Hipnosis en el Psicoanalisis - Historia Freud y Anna O.

Hipnosis en el Psicoanálisis Josef Breuer -Historia de Freud y Anna O.

Este incidente había asustado tanto a Anna que lo relegó a lo más profundo de su inconsciente y su brazo se paralizó.

Sin embargo, una vez que recordó cuanto había pasado y habló de ello con el doctor, no vio más serpientes ni calaveras y pudo mover de nuevo su brazo.

Finalmente, en junio de 1882, Anna parecía curada.

El tratamiento había concluido; ella y el médico se despidieron, supuestamente por ultima vez.

A pesar de esto, un día después, Breuer volvió a ser llamado. La madre de Anna le dijo que la joven sufría de contracciones. ¡Era más que eso! Cuando entró en la habitación, la escuchó decir: «Ahora llega el hijo del doctor Breuer».

Estaba dramatizando un nacimiento.

Golpeado por esta abierta exhibición sexual que lo implicaba a él, Breuer la hipnotizó y le dijo que el incidente era imaginario.

Se hizo además el propósito de no verla nunca más.

Es probable que por este incidente, el médico esperase largo tiempo antes de publicar nada sobre el caso y no llevase sus estudios de histeria mucho más lejos.

anna o Hipnosis en el Psicoanálisis Josef Breuer

Más tarde se enteró que Anna, tratada por otro médico, había terminado aficionándose a la morfina y confinada en un sanatorio.

Si Breuer no hubiera contado a su amigo Freud este caso, podría ser que éste nunca hubiera propuesto sus teorías revolucionarias sobre la mente humana.

Pero Breuer lo hizo.

Al principio, Freud se mostró solamente un poco curioso, porque sus intereses profesionales lo mantenían en otra parte.

En 1886, sin embargo, una larga parte de su práctica médica estaba dedicada a las mujeres que sufrían de histeria.

Los métodos de los tratamientos convencionales no eran satisfactorios y recordando el caso de Anna O., practicó la «cura hablada» con uno de sus pacientes.

El análisis freudiano había nacido.

Breuer fue el primero que identificó la parte inconsciente de la mente, la mente que guarda los pensamientos que no son admitidos conscientemente, pensamientos tan terribles que no afloran a la superficie.

Vio que podían curarse los síntomas de la histeria sacando estas ideas a la superficie.

anna OPero fue Freud quien desarrolló estos conocimientos rudimentarios en una teoría; quien vio los elementos de sexualidad que yacen en la mayoría de los enfermos mentales (siempre decía que Breuer había cometido un error al no enfrentar la sexualidad en el caso de Anna O.). Fue él quien descubrió que el paciente transfería sus sentimientos de amor y odio al analista.

Así inventó el psicoanálisis.

Anna O. fue Bertha Pappenheim en la realidad, escritora, feminista y acérrima enemiga de la trata de blancas.

Dedicó su vida a ayudar a otros.

El tiempo transcurrido entre su tratamiento con Breuer y los comienzos de su carrera está totalmente en blanco.

A los 29 años se mostró interesada en ayudar a los judíos sin casa ni hogar por los progroms de Europa del Este.

Ella vivía entonces en Frankfurt, Alemania, con su madre. Inmediatamente puso en marcha un orfanato para niños judíos y formó una organización local y nacional para las mujeres judías que quisiesen trabajar en forma voluntaria.

Por este tiempo, estaba extendido el tráfico con jóvenes judías de los ghettos.

Cuando lo descubrió, comenzó una campaña individual en contra, escribiendo panfletos, repartiendo lecturas y comenzando la construcción de un hogar para jovencitas delincuentes y vacilantes.

De paso encontró tiempo para escribir cuentos para niños (muchos como aquellos del «teatro privado»), obras teatrales y traducciones de literatura feminista.

A pesar de todo lo que hizo por los demás, estaba muy sola. Gózala de pocas amistades verdaderas y, hasta donde sabemos, ningún amante. Una vez escribió en una carta: «He pensado con frecuencia que si uno no tiene a quién amar, odiar es algunas veces un buen instituto».

El 28 de mayo de 1936 murió ya vieja, a los 70 años, haciendo valientemente chistes sobre cómo el color de algunas rosas amarillas igualaba al de su tez.

Años más tarde, el doctor Ernest Jones reveló la conexión entre Anna O. y Bertha Pappenheim en una biografía sobre Freud.

Quedan algunas preguntas por hacer.

¿Qué causó la enfermedad de Bertha Pappenheim? Si varios de sus parientes habían estado mentalmente enfermos, ¿se puede decir que estaba genéticamente dispuesta a ella?.

¿Adonde hubiera llegado si hubiera podido continuar de tratamiento? ¿Hubiera sido, como lo fue, una ayuda para los demás, o en cambio, una esposa y madre feliz, aunque menos productiva socialmente.

Ver: El Lavado de Cerebro

Fuente Consultada: Almanaque Insólito Tomo 3 Wallace-Wallechinsky


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