Origen del Ajedrez:Breve Historia y Su Leyenda

Breve Historia del Origen del Juego de Ajedrez y Su Leyenda

Durante el siglo VII, un soberano de la India se aburre en palacio. A fin de entretenerlo algunos de sus consejeros tratan de inventar pasatiempos y mil formas de distracción. Pero no lo consiguen hasta que alguien acierta con un juego que llama la atención del rey.

Según la leyenda, un sabio matemático de la India ideó un juego de estrategia militar llamado Chaturanga, del que deriva el ajedrez. La palabra Chaturanga está relacionada con cuatro elementos que formaban parte del antiguo ejército de la India: elefantes, caballos, carros y soldados de infantería.

EL AJEDREZ: PENSADO COMO EN LA GUERRA REAL

Respecto a la estrategia del ajedrez podemos decir que  es un juego entre dos adversarios que disputan sobre un tablero una contienda de cálculo y habilidad, para lo cual emplean piezas de distinto color, y cuyo objetivo último y esencial es la caída del rey, figura de honor, considerada como el máximo baluarte.

Se tiene a este juego por un simulacro de guerra con sus operaciones de ataque y de defensa, que admiten planes tácticos y estratégicos.

En la guerra, sin embargo, muchos soldados caen para no levantarse más, mientras que en el ajedrez solamente son capturados y siempre existirá para algunos —bajo ciertas condiciones— la posibilidad de ser rescatados y reincorporados a la lucha en pleno uso de su eficacia.

Pero por una curiosa excepción, el rey, la presa más codiciada, nunca es capturado, en el verdadero sentido de la palabra, ya que el enemigo —con una especie de hidalgo ultimátum— le previene cada vez que está amenazado.

Si a pesar de este aviso el rey nada puede hacer para salvarse, opta por rendirse y cae, perdiéndolo todo menos el honor.

Por eso es tan elocuente la anécdota de Luis el Gordo, un rey de Francia que, a punto de ser capturado por un arquero inglés, le partió la cabeza con la espada, gritándole:

"¡Aprende del ajedrez, donde nunca se apresa al rey!".

La forma como las piezas del ajedrez proceden con el rey enemigo, al vencerlo sin ponerle la mano encima, recuerda en cierto modo la conducta de las abejas cuando una reina de otro enjambre se cuela como intrusa en la colmena.

Por una especie de especial  respeto a la regia persona, nunca la atacan con sus aguijones, sino que se agrupan en torno a ella formando un muro viviente, que se va estrechando cada vez más, hasta que la intrusa muere angustiada en la inmovilidad.

Así, en el ajedrez, la caída del rey es siempre el drama de quien no tiene hacia dónde volver los ojos; está entre la espada y la pared; no puede dejar de pisar sobre brasas, porque caerá en el acto en las llamas, y queda condenado a una trágica inmovilidad, cuya única salida es la rendición.

Historia del Origen del Juego de Ajedrez y Su Leyenda

• ►Juego del Intelecto:

le basta para desarrollarse la muy pequeña superficie de un tablero; pero las proyecciones que alcanza en la dimensión mental son tan enormes, que sólo podría concretarse en la cifra astronómica de los escritos que viene mereciendo, desde antiguos tiempos, en casi todas las lenguas del mundo.

La previsión que exigen las jugadas, el grado de concentración que suponen, las posibles evasivas o amenazas del adversario, el sometimiento del impulso al cálculo frío, la intuición del punto vulnerable, la astucia para urdir estratagemas y tender celadas, el hecho, en fin, de que nada en él quede librado al azar, sino que todo sea fruto de reflexión y habilidad, le confiere una elevadísirna jerarquía intelectual.

Se tiene a este juego por un simulacro de guerra con sus operaciones de ataque y de defensa, que admiten planes tácticos y estratégicos.

De ahí que entre los grandes ajedrecistas se cuenten siempre militares, matemáticos, políticos y filósofos, que lo practican como medio de mantener siempre activo el cerebro, aun durante los ocios.

De entre todos los deportes que hoy se practican —pues cabe incluir al noble juego entre ellos, ya que agrupa a sus adictos en asociaciones que celebran torneos, campeonatos, etc.— el ajedrez es el único deporte del espíritu.

¿Cómo explicar, si no, que un jugador sea capaz de sostener hasta 15 o más partidas simultáneas sin mirar el tablero, y a veces con los ojos vendados?.

¿Y cómo podría de otro modo —aprovechando el teléfono, la radio o la televisión— jugar por encima de los mares con adversarios situados en las más distantes latitudes del globo?.

¿Podrían hacer lo mismo los deportes del cuerpo circunscritos a un ring, una piscina, una cancha de fútbol, o una pista?.

El ajedrez nos da, pues, un nuevo ejemplo de la libertad expansiva del espíritu, frente a las limitaciones del cuerpo.

•  El campo de batalla.

Antes de describir las fuerzas con que cuenta el rey, echemos un vistazo al campo de batalla.

El juego (la batalla) se libra sobre un tablero cuadrado de 64 casillas: 32 de un color y 32 de otro, alternadamente situadas.

Casi siempre estos colores son el blanco y el negro.

Las casillas se agrupan en ocho filas verticales o columnas y ocho filas horizontales o líneas.

Se llama diagonales al conjunto de casillas de igual color alineadas en la misma dirección.

Cada una de las dos que van de vértice a vértice formando una X recibe el nombre de gran diagonal.

• Revista de tropas.

Pasemos ahora una rápida revista de tropas para saber cuáles y cuántos son los efectivos.

ada bando dispone de 16 piezas caracterizadas por uno u otro de los dos colores del tablero, el blanco o el negro, según le toque por corteo.

Ocho son figuras que podríamos suponer pertenecientes al estado mayor y su oficialidad, y ocho son peones, que representan la tropa.

Entre las figuras cuentan un rey, una dama (o reina), dos alfiles, dos caballos y dos torres.

Estas piezas pueden ser de madera, hueso o marfil, y su fabricación da origen a una interesante industria que alcanza la alcurnia de un arte, a la vez delicado y suntuoso, pues aparte de la producción industrial, hay la de los artífices a quienes se deben piezas de mérito innegable, como las finamente talladas y labradas por los inimitables artífices chinos o hindúes.

La previsión que exigen las jugadas, el grado de concentración que suponen, las posibles evasivas o amenazas del adversario

• Formación de combate.

Los bandos se llaman blanco, y negro, como las piezas, y la jugada inicial le corresponde siempre al blanco.

Al comenzar la partida, el tablero debe estar colocado de. modo que a la derecha de cada jugador la casilla de la esquina sea blanca.

Después, por sorteo, se determina a quién le tocan las blancas y a quién las negras.

Las ocho figuras de cada bando forman en la primera y octava líneas del tablero, y delante de cada una se van colocando los ocho peones en sendos casilleros. La dama debe ocupar la casilla de su mismo color.

Si es blanca, ocupará casilla blanca y tendrá a su izquierda, en orden sucesivo, un alfil, un caballo y una torre; y a su derecha tendrá al rey, con su respectivo alfil, caballo y torre.

Si es negra, ocupará casillero negro y tendrá al rey a su izquierda y un alfil a su derecha, siguiendo las demás piezas en el orden ya mencionado.

El lado del rey se denomina flanco de rey, y el de la dama, flanco de dama; distinguiéndose ambas torres, caballos y alfiles, según estén situados en uno u otro flancos.

Ejemplo: torre de rey, torre de dama, etc. Es muy importante conocer el valor equivalente de las piezas, pues de este modo el jugador combinará mejor sus planes, no arriesgando en vano las más valiosas, o vendiendo cara su captura, o sea, tratando de no quedar en desventaja cuando pierde una para ganar otra.

El peón expresa la unidad de valor y se le considera igual al. El alfil y el caballo valen 3 (peones); la torre vale 5 (peones); la dama vale 9 (peones). Según esta pauta, pueden deducirse las proporciones de equivalencia recíproca entre las figuras.

Todo esto se calcula, claro está aproximadamente.

El valor del rey es inapreciable y está fuera de tasación; pero cuando en ciertas oportunidades actúa como pieza, su valor excede muy poco al del alfil.

• El poderío bélico.

¿Qué poder y alcance tienen las piezas en este simulacro bélico?.

Para determinarlo digamos algo sobre las operaciones de captura, y consignemos luego la capacidad de movimiento de cada pieza, sus atributos y sus limitaciones.

La faz aniquiladora de la lucha está expresada en la captura de las piezas de un bando por las del contrario, cuando se hallan situadas en su línea de acción.

Se efectúa quitando del tablero la pieza apresada y colocando en su lugar la que hace la captura.

Una toma curiosa es la que se efectúa "al paso", exclusiva de los peones, y que no es obligatoria.

Ocurre cuando un peón abandona su casilla inicial y queda en la casilla situada justamente al lado de un peón contrario, en su misma línea.

Las Piezas del Juego: Rey-Dama-Alfil-Caballo-Torre-Peón

Este último puede comerlo en sentido horizontal, a derecha e izquierda, tal como lo haría diagonalmente.

• ►Movimientos, Enroque, Amenazas y Captura de la Piezas

El rey puede moverse en todas direcciones; pero sólo un cuadro, hacia cualquiera de las casillas inmediatamente vecinas.

Solamente en una ocasión podrá abarcar dos casillas, y es en la maniobra llamada enroque, que consiste en mover al rey dos casillas hacia la torre, y colocar ésta al lado del rey, saltando por encima de él.

Se llama enroque corto cuando se hace con la torre de rey, y enroque largo cuando se utiliza la torre de dama.

Su misión es proteger al rey y desplazar la torre hacia el centro para una acción inmediata.

Es la única jugada en que se movilizan al mismo tiempo dos piezas del mismo color.

Para realizarla, es preciso que el espacio entre el rey y la torre del enroque esté libre de piezas; que tanto el rey como la torre no se hayan movido ninguna vez durante el juego; que el rey no esté amenazado por otra pieza, ni pase por alguna casilla amenazada, ni quede amenazado después del enroque.

Cuando está en posición de peligro, goza del privilegio de ser advertido de ese peligro por el enemigo.

Esta advertencia o aviso se hace con las palabras jaque al rey, y tiene lugar cuando está directamente atacado por otra pieza, a fin de que el jugador lo mueva a casilla libre, o lo cubra interponiendo otra pieza o peón, o capture la pieza que lo amenaza.

Puede tratarse del llamado jaque en descubierto, que se produce al mover una pieza o peón que cubría a otra que —al despejarse su trayectoria por aquel movimiento— queda descubierta y amenazando al rey.

También es corriente el jaque continuo (o perpetuo), que es una persecución obstinada del rey por una pieza; pero aquél logra eludir el asedio haciendo que el juego se repita indefinidamente en el mismo lance, con lo que se libra de la derrota.

El más sencillo es el jaque directo, que se da al mover una pieza por sí misma y sin amenazar a otra más que al rey; por último, existe también el jaque doble, cuando se ataca al rey con dos piezas, o bien con una se ataca al rey y a otra pieza, o cuando con una se ataca al rey y con otra se ataca a otra pieza.

Si ocurre que el rey, a pesar de estas caballerosas advertencias de peligro que le hace el adversario, no tiene escapatoria ni defensa posible, se da el llamado jaque mate, expresión que deriva del persa Shah mat, o sea ¡El rey ha muerto!.

Esta frase lo dice ya todo en su solemne y significativa elocuencia; la partida termina en el acto con la derrota del bando cuyo rey padece el mate irremediable.

A veces el rey es tomado por sorpresa y se le da mate en apenas dos jugadas, como en el llamado mate del loco, pesadilla de los principiantes.

Otros descalabros veloces se logran con el mate del pastor en cuatro jugadas, y el mate legal en siete.

Pero no siempre estas batallas terminan en victorias, pues muchas veces desembocan en el desenlace llamado tablas, que es un verdadero empate.

Entre otras circunstancias, esto ocurre cuando un rey que no está en jaque carece, sin embargo, de casilla disponible para moverse, y tampoco puede jugar ninguna de sus piezas.

Se dice entonces que el rey está "ahogado" y se le saca del apuro declarando que Ja partida es tablas.

También se llega a este desenlace en los casos de jaque continuo; y cuando ambos bandos han perdido muchas piezas encontrándose sus fuerzas incapaces de lograr la victoria.

La dama es la pieza más ágil y peligrosa. Se mueve, como el rey, en todas direcciones, pero sus diagonales, verticales y horizontales se extienden a todo el tablero sin limitación.

Salvo los del caballo, todos los movimientos le están permitidos.

Su celeridad sólo puede ser comparable a la de la aviación en la guerra moderna.

• SOBRE EL ORIGEN DEL JUEGO DE AJEDREZ

El conjunto del juego de ajedrez con el tablero y las piezas colocadas en posición inicial nos hace recordar un campo de batalla, definido por unos límites en el cual se enfrentan dos ejércitos claramente diferenciados prestos a entrar en combate.

Las 64 casillas por donde ha de discurrir la confrontación están bien diferenciadas, siendo de color claro la mitad de ellas y la otra mitad, de color oscuro.

Nos puede correr la imaginación con multitud de batallas disputadas en este mundo claramente definido, haciéndonos retroceder en el tiempo donde la caballerosidad y las reglas estrictas de lucha marcaban las pautas de la batalla.

A través del mismo nos llega un modelo de sociedad militar donde se reflejan las grandes gestas (la heroica coronación del peón y su transformación después de todas las penalidades pasadas) y miserias que se producen (la perdición de un gran ejercito debido a la rápida acción de un comando suicida).

juego del ajedrez

• Sobre leyendas de este juego:

La leyenda nos sitúa su nacimiento en la India, su inventor un brahmán llamado Sissa Ben Dahir lo concibió para distracción y ocio de un rey, tal  fue el éxito en la corte de dicho rey que ofreció a tan brillante inventor que eligiera su recompensa.

El brahmán solicitó que le fuera concedido un grano de trigo en la primera casilla del tablero, dos en la segunda,  cuatro en la tercera y seguir doblando la cantidad hasta totalizar las 64 casillas del tablero.

Dejo a disposición de la gente que tenga una calculadora a mano, el saber la cantidad de granitos de trigo le correspondían al sabio por la invención del juego, dudo que el rey pudiera hacer frente a dicha comanda, ya que la cifra final es tan elevada que  sobrepasa la producción mundial de trigo de la actualidad.

Casi todos los escritos que hay sobre los orígenes del ajedrez tienden a realzar el influjo que ejerce a todo aquél que lo practica.

Las leyendas  se originan en distintas civilizaciones pero en su mayoría se sitúan en el Lejano y Cercano Oriente.

Dichas narraciones fueron transmitidas de forma oral y los árabes, al ser los sucesores de la tradición cultural de la zona indo-persa por derechos de conquista, fueron los que asimilaron las tradiciones del ajedrez a su cultura. Con el tiempo pasaron a ser escritas adaptándolas a su conveniencia.

Jaque mate: Expresión con la que en el ajedrez uno de los jugadores indica que ha vencido al contrincante. Deriva del persa «shah-mat», que significa el shan, es decir, el rey, está perdido, y con ello concluye la partida.

Algunas divergencias sobre los orígenes:

Una de las historias de los orígenes del ajedrez tuvo fuerte arraigo en la Edad Media que daba como inventor del juego a Palamedes, combatiente en la guerra de Troya.

Cuenta la leyenda que Ulises lo odiaba por ser su genio superior al de él, aunque el héroe de Troya al final consiguió ganar.

Un estudioso llamado Souterus lo reconoció como posible creador del juego.

La fuerte influencia que los clásicos griegos ejercieron en esta época (la Edad Media) sobre todo realzado con los trovadores y juglares que transmitían leyendas e historias por medio de la canción y la palabra hicieron como valedores de invención de problemas ajedrecísticos a Aristóteles, Platón, Arquímedes... aunque seguramente no fueran ellos sus autores.

 Parece que se desarrolló hasta el siglo XX, un juego que tenía fuerte parecido a nuestro protagonista, en zonas de China e Indochina; otros con similitudes en el que intervenían dados, fichas y tablero denominados petteia en los griegos o el de los romanos llamado latrunculi.

Ambos se jugaban en un tablero escaqueado, aunque a modo de ser estricto su parecido es más cercano a otro juego de la actualidad, el backgammon.

En Bizancio los griegos jugaban a un juego con similitudes, mucho antes de la aparición del ajedrez en Europa a través de la invasión árabe en España, llamado zatrikión cuya introducción es achacada a los persas.

También existe una tesis sobre la creación del juego por parte de los egipcios en tiempos faraónicos.

Dichas tesis fueron formuladas por Brunet y Ballet en su libro “El ajedrez, investigaciones sobre su origen” (Barcelona, año 1890) y las justificaban con unos bajorrelieves hallados en tumbas con el escaqueado del tablero.

Dicha tesis goza en la actualidad de poca aceptación.

 En el siglo VII se encuentra fuertemente detallada la actividad ajedrecística en la cultura árabe a través de una inmensa colección de finales de partida denominados mansubat.

Los mansubat están presentados como sería hoy en día una revista de ajedrez de resolución de problemas detallando el número de movimientos a realizar, indicando  el bando que mueve y el bando que tiene que conseguir la victoria o el empate.

Altos dignatarios del mundo musulmán tenían un fuerte arraigo con el ajedrez encontrándose mansubat realizados por Visires, Califas o Emires.

Estas composiciones pueden ser consideradas como la primera gran manifestación de la introducción cultural del ajedrez en un pueblo.

Para reproducir los movimientos, los árabes identificaban a las columnas del tablero por los nombres de las piezas que las ocupaban al inicio de la partida ("de la torre", "del caballo"), dicha nomenclatura fue la empleada por el Rey Castellano-Leones Alfonso X el Sabio.

Los árabes llegaron a perfeccionar también un sistema de notación que sirvió de base al sirio naturalizado francés Philippe Stamma para desarrollar el actual sistema de notación algebraico único aceptado actualmente por la Federación Internacional de Ajedrez, la F.I.D.E.

• El nombre de las piezas

Chaturanga en el idioma de su país de origen significa “cuatro miembros”.

En el ejército de la India eran esos cuatro miembros carros de combate, los elefantes, la caballeria y la infantería.

Vemos la similitud con las torres, alfiles, caballos y peones de la actualidad.

Posiblemente, los nombres actuales de las piezas proceden de voces arábigo-persas corruptas.

De hecho, podemos afirmar hoy que, salvo  los nombres de muy fácil traducción, como caballo, rey o peón, los demás son expresiones que ya eran corrupciones del sánscrito cuando las adoptaron los persas.

Nuestro famoso erudito Souterus compara las voces de jaque y mate, con mucho criterio con "xa" y "mat", "el rey está muerto", de los babilonios que se presupone que de ahí pasó a los persas y de Persia a Occidente.

 Las labores detectivescas para averiguar de dónde sale la palabra "alfil" nos llevan hacia el "hasti", del sánscrito, a "pil", en persa, y "fil", "elefante" en árabe.

Si anteponemos el artículo árabe "al" queda al descubierto su transformación al castellano.

 La llegada del Ajedrez a Europa

No sabemos con precisión cuándo, pero seguramente antes del siglo XI ya se encontraba difundido en buena parte de Europa.

Durante mucho tiempo se insistió en torno de la posibilidad de que los francos del Imperio carolingio ya lo conocieran o lo practicaran, aunque nada hay de seguro en ello, con la excepción del juego que supuestamente el califa Harum Al Raschid habría enviado como presente al soberano junto con otros regalos, como parte de un plan de buenas relaciones  entre ambos jefes.

Las piezas de ese juego se hallaban originalmente en la abadía de Saint Dennis.

En la historia de dicha abadía, compuesta por Jacques Doublet y publicada en 1625, se hace referencia a su extravío por muchos años.

Las piezas están grabadas, en su base, con caracteres árabes. Twiss, quien vio el juego en 1787, dice que para esa fecha había en la abadía quince piezas mayores y un peón, todas de marfil.

La tesis de más confianza supone que se trata de la obra de un griego oriundo de Constantinopla.

 El juego incluye entre sus piezas una figura femenina, por lo que de ningún modo pudo haber sido elaborado por un musulmán, no sólo porque éstos nunca tuvieron esa pieza, sino porque los árabes tienen prohibida la representación de figuras, ya humanas, ya animales.

El envío se produjo poco después de la coronación de Carlomagno -en la Navidad del año 800- y pudo tratarse de un regalo para su boda con Irene, la emperatriz de Bizancio (actual Estambul, en Turquía), que nunca se realizó.

Forbes opina que la dama, como pieza de ajedrez,  llega a Occidente con el juego que Carlomagno recibiera como obsequio.

 Philidor ya sabía, en 1749, que el ajedrez guardado en la abadía de Saint Dennis había pertenecido al más grande emperador de los francos.

Éste sería el tablero más antiguo ingresado en Occidente, pero existen otros, corroborados por referencias comprobables, como el testamento del conde de Urgel, quien legó al convento de dicha ciudad catalana, en el año 1010, su tablero con todas las piezas, según lo certifica un documento que se conserva en la actualidad en el Archivo Histórico de la Corona de Aragón.

 Tal vez uno de los documentos más importantes sea el del rey Martín El Humano, de 1410, en el que se encuentran tres carillas dedicadas a tableros y piezas de ajedrez de distintos materiales.

Casi se puede decir que este rey fue un coleccionista en lo que a juegos de  ajedrez respecta.

 Ya pasada la primera mitad del siglo XI, el documento que más nos interesa es la valiosísima carta de Damiani, arzobispo de Ostia, quien en 1061 escribió al Papa Alejandro II dándole cuenta del castigo que había impuesto a un prelado de su diócesis que se  entretenía jugando al ajedrez.

De esto deducimos que para esa fecha el juego de los escaques había prendido entre la clerecía y se  hallaba ampliamente difundido en el mundo medieval.

 Sin embargo, la conciencia ajedrecistica tardó bastante en germinar en las mentes medievales.

Prueba de ello es que la bibliografía, en lo que específicamente hace al juego, es escueta.

En su mayoría se trata de composiciones de carácter literario; poemas épicos en francés antiguo, en alemán, en anglosajón u otros idiomas, en los que se da cuenta del carácter extremadamente bélico que los medievales dieron a este juego, mucho más todavía que los árabes.

De hecho, el ajedrez era, en España y en otros países del occidente medieval cristiano, una de las disciplinas que debía cultivar el futuro caballero, junto con los deportes ecuestres, la caza y la buena lectura (como las Sagradas Escrituras).

 La segunda gran incorporación es el escaqueado; vale decir la alternancia de casillas claras y oscuras, o claras y rojas o rojas y negras, que si no cambia radicalmente el juego torna obsoletas algunas prácticas musulmanas, a la vez que crea alfiles de colores distintos en ambos bandos, los que no existían hasta su introducción.

 ¿Cuándo el tablero dejó de ser unicolor y pasó a ser escaqueado o ajedrezado?.

Tenemos una precisa alusión en una composición lírica del año 1100, aproximadamente, procedente del Sacro Imperio Romano Germánico, que se titula Einsiedeln Poem y que afirma que el tablero nuevo simplifica el cálculo de los movimientos, permite descubrir  errores o movimientos falsos y ayuda a determinar si un peón tiene posibilidades de coronar o no (recordemos que éste era,  precisamente, uno de los temas que más preocupaban a los teóricos árabes).

• ►Del Firzán a la Dama

La metamorfosis del firzán en dama está ligada a la condición de la mujer en Oriente y en Occidente.

Una pieza como la dama o reina, claro producto del amor cortés y la poesía trovadoresca, sólo pudo haber sido moldeada en el occidente medieval cristiano, con su alta  cuota de represión sexual.

En Oriente, a la dama no se la ensalza; se la goza, se disfrutan con ella los placeres de la carne, sin culpa alguna, sin perdón ni arrepentimiento.

Etimológicamente, el proceso operado en el caso específico de la dama, hizo que de firzán se pasase a alferza, nombre que le da el rey Alfonso el Sabio en su célebre manuscrito ajedrecístico.

Al latinizarse, esta voz se transforma en fercia, con lo que se da el paso clave para su metamorfosis sexual, ya que el alferza de Alfonso seguía siendo un personaje de sexo masculino.

Los franceses hicieron fierce y mas tarde vierge (virgen), asociándola con la Virgen María, con lo cual ya había cambiado de sexo.

Las obras en latín la bautizaron regina, en parte porque la Virgen María es la Reina del Cielo, o Regina Coelis, y en parte porque en la mayoría de las monarquías medievales la reina ocupaba un lugar importante.

 Los medievales sólo podían entender un juego como el ajedrez siempre y cuando, junto al rey, se encontrase la figura de la reina.

Ella es regente de sus hijos menores de edad, hasta que estén en condiciones de hacerse cargo del trono; ella gobierna, toma decisiones, hace la guerra, hace el amor (con el rey o, en ausencia del rey, con algún gentilhombre dispuesto que hubiere en la Corte).

En otras palabras, es un personaje importante y la compañía indiscutida del rey.

 En algunas regiones de Europa al rey se lo llamó dominus o señor, también por influencia religiosa; por lo tanto la reina fue llamada domina, fundamentalmente en tierras itálicas, de lo que fácilmente se pasó a donna o señora, de lo que derivó dama.

Muy probablemente los españoles empezaron a llamar dama a esta pieza por influencia itálica, promediando el siglo XVI, que fue una época de intercambio fluido entre las dos penínsulas.

 Así es como se operó una de las transformaciones cruciales en la historia del ajedrez y el farzín de los persas, hecho firzán por los árabes, de sexo masculino, lento y de poca importancia en el tablero, vino a resultar la dama ágil, maliciosa, pícara y desenfrenada, capaz de ir de una punta a la otra del tablero en unos pocos movimientos, reuniendo el andar de los dos alfiles y el de la torre.

• ►Vías de Acceso en Europa

Por los musulmanes:

 La España musulmana jugó al ajedrez mucho antes que el resto de Europa, cuando era una cuña árabe en el continente europeo que perduró siete siglos hasta la expulsión de los invasores por los Reyes Católicos, poco antes del descubrimiento de América.

El ajedrez era ampliamente practicado en toda la región por moros, moriscos y mozárabes. Prueba de ello es el códice que sobre el ajedrez compusiera el rey Alfonso X de Castilla, conservado en el Palacio del Escorial.

Esta magnífica obra, que según los investigadores es refundición y traducción de un tratado árabe, contiene 103 problemas, de los cuales 89 son mansubat, en algunos casos mal transcritos.

  • ►Por los cruzados: 

Otra de las probables vías de acceso del ajedrez en Europa fueron las Cruzadas.

El monje Roberto de San Remy compuso en 1099 una historia de la toma de Jerusalén por Godofredo de Bouillon en la que cuenta que los príncipes babilónicos (por referencia a la Biblia) lo usaban como "passetemps".

La gesta militar predicada por Urbano II en el Concilio de Clermont Ferrand, del año 1096, había servido para que el juego completase su difusión occidental.

Al parecer, los sajones recibieron el juego de los daneses, en tiempos del rey Athelstan, entre el 925 y el 940, quienes a su vez lo habían conocido, probablemente, de los rusos, vía Bizancio. Snorri Sturluson da cuenta del interés que tenía el rey de Inglaterra, Canuto el Grande, por este juego.

El ajedrez entró en Inglaterra en tiempos del rey Guillermo el Conquistador.

Este monarca pretendía la corona inglesa, a la cual también aspiraba un señor noble, Harold.

El rey San Eduardo el Confesor muere y Harold se apodera del trono, provocando la invasión de la isla.

Tras la batalla de Hastings, en 1066, Guillermo se hace proclamar rey de Inglaterra. Éste sería el momento en el que el ajedrez entra en Inglaterra.

Ver: Historia de los Naipes

CAMPEONES DEL MUNDO DE AJEDREZ:

Adolf Anderssen (Alemania) 1859-1866

Wilhelm Steinitz1 (Austria) 1866-1894

Emanuel Lasker (Alemania) 1894-1921

José Raúl Capablanca (Cuba) 1921-1927

Alexander Alekhine2 (Francia) 1927-1935

Max Euwe (Países Bajos) 1935-1937

Alexander Alekhine2 (Francia) 1937-1946

Mijaíl Botvinnik (URSS) 1948-1956

Vasili Smyslov (URSS) 1957-1958

Mijaíl Botvinnik (URSS) 1958-1960

Mijaíl Tal (URSS) 1960-1961

Mijaíl Botvinnik (URSS) 1961-1963

Tigran Petrosian (URSS) 1963-1969

Boris Spassky (URSS) 1969-1972

Bobby Fischer (EEUU) 1972-1975

Anatoli Kárpov 3 (Rusia) 1975-1985

Gari Kaspárov 4 (Rusia) 1985-

Anatoli Kárpov 3 (Rusia) 1993-

1 Primer campeón mundial reconocido oficialmente.
2 Alekhine nació en Rusia pero se nacionalizó francés en 1917.
3 Representó a la URSS hasta su disolución en 1991.
Reconocido como campeón por la FIDE desde 1993.
4 Representó a la URSS hasta su disolución en 1991.
Reconocido como campeón por la PCA desde 1993.

El Jugador de Ajedrez Autómata

Tema del Post: Historia del Origen del Juego de Ajedrez y Su Leyenda

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