Expansión Militar Romana en Italia:Latinos Samnitas y Magna Grecia

Expansión Militar Romana en Italia:Latinos Samnitas y Magna Grecia

LA CONQUISTA DE ITALIA POR ROMA:

Los éxitos de los galos en Roma hicieron de estremecer de júbilo a los pueblos recientemente vencidos.

Era una señal promisoria para todos ellos que se sublevan conjuntamente.

En este momento culminante de la república patricia, ella debe no solamente reconstruir la capital y rodearla de una poderosa muralla, sino también rechazar las invasiones y resistir una sublevación general.

El resultado fue brillante: ciento veinticinco años más tarde Roma dominaba a toda Italia.

Los latinos creyeron que era el momento de aplastar a la gran ciudad y declararon una guerra fratricida.

Fue tremendo, según cuenta Tito Livio, oponer hombres de la misma lengua, de las mismas costumbres, de la misma organización militar; soldados contra soldados, centuriones contra centuriones, todos igualmente valerosos y a menudo antiguos camaradas de guarnición.

Los jinetes de un ejército conocían a todos los del otro. En tres años, los latinos fueron sometidos.

El Lacio, anexado al territorio romano se cubrió de colonias romanas y le proporcionó soldados continuamente.

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• LOS SAMINITAS:

Habitaban al este y al sur. Cada año eran rechazados, pero regresaban más agresivos. Los más encarnizados fueron los samnitas.

Por su carácter implacable, la duración de las luchas (setenta años) y el agotamiento mutuo de los combatientes, las guerras samnitas dejaron a todos un recuerde intensísimo.

La guerra se encendió en Campania, llanura fértil, con un clima de eterno verano.

Los samnitas la invadieron.

Los habitantes de Campania pidieron socorro a Roma que, feliz de procurarse un rico granero, intervino muy pronto. Los combates de llanura la favorecieron.

Fue necesario no obstante, ir a la montaña y entonces la lucha se redujo a una terrible guerra de emboscadas.

A veces los romanos se dejaban sorprender, pero después comprendieron la necesidad de ocupar Apulia, base del aprovisionamiento samnita.

Roma anexó Campania, estableció su protectorado sobre Italia del centro y del sur.

La Magna Grecia se estremeció cuando vio a los romanos a sus puertas.

Tarento creyó poder reanimar las resistencias samnitas y etruscas; una batalla decisiva en el corazón de los Apeninos, Sentino, dio el triunfo a Roma (-295), pero Tarento no se resignó y llamó a un ejército mercenario.

Pirro, rey de Epiro y nieto de Alejandro, capitán renombrado, llegó con veinticinco mil hombres y una gran novedad: elefantes y miles de arqueros.

Estos elefantes desconcertaron a los romanos, cuyos caballos se encabritaron, y los soldados de infantería perdieron su arrojo.

Pirro venció en dos encuentros, pero sufrió pérdidas tan graves, tan irreparables para su cuerpo expedicionario que confesó: "Otra victoria de esta clase y no tendré más soldados".

Entonces decidió conquistar Sicilia para reclutar tropas.

Se alió a los griegos de Siracusa y luchó inútilmente durante tres años contra Cartago.

Fatigado, debilitado, volvió a Italia.

Las legiones ya no se sorprendieron; habían aprendido a combatir contra los elefantes.

Aplastado en Benevento, Pirro se reembarcó hacia su reino.

Poco tiempo después fue muerto en un asalto a una ciudad griega.

Roma recogió el fruto del incesante martilleo galo sobre Etruria, que desgastada por las frecuentes incursiones, se entregó fácilmente.

La orgullosa comarca debió capitular y fue anexada al territorio de la república (-265).

Roma extendió su protectorado hasta los galos: pudo controlar la vertiente adriática de los Apeninos, desde Ancona a Rimini.

Toda Italia, cuya frontera norte llegaba hasta el Rubicón, obedecía ahora a Roma .

LA ORGANIZACIÓN DE LA ITALIA ROMANA

Hubo que organizar en todas partes una dominación duradera, teniendo en cuenta la importancia militar de los lugares, la lealtad guardada o los servicios que podían ofrecer.

Con gran habilidad Roma utilizó dos sistemas: la anexión y la alianza.

Los territorios anexados forman parte de la república; ésta guarda las dos terceras partes del suelo para acrecentar el dominio público (ager publicus) y para buscar una fuente de recursos, e instalar colonias.

Las colonias son ciudades fundadas por ciudadanos romanos o latinos, con instituciones calcadas sobre las de Roma; su conjunto constituye una red de vigilancia que beneficia a las rutas romanas.

Roma deja el último tercio de suelo a los antiguos habitantes, mediante un tributo anual.

Gozan ellos del derecho latino, es decir, de derechos civiles pero no políticos, y administran sus ciudades o municipios.

Los aliados aceptan por tratado la protección romana.

Tienen el derecho de mantener sus instituciones, pero pagan un tributo, juran fidelidad a la república y se comprometen a proporcionarle un contingente fijo de soldados, en caso de guerra.

Durante doscientos cincuenta años las guerras hicieron estragos.

El orden romano reinaba, sin embargo, sobre toda Italia. Roma, que poseía un puerto de mar, Ostia, se convirtió entonces en un centro comercial activo y en el gran depósito de Italia central (trigo de las llanuras, metales etruscos, pieles y lanas de los Apeninos).

Allí se aprovisionaron los comerciantes fenicios o griegos.

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Enlace Externo:• Historia de las campañas militares romanas


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