Biografia de Harry Truman-Historia de su Gobierno, presidente de EE.UU.

Biografia de Harry Truman
Política de su Gobierno como Presidente de EE.UU.

Harry Truman: El hombre contra el comunismo: Cuando el 12 de abril de 1945, Harry S. Truman se convirtió en Presidente de los Estados Unidos no tenía sospecha de lo que sucedería luego, ya que prácticamente no tuvo oportunidad de dialogar con el ex Presidente Roosevelt, y tampoco recibió información acerca del desarrollo de la bomba atómica o el nivel de los conflictos con la Rusia soviética.

Tiempo después Truman declararía ante la prensa: “Me sentí como si la luna, las estrellas, y todos los planetas hubieran caído sobre mí”.

Fue algo que sucedió de repente, y Truman dejó de ser Vicepresidente para ocupar el cargo de Presidente de su país, por lo que debió afrontar los vastos y diversos problemas en tiempos de guerra.

Harry Truman había nacido el 8 de mayo de 1884 en Lamar, Missouri, en medio de una familia de granjeros, y siendo el hijo mayor de John Anderson Truman y Martha Ellen Young Truman.

Durante la Primera Guerra Mundial luchó en Francia como Capitán de Artillería, y cuando regresó a su país natal contrajo matrimonio con Elizabeth Virginia Wallace, con quien instaló una mercería en la ciudad de Kansas.

Mientras tanto, Truman se mantuvo siempre activo en el Partido Demócrata, lo que en 1922 le permitió ser elegido juez de la Corte del Condado de Jackson.

Más de una década después, precisamente en 1934, se convirtió en Senador, lo que le permitió durante la Segunda Guerra Mundial dirigir el Comité del Senado dedicado a investigar la guerra, es decir todo lo relacionado a los gastos injustificados y la corrupción que tuvieron lugar durante dicho período.

El 20 de enero de 1945 asumió como Vicepresidente de los Estados Unidos, con la fórmula que puso en el cargo de Presidente a Franklin D. Roosevelt.

Sólo pasarían unos meses, y el 12 de abril de ese mismo año se convertiría en Presidente, luego de que Roosevelt muriera repentinamente.

Truman se mantuvo en el cargo hasta el 20 de enero de 1953.

Como Presidente, Truman debió tomar algunas de las decisiones más cruciales de la historia.

Entre otras cosas, poco antes de lograr la victoria en la guerra contra Japón, los Estados Unidos enviaron un comunicado a los japoneses solicitando la rendición, pero ante la negativa de los asiáticos, Truman ordenó que las bombas atómicas fueran lanzadas sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, logrando de esta forma la rendición inmediata de los japoneses.

Si bien durante los primeros tiempos Truman había continuado la política de su predecesor, lo cierto es que no se demoró en desarrollar su propia estrategia.

Una vez que la guerra pasó al olvido, por lo menos para los norteamericanos, Truman presentó al Congreso un programa conocido como el de los 21 puntos, en el cual proponía la ampliación de la plataforma de la Seguridad Social, un programa de empleo, una Ley permanente de Empleo, la erradicación de los asentamientos marginales y la generación de la vivienda pública.

Aquello se hizo conocido como el “Fair Deal”, en español el trato justo.

Mientras tanto, el mundo se encontraba inmerso en una crisis, y ante los peligros reinantes, Truman llevó adelante su campaña de 1948 con total éxito, y desafiando a todos los pronósticos, se alzó con la victoria de los comicios de aquel año.

Durante el año 1947 la Unión Soviética presionó a Turquía, y sus guerrillas amenazaron con apoderarse de Grecia.

Ante ello, Truman solicitó al Congreso enviar ayuda a ambos países, y a partir de allí se hizo popular la llamada Doctrina Truman.

Asimismo, se puso en marcha el conocido Plan Marshall, por el nombre de su Secretario de Estado, que logró estimular la recuperación económica.

Cuando en 1948 los rusos bloquearon los sectores occidentales de Berlín, Truman ordenó crear un puente aéreo masivo, a fin de colaborar con los berlineses hasta lograr que los rusos se retiraran.

Mientras tanto, Truman se mantenía ocupado con las negociaciones que buscaban crear una alianza militar cuyo objetivo fuera proteger a las naciones occidentales, la cual fue finalmente establecida en 1949 bajo el nombre de Organización del Tratado del Atlántico Norte.

Cuando en junio de 1950 el gobierno comunista de Corea del Norte invadió Corea del Sur, Truman volvió a enviar ayuda, siempre con la premisa de combatir el comunismo en cualquier rincón del mundo.

Finalmente, la ONU decidió establecer una línea que delimitara los espacios de Corea del Sur y del Norte, y a pesar de que Truman se sintió desalentando con aquella decisión, lo cierto es que prefirió mantenerse al margen, a fin de evitar que se generara un conflicto mayor con China y posiblemente con Rusia.

Decidido a abandonar la política para siempre, al finalizar su mandato volvió a Kansas, y finalmente murió el 26 de diciembre de 1972, a los 88 años.

Fuente Consultada: Graciela Marker Para Planeta Sedna

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LA CAZA DE BRUJAS:

Durante ambos mandatos su gobierno se caracterizó por la persecusión a comunistas y progresistas de toda condición.

En 1949 el polituró del Partido Comunista fue juzgado y condenado en peso de acuerdo con la Smith Act de 1940, que declaraba culpable a toda iniciativa, asociación o propaga que intentara derrocar cualquier goierno mediante la fuerza y violencia.

Numerosos extranjeros sospechosos de actividades comunistas fueron expulsados del país.

En Nueva York, la drástica ley Feinberg permitía la expulsión de enseñantes pertenecientes a organizaciones cualificadas de subversivas por el consejo estatal.

El miedo de que, en nombre de la seguridad nacional, se atacaran gravemente las libertades de expresión y de asociación se apoderó de la opinión norteamericana más liberal, pero, entretanto, había aparecido el senador Joseph McCarthy, de Wisconsin, que alcanzó grados en la «caza de brujas» no experimentados hasta entonces.

Su primera acusación se dirigió contra el departamento de Estado, dirigido por Dean Acheson, refugio, según él, de doscientos cinco notorios comunistas; Owen Latimore, profesor de la universidad Johns Hopkins y vicedirector para las operaciones del Pacífico en el Servicio de Informaciones bélicas, fue acusado de ser «el máximo agente de espionaje de Rusia en los Estados Unidos».

Klaus Fuchs, físico británico, fue acusado de proporcionar secretos atómicos a la URSS; Oppenheimer, uno de los padres de la bomba atómica, padeció los rigores de la comisión de actividades antiamericanas.

Arthur Miller, Charles Chaplin, Bertolt Brecht, Elia Kazan y numerosos actores de cine tuvieron que declarar ante la comisión.

Pero el caso más grave se dio con los esposos Rosenberg, acusados de espionaje en favor de la URSS y ejecutados en 1951, cuyo proceso está hoy en vías de revisión a los veinticinco años de caducar los secretos del sumario.

El propio general Marshall fue acusado, en 1951, de tolerar una gran conspiración comunista en el interior del país.

El pánico general se tradujo en la propuesta de ley McCarran-Nixon, aprobada en 1950 con el veto de Truman.

La ley establecía la inscripción en listas especiales de todas aquellas personas pertenecientes a organizaciones del «frente» comunista; excluía a los comunistas de empleos en las industrias afectas a la defensa nacional y disponía el arresto de comunistas y otros «subversivos» en época de guerra.

Además, prohibía la entrada en Estados Unidos a toda persona que, en cualquier momento, se hubiese adherido a una organización totalitaria.

A esta ley siguió, en 1952, la McCarran Act, aprobada de nuevo con el veto de Truman —que trató de presentar a la institución presidencial por encima de una contingencia estimulada, precisamente, por su política exterior—, y que dictaba normas estrictas sobre la inmigración.

La política antialarmista del gobierno y el acento puesto sobre el hecho de que la prosperidad industrial norteamericana era de vital importancia para todo el «mundo libre» favorecían aquella perspectiva.

Al mismo fin sirvieron las acerbas críticas contra errores de menor importancia cometidos por la administración

El último punto crítico del mandato de Truman se produjo a raíz de la guerra coreana.

Los planes del general Mac Arthur, una vez relanzada la ofensiva de las tropas de la ONU (mayoría norteamericana, apoyadas por la armada de Estados Unidos estacionada en Japón), eran culminar la conquista de toda Corea, incluida la zona norte, y alcanzar las fronteras con China, Truman, preocupado por la situación, se entrevistó en la isla de Wake con Mac Arthur en octubre de 1950, y recibió del general la afirmación de que la victoria en Corea era ya un hecho, pese a cualquier intervención china.

No obstante, la masiva ofensiva de Mao Tse-tung, afrontando la posible agresión norteamericana, cambió los planes generales de Truman, que no deseaba pasar a una guerra total en Asia.

Como dijo el general Bradley, «hubiera sido una guerra equivocada en un momento equivocado y en un lugar equivocado».

Mac Arthur dio órdenes a la VIII Flota de iniciar una «ofensiva general» el 24 de noviembre de 1950; ofensiva que fracasó, mientras las tropas chinas, en una continua afluencia, separaban por completo las dos alas norteamericanas y era exterminado un cuerpo surcoreano.

El 3 de diciembre la situación de la VIII Flota era, según Mac Arthur, crítica en plena retirada hacia Seúl.

Tras la durísima campaña del invierno y las sucesivas ofensivas comunistas y norteamericanas, el frente se estabilizó en el paralelo 38, cuando las tropas de la ONU habían perdido cuatrocientos mil hombres (ciento treinta y cinco mil norteamericanos, según sus propias fuentes) y los comunistas más de un millón quinientos mil.

En este marco se produjo el enfrentamiento entre Truman y Mac Arthur.

Éste presentó al estado mayor tres soluciones: seguir las acciones contra los chinos únicamente en Corea, aceptar el paralelo 38 como línea de armisticio o atacar fuertemente a China en todos los sectores posibles.

Su elección recaía en este último punto: bloquear la costa china, bombardear tierra firme y utilizar el ejército de Chang Kai-shek para invadir China meridional y reforzar Corea del Sur.

Naturalmente, el desembarco de tropas de Chang Kai-shek en China continental y el bombardeo de ciudades chinas por los norteamericanos hubiera podido desencadenar una nueva guerra general.

Truman no podía correr semejante riesgo, y el 15 de diciembre de 1950 emitía un mensaje radiodifundido según el cual «nuestro objetivo no es la guerra, sino la paz.

En todo el mundo, nuestro nombre es sinónimo de justicia internacional y de un ordenamiento mundial basado en los principios del derecho y del orden».

Mac Arthur no aceptó las directrices del gobierno, y, cuando en marzo de 1951, se perfiló un cambio en las vicisitudes de la guerra, Truman se aprestó a afrontar la nueva situación con el anuncio de que, fundamentalmente salvada Corea del Sur, se acercaba la hora de terminar los combates y de discutir un acuerdo.

El 24 de marzo, Mac Arthur dio a conocer una declaración en completo desacuerdo con la de Truman.

Éste estaba ya decidido a destituir al general cuando, el 5 de abril, el líder republicano en la cámara de representantes, Martin, leyó una carta de Mac Arthur en que reafirmaba su punto de vista acerca del conflicto.

El 11 de abril de 1951, Truman destituía, en completo acuerdo con sus consultores civiles y militares, a Mac Arthur, recibido en San Francisco y Nueva York con demostraciones de afecto por miles de personas.

En junio de 1953 se firmaba el armisticio que ponía término a la guerra de Corea.

En la última fase de ésta, Estados Unidos hizo explotar la primera bomba de hidrógeno, en noviembre de 1952, con una potencia equivalente a veinte millones de toneladas de trilita.

Terminado su mandato, Truman se retiró de la política hasta sus últimos días.

Fuente: Forjadores del Mundo Contemporáneo – Tomo I- Entrada: Harry Truman “artífice de la guerra fría” – Editorial Planeta


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