfanación:

Desde el punto de vista filogenético (evolución biológica) el olfato es una de las funciones más primitivos que se desarrollan en todos los organismos, formando un cerebro olfatorio, llamado rinencéfalo; los animales inferiores lo tienen muy desarrollado y por ello se les denomina macrosomáticos.

En los animales superiores es más pequeño y por ello se les llama microsomáticos.

En el proceso evolutivo animal, las especies utilizan la olfación en una gran variedad de situaciones: se necesita para encontrar los alimentos, para el apareamiento, porque permite detectar cuando la pareja está hormonalmente en su período fecundo (oliendo las feromonas que producen las hembras) y efectuar la reproducción.

También la olfación permite detectar el peligro de los depredadores, etc.

En el hombre, por su estadio evolutivo, el sentido de la olfación se encuentra hipotrófico (disminuida la función) en comparación con otras especies, por ejemplo la canina, pero sigue siendo indispensable para el bienestar: disfrutar los aromas y degustar vinos, licores y alimentos (porque la olfación va asociada con el sentido del gusto por moléculas químicas).

Sin embargo, aunque disminuida su función, es suficiente para proporcionar placer al percibir los aromas gratos, y además se tiene la certeza de que, en pequeña proporción, también se detectan las feromonas en el sexo opuesto, que influyen en la atracción sexual.

En el hombre, las células olfatorias se encuentran en la mucosa (llamada pituitaria) que se localiza el techo de cada fosa nasal, en un estrecho espacio de proximadamente 1.5 cm2.

Estas células se comunican con los correspondientes bulbos olfatorios por medio de filetes nerviosos que penetran el hueso (lámina cribosa del etmoides) que separa el techo de las fosas nasales y el lóbulo frontal del cerebro. Ver la figura 1.

De los dos bulbos olfatorios, los filetes nerviosos transportan los estímulos olfatorios hasta el área olfatoria del rinencéfalo, situado en la porción basal y medial del cerebro.

Ahí es donde son procesados y “grabados” cada tipo de olor, archivándose a manera de “memoria olfatoria”.

Esto permite recordar cuando un olor es agradable, desagradable o aún peligroso y permite que el organismo responda, mediante el desencadenamiento de reflejos nerviosos.

Por ejemplo, el oler humo o gases peligrosos, nos prepara a la acción o a la huída.

El oler una cosa agradable nos estimula al disfrute, según sea el caso.

Y así se podría continuar con muchos ejemplos.

¿Pero que pasa cuando el individuo no pude oler?

Cuando una persona no puede oler se llama anosmia y cuándo huele poco se llama hiposmia.

Esto pasa porque las moléculas que llevan el olor (odoríferas) no llegan a las células especiales olfatorias porque hay una obstrucción nasal, o porque está dañado el sistema nervioso periférico de recepción de las partículas odoríferas, situado en las células especiales de la zona olfatoria de la mucosa nasal, o en otros casos, por la interrupción de las fibras nerviosas (como en algunas de las fracturas del piso anterior del cráneo) que no pueden trasmitir desde el bulbo olfatorio el estímulo al sistema central de integración en el cerebro olfatorio.

La alteración en el olfato puede ser originada por una gran variedad de causas: desde las originadas en las fosas nasales que impiden que el aire inspirado llegue hasta el techo de las fosas nasales , por ejemplo: inflamaciones por las alergias, los catarros o la sinusitis; los tumores benignos como los pólipos, o los tumores malignos como el cáncer.

También las alteraciones de la anatomía nasal, como las desviaciones obstructivas del tabique nasal, impiden el paso de las partículas odoríferas.

Evidentemente se trata de una discapacidad funcional que, en el mejor de los casos le impide al sujeto disfrutar de uno de los órganos de los sentidos, que tiene importancia especialmente en gastronomía y en el goce de los olores: de las flores, los perfumes y el de la persona amada, entre otros miles de ejemplos.

En el peor de los casos, le puede costar la vida al no poder detectar una substancia odorífera peligrosa y no actuar en consecuencia.

¿Cómo se recupera la olfación? Eliminando la causa que originó la anosmia o la hiposmia. Esto es, corrigiendo las alteraciones anatómicas de la nariz, extirpando los tumores o curando la alergia o las infecciones de la nariz y los senos paranasales (sinusitis).

Sin embargo, nada se puede hacer cuando el sistema nervioso olfatorio está dañado.

2.Acondicionamiento del aire

En la vida cotidiana, el acondicionamiento del aire es un hecho común. Se hace para disfrutar de un aire que esté a una temperatura confortable y que además tenga un grado de humedad óptimo y que también esté libre de impurezas.

Para este fin, instalamos equipos en nuestros carros, en las oficinas o en nuestras habitaciones.

¿Y en nuestro cuerpo?: La naturaleza se ha encargado de proporcionarnos un sofisticado “aparato” acondicionador de aire: la nariz!.

Se necesita, para un buen funcionamiento del sistema respiratorio, que el aire inspirado ingrese a los pulmones con adecuada temperatura (cercana a la corporal (36°-37° centígrados), con adecuado grado de humidificación (80 - 95 % de saturación), libre de impurezas y con adecuada presión para poder llegar hasta el último de los alveolos pulmonares y permitir el intercambio gaseoso en la sangre (entrada de oxígeno y salida de bióxido de carbono).

¿Pero cómo suceden estos eventos?:

Esto es posible gracias a la anatomía y a la fisiología especializadas de la mucosa nasal que permite que el aire, durante su fugaz paso por nariz, tome el calor y la humedad de la superficie de la mucosa que reviste las paredes de las fosas nasales y los 3 cornetes, especialmente del inferior.

Para tal fin, la mucosa y los cornetes, tienen una gran red de capilares arteriosos y venosos que irradian el calor y al dilatarse dejan salir el líquido que forma la mayor parte del moco nasal .

Las impurezas existentes en el aire que penetra a las fosas nasales, quedan atrapadas en el moco existente en la superficie de las membranas mucosas.

Este moco y las impurezas, son transportadas por medio de millones de vellosidades, llamadas cilios, que tienen las células del epitelio nasal y son dirigidas hacia la parte posterior de la nariz, es decir a la rinofaringe, para que finalmente sean deglutidas y destruidas en el estómago.

En condiciones normales, el moco nasal tiene también, sustancias defensivas (lisozimas, lactoferrin, inmunoglobulina A secretoria, etc.) que inhiben el crecimiento de los microorganismos, evitando con ello las infecciones.

Cuando, por alguna enfermedad o alteración de la anatomía, el moco se estanca y sobreviene la infección porque las sustancias defensivas naturales dejan de actuar.

Esta infección inicialmente localizada a las fosas nasales (rinitis) puede propagarse hacia las cavidades de los huesos que rodean la nariz, llamadas senos paranasales y producir la sinusitis.

Si la infección progresa, se extiende hacia la garganta, a los oídos, a la laringe, a la tráquea, a los bronquios y finalmente a los pulmones.

Entonces, como premisa, es indispensable tener un buen funcionamiento nasal para que el acondicionamiento del aire y los mecanismos de limpieza y defensa nasales, puedan ser efectivos y evitar así las infecciones.

3.Regulación de los flujos intranasales

La nariz tiene estructuradas varias válvulas nasales para regular el flujo del aire que pasa por las fosas nasales en dirección hacia los pulmones.

Las principales válvulas son los orificios nasales (válvulas externas) y el espacio comprendido entre el tabique nasal y los cartílagos laterales nasales (válvulas internas) y luego la superficie de los cornetes, especialmente los inferiores.

Éstos últimos aumentan o disminuyen su volumen gracias al ongestionamiento y descongestionamiento de los vasos sanguíneos que permite con ello el acondicionamiento del aire y por otro lado, aumentan o disminuyen la presión y la velocidad del aire cuando atraviesan las fosas nasales, según sea la fase congestiva o descongestiva de los cornetes.

El aire normalmente es dirigido entre los cornetes. Hay dos corrientes principales: una superior que se dirige hacia el techo nasal y al cornete superior, pasando por la mucosa pituitaria para estimular la olfación.

La segunda pasa entre el cornete inferior y el cornete medio y esto permite que el aire que se encuentra en las cavidades de los senos paranasales sea removido, estimulando el movimiento de los cilios y con ello el drenaje del moco a través los pequeños orificios de los senos hacia la cavidad nasal.

El paso del aire por las fosas nasales es necesario también para desencadenar reflejos neurales que se originan en la nariz y se dirigen a los núcleos de los centros respiratorios del bulbo raquídeo que regulan la respiración.

A su vez, el sistema nervioso central y el sistema nervioso neurovegetativo, envían de regreso estímulos que controlan la congestión y la descongestión de los cornetes (ciclo nasal) y la mucosa nasal.

Al mismo tiempo, regulan el ritmo y el tiempo que dura una inspiración y una espiración.La respiración por la boca es inadecuada porque elimina todos los procesos arriba mencionados.

Si el aire pasara directamente a los pulmones a través de la boca, sin pasar por la nariz, no podría ser adecuadamente acondicionado, ni limpiado y tampoco tendría la presión adecuada requerida para un buen intercambio gaseoso a nivel de los alveolos pulmonares.

Finalmente, la respiración bucal, altera el crecimiento facial porque cuando se respira con la boca abierta, se modifica la posición de la lengua y la musculatura implicada en la deglución, en la respiración y en la posición de la mandíbula y la cabeza.

Todo ello, aunado a la alteración de los maxilares, modifica la oclusión dental y el desarrollo de los senos paranasales, terminando con una cara disarmónica que se conoce como facies adenoidea o síndrome de cara larga, antiestética y antifuncional. Todo lo anterior se evita teniendo una buena función nasal.

• sESTETICA NASAL.

Ya hemos mencionado que las alteraciones anatómicas de la nariz alteran la función y también su forma, la cual cuando es severamente dañada, repercute en la estética facial. Las alteraciones nasales más frecuentes se presentan en los traumatismos rinofaciales y en segundo lugar, las originadas durante el período de crecimiento.

Estas patologías requieren ser tratadas por cirugía, para corregir la función y la forma.

Para lograr lo anterior, el cirujano debe tener un suficiente conocimiento de la anatomía y las funciones nasales así como un criterio estético para resolver, en un solo tiempo quirúrgico, la función y la estética.

Si el cirujano no posee esos requisitos, no podrá resolver satisfactoriamente el caso y como consecuencia quedan secuelas que requerirán de posteriores tratamientos. Ver figuras 2 y 3.

Funciones de la Nariz

Funciones de la Nariz

Dr. Armando González Romero
Otorrinolaringólogo.
Profesor Investigador Titular “C”
Centro Universitario de Ciencias de la Salud.
Universidad de Guadalajara.

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