Cuadro de Antecedentes y Desarrollo Revolución Francesa
La Revolución Francesa fue un movimiento social que estalló en 1789, contra el absolutismo real y los privilegios sociales.
Ese acontecimiento cambió la estructura del gobierno y la organización de la sociedad, y respondió en sus finalidades más nobles al deseo de un mejor orden político y de una más equitativa organización social.
El ambiente era propicio para el estallido de la revolución.
La corrupción de costumbres había llegado en la alta sociedad a un punto increíble.
La situación política de Francia respondía al absolutismo monárquico, mientras los filósofos y enciclopedistas proclamaban su repudio del absolutismo, y su admiración por el régimen constitucional inglés.
La situación social presentaba contrastes irritantes: en la cúspide, el Rey y su familia, que vivía en la opulencia, rodeado de brillante y fastuosa corte; más abajo los privilegiados del primer estado y del segundo estado, libres de impuestos, y colmados de favores y privilegios.
Por último, los no privilegiados, que formaban el tercer estado, o estado llano: legistas, burgueses enriquecidos, obreros y campesinos.
Sobre estos cargaba el peso de los impuestos, aumentados continuamente, por los derroches de las altas esferas. La situación económica era difícil.
El aumento de la deuda del Estado provocaba la imposición de nueyos tributos, para conjurar el déficit. (seguir leyendo: Revolución Francesa)
CUADRO SINÓPTICO ANTECEDENTES Y CARACTERÍSTICAS DEL NAZISMO
El término «nazismo» resulta del apócope de Nacional Socialismo. Se lo conoce también por «razismo», por su exaltación de la raza aria, y por «hitlerismo» derivado del nombre de su Jefe.
El nazismo es un totalitarismo racial.
Fue fundado por Adolfo Hitler, en Alemania. El uniforme distintivo de los nazis era la camisa parda y su emblema la cruz esvástica.
Al perder la primera guerra mundial, Alemania se vio obligada a aceptar una paz rigurosa y vengativa que le fue impuesta por el Tratado de Versalles. El pueblo alemán no se resignó a esa humillación y a las duras consecuencias de la derrota. El 9 de noviembre de 1918 abdicó el emperador Guillermo II e inmediatamente los socialistas se hicieron cargo del gobierno y proclamaron la República.
Al año siguiente, el 31 de julio de 1919, se proclamó la Constitución de Weimar, de carácter democrático, republicano y federal.
En enero de 1923 ejércitos franco-belgas ocuparon la región del Rhur con sus importantes yacimientos mineros, por la demora de Alemania en pagar las reparaciones de guerra. Se creó, entonces, una difícil situación agravada por la caída vertical del marco, completamente desvalorizado por las fabulosas emisiones de papel moneda hechas por el gobierno, con la peregrina idea de auxiliar a los obreros. Adolfo Hitler (1889-1945), austríaco de nacimiento, había fundado en 1919 en Munich, el Partido Nacional Socialista, llamado más tarde Partido Nazi.
El 8 de noviembre de 1923 intentó un golpe revolucionario en Munich, «el putsch de la cervecería», para derrocar al gobierno, pero fracasó.
Durante el año de cárcel escribió Hitler sus principales ideas políticas en el libro titulado «Mi lucha». Al recobrar la libertad, a fines de 1924, reanudó su campaña en pro del resurgimiento de Alemania, alcanzando gran popularidad y conquistando muchos adeptos.
En las elecciones de 1932 el Partido Nazi obtuvo enorme mayoría.
De acuerdo a la Constitución, el presidente Hindenburg nombró a Hitler, Canciller del Reich.
Muerto al año siguiente Hindenburg, Hitler reunió en su per sona los cargos de canciller y de presidente, decisión que fue ratificada por un plebiscito que le concedió además el título de Fürher (Caudillo).
Alemania adoptó el nombre de Tercer Reich, se abolió la Constitución de Weimar, se reemplazó la bandera de la República por la insignia esvástica del nazismo.
Hitler convirtió a Alemania en un estado unitario; proclamo único partido legal al Nacional-Socialista y disolvió a los partidos opositores; renovó la legislación y creó Tribunales del Pueblo.
La palabra traición tuvo un significado muy amplio y los acu sados de traición fueron juzgados con gran severidad y en forma secreta por los «Tribunales del Pueblo».
Se crearon campos de concentración. Se persiguió a los judíos, se les privó del derecho de ciudadanía y se les prohibió las actividades lucrativas.
Como es común en los regímenes totalitarios, agrupó a los obreros de sindicatos que debían responder al «Frente de Trabajo Alemán»; restringió las libertades, fiscalizando en forma absoluta el periodismo, la enseñanza, la radio, el cine, etc., y se crearon organismos para la represión brutal de cualquier intento de oposición.
LA GUERRA que comenzó en agosto de 1914 ‘La Gran Guerra‘ para los contemporáneos y La ‘Primera Guerra Mundial’ para la posteridad marcó el fin de un período de la historia y el comienzo de otro.
Esta guerra, que se inició como un conflicto europeo, se convirtió en 1917 en una guerra mundial y, como tal, se la puede considerar un puente entre la era del predominio de Europa y la de la política internacional.
La chispa que encendió la mecha fue el asesinato del presunto príncipe heredero de Austria, el archiduque Francisco Fernando, por un terrorista bosnio en Sarajevo, el 28 de junio de 1914.
En la crisis que se produjo después del atentado, ninguna de las potencias estuvo dispuesta a aceptar una derrota diplomática: finalmente, la guerra tomó el lugar de las maniobras diplomáticas.
Todos pensaban que sería una guerra corta, que ya habría terminado para la Navidad de 1914. Los alemanes sabían que sus posibilidades de librar con éxito una guerra prolongada en dos frentes eran muy escasas.
Su estrategia bélica, ideada por Schlieffen en 1897, era rodear y aniquilar al ejército francés pasando por Bélgica antes de que los rusos tuvieran tiempo de movilizar sus tropas; pero éstos reaccionaron en forma increíblemente rápida: invadieron Prusia oriental, derrotaron al Octavo Ejército alemán en Gumbinnen (el 20 de agosto) y obligaron a desplazar las reservas de Alemania desde el oeste.
Los alemanes lograron derrotar a los invasores rusos en Tannenberg (entre el 26 y el 29 de agosto), pero no contaban con suficientes tropas para aprovechar esta victoria.
Los alemanes también fueron vencidos en el oeste por los aliados, en la batalla del Marne, entre los días 5 y 8 de septiembre.
Cuadro Sinóptico del Fascismo Italiano Orígenes y Características
El término «fascismo» deriva de «fascio» haz de varillas, que llevaban los lictores de la antigua Roma, en el cual iba insertada un hacha, símbolo de derecho de vida y muerte que tenían los antiguos cónsules romanos.
El fascismo pretendía reconstruir el antiguo Imperio Romano, de ahí que se lo denomine totalitarismo imperial.
Tuvo origen en Italia. Su creador fue Benito Mussolini, el «Duce» (Conductor).
El uniforme distintivo de los fascistas era la camisa negra; el saludo, el antiguo romano, levantando el brazo derecho.
Serias dificultades de orden económico, militar, social y político convulsionaban a Italia, después de terminada la primera guerra mundial (1918).
Tampoco al pueblo italiano había dejado satisfecho el Tratado de Versalles. El caos interno iba en aumento, por la acción disolvente de los partidos de extrema izquierda que sembraban la anarquía y amenazaban llevar al país hacia el comunismo.
Benito Mussolini (1883-1945), ex dirigente socialista, había fundado en Milán, el 23 de marzo de 1919, los primeros «fasci di combattimento», o unión de antiguos combatientes, en cuyas filas formaron muchos jóvenes entusiastas y muchos excombatientes, todos electrizados por la elocuente oratoria del Duce. Mussolini fustigaba tanto al liberalismo como al comunismo.
En mayo de 1921, los fascistas obtuvieron 38 bancas en la Cámara y Mussolini, elegido diputado por Milán, atacaba duramente los errores del sistema parlamentario.
El 24 de octubre de 1922, en el transcurso de un mitin celebrado en Nápoles, el dirigente fascista proclamó la revolución.
Al grito de ¡A Roma! instó a los fascistas a marchar sobre la Ciudad Eterna. Usando todos los medios de locomoción disponibles, más de 50.000 camisas negras marcharon a Roma, penetraron en la capital y sin encontrar resistencia, pues el ejército no actuó, ocuparon los edificios públicos.
El rey de Italia, Víctor Manuel III, ante la grave situación, confió a Mussolini el encargo de organizar un nuevo ministerio.
Comenzó entonces, la era fascista.
Benito Mussolini fue Primer Ministro; el parlamento le otorgó poderes extraordinarios. Fueron disueltos los partidos políticos opositores, se organizó la juan Milicia l'»asc¡sla, fuerza armada, paralela al ejército.
El parlamento fue disuelto, la juventud educada según las normas fascistas. Se creó el Gran Consejo Fascista, cuerpo consultivo que se renovaba cada 3 años, compuesto por 30 miembros elegidos por Mussolini.
En 1939 Mussolini firmó con Hitler un pacto político-militar. denominado «Eje Roma-Berlín»; desde entonces Mussolini quedó bajo la influencia hitlerista. En la última guerra mundial, Italia participó como integranlc del Eje.
Cuando desembarcaron los aliados en Sicilia, el Gran Consejo Fascista depuso a Mussolini, acusado de sumisión a Hitler y de anteponer los intereses alemanes a los italianos. Por orden del rey fue encarcelado.
Los alemanes ocuparon Roma y todo el Norte de Italia dispuestos a resistir. Rescatado por paracaidistas germanos, Mussolini formó un nuevo gobierno opuesto al del rey Víctor Manuel III, la República Social Fascista Italiana de corta duración. Cuando Mussolini se aprestaba a huir, ante el mal cariz, de los acontecimientos, fue apresado junto con otros 16 fas cistas por unos guerrilleros, y ejecutado en Dongo.
Su cadáver, expuesto en la plaza de Milán fue robado, pero en 1946 fue recuperado y enterrado en un lugar secreto.