El Cometa Halley Biografía de Edmund Halley

El Cometa Halley
Biografía de Edmund Halley

En 1682, en el cielo de Inglaterra comienza a brillar un cometa de larga cola.

La gente cree que anuncia grandes catástrofes y hasta el fin del mundo.

Ante el asombro de los científicos, un astrónomo calcula su órbita alrededor del Sol y predice que volverá a pasar cerca de la Tierra al cabo de 76 años.

Un astrónomo inglés nacido en 1656, Edmund Halley, fue el descubridor del cometa que lleva su nombre.

Cuando en 1682 apareció en el cielo un cometa de larga cabellera, algunos charlatanes anunciaron que era signo de grandes catástrofes y del fin del mundo.

Pero Halley creía otra cosa.

El cometa que apareció ese año seguía, según sus cálculos y datos, un camino semejante a los cometas que habían aparecido en 1456,1531 y 1607.

Determinó que era el mismo objeto celeste y anunció que volvería a aparecer hacia 1758.

Acertó, el cometa se vio el día de Navidad de ese año, aunque él no pudo verlo, ya que había muerto en 1742 a los 82 años.

La última vez que se vio este cometa fue en 1986 y no regresará hasta el año 2062.

EL COMETA HALLEY
Introducción: Los cometas y los meteoros

Se dice que hay dos millones de cometas en el sistema solar.

El más famoso, el cometa de Halley, fue visto por última vez cuando rozó la Tierra en mayo de 1910.

Los habitantes de la Tierra le verán de nuevo en 1986.

El cometa al que se ha dado mayor publicidad de la historia, el Kohoutek, se vio desde la Tierra en enero de 1974.

Diez meses antes, un astrónomo, el doctor Lubos Kohoutek, observó por primera vez el celebrado cometa cuando se encontraba todavía a 600 millones de kilómetros de la Tierra.

En un determinado lugar, la cabeza del cometa (llamada la coma) tenía un tamaño de 530.000 Km. y su cola medía 50 millones de kilómetros.

Desde el espacio exterior, los astronautas del Skylab lo fotografiaron, y la nave espacial Mariner 10 que se dirigía a Venus lo midió.

Las previsiones eran que el Kohoutek, ya que entraba a gran velocidad en el sistema solar, sería «tan brillante como un cuarto de Luna».

Pero su llegada proporcionó la decepcionante visión de una pálida y apagada sombra.

Los radio-astrónomos, sin embargo, no fueron defraudados.

La revista National Geographic dio cuenta de que «se han identificado dos importantes compuestos —cianuro de metilo y cianuro de hidrógeno— nunca observados con anterioridad en los cometas, pero no obstante hallados en las regiones del espacio donde están naciendo las nuevas estrellas».

Esto demostró que los cometas se formaban no en las órbitas planetarias del interior de nuestro sistema solar, sino en el lejano espacio exterior de más allá de los planetas.

No obstante, el Kohoutek volverá y los humanos lo verán otra vez —dentro de 75.000 años.

Chisporroteantes meteoros ardientes —algunos, enormes bolas de luego; otros, meras partículas— bombardean la atmósfera terrestre a razón de un millón cada hora.

Únicamente unos 150 meteoros al año penetran en la atmósfera terrestre y sobreviven hasta golpear la superficie de la Tierra.

Son los llamados meteoritos.

El mayor meteorito jamás encontrado sobre la Tierra fue el que aterrizó en Hoba West (África del Sudoeste).

Pesaba 60.000 kg.

• ►HISTORIA DEL COMETA HALLEY:

No hay nada misterioso respecto al, nombre del cometa Halley. Los cometas se denomina universalmente con el nombre de su descubridor.

Es el tributo a la paciencia, vigilancia y destreza astronómica que hizo posible el descubrimiento.

Edmund Halley (1656-1742)

Y el astrónomo inglés Edmund Halley (1656-1742) no sólo descubrió su cometa, sino que enseño el modo de descubrir otros cometas.

Indudablemente es la cola lo que distingue al cometa de otros astros, pero también se distinguen por la singularidad de sus apariciones.

Las estrellas están siempre en su sitio, fijas en las constelaciones y los planetas se desplazan con movimientos conocidos a lo largo sus trayectorias previstas.

Sin embargo, el cometa va y viene y cuando llega a nuestro cielo aparece en un lugar del cielo anteriormente vacío, extiende su cola, se mueve entre las estrellas y en unos días, semanas o meses pierde su luminosidad y desaparece.

Dada la singularidad de su apariencia y comportamiento, en la antigüedad se dudaba que los cometas tuvieran alguna relación con el cielo.

Era más plausible admitir que se movían en la atmósfera superior.

Esta noción se apoyaba en los argumentos de Aristóteles pues si el cielo era invariable nada tan aleatorio e irregular como que un cometa podía habitar en él.

En sus idas y venidas los cometas se comportaban más como tormentas caprichosas que como planetas puntuales.

O también como un terremoto, al que recordaban por su súbita e inesperada llegada.

De un modo u otro los cometas podían ser sometidos a estudio y experimentación.

Isaac Newton Y de este modo Edmund Halley descubrió el cometa más famoso de todos los tiempos.

La historia del descubrimiento se inició con una visita que hizo a Cambridge en 1684.

Como es sabido la teoría del sistema solar fue expuesta por Isaac Newton en su libro Mathematical Principies of Natural Philosophy, publicada en 1687.

Allí muestra que todos los cuerpos materiales se atraen unos a otros con una fuerza universal que varía en-razón inversa al cuadrado de la distancia que les separa y que los planetas giran alrededor del Sol de acuerdo con las tres leyes de Kepler.

biografia de johannes kepler

Más específicamente Newton demostró que, según su velocidad, la órbita de todo cuerpo alrededor del Sol corresponde a una de las secciones cónicas, la elipse la parábola o la hipérbola.

El Sol permanecía en el foco de la curva y el radio trazado del Sol al planeta barre áreas iguales en tiempos iguales

En 1684 Newton tenía ya los gérmenes de estas ideas pero después de su desarrollo, las había dejado sin publicar.

Tenía cuarenta años y era Profesor Lucasian de Matemáticas en la Universidad de Cambridge.

Mientras tanto Halley, que vivía en Londres, tenía veintisiete años y era miembro de la Royal Society con una destacada reputación de astrónomo.

Era conocido por su catálogo de 360 estrellas del hemisferio Sur, que había preparado a partir de observaciones realizadas en la isla de Santa Helena cuando tenía sólo veintiún años.

En agosto de 1684 Halley visitó a Newton en Cambridge y le animó para que explicase a todo el mundo los movimientos de la Luna y de los planetas finalizando así sus famosos Principia.

Ante las dificultades económicas de la publicación, Halley pagó los costos del libro de Newton de su propio bolsillo, mientras que el autor que gozaba de una buena posición económica no contribuyó a los gastos. Los años anteriores a la publicación de los Principia fueron ricos en cometas.

COMETA HALLEY

Hubo uno en 1677, otro de especial brillo en 1680 y un tercero en 1682.

Todos ellos fueron observados cuidadosamente por los astrónomos de la época anotando cada noche sus distancias a estrellas fijas y estableciendo así la dirección relativa en que se movían respecto a la Tierra.

Sin embargo, ninguna conclusión definitiva se obtuvo de estas observaciones.

De acuerdo con la mecánica de Newton, si un cometa entraba en el sistema solar procedente de una región muy alejada, debería rodear el Sol según una órbita parabólica (a pesar de que Kepler juró que se desplazaban en línea recta) y partir hacia el infinito.

Halley, basándose. en este hecho comenzó un estudio general de los cometas a partir de antiguas observaciones y calculando sus órbitas tan exactamente como podía.

Al analizar sus resultados con más de dos docenas de cometas encontró una serie de coincidencias en los cometas de 1531, 1607 y 1682.

Todos ellos tenían en común un nodo ascendente de unos 200 en Tauro, una inclinación orbital de 180 (ángulo que forma el plano orbital del cometa con el plano de la eclíptica), un perihelio próximo a 2° en Acuario y una distancia perihélica de 58 millones de kilómetros.

Halley calculó estas órbitas como parábolas, pero él sabía perfectamente que en la región próxima al foco, una parábola difería muy poco de una elipse alargada.

Llegó a la conclusión de que no se trataba de tres cometas distintos, sino de tres apariciones del mismo cometa que se desplazaban en una órbita muy elíptica con un periodo de setenta y cinco a setenta y seis años.

En ese caso el cometa que él había presenciado en Islington en 1682 debería regresar en 1758.

Halley murió en 1742, y por tanto, no vivió lo suficiente para comprobar su predicción. (*)

Después de 11 meses de angustiosa espera, el cometa fue visto por vez primera el día de Navidad de 1758 por un campesino alemán llamado Pálizsch y alcanzó el perihelio el 12 de marzo de 1759.

El pequeño retraso con respecto a las predicciones de Halley era debido a las perturbaciones producidas por Urano y Neptuno, desconocidos en 1704 y por tanto, no tenidos en cuenta en los cálculos de Halley.

Indirectamente, la influencia de estos planetas en el periodo del cometa Halley constituyó uno de los primeros triunfos de la teoría de Newton de la gravitación universal.

Por vez primera en la historia de la humanidad un cometa había regresado cuando y donde le esperaban los astrónomos.

Era pues razonable pensar que los otros cometas también eran miembros regulares del sistema solar. Halley no descubrió «su cometa en el sentido de ser el primero en verle, ni siquiera en estudiarle.

Para su descubrimiento necesitó apoyarse en las observaciones previas de otros astrónomos como Peter Apiano, Longomontanus y Kepler.

Ningún astrónomo pudo observar dos venidas de un cometa de setenta y seis años y pocas personas pueden verle dos veces en su vida.

Sus trabajos sobre los cometas están compendiados en la obra Synopsis astronomiae cometicae.

Edmund Halley merece ser recordado por otras actividades y descubrimientos.

En 1698 consiguió que el rey Guillermo III le financiara una expedición científica para el estudio del magnetismo terrestre.

A bordo de un pequeño buque de guerra, el Paramour, Halley navegó a través del Atlántico durante dos años determinando la declinación magnética en distintos lugares.

En el mismo buque investigó las corrientes y mareas del canal de la Mancha.

En 1701 publicó sus resultados en forma de líneas de igual declinación que reflejaban el campo magnético terrestre.

Estas líneas que ahora llamamos isogónicas, se denominaron entonces líneas «halleyanas».

Con anterioridad (1686) había construido el equivalente de una carta meteorológica utilizando una técnica semejante con "flechas de viento".

También descubrió que las auroras boreales estaban conectadas con el magnetismo.

Halley ocupó la plaza de Profesor Savilian de Geometría en Oxford en 1703 y tradujo parte del trabajo geométrico de Apolonio del árabe al latín.

En 1718 observó que Sirio y otras estrellas habían modificado sus posiciones relativas y llegó a la conclusión de que esto era debido a lo que ahora llamamos «movimientos propios» (Scott Barr, 1985).

También ideó un importante método para calcular la distancia al Sol e hizo una carta de los vientos de todo el mundo.

En ciertos aspectos fue pionero de la geófísica, la oceanografía, la meteorología, la cosmología y la astronomía.

Sus profundos estudios de hidrología le llevaron a pensar que el diluvio universal narrado por la Biblia no podía proceder de un temporal de lluvias de cuarenta días y propuso a la Royal Society de Londres en 1694 que el diluvio se debió al choque de un cometa contra la Tierra, produciendo un inmenso cráter en lo que hoy es el mar Caspio.

El golpe del cometa habría alterado el eje de rotación de la Tierra y conmocionado los océanos, desbordando los continentes y las más altas montañas.

A pesar de todo, Halley ha pasado a la historia fundamentalmente por sus predicciones respecto a la aparición del cometa que hoy lleva su nombre.

(*) En 1705 Halley escribía: "Tengo abundantes motivos para creer que el cometa de 1531, observado por Apiano es el mismo que fue descrito en 1607 por Kepler y Longomontanus y que yo he observado personalmente en su aparición de 1682. Con toda confianza puedo predecir que retornará en 1758".

CRONOLOGÍA DE EDMUND HALLEY

1656 Nace en Islington, Londres, el 29 efe octubre.

1673-76 Estudia en la Universidad de Oxford, Queen's College.

1677 Master of Arts de la Universidad de Oxford por mandato real.

1678 Publica el Catálogo de estrellas del hemisferio Sur y es elegido miembro de la Royal Society.

1682 Se casa con Mary Tooke, de la que tendrá tres hijos. Observa asiduamente el paso de un cometa; su cometa.

1684 En el mes de marzo de este año, el cadáver de su padre aparece horriblemente mutilado a orillas del río Támesis. El asesinato no se aclaró nunca y dejó a su hijo profundamente afectado.

1685 Inicia la publicación de los anales de la Royal Society.

1686 Edita de su bolsillo la obra Philosophiae Naturalis Principia Mathematica, por Isaac Newton.

1693 Nombrado vice-director de la Casa Real de la Moneda.

1701 Publica las cartas de líneas magnéticas de igual valor o isogónicas que llevarán su nombre, líneas halleyanas.

1704 Nombrado «Profesor Savilian» de Geometría de la Universidad de Oxford.

1705 Tras años de meditación y cálculos, publica Astronomiae Cometiese Synopsis, en el que predice el retorno de 1758.

1710 Estudio sobre el movimiento de las estrellas.

Doctor en Derecho Civil. 1720 Nombrado Astrónomo Real de Inglaterra.

1729 Elegido miembro de la Academie des Sciences de París.

1743 En el Observatorio Real de Greenwich, el 14 de enero, pide un vasito de vino y muere a los 87 años.

COMO ERA HALLEY:

Edmund Halley era un muchacho abierto, ebullente, imaginativo, se llevaba bien con todo el mundo y se entregaba con entusiasmo a toda suerte de estudios astronómicos geográficos e históricos.

Y no rehusaba tampoco los placeres  mundanos del brandy y de la juerga.

Se cuenta que cuando Pedro el Grande emperador de Rusia, en sus excursiones de incógnita por los astilleros de Europa llegó a Londres, Edmond Halley lo tomó su cargo y le llevó en una carretilla por calles y jardines en una noche de memorable francachela.

Tenía 20 años cuando se fue a la isla de Santa Helena -la misma donde moriría más tarde Napoleón a confeccionar un catálogo de las estrellas visibles del hemisferio sur, catalogo que publicó dos años más tarde.

A los 24 años, en 1680, contempló en París un brillante cometa que cruzaba los cielos de la capital francesa.

En seguida visitó al director del Observatorio, e astrónomo Giovanni Cassini, y le pidió datos sobre el fenómeno Cassini, le dio bondadosamente todos los datos que tenía sobre el cometa y hasta algunas indicaciones sobre la órbita.

Pero aun con todo ello, el joven inglés no aceptaba con sus cálculos. Y no acertaba porque Halley asumía como había asumido cincuenta años antes Johannes Kepler , que los cometas se movían en línea recta y pasaban de largo por las cercanías del Sol. 

Aquella madrugada de noviembre de 1682 Edmond Halley escudriñaba ansiosamente aquel nuevo cometa preguntándose a sí mismo cuál sería su curso por los cielos, que orbita seguía realmente y, sobre todo qué fuerza sostenía todo aquel complejo de cuerpos celestes, estrellas, planetas, soles y cometas.

PARA SABER MÁS...
El regreso del cometa Halley

O En el crepúsculo del 18 de mayo de 1910, cuando cayó la tarde sobre Constantinopla, unas cien mil personas huyeron en busca de refugio.

Algunas buscaban consuelo abrazándose entre sí, otras rezaban por su salvación.

La escena se repitió en todo el mundo. Mucha gente pensó que había llegado el fin del planeta.

El motivo de este terror generalizado era el cometa Halley, que volvía de su periplo de 75 años por el espacio.

Durante años, los científicos, emocionados por la oportunidad de incrementar sus conocimientos astronómicos, se habían preparado para la reaparición del cometa.

A finales de 1909 muchos de los observatorios más famosos del mundo se dedicaban a una búsqueda activa del cometa.

El profesor Max Wolf, de Heidelberg, Alemania, lo detectó en septiembre de 1909.

El entusiasmo se contagió, y la gente esperaba impaciente el momento en que podría ver al cometa con sus propios ojos.

Los científicos elaboraron muchos cálculos, uno predecía que la cola del Halley podría pasar muy cerca de la Tierra, quizás la barrería directamente, entre el 18 y el 19 de mayo.

Los periódicos trataban el tema exponiendo terribles detalles de los efectos perjudiciales que el cometa gaseoso podía ocasionar en la atmósfera de la Tierra, y cundió el pánico.

En Estados Unidos algunos trabajadores de las minas de carbón se negaron a entrar en las vagonetas porque preferían morir en la superficie con sus familias.

Unas pocas almas de Norteamérica intentaron suicidarse por miedo al Armagedón. Un ganadero de California se crucificó a sí mismo, clavándose los dos pies y una mano a una cruz mal tallada.

De hecho, la cola del cometa Halley nunca se acercó a más de 400.000 km de la Tierra, y a esa distancia resultaba totalmente inofensivo.

El diario Seattle Post-Intelligencer anunció: «El cometa va y viene, y esta vieja Tierra no es mejor ni peor y por tanto no mucho más sabia».


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