America Latina en el Mundo: La Guerra por los Recursos Naturales?

América Latina en el Mundo ¿Guerra Por los Recursos Naturales?

BEIJING - WASHINGTON D.C. - CIUDAD DE MÉXICO - BUENOS AIRESLa vieja izquierda y la vieja derecha latinoamericanas sostienen que los próximos conflictos mundiales serán por los recursos naturales, y que la prioridad de los países de la región debería ser proteger la soberanía nacional contra los intentos de las grandes potencias de adueñarse de esos recursos.

Suena bonito, pero refleja una realidad mundial que pasó a la historia hace mucho tiempo.

A diferencia de lo que ocurría hace dos siglos, cuando las materias primas eran una fuente clave de riqueza, hoy día la riqueza de las naciones yace en la producción de ideas.

El siglo XXI es el siglo del conocimiento.

Las materias primas no sólo dejaron de ser una garantía de progreso, sino que en muchos casos son una condena al fracaso.

Para muestra, basta mirar cualquier mapa: muchos países con enormes recursos naturales están viviendo en la pobreza, mientras que otros que no los tienen se encuentran entre los más prósperos del mundo, porque han apostado a la educación, la ciencia y la tecnología.

El índice de los países con ingresos per cápita más altos del mundo está encabezado por Luxemburgo, con 54.000 dólares por habitante, que tiene un territorio minúsculo y no vende materia prima alguna.

“En los siglos pasados, cuando el desarrollo económico se basaba en la agricultura, o en la producción industrial masiva, ser más grande y rico en recursos naturales, tener más gente, era una ventaja.

Hoy día, es una desventaja”, afirma Juan Enríquez Cabot, el académico mexicano que fue profesor de la Escuela de Negocios de Harvard y escribió varios libros sobre el desarrollo de las naciones.

La ex Unión Soviética, el país con más recursos naturales del mundo, colapsó. Y ni Sudáfrica con sus diamantes, Arabia Saudita, Nigeria Venezuela y México con su petróleo, ni Brasil y la Argentina con s productos agrícolas, han logrado superar la pobreza.

La mayoría de tos países tienen hoy más pobres que hace veinte años. Por el contrario naciones sin recursos naturales, como Luxemburgo, Irlanda, Liechtetein, Malasia, Singapur, Taiwan, Israel y Hong Kong, están entre las que tienen los ingresos per cápita más altos del mundo.

El caso de Singapur es especialmente notable.

Era una colonia británica sumida en la pobreza, que recién se convirtió en país en 1965, era tan pobre que sus líderes políticos habían acudido a la vecina Malasia para pedir ser anexados, y regresaron con las manos vacías: Malasia se negó, pensando que hacerse cargo del territorio de Singapur se un pésimo negocio.

En agosto de 1965, cuando Singapur se independizó, el Sydney Morning Star de Australia señalaba que “no hay nada la situación actual que permita prever que Singapur será un país viable”.

Sin embargo, Singapur se convirtió rápidamente en uno de: países más ricos del mundo. Su presidente, Lee Kuan Yew, que ha sido abogado de los sindicatos comunistas, concentró todos sus esfuerzos en la educación.

Convirtió el inglés en idioma oficial en 1978 dedicó a atraer empresas tecnológicas de todas partes del mundo comienzo del siglo XXI, el ingreso per cápita de Singapur era prácticamente igual al de Gran Bretaña, el imperio del que se había independizado.

Y tal como lo relatamos en un capítulo anterior, Irlanda siempre había sido la hermana pobre de Gran Bretaña, hasta que su revolución tecnológica le permitió superarla.

LA GUERRA POR LO RECURSOS
Según Noan Chomsky en "Ambiciones Imperiales"

Ese es un factor muy presente en toda dominación, pero no siempre es el único.

Por ejemplo, Reino Unido no pretendía controlar Palestina por sus recursos naturales, sino por su situación geoestratégica.

En la ambición de dominio y control intervienen muchos factores, pero sin duda la búsqueda de recursos es uno muy habitual.

Pensemos en la conquista estadounidense de Texas y de la mitad, aproximadamente, del territorio de México hace 150 años.

Por lo general, no se la suele tildar de guerra por los recursos naturales de un país, pero en realidad lo fue. No tienes más que echar un vistazo a lo que estaban haciendo los demócratas jacksonianos, como James K. Polk y otros políticos de la época.

Estaban intentando hacer exactamente lo mismo de lo que se acusó de estar intentando hacer a Sadam Husein en 1990 cuando invadió Kuwait: hacerse con el monopolio de uno de los principales recursos energéticos del mundo.

La diferencia es que hace 150 años se trataba del algodón y lo decían sin tapujos.

El algodón servía de combustible para la Revolución Industrial exactamente del mismo modo que hoy el petróleo lo es para el mundo industrializado.

Uno de los objetivos que se perseguía al conquistar esos territorios, sobre todo el de Texas, fue asegurar a Estados Unidos el monopolio del algodón y someter a Gran Bretaña a nuestros deseos, ya que nosotros controlaríamos el recurso del que ellos dependían para sobrevivir.

Reino Unido era la primera potencia industrial del mundo, y Estados Unidos era en aquel entonces una potencia industrial menor.

Además, recuerda que Reino Unido era el gran enemigo del momento, una poderosa fuerza que estaba impidiendo la expansión estadounidense hacia el norte, por Canadá, y hacia el sur, por Cuba.

Así pues, se trató de una guerra por el control de unos recursos energéticos, en su sentido más profundo, si bien hubo otros factores en juego.

No es un caso infrecuente. Por ejemplo, la conquista israelí de la Ribera Occidental responde, en parte, a su deseo de apoderarse de las reservas de agua, cosa que Israel necesita, pero hay muchas otras razones.

Fuente Consultada: Cuentos Chinos de Andrés Oppenheimer


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