Historia de China Antigua Hasta la Revolución Nacionalista

Historia de Chinantigua Hasta la Revolución Nacionalista

La historia de China forma parte de las más viejas del universo y se remonta a tres mil años antes de Jesucristo. Del período antiguo, sin embargo, disponemos únicamente de tradiciones. Los primeros datos dignos de crédito provienen de la dinastía de los Chang, alrededor de 1500 antes de Jesucristo. Se sucedieron en China diferentes dinastías, cada una de las cuales extendió su territorio y reforzó su autoridad.

En el siglo XIII China fue conquistada por los mongoles, que permanecieron en el trono durante casi un siglo, aunque terminaron por ser rechazados. Más tarde China tuvo todavía soberanos brillantes; pero éstos cerraron la puerta del país a los occidentales. En el siglo XIX hubieron de renunciar a este aislamiento, y en 1912 se proclamaba la república.

La historia de China figura entre las más antiguas del mundo. La tradición china registra ya sucesos que acaecieron durante el tercer milenio antes de nuestra era, aunque, hasta lo presente, carecemos de base científica que nos permita confirmarlos. Para el período que va de 1500 a 1000 antes de Jesucristo, durante el cual poseía el poder la dinastía Chang, nuestras fuentes de información son más dignas de confianza.

Cerca de Ngayang, en la provincia de Honan, se descubrieron los vestigios de una residencia de los soberanos de esta dinastía. Además de infinidad de objetos, encontraron en ella inscripciones que hablaban de reyes, de guerras, de cosechas...

Durante la siguiente dinastía, la de los Cheu (de 1000 a 250 antes de Jesucristo, aproximadamente), China estuvo sometida al régimen feudal; el territorio y el poder pertenecían a numerosos señores, y las atribuciones del emperador se limitaban a la religión. Pero las dinastías siguientes remediaron rápidamente esta situación.

Che Huangti, el emperador más importante de la dinastía Tsin (221-206 a. de J. C), se esforzó en consolidar hasta el máximo la posición del emperador, centralizando la administración. También adoptó una actitud radical frente a los extranjeros, y durante su reinado se inició la construcción de la Gran Muralla que había de defender al país contra la invasión de los nómadas procedentes del norte.

A los emperadores de la dinastía Tsin sucedieron los de la dinastía Han, que reinaron desde el año 206 antes de Jesucristo hasta el 220 de nuestra era, con la única y breve interrupción del usurpador Wang Mang, que se sentó en el trono del año 9 al 23.

El poderío de China creció considerablemente durante la dinastía Han. Ya en el siglo II antes de nuestra era penetraron las tropas chinas en las comarcas de Asia central, principalmente en Fergana. La famosa «ruta de la seda», que unía China con los territorios orientales del imperio romano, quedó de este modo bajo el control de China, y le permitió entrar en contacto con las realizaciones de la civilización occidental.

Los historiadores hacen coincidir generalmente el fin de la dinastía Han con el de la edad antigua de China. En esta época las ideas de Confiado ejercían ya gran influencia sobre la vida social.

El confucianismo se convirtió en la doctrina oficial del Estado y dio carácter a la forma del gobierno imperial. También influyó en lamanera de presentar la historia. Pero apareció una segunda ideología: el budismo, que había nacido en el siglo I de nuestra era y que pronto alcanzó gran difusión. Las figuras esculpidas en las peñas de Yung-kang y de Longmen durante el período Toba (siglos IV al VII) son personajes sacados de la doctrina budista.

El siglo VII significó para China una nueva era de expansión política. Las tropas del emperador Taitsong (627-650) penetraron en Turquestán y hasta la frontera de Persia. Mas la poderosa China se imponía también en el terreno de la cultura; en el siglo X practicaban ya el arte de la imprenta, que hacía posible la difusión a gran escala de las obras de los escritores y de los filósofos. Las artes y las ciencias florecieron también.

Esto no impidió que en el siglo XIII los emperadores chinos sucumbieran ante la embestida de los mongoles. El kan mongol Kublai (o Kubilai) conquistó China y estableció su corte en Pekín. Allí fue el veneciano Marco Polo a ofrecerle sus servicios. El kan consiguió apoderarse de numerosos territorios e incluso llegó % organizar una expedición para invadir Japón; pero la flota encargada de esta operación militar sufrió una impresionante derrota.

En 1368, los chinos consiguieron echar de sus tierras a los mongoles. Este acontecimiento señaló el principio del reinado de una de las más poderosas dinastías que haya gobernado jamás China: la de los Ming (1368-1644). Las tradiciones chinas fueron respetadas de nuevo.

La Gran Muralla de China, que ofreciera únicamente una precaria protección y que estaba muy deteriorada, fue reconstruida para contener la amenaza mongola que persistía en el norte. Se enviaron expediciones comerciales a reconocer los mares del sur del continente asiático, y algunas de las embarcaciones llegaron incluso hasta la costa oriental de África.

Por otra parte, numerosos mercaderes y navegantes, algunos de ellos portugueses, llegaron a China procedentes de Occidente. Los portugueses ocuparon, allá por el año 1550, la ciudad de Macao, en la costa sur de China. Los jesuítas volvieron a predicar la religión católica, introducida en China durante nuestra Edad Media por franciscanos y dominicos.

El flamenco Fernando Verbist ocupó un lugar preeminente entre estos misioneros, y llegó incluso a jefe del observatorio de Pekín.

Entretanto, los manchúes, pueblo guerrero del norte, pusieron fin a la dominación de la dinastía Ming. Los manchúes fueron los fundadores de la última dinastía imperial de China, la de los Tsing, que se mantuvo en el poder de 1644 a 1912, año de la proclamación de la República.

Durante este período, China tuvo todavía algún emperador brillante como Kanghi (1662-1723). Reinó aproximadamente en la misma época que el rey Luis XIV en Francia, y, por analogía, le llaman a veces Rey Sol chino.

Después de él los emperadores chinos se dejaron guiar cada vez más en sus intervenciones por una creciente xenofobia. Para conservar intactos la personalidad y los privilegios del pueblo chino, los emperadores se alzaron contra los extranjeros que, a partir de entonces, fueron admitidos en China raras veces. Sin embargo, en el siglo XIX, en el momento en que el colonialismo europeo alcanzaba su máximo vigor, los occidentales consiguieron forzar de nuevo las puertas de China.

La inconmensurable China, que ya en esta época contaba con unos cuatrocientos millones de habitantes, hubo de inclinarse ante Occidente. En 1840 los ingleses declararon la guerra a China. Pero terminada ésta, los chinos hubieron de ceder a Inglaterra la ciudad de Hong-Kong, y los barcos occidentales obtenían acceso a los puertos de Cantón, Amoy, Fu Chu, Ninpu y Shanghai.

Los embajadores extranjeros establecieron su residencia en Pekín. Los chinos no tardaron en organizar una resistencia contra esta intrusión occidental. La revuelta de los boxers, en 1900, es un ejemplo de esa resistencia; reprimida por la colaboración de ocho países, costó sin embargo la vida a muchos occidentales.

Ver: Guerra del Opio en China

LA CONSTRUCCIÓN DE LA REPUBLICA CHINA
MEDIO SIGLO DE REVOLUCIONES

Durante la primera mitad de nuestro siglo, China pasó por tres revoluciones. En 1911 estalló un movimiento de revuelta de los burgueses, que acabó con la proclamación de la república en 1912. Pero las partes norte y sur de China no llegaron a ponerse de acuerdo sobre la política a seguir.

En 1925 estalló una segunda revolución, en la que acabaron por enfrentarse los comunistas y el Kuo-Min-Tang de Chang Kai-chek. Después de la segunda guerra mundial se produjo la tercera revolución. El partido comunista de Mao Tse-tung ganó la batalla, y China se convirtió en república popular. Al mando de Chang Kai-chek, los nacionalistas se refugiaron en  Formosa

Desde el principio de nuestro siglo, China ha conocido tres revoluciones. La primera, una revolución de la clase burguesa, se produjo en 1911, y fue su jefe Sun Yat-sen, fundador del partido nacionalista republicano chino, el Kuo-Min-Tang (ó Kuomitang).

Desde hacía varios años, Sun Yat-sen se esforzaba en suscitar entre la población de la China corrompida nuevos sentimientos de dignidad personal. Pero como se metía también a criticar la administración imperial, el Gobierno puso precio a su cabeza y hubo de abandonar China.

El año 1911 parecía singularmente propicio a un levantamiento. En el norte de China una epidemia de peste había sembrado la miseria, y el sur estaba arruinado por las inundaciones y por el hambre. Nacida en el sur, la revuelta se propagó rápidamente hacia el norte. El emperador Puyi se vio obligado a abdicar, y el 12 de febrero de 1912 se proclamaba la República.

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Emperador Puyi

Pronto se evidenció, sin embargo, que la victoria había sido más fácil en el plano militar que en el político, pues los jefes de la revolución no llegaban a ponerse de acuerdo sobre la forma en que había de dirigirse la nueva República.

Se formaron dos grupos: por un lado los revolucionarios del sur, al mando de Sun Yat-sen, y por el otro los revolucionarios del norte, conducidos por un antiguo coronel del ejército imperial, Yuan Che-kai.

Biografia Sun Yat-sen Padre de Republica China Reconstruccion PoliticaÉste fue el que se enfrentó con la situación y, nombrado presidente de la República, puso al Kuo-Min-Tang fuera de la ley. Pero Sun Yat-sen consiguió organizar la resistencia y fundó en el sur una república autónoma. Buscando apoyo en el extranjero, entró en contacto con la Unión Soviética.

Sun Yat-sen, considerado por la mayoría de los chinos como el padre de la República, murió en 1925. Ese mismo año estallaba en China una segunda revolución, que se podría titular «revolución de los trabajadores y de los burgueses». Fueron unos policías ingleses quienes desencadenaron los disturbios al disparar en Shanghai sobre unos estudiantes chinos, causando la muerte a algunos de ellos.

El Kuo-Min-Tang se hallaba entonces bajo la influencia comunista y estaba dirigido por el general Chang Kai-chek, que consiguió brillantes éxitos militares en ocasión de una expedición a losterritorios chinos del norte. Pero poco a poco se produjo una nueva escisión en el seno del Kuo-Min-Tang, entre los moderados, dirigidos por Chang Kai-chek, y los comunistas, que tenían a su cabeza a Mao Tse-tung. Chang Kai-chek hubo de recurrir continuamente a las armas para seguir siendo dueño de la situación.

En 1934 los comunistas se congregaron y emprendieron, a través de doce provincias, la «larga marcha» hacia Chen-si, donde se reorganizaron sobre bases sólidas. Recorrieron cerca de diez mil kilómetros y su expedición duró algo más de un año.

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Mapa de la Larga Marcha de Mao tse tung

Más tarde, cuando los japoneses amenazaron China, los comunistas y Chan Kai-chek se reconciliaron. Pero esta reconciliación no duró mucho tiempo, pues los dirigentes del Kuo-Min-Tang acusaban a los comunistas de combatirles a ellos tanto como a los japoneses.

Mao Tse Tung

Mao Tse Tung

En enero de 1941, 4.000 guerrilleros comunistas fueron ejecutados por un general que estaba al servicio de Chang Kai-chek; esto señaló el fin de una cooperación que, por otra parte, siempre fue superficial.

Durante la segunda guerra mundial, los norteamericanos consideraron a Chang Kai-chek jefe supremo de las fuerzas combatientes chinas; pero él había de estar siempre alerta para que el material de guerra importado no cayera en manos de los comunistas.

Poco después de acabar la segunda guerra mundial, China fue de nuevo escenario de una revolución; la tercera en menos de medio siglo. De 1945 a 1949 Mao Tse-tung condujo a los trabajadores, y especialmente a los campesinos, luchando bajo la bandera comunista.

El general norteamericano Marshall trató en vano de intervenir como mediador. Dado que la guerra parecía inevitable, los norteamericanos tomaron partido por Chang Kai-chek y le ayudaron cuanto les fue posible, proporcionándole armas y dólares.

El 1 de octubre de 1949 se proclamó en Pekín la República Popular China. Desde hacía ya varios meses los comunistas eran amos de toda China, y habían obligado a Chang Kai-chek a refugiarse en Formosa con sus partidarios. Fueron los campesinos quienes aseguraron el éxito de esta revolución.

Una de las primeras medidas tomadas por el nuevo régimen de China fue llevar a cabo la reforma agraria; en este aspecto, el Gobierno intervino, a veces duramente, contra los ricos y los latifundistas, que fueron condenados, en ocasiones, a las penas más severas. Al mismo tiempo, trataban de industrializar el país, dedicando especial cuidado al desarrollo de las industrias básicas.

Ver: Dinastías Chinas

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