Biografia de Hitler Adolf:Vida, Sus Amores e Idiologia
Biografia de Hitler Adolf:Vida, Sus Amores e Idiologia
ADOLF HILER (Brannau-am-Inn, Austria, 1889-Berlín, 1945):
El creador del nazismo Jefe del Movimiento Nacionalista alemán.
Su política hizo estallar la Segunda Guerra Mundial.
De Personalidad compleja, y carismática, Adolf Hitler marcó para siempre la historia del mundo, al encarnar, mediante el culto al Führer, la dictadura nazi, que rebasó los límites de la monstruosidad y la barbarie en el siglo XX.
Se inició como cabo del Ejército durante la Primera Guerra Mundial, se convirtió en jefe (1921) del Partido Obrero Nacionalsocialista, de extrema derecha.
Después de una fallida insurrección en Munich (1923), pasó dos años en prisión, donde escribió Mi lucha, exposición teórica del nazismo que practicó después de 1933.
Clave de la ideología y el régimen, Adolf Hitler, fundador y caudillo del nacionalsocialismo, ha sido estudiado por sus biógrafos desde todos los puntos de vista, incluido el psicoanalítico, como el trabajo realizado por el doctor Langer durante la Segunda Guerra Mundial por encargo del gobierno norteamericano.
A pesar de su personalidad enigmática, pocas dudas subsisten sobre el personaje; sin embargo, la cuestión historiográfica no reside en perfilar su retrato real, sino en discernir la imagen que de él se forjaron su Partido y el pueblo alemán en un proceso de deificación.
Favorecido por la crisis económica de 1929, logró relacionarse con los medios sindicales patronales que buscaban fuerzas de choque contra las organizaciones obreras de izquierda.
En 1933 le confiaron la Cancillería.
Tras el incendio del Reichstag (parlamento alemán), atribuido a los comunistas, obtuvo poderes absolutos por cuatro años.
Durante la "noche de los cuchillos largos" (1934), hizo exterminar a muchos opositores y un plebiscito lo reconoció como Führer del Estado alemán; luego, exacerbó la represión antisemita.
Incluyó a la Gestapo (policía estatal) a su mando, disolvió el Parlamento, prohibió los partidos políticos y suprimió los derechos civiles y la igualdad de ciudadanía.
Su política de anexiones provocó la Segunda Guerra Mundial.
Se suicidó dos días antes de la caída de Berlín en manos de los aliados.
Político alemán de origen austriaco.
Nació el 20 de abril de 1889 en un medio modesto.
De niño demostró una gran inteligencia, así como un carácter obstinado.
Su padre era aduanero en Braunau am Inn, Austria (el futuro jefe del Estado nazi obtuvo la nacional alemana en 1932).
Después de realizar estudios mediocres, el joven, convencido de sus talentos artísticos, intento en vano ingresar en la Academia de bellas artes de Viena.
Sin embargo, la existencia que llevaba en la capital austríaca distaba mucho de sus sueños como pintor.
Malvivió durante unos años vendiendo sus acuarelas a los turistas.
BIOGRAFÍA AMPLIADA DE ADOLF HITLER:
Adolf Hitler nació el 20 de abril de 1889 en Braunau, en Austria, pueblo fronterizo con Baviera. Su padre era un modesto funcionario de aduanas lleno de orgullo profesional y de conciencia de casta.
El padre de Hitler, Alois, era hijo ilegítimo y su presunto padre —Johann Georg Hiedler o Hitler—, a pesar de haberse casado con su madre cinco años después de su nacimiento, no le reconoció sino casi a las puertas de la muerte, cuando era un anciano de 84 años.
Clara Polzl, madre de Adolf, tenía veintitrés años menos que su marido y era, por añadidura, prima suya.
Esta mujer, muerta en 1908, dominada por su marido, se impuso el deber de secundarle en su proyecto de dar a su hijo una educación superior y de dedicarle al servicio oficial.
Sin embargo, no iban por ese lado las inclinaciones del joven Hitler.
A decir verdad, el futuro dictador no debió revelarse en su infancia como nada extraordinario.
Hasta los 11 años, cuando su padre lo manda a estudiar al Realschule de Linz, habría de pasar por varias escuelas de enseñanza primaria en aldeas próximas, así como por el monasterio de Lambach, de benedictinos, en cuyo coro cantaría.
Es a los 11 años la edad crítica en que el joven Hitler empieza a mostrar su personalidad.
Decididamente, no quiere dedicarse al servicio oficial.
Él desea ser artista.
La oposición al padre fue clara desde un primer momento. Hitler pretendía que le sacara de la escuela y le permitier aseguir su verdadera vocación.
El padre, después del fracaso de aquel curso, le envía a otra escuela de menos categoría, cerca de Linz.
En enero de 1903 muere, y en septiembre de 1905 Adolfo abandona para siempre los estudios.
La infancia de Hitler, en relación con su intimidad, transcurre de manera vulgar en varias escuelas rurales; más tarde, en la de Artes y Oficios, la Realschule, en Linz.
Un profesor de esta escuela, Commenda, ferviente nacionalista germano, excita la imaginación y la sensibilidad del muchacho con ideas «candentes» acerca de la supremacía y del destino providencial de su raza, del necesario futuro imperio teutónico, con absoluta preponderancia en Europa.
A los 17 años, después de una temporada en la que su salud estuvo resentida, pero que ocupó oyendo en la ópera de Linz, cuando podía, las óperas de Richard Wagner, Adolf Hitler marchó a Viena.
Su primera reacción fue, sí, de entusiasmo ante la grandiosidad de la ciudad, el teatro de la ópera y los cuadros de los museos.
Pero es curioso: vuelto a Viena inmediatamente con objeto de ingresar en la Academia de Bellas Artes, donde fue rechazado.
Inicia una extraña etapa en la que, desordenadamente, arte, música y literatura se mezclan con la historia, la etnología y la política para conglomerar, en una mente enfebrecida, una ideología demencial, sin que los antecedentes de su educación o de su carácter hubieran dejado prever esta evolución.
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Chamberlain y Hitler. He aquí a los dos principales protagonistas de aquella componenda diplomática que con el nombre de Pacto de Munich daba satisfacción, por el momento, a las reivindicaciones territoriales de la Alemania nazi.
Por mantener la paz a toda costa, Francia e Inglaterra daban un paso seguro hacia la guerra alentando la insaciabilidad de Hitler.
Con clarividencia profética, Churchill apostrofaría al gobierno inglés en el Parlamento: "Habéis aceptado el deshonor para evitar la guerra. Ya tenéis el deshonor, y tendréis la guerra a pesar de todo".
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Entre 1909 y 1913, Hitler conoció los comedores de beneficencia y los albergues nocturnos, y descubrió la hostilidad contra el régimen democrático, el antisemitismo y el pangermanismo, temas que se convirtieron posteriormente en las bases de su visión del mundo.
Se alistó como voluntario en el ejército bávaro en el que alcanzó el grado de cabo, resultó herido en un ataque con gases que le dejó temporalmente ciego y fue premiado con las cruces de Hierro de 1º y 2º Clase.
Mas tarde también resultaría lastimado por un ataque de gas que lo dejó internado con una ceguera hasta después del final de la guerra.
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La actuación de Hitler en armas puede considerarse más que satisfactoria. Inicialmente se le había declarado en Salzburgo no apto para el ejército, pero en 1914 pudo alistarse como voluntario para ser destinado a Somme. Fue ascendido a cabo y condecorado por su valor en combate.
Poco antes del final de la guerra, Hitler quedó temporalmente ciego por un ataque con gases tóxicos, aunque se ha argumentado que en realidad su ceguera fue una reacción histérica ante la derrota alemana.
Años después expresaría que al quitarse la venda que cubría sus ojos descubrió que el objetivo de su vida era salvar a Alemania.
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Recuperado regresó a Munich, donde presenció la proclamación de la República en noviembre de 1918.
Aquí, se confirmaron sus ideas acerca de los verdaderos enemigos de Alemania, que eran para él los socialistas y los judíos, quienes habían protagonizado la revolución de noviembre.
Y en células del ejército en las que se creía que la derrota alemana se debía a la traición interior, se iniciaron sus primeros contactos con el Partido Obrero Alemán (DAP), cuyos dirigentes, el ingeniero Peder y el escritor Eckart, se distinguían por su antisemitismo y su pangermanismo.
Hitler estaba muy molesto con la derrota de Alemania, quien culpaba a todos los políticos de la república de Weimar como los responsables directos del fracaso de la guerra y del armisticio deshonroso firmado en Versalles.
Para él era como una "puñalada por la espalda", y decidió usar todas sus fuerzas para destruir ese "gobierno traidor".
A la vez fue paradójico, pues ese gobierno que el acusaba de traidor, fue el factor decisivo en la creación de las condiciones económicas, sociales y políticas que permitieron que Hitler y su partido llegaran al poder.
Hitler comenzó a trabajar como espía para la policía, infiltrándose en partidos de izquierda.
Pero en una oportunidad le fue asignado un pequeño partido nacionalista de extrema derecha, fundado por Dietrich Eckart.
Se trataba del Partido Obrero Alemán y Hitler se involucró en las actividades con gran entusiasmo.
No tardó en ganar notoriedad fuera del partido por sus discursos polémicos, atacando el Tratado de Versalles, a políticos y grupos marxistas y a los judíos, a quienes pronto se vería en toda Alemania como los responsables de la derrota y el colapso económico.
Este partido no era sino uno más entre tantos, pero la acción de un Hitler fogoso, entusiasta e idealista no tardó en transformarlo en un gran movimiento de masas.
En 1921, ya con el caudillo en la conducción, se adoptó el nuevo nombre de Partido Nacional Socialista Obrero Alemán, NAZI pava sus detractores y enemigos.
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Nacionalsocialismo: El nacionalsocialismo, también conocido como nazismo, fue un movimiento político alemán que se constituyó en 1920 con la creación del Partido Nacionalsocialista Alemán del Trabajo (Nationalsozia-listiche Deutsche Arbeiter-Partei, NSDAP), llamado habitualmente partido nazi. Su apogeo culminó con la proclamación del III Reich, el régimen totalitario alemán presidido entre 1933 y 1945 por Adolf Hitler, responsable del inicio de la Segunda Guerra Mundial y causante del Holocausto.
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"Putsch de Munich" o el "Golpe de la Cervecería":
El 8 de noviembre de 1923, Hitler , Ludenforff y su organización irrumpieron en una cervecería a las afueras de Munich, anunciando sus intenciones de derrocar al gobierno y formar uno nuevo.
Cuando Hitler y sus seguidores marcharon desde la cervecería hasta el Ministerio Militar Bávaro, la policía disolvió la revuelta inmediatamente y sin dificultad, y fueron detenidos y juzgados; las penas, empero, fueron muy leves, y Hitler aprovechó la reclusión para escribir Mein Kampf, libro en el que condensaba todo su pensamiento político.
Fue arrestado por alta traición y sentenciado a cinco años de prisión en la cárcel de Landsberg, aunque recibió un trato privilegiado, y fue liberado en diciembre de 1924 como parte de una amnistía a los prisioneros políticos.
Durante su estadía en la prisión, Hitler redactó el libro Mein Kampf ("Mi Lucha"), que más tarde se convertiría en ideario y libro sagrado de los nazis.
Las ideas expuestas en Mein Kampf se repiten obsesivamente.
Su desprecio por la democracia sólo es superado por el que muestra por las razas inferiores, entre ellos los eslavos, y por el odio irracional hacia los judíos.
El mundo se concibe regido por la fuerza: "Lo primero de todo, el combate; luego, tal vez el pacifismo".
Hitler se fotografía con otros acusados en el proceso por el putsch de Munich, entre ellos, en el centro, el muy laureado mariscal Ludendorff y Frick (tercero por la izquierda, figura clave de los primeros momentos del nazismo y ministro en el primer gabinete presidido por Hitler, en 1933.
El fracaso del intento de derrocar la República mediante un golpe de Estado llevó a Hitler a adoptar la estrategia de la legalidad, aceptando las reglas de Weimar, imaginando que podía manejarse dentro del marco de la legalidad hasta concentrar suficiente poder como para alcanzar el gobierno.
En abril de 1932, Hindenburg fue elegido presidente del Reich, con 19 millones de votos, pero aquel a quien llamaba con desprecio el «pequeño cabo bohemio» obtuvo 13 millones de sufragios.
En enero de 1933, Hindenburg fue convencido por el excanciller Franz von Pappen (1879-1969) de que Hitler era la única persona que podía gobernar Alemania y lo nombró canciller antes de que terminara el mes.
Se había iniciado el proceso que culminaría en uno de los conflictos más horrorosos de la historia.
El mariscal Hindenburg entre Hitler y Goering.
Aniversario de la batalla de Tannenberg, 1933. — Terminada la primera gran guerra mundial (1914-1918), durante varios años la ex-poderosa A lemania, humillada por el Tratado de Versalles, se debatió agoniosamente entre el descrédito político y monetario y sus secretamente renovadas ambiciones.
Su recuperación se inició hacia 1925, cuando el anciano y glorioso mariscal Hindenburg fue elegido presidente de la República. En la fotografía aparece el mariscal presidente flanqueado —¿custodiado con disimulo!— por un Hitler modosito y "hecho un brazo de mar", y un Goering ya grandote y enfático. ¡Ah! De ninguno de estos dos "flanqueadores "puede afirmarse quefuera el "buen ladrón " de Hindenburg.
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Posteriormente, disolvió el Reichstag por primera vez, en julio de 1932, y por segunda vez en noviembre, con la esperanza de que el NSDAP retrocediera.
En efecto, esto sucedió el 6 de noviembre, cuando el Partido nazi perdió 2 millones de votos y 34 escaños en el Reichstag.
Las finanzas del partido estaban en su peor momento.
Nunca la conquista del poder había parecido tan lejana.
¿Acaso era el principio del fin para el Partido nazi?.
En realidad, aprovechando hábilmente la violencia callejera y los discursos tranquilizadores dirigidos al ejército y a los medios financieros, Hitler logró ser aceptado, y en 1933, Hitler fue nombrado canciller con el apoyo de los partidos de derechas.
Provisto de un bagaje político elemental, este hombre orientó todo, incluso sus defectos, al servicio de la conquista del poder.
Cuando Hitler logró consolidarse con su poder inició una táctica política para controlar toda la vida pública del país.
Ignoró y sometió las instituciones de la democracia e inició su puesta en escena de la aplicación de sus teorías antisemitas expresadas en el libro sagrado NAZI.
Hitler, Goering, Himmler y Von Keitel. — Un poker con el que Alemania iba a perder. ¿ 1940-1941 ? Estamos en plena segunda guerra mundial. Las "cosas" todavía van bien para Alemania, como lo demuestran las caras sonrientes de Goering, Himmler y von Keitel, y la expresión jupiterina de Hitler.
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Los ejércitos alemanes avanzan en África, en Europa, dominan Francia y Polonia, Dinamarca, Noruega, Holanda, Bélgica...
Pero ¡cuan sabio el refrán que asegura que vísperas sonrientes casi siempre cosechan amarguras!
Apenas pase un año los ceñosfruncidos sustituirán a las sonrisas en los rostros de los dirigentes nazis.
También hablaba del espacio vital para Alemania, y para ellos debía recuperar los territorios anexos que antes había sido entregados en aquel pacto traidor de 1918.
De esta manera comienza una presión política internacional, que a corto plazo llevaría a la Segunda Guerra Mundial.
Una de sus primeras medidas fue eliminar a los colaboradores de dudosa fidelidad que operaban dentro de su propio partido y al mismo tiempo inició la persecución, y poco después liquidación sistemática, de los diferentes grupos raciales, políticos, sociales y religiosos que él consideraba enemigos de Alemania y razas impuras: judíos, gitanos, comunistas, enfermos mentales, discapacitados, testigos de Jehová y homosexuales, entre muchos otros.
En 1935, comenzó con el rearme de Alemania, restableciendo el servicio militar, un ejército y una marina potentes y unas nuevas fuerzas aéreas, a la vez que repudiaba todas las cláusulas del tratado de Versalles.
En marzo de 1936 lo violó al ocupar Renania, zona desmilitarizada, ante la pasividad de Inglaterra y Francia.
Cuando en julio de 1936 se inició la Guerra Civil española, un asunto al que ya hicimos referencia al hablar de Mussolini, Hitler recibió una petición de ayuda del general Franco, sublevado contra el gobierno de la República, y el envío de tropas le sirvió a Hitler para entrenar al nuevo ejército alemán y sus métodos de combate.
En 1937, llevó a cabo una purga en las fuerzas armadas y se autoproclamó comandante en jefe de las mismas.
En 1938 se anexionó Austria, la región de los Sudetes en Checoslovaquia y la comarca de Memel en Lituania. Su política expansionista lo llevó a ocupar el llamado "corredor de Danzig", un territorio bajo jurisdicción polaca.
La firme resistencia de Polonia y el apoyo prestado a dicho país por Francia y Gran Bretaña conllevaron el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
Mediante una pacto de no agresión con Rusia, Hitler consiguió el beneficio de la neutralidad de Rusia, y de esta manera tuvo "sus espaldas" tranquilo para poder concentrar sus fuerzas bélicas en el frente occidental Polonia, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Francia e Inglaterra.
Cuando confirmó que no podía vencer tan fácilmente a la ofensiva inglesa, quienes tuvieron una excelente actuación frente a los agresivos ataques alemanes mediante aviones y bombas de largo alcance y máximo poder, decidió contra las sugerencias de los altos mandos del ejercito alemán, romper el acuerdo con Stalin e iniciar un ataque masivo sobre las principales ciudades rusas para ocupar su territorio que contaba con importantísimas reservas de recursos que Alemania necesita para su guerra.
Los alemanes fueron detenidos en Stalingrado y se inició el contraataque del Ejército Rojo. La invasión no sólo no había logrado el triunfo rápido que Hitler quería, sino que los rusos empezaban a marchar hacia el Oeste.
Por otro lado, cometiendo un segundo error táctico Hitler había declarado la guerra a EE.UU., que obligaron a este poderoso país a comenzar un ataque en Europa.
Fue un error porque EE.UU. estaba mas preocupado en atacar a Japón por sus acciones inesperadas en Pearl Harbor, que involucrarse en la guerra mundial, por lo que de alguna manera el caudillo nazi firmó su propia sentencia de muerte.
A partir de las derrotas en El Alamein y Stalingrado, los planes de Hitler se volvieron cada vez más vacilantes y torpes.
Los rusos forzaron el retroceso alemán y el 6 de junio de 1944 los ejércitos aliados desembarcaron en Normandía, norte de Francia, en lo que fue la operación anfibia más grande de la historia.
Cuando veía que su proyecto para un gran Alemania, dueña del mundo se esfumaba, decide tomar personalmente el mando de sus soldados, marginando al grupo de hombres que siempre lo habían apoyado.
Así también muchos veían un final atroz a corto plazo por lo que descontentos buscaron soluciones mas "prácticas y rápidas" para dar un final a esta larga guerra sanguinaria.
Se organizó en 1944 un plan conocido como Operación Valkiria para intentar asesinarlo con una bomba debajo de su mesa cuando Hitler planeaba nueva tácticas militares para defender las ofensivas en diversos frentes.
La operación falló porque unos de los comandantes alejó el maletín de la bomba porque le molestaba para trabajar.
La bomba explotó, hubo heridos y el Furher apenas resultó lastimado.
La venganza y persecución posterior contra los conspiradores fue implacable.
La guerra continuaba, mal para Alemania, los aliados seguían ganando territorios, los alemanes se replegaban, muchos desertaban y el final era evidente.
Sólo era cuestión de tiempo para destrozar totalmente a este país colmado de NAZI fanáticos, que a pesar de esta tragedia, no detuvieron el genocidio judío y que inclusive se postergaron recursos bélicos en el frente para se reorientados hacia los campos de concentración.
Era mas importante eliminar judíos que ganar la guerra o perderla con honor.
Hitler consideró el atentado como una señal de que la Providencia le había elegido para salvar a Alemania.
Y lo aceptó con singular alivio.
Al médico de cabecera que le examinó inmediatamente después del atentado, el cirujano Dr. Von Hasselbach, le dijo triunfalmente: «Ahora sí que los tengo».
Las investigaciones de la Gestapo dieron por resultado que, tras el pequeño grupo de algunos generales y oficiales del Estado Mayor, que en Berlín querían poner en marcha contra Hitler la máquina militar de las tropas reservistas con la anuencia del capitán general retirado, Ludwig Beck, escogido para presidente de la nación.
Hitler replicó con el terror y dio mucho quehacer al verdugo.
Murieron en el patíbulo muchos hombres distinguidos que podían haber construido una nueva Alemania.
El suicidio:
Por extraño modo, el «shock» del atentado produjo a Hitler una mejora transitoria en su enfermedad nerviosa.
No obstante, en las postrimerías del otoño de 1944 los padecimientos se reanudaron con creciente intensidad.
Pese a que la situación iba de mal en peor en los frentes del este, sur y oeste, seguía asestando golpes a diestro y siniestro, consumía las últimas y potentes unidades del ejército en postreras y disparatadas ofensivas —en las Ardenas y luego en Hungría— y se obstinaba en mantener todas las posiciones adquiridas.
Su inteligencia, capaz en otros tiempos de concebir audaces resoluciones y dotada de gran agilidad, sufría un progresivo anquilosamiento, mientras se paralizaba su facultad de discernir el mundo real y el mundo de sus ideas, facultad que siempre había sucumbido por otra parte a efectos disociadores.
Y cuando se percató, sin darlo a conocer a nadie, de que los vencedores habían irrumpido en Alemania por todas partes en los tres primeros meses del año 1945, se atrincheró en el refugio de la Cancillería, ordenó continuar la lucha ciudad por ciudad, pueblo por pueblo, casa por casa, mandó arrasar los territorios que se abandonaban al enemigo, siguió esperando un milagro y maldijo del pueblo, el suyo, que no había sabido estar a la altura de la misión histórica que él, Hitler, le confiara.
Maldijo asimismo de los hombres que habían colaborado en su carrera y que ahora, amedrentados, querían tirar cada uno por su camino, como Góring y Himmler.
Finalmente se dió muerte en las primeras horas de la tarde del 30 de abril de 1945 en el refugio de la Cancillería bajo el tronar de la artillería del Ejército Rojo, cuya presencia, sin quererlo ni sospecharlo, había conjurado él mismo cuando comenzó la guerra contra la Unión Soviética. Si él tenía que morir, el pueblo alemán no debía sobrevivirle: tal era su última voluntad.
El pueblo había sido demasiado ruin y demasiado débil.
Hizo su testamento, en dos partes, una política y personal la otra.
En el testamento político negó tener culpa alguna de la guerra, hizo una vez más profesión de su antijudaísmo, exigió la continuación de la lucha y nombró nuevo presidente del Reich a un hombre totalmente apolítico, a un oficial de la marina adornado de grandes dotes militares, el gran almiranle Dónitz.
También hizo algo más, algo que pareció decoroso o conveniente a un pequeño burgués a la hora de rendir sus últimas cuentas: la noche anterior al día final contrajo matrimonio con su amante, la hija de un profesor muniqués, con quien venía manteniendo en secreto desde hacía muchos años relaciones íntimas y junto a la cual abandonó este mundo.
Adolf Hitler se suicidó junto con su amante y secretaria Eva Braun,
con quien había contraído matrimonio horas antes, el 30 de abril de 1945.
EL ENTORNO FIEL DE HITLER
Hermann Goring (1893-1946).
Se distinguió como aviador durante la Primera Guerra mundial, y luego participó en el fallido golpe (putsch) de Munich en 1923. Ministro del aire en 1933, se le encargó la ejecución del plan cuadrienal lanzado en 1936. Su influencia disminuyó durante la guerra, en beneficio de Himmler.
Heinrich Himmler (1900-1945).
Después de haber participado en el golpe de Munich, fue nombrado Reichsführer SS en 1929 y convirtió la SS en la fuerza que controlaba el conjunto de las policías alemanas.
Joseph Goebbels (1897-1945).
Adherente del Partido nacionalsocialista a partir de 1922 y virulento orador, encabezó el ministerio de la información y la propaganda en 1933.
Rudolf Hess (1894-1987).
Ayudó a Hitler a redactar Mein Kampf mientras permanecían prisioneros. Ministro sin cartera en 1933, fue designado como el sucesor de Hitler en 1939 y despegó rumbo a Inglaterra en 1941, por razones desconocidas (Se supone para un proyecto de una alianza contra la U.R.S.S.). Falleció en cautiverio en 1987.
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En los campos de exterminio millones de hombres, mujeres y niños perecieron. Los sobrevivientes prefirieron callar durante años el calvario que habían padecido
El exterminio de los judíos en Europa: Designada con el término Holocausto, o con la palabra hebrea Shoah, que significa «destrucción», la masacre sistemática de los judíos en Europa a manos de los nazis se remonta para algunos historiadores al otoño de 1941, y para otros a la conferencia de Wannsee, realizada en enero de 1942.
El historiador Raúl Hilberg calculó el número de víctimas en 5.100.000 personas, de las cuales tres millones corresponden a las fallecidas en los campos de la muerte.
Transportadas en trenes por toda Europa, las poblaciones judías, mezcladas con aquellos que los nazis consideraban hombres inferiores (cíngaros, eslavos, homosexuales), fueron exterminadas en las cámaras de gases, o murieron debido a los malos tratos o el trabajo forzado.
En este asesinato colectivo e industrial, Auschwitz, un campo de concentración y exterminio ubicado en Polonia, se convirtió en un símbolo a partir de enero de 1945, luego que los soldados soviéticos lo liberaran: en tres años, un millón de personas fue asesinada en ese lugar.
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HITLER EN LA GUERRA:
El papel de Hitler en la guerra fue menos brillante que en la política interior o en la diplomacia, debiéndose los espectaculares triunfos germanos de la primera fase mucho más a los militares que a los políticos.
Finalizada la rápida ocupación de Polonia, hizo Hitler, por dos veces, ofertas de paz, que los aliados, decididos a acabar con el expansionismo alemán, no aceptaron.
La mayor producción de su industria bélica permitió a Alemania, en la primavera siguiente, aplastar a Francia (abril-mayo de 1940). Nuevas ofertas de paz a Inglaterra, que el premier inglés Churchill rechazó enérgicamente.
Tres o cuatro veces ordenó el Führer la invasión de Inglaterra, y otras tantas veces se volvió atrás a última hora, ante la escasa perspectiva de éxito.
Desde entonces, para disimular su impotencia frente al poder naval británico, se distrajo en operaciones continentales cada vez más amplias: norte de África (invierno de 1940-1941); Balcanes (primavera de 1941); Rusia (verano de 1941).
La decisión de atacar a la URSS fue un error de apreciación y le costaría a Hitler la guerra.
Detenidos los ejércitos alemanes a las puertas de Moscú (diciembre de 1941), el Führer destituía al general Von Braustisch y se arrogaba personalmente el supremo mando militar.
La decisión, desastrosa en todos los sentidos, reveló al dictador como un mediocre estratega.
Desde entonces, la guerra estaba perdida.
Las batallas de El Alamein y Stalingrado (otoño de 1942) señalan su definitivo cambio de signo, y los desembarcos aliados en Italia (septiembre de 1943) y Normandía (junio de 1944) hicieron el resultado irreversible.
Ya el 20 de julio de 1944 sufrió Hitler un atentado que demostraba que su estrella había declinado hasta en la propia Alemania.
Sin embargo, logró infundir su fanatismo al ejército y al mismo pueblo, en aras de una resistencia a todo trance absolutamente inútil. Se había ganado la enemistad del mundo entero cuando los rusos entraron en Berlín.
El 30 de abril de 1945, mientras se luchaba en las calles, Hitler se quitaba la vida disparándose un tiro en la boca.
Las versiones que nos lo presentan oculto en algún lugar del mundo, hasta en la Antártida, no son más que una prolongación efímera de su mito.
Hombre de intuiciones geniales y de poder magnético ante las multitudes, al lado de rasgos infantiles y paranoicos, fue víctima de sus ideas fijas y de su ansia de prevalecer por encima de todo , que llevaría a Alemania y al mundo a una de lsa mayores catástrofes de la historia.
Imágenes de Hitler
CRONOLOGÍA DE ADOLF HITLER
1889 Nace el 20 de abril, en Braunau am Inn (Austria).
1914-1918 Sirve como soldado en el Ejército bávaro, durante la I Guerra Mundial. Tan sólo asciende al grado de cabo.
1919 Se une al recién creado Partido Obrero Alemán, pronto rebautizado como Partido Nacionalsocialista Alemán del Trabajo (partido nazi).
1921 Elegido presidente (Führer) del partido nazi.
1923 Encabeza el fracasado putsch de Munich. Sentenciado a cinco años de prisión, sólo cumple ocho meses de condena, durante los cuales escribe Mi lucha. Sale de la cárcel, gracias a una amnistía general, en diciembre de 1924.
1928 El partido nazi obtiene 12 diputados en el Reichstag (Parlamento alemán).
1929 Inicio de la crisis económica mundial conocida como la Gran Depresión.
1930 El partido nazi obtiene 107 diputados en el Reichstag.
1933 Enero: es nombrado canciller. Marzo: el Reichstag traslada todas sus facultades legislativas al gabinete presidido por Hitler.
1934 Tiene lugar la denominada Noche de los cuchillos largos, auténtica purga dentro del propio nazismo.
1935 Inicia el rearme alemán, prohibido por el Tratado de Versalles de 1919.
1936 Envía tropas a la región desmilitarizada de Renania.
1938 Anexión de Austria y de la región checa de los Sudetes.
1939 Firma del Pacto Germano-soviético. Invasión alemana de Polonia. Gran Bretaña y Francia declaran la guerra a Alemania. Comienza la II Guerra Mundial.
1940 Invasión alemana de Dinamarca, Noruega, Países Bajos, Bélgica y Francia. Gran Bretaña evita ser invadida.
1941 Intento de invasión de la Unión Soviética: las fuerzas alemanas son repelidas a las puertas de Moscú. Estados Unidos entra en la lucha contra las potencias del Eje (Alemania, Italia y Japón).
1941-1945 Se intensifica la política de exterminio de la población judía. Más de cinco millones de judíos son asesinados durante el llamado Holocausto, así como un número también significativo de quienes eran considerados por el nazismo como población marginal.
1944 Fracasada conspiración de oficiales alemanes para matar a Hitler.
1945 Deja a un país derrotado y se suicida en su búnker de Berlín, el 30 de abril.
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Mujeres de Hitler - Eva Braun - Amores y Amantes de Hitler
HITLER ADOLF (1889-1945)
(Brannau-am-Inn, Austria, 1889-Berlín, 1945)
LAS MUJERES DE HITLER: Cada 18 de septiembre Adolf Hitler depositaba un ramo de flores a los pies del cuadro de su sobrina Geli, que en 1931 se había suicidado en el piso de Hitler situado en Prinzregentenstrasse, Munich.
Aquel golpe del destino fue terrible para el futuro líder de la Alemania nazi. Hitler intentó seguirla en la muerte, pero su fiel amigo y secretario Rudolf Hess pudo quitarle la pistola de las manos en el último minuto.
Angela Raubal, Geli como sería conocida, era hija de Angela, la hermanastra de Hitler, y era 20 años más joven que él.
Retratos de Geli, su sobrina
En el verano de 1925 pesaba sobre Hitler la prohibición de hablar en público, así que se dedicó exclusivamente a escribir.
Se retiró a la montaña, alquilando una castillo en Obersalzberg, Berchtesgaden. Invitó a su hermanastra viuda para llevarle la casa.
Angela se trasladó desde Austria y su hija Geli tuvo la ocasión de conocer a su tío, por aquel entonces ya famoso. Geli se convirtió en su gran amor, tan pronto como Hitler disponía de tiempo libre corría para estar a su lado.
Pero la relación con Hitler no era fácil; los celos la acompañaban a todas partes cortándole toda iniciativa y libertad.
El tiempo pasado al lado de Geli marcó la vida de Hitler.
Su dolor fue tan profundo que selló su habitación en Prinzregentenstrasse. Sólo su ama de llaves, Anny Winter, y él entraban en ella.
Corrieron rumores de que el suicidio de Geli se debió a un embarazo no deseado, pero el historiador Werner Maser demostró que no existen razones para pensar que Hitler tuviera algo que ver en el suicidio de Geli.
Pese a estar locamente enamorado de ella en 1929 Hitler mantuvo relaciones, por lo menos, con otras dos mujeres.
A las dos las conoció en el estudio de su amigo y fotógrafo personal Heinrich Hoffmann.
Hitler tuvo que ponerse a salvo de las trampas tendidas por la joven, bonita y algo opulenta Henriette, hija de Hoffmann y más tarde esposa del jefe de las Juventudes Hitlerianas, Baldur von Schirach.
Henriette intentó conquistar por todos los medios posibles a Hitler, haciéndole de paso rabiar a Eva Braun (imagen izq.) , empleada de su padre.
Hitler salió con ella en varias ocasiones, pero nunca le prestó demasiada atención, decantándose por Eva con la que cada vez pasaba más tiempo.
La discreta Eva, tras la muerte de Geli, fue ganándose poco a poco el afecto de Hitler.
Para ello no dudó en obedecerle sin protestar.
No fumaba en su presencia y sólo bailaba a escondidas.
Pasaba largas temporadas a solas pudiendo disfrutar de su afición al deporte, especialmente a la natación y el esquí.
Eva no pasó de ser una sombra a la que Hitler recurría.
En su diario llegó a escribir: “... sólo me necesita para una cosa”.
En su soledad los celos se apoderaban de ella; y no le faltaban motivos.
Una de sus rivales fue Unity Walkyrie Mitford, hija de lord Redescale y cuñada del jefe del partido fascista británico.
Su competidora, divida interiormente entre Inglaterra y Alemania, terminó pegándose un tiro cuando las dos potencias entraron en guerra.
No murió, pero su vida se apagó en 1948 tras sufrir los daños causados por la bala en su cerebro.
Hitler no era precisamente un conservador en muchos aspectos de la mujer.
El 1 de marzo de 1942 dijo:
“Una muchacha que tenga un niño y cuide de él es para mí más importante que una solterona. Los prejuicios sociales están en franco retroceso. La naturaleza se abre paso. Estamos en buen camino”.
No era partidario del matrimonio y pensaba que los hombres debían dejar su huella en cada mujer.
Al ser fiel a sus palabras Eva Braun se vio obligada a soportar toda una serie de infidelidades.
Antes de llegar al poder, junto con sus amigos, Hitler se divirtió en fiestas y celebraciones. Joseph Goebbels le acercó al mundo del teatro y el cine. Las aventuras con actrices famosas comenzaron.
La rubia, alegre y exuberante Gretl Slezak, hija del cantante de opera judío Leo Slezak, fue la primera de ellas.
Goebbels también le presentó a la hoy legendaria Leni Riefenstahl, quien después de su ascenso al poder gozó del favor incondicional de Hitler, filmando las películas “Der Sieg des Glaubens” y “Der Triumph des Willens” recibiendo el premio nacional de cinematografía. Por deseo incondicional del Führer también filmó los Juegos Olímpicos de 1936.
Leni siempre ha negado que mantuviera relaciones sexuales con Hitler; algo que también afirmó Mady Rahl, aunque en los círculos artísticos de Estados Unidos fueron declaradas “favoritas” de Hitler, perdiendo con ello todo el mérito de su trabajo.
Adolf Hitler tuvo un atractivo especial para las mujeres, pero curiosamente no todas en el aspecto sexual. Hitler llamó a estas relaciones “afecto de madre” y curiosamente así ocurrió.
Algunas de ellas, después de 1945, siguieron afirmando que lo mantenían sobre el dictador nazi.
Helene, esposa del mundialmente famoso fabricante de pianos Bechstein, quedó fascinada por Hitler y le presentó a sus amistades.
Incluso consiguió que su marido prestara dinero al partido nacionalsocialista.
De este grupo de mujeres Hitler consiguió voluntariamente diversos objetos de valor que empeñaba cuando corrían malos tiempos.
Pero volviendo a la cuestión sexual, la lista de mujeres ricas que se enamoraron hasta la histeria de Hitler es muy larga.
Por su extraordinaria belleza cabe destacar a Inga Ley, mujer de Robert Ley, jefe del Frente Alemán del Trabajo, y María Reiter-Kubisch, hija de uno de los fundadores de la socialdemocracia en Berchtesgaden.
Se conocieron en 1926 y sus relaciones, pese a estar casada, se mantuvieron como mínimo hasta 1938.
Con el paso del tiempo y conforme la guerra fue transcurriendo, Hitler, que siempre le gustaba la compañía de bonitas mujeres, fue apartándose de ellas, quedando únicamente Eva Braun a su lado.
La fidelidad de Eva se vio “recompensada” cuando los días del Tercer Reich tocaban a su fin.
Hitler se casó con ella por “los muchos años de fiel amistad” .
El 30 de abril de 1945, según la historia oficial, el matrimonio se suicido.
Eva con una ampolla de veneno y Hitler pegándose un tiro en la cabeza.
Enlace Externo:• El diagnóstico que Sigmund Freud le hizo a Hitler