Diferencias Entre los Evangelios Segun los Apostoles Marcos y San Juan

El Evangelio de San Marcos:

Marcos había acompañado primero a Pablo, luego a Pedro (1 P 5,13) al que servía de secretario e intérprete pues el apóstol no estaba familiarizado con el griego que hablaban sus fieles de Roma.

Al redactar su Evangelio, Marcos no pretendió más que poner por escrito la tradición catequística común.

Pero, en cada párrafo, introdujo detalles concretos y pintorescos que conocía por haberlos escuchado de boca de Pedro, y que daban vida a su narración.

Pedro, testigo personal de los hechos, tenía su manera de contarlos y hacía resaltar lo que a él le habla impactado: al leer el texto de Marcos, muchas veces creemos escuchar a Pedro.

► Mateo y Lucas:

Los evangelios de Mateo y de Lucas tienen en común algunos hechos y muchas palabras de Jesús que no están en Marcos.

En el de Lucas, los encontramos principalmente en los capítulos 9,52 a 18,14, donde vienen en forma seguida, mientras que los mismos párrafos están dispersos a lo largo del Evangelio de Mateo.

Se piensa comúnmente que provienen de algún escrito anterior a nuestros evangelios, al que se llama a veces «Los Dichos del Señor, (Muchos biblistas lo llaman «La fuente O»).

Este escrito, a diferencia de la otra fuente que llamamos la tradición catequística común, relataba pocos hechos y milagros de Jesús.

Comenzaba con el testimonio de Juan Bautista y reunía más que todo palabras de Jesús agrupadas por temas.

Además del contenido de estas dos fuentes, las primeras comunidades cristianas de Palestina, en Jerusalén primero, y luego en Cesárea, guardaban varios escritos relatando parábolas, milagros y hechos de Jesús.

De ahí provienen las partes propias de Mateo y de Lucas que, en forma separada, conocieron varios de ellos.

• La Obra de Lucas:

¿De qué manera compaginaría Lucas los varios documentos que habla reunido, especialmente los dos más importantes: el patrón de Marcos y los Dichos del Señor?.

El primero relataba hechos, el otro era un tejido de palabras de Jesús.

Lucas debía, pues, colocar las palabras en el relato, pero le repugnaba desmenuzar los «dichos del Señor».

Por eso, al reproducir el Evangelio de Marcos, que se divide en dos partes: hechos de Jesús en Galilea y hechos de Jesús en Jerusalén antes de su Pasión, colocó en medio la mayor parte de los Dichos del Señor, tal como venían, ubicándolos en forma algo ficticia en el viaje de Jesús a Jerusalén (Lc 9,51).

Habiendo fundido de este modo los dos documentos más importantes, puso a manera de introducción los capítulos referentes a la infancia de Jesús, siguiendo un documento muy antiguo, cuya información provenía seguramente de María, Madre de Jesús.

Y para concluir el Evangelio, puso las apariciones de Jesús resucitado que faltaban en Marcos (ver comienzo de Mc 16,8).

Lucas era de cultura griega y escribía para griegos.

No reprodujo los párrafos del Evangelio de Marcos que se referían a leyes y costumbres judías, poco entendibles para sus lectores (Mc 7; 8,15; 9,11).

Asimismo suprimió párrafos que podían herir la sensibilidad de los griegos (Mc 8,31; 9,43; 11,11) o que parecían contradecir la fe en Jesús Hijo de Dios (Mc 13,32; 14,33).

Un principio de la literatura griega era evitar cualquier repetición, mientras que la repetición gustaba mucho a los judíos.

Por esta razón suprimió, por ejemplo, la segunda multiplicación de los panes, la segunda comparición de Jesús ante el Consejo Supremo y varios episodios que se parecían demasiado a otros ya narrados (Mc 8,22; 14,3), sin hablar de numerosas repeticiones de palabras.

Este afán de simplificar se nota especialmente al comparar el Discurso en el Monte tal como lo presenta Lc 6 y como está en Mt 5-7.

► La Obra de Mateo:

Para empezar, precisemos que según toda probabilidad, el autor de nuestro Evangelio según Mateo no es el apóstol Mateo.

El obispo y mártir San Ireneo escribía en el año 185: «Mateo hizo aparecer una forma escrita de evangelio entre los hebreos y en el idioma de ellos, en el mismo tiempo en que Pedro y Pablo evangelizaban Roma.»

Mucho antes, como en el año 110, Papías de Hierápolis decía: «Mateó escribió las palabras del Señor en hebreo y luego cada cual lo tradujo según su propio genio.»

Este evangelio de que hablan, o, mejor, «esta forma de evangelio», escrito en hebreo por los años 50 no puede ser nuestro Evangelio de Mateo, escrito en griego veinte años más tarde.

El actual Evangelio de Mateo es la obra de un desconocido, pero un hombre de gran cultura teológica.

La preocupación de este autor fue presentar la enseñanza de Cristo en forma organizada y lógica. Suprimió los detalles cuando relataba los hechos; en cambio, realzó las palabras de Jesús. Su Evangelio se compone de cinco partes; cada una de ellas empieza con hechos de Jesús y termina con un discurso.

Estos discursos son:

— el Sermón en el Monte (cap. 5-7);
— la instrucción a los Misioneros (10);
— las Parábolas del Reino (cap. 13);
— las palabras sobre la Convivencia en la Iglesia (cap. 18);
— el Porvenir de la Iglesia (cap. 23-25).

Mateo empezó su Evangelio con unos re latos de la infancia de Jesús.

Ahí nos encontramos con un estilo muy particular inspirado de cierta literatura judía, en que es difícil distinguir lo que es historia y le que es forma figurada de expresarse (los Magos, por ejemplo).

El Evangelio de Mateo se escribió para comunidades cristianas en que eran numerosos los creyentes de origen judío. Pos eso insiste en que Jesús cumple las profecías de la Biblia (Mt 4,14; 8,17; 12,17; ...).

También vuelve a menudo sobre el tema siguiente: él Reino de Dios ha sido predicado a los judíos, pero Jesús sabia que iban a rechazarlo y que, debido a esto, la Iglesia se dirigiría a les pueblos paganos.

• El Evangelio de Juan:

El Evangelio de Juan se dirige a personas que ya conocen los otros Evangelios quiere darles una enseñanza más profunda Refiere muy pocos hechos de los contenidos en los otros Evangelios, fuera del relato de la Pasión, sacando de ellos una enseñanza diferente o de un nivel superior.

Los evangelios sinópticos nos dicen que la novedad de la enseñanza moral de Jesús fue el retomar todo lo dicho anteriormente a él en la Biblia, para poner de relieve lo esencial.

Pero, ¿por qué quería Jesús que sus discípulos., fueran perfectos?

Porque había llegado la hora del Reino de Dios.

Eso era lo importante: el Reino de Dios se ha acercado, Dios ahora viene con todo su poder para levantar a los hombres.

Y la gente  preguntaba: ¿Cómo viene este Reino de Dios?

El cómo, lo sabemos: Dios se hacía presente entre, los hombres en la persona de su propio- Hijo para hacerlos hijos de Dios.

Pero mientras Jesús estaba en la tierra, no lo había dicho claramente y solamente después de su Resurrección, los apóstoles entendieron en qué consistía la novedad de la experiencia cristiana.

Juan, por su parte, quiso decirlo en su libro: ver la Introducción a este Evangelio.

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