Biografia de Priestley:Historia del Descubrimiento del Oxigeno

Historia del Descubrimiento del Oxígeno y las Experiencias de Joseph Priestley

Joseph Priestley nació cerca de Leeds (Inglaterra), en 1733, y trabajó en una época en la que la alquimia comenzaba a desacreditarse y ser reemplazada por el pensamiento científico lógico. Anteriormente, la investigación química había sido instigada por el sueño de convertir en oro sustancias de escaso valor, y se sabía, a la sazón, muy poco de ciencia química.

BIOGRAFIA: PRIESTLEY, Jsoseph (1733-1804): Químico, físico y teólogo inglés. En su juventud estudió teología; su amistad con Franklin influyó mucho en sus aficiones científicas, dedicándose al estudio de la eleCTricidad.

Compartió sus experimentos con inquietudes religiosas y filosóficas, que le llevaron a publicar una Historia del cristianismo.

Pero su importancia en la historia es como uno de los padres de la química moderna.

Estudió el gas carbónico y descubrió varios fenómenos de la respiración de los vegetales.

Calentando óxido rojo de mercurio descubrió el oxígeno, al que llamó aire deflogisticado.

Sus experimentos fueron confirmados por Lavoisier. Después descubrió el ácido clorhídrico y el óxido nitroso o gas hilarante.

Sus simpatías por la Revolución Francesa le ocasionaron disgustos en Inglaterra y emigró a los Estados Unidos de América en 1794.

Fue miembro de la Real Sociedad de Ciencias y dejó gran cantidad de publicaciones científicas.

Veamos su historia científica...

Priestley y sus contemporáneos, Lavoisier, Black, Scheele y Cavendish, contribuyeron a la acumulación de datos y a la preparación de nuevas sustancias químicas.

Como ha ocurrido a menudo en la historia de la ciencia, sus trabajos, muchas veces, eran idénticos y se obtenían los mismos resultados por dos científicos que trabajaban independientemente.

Por ejemplo, Priestley y Scheele pretendieron ambos ser los descubridores del gas conocido hoy como oxígeno.

Años después, se derivaron muchas leyes del conjunto de conocimientos químicos que estos hombres aportaron, y con ello dio comienzo el desarrollo de las ideas generales de la química.

Priestley fue el primero en introducir gases, mediante burbujas, en una vasija invertida llena de mercurio, aplicando su boca a un tubo de mercurio. De esta manera, podían ser recogidos gases imposibles de recoger a través del agua porque se disuelven en ésta. Hacia 1770, Priestley había recogido y estudiado los gases solubles en agua que conocemos como amoníaco, dióxido de azufre y cloruro de hidrógeno.

Se recuerda a Priestley, fundamentalmente, por sus trabajos con los gases.

Su principal interés se centró en el aire y en la necesidad de éste para el desarrollo de la vida.

Experimentó con ratones, colocándolos en un espacio de aire cerrado, para observar cuánto tiempo podían vivir en esas condiciones, y comprobó que, una vez muerto el ratón, era imposible hacer arder una vela en aquel aire.

Sin embargo, al colocar una planta dentro del aire enrarecido, observó que, de algún modo, el aire parecía regenerarse y la vela podía arder nuevamente.

Ésta fue la primera noticia que se tuvo de la reacción hoy conocida como fotosíntesis, pero Priestley no se dio cuenta de que la luz era un factor esencial en la regeneración del aire.

En 1774, Priestley preparó y recogió una muestra de oxígeno bastante puro, cubriendo óxido mercúrico rojo con una campana de vidrio y calentándolo con los rayos solares, mediante una lente.

Comprobó que una vela ardía con más brillo en el nuevo gas, y que un ratón podía vivir durante más tiempo en un recipiente lleno de dicho gas, que en otro del mismo volumen lleno de aire.

El mismo Priestley respiró el gas, para comprobar sus efectos, y notó que se sentía lleno de energía y que sus pulmones respondían eficientemente. Pensó que tal vez el gas sería útil en medicina.

Es sorprendente que, con este conjunto de datos, Priestley no se diera cuenta de que el gas obtenido del polvo rojo era el componente vital del aire.

En vez de ello, se aferró a la teoría del flogisto.

Priestley pensó que, cuando se quemaban las sustancias, perdían flogisto, y que éste era absorbido por algún otro cuerpo.

Los cuerpos podían arder en el aire porque éste no estaba saturado de flogisto y era capaz de absorberlo.

Cuando el aire se saturaba ya no podía mantenerse por más tiempo la combustión.

En 1772, Priestley publicó un importante trabajo, con el título de Observaciones sobre las diferentes clases de aire, en el que se describía la obtención, en el laboratorio, de varios gases nuevos, como los óxidos nitroso y nítrico, nitrógeno, bióxido de nitrógeno y ácido clorhídrico.

Recogió los gases insolubles sobre agua y los solubles sobre mercurio.

El soporte utilizado por él para recoger gases es el antecesor del soporte en forma de colmena que se utiliza en los laboratorios hoy día.

Aunque era bastante conservador en sus ideas científicas, sus ideas políticas eran todo lo contrario, su violento apoyo a la Revolución Francesa fue causa de que su casa se viera asaltada por las turbas de Birminghan, que la mantuvieron asediada durante tres días.

Joseph Priestley, científico y pastor protestante no-conformista, murió en  1804.

equipos quimicos de priestley para descubrir el oxigeno
Parte del  laboratorio  de  Priestley.  Los  gases  desprendidos  por  las  sustancias  calentadas  en   la  chi'menea   o   con   una   vela   se   recogen   sobre   mercurio. En su recogida de gases, Priestley trabajó con el mercurio, pero no pudo emplearlo de manera más directa en sus experimentos.

En efecto, cuando el mercurio se calienta en el aire, forma un compuesto rojo ladrillo que ahora llamamos óxido de mercurio. Priestley calentó algo de este compuesto en un tubo de ensayo, utilizando una lupa a fin de concentrar en él los rayos de sol. Al proceder así, el compuesto se fragmentó, liberando mercurio en forma de glóbulos brillantes en la parte superior del tubo de ensayo.

Además, se desprendió un gas que poseía las más insólitas propiedades. Los combustibles se consumían más brillante y rápidamente en él que en el aire ordinario. Los ratones colocados en una atmósfera de este gas se mostraban particularmente retozones, y el propio Priestley se sintió "ligero y a gusto» cuando lo respiró. Estaba claro que era el oxígeno lo que mantenía la combustión y la vida animal, y asimismo lo que intervenía en la oxidación.

Fuente Consultada:
Enciclopedia de la Ciencia y la Tecnologia TECNIRAMA N°86 -José Priestley -


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