Asesinato del Padre Mugica :Sacerdotes Comprometidos Con Los Pobres

Asesinato del Padre Mugica: Sacerdotes Comprometidos Con Los Pobres

Padre Carlos Múgica: El mártir de los pobres

“Nada ni nadie me impedirá servir a Jesucristo y a su Iglesia, luchando junto a los pobres por su Liberación.

Si el señor me concede el privilegio, que no merezco, de perder la vida en Padre Mugicaesta empresa, estoy a su disposición”, son las palabras que en varias oportunidades había repetido el padre Carlos Mugica, sin imaginar que su destino ya estaba sellado, y que realmente se convertiría en el mártir de los pobres y desamparados.

Fue un hombre y un cura cuya misión no sólo se ciñó a llevar la palabra de Dios, sino también a tomar un lugar en la lucha contra la pobreza, ya que no era indiferente a la problemática social que le tocaba vivir a nuestro país en la década del setenta.

Su lucha en apoyo de los desprotegidos se concertó en una permanente y activa militancia social.

Pero además, el padre Carlos siempre se definió con total independencia política, lo que lo llevó a ser constantemente criticado por diversos sectores, e incluso muchos lo amenazaron y atentaron contra su vida, ya que lo consideraban como una verdadera molestia para sus intereses, y la palabra del cura atentaba contra sus ambiciones.

Pero seguramente lo que más molestaba de Mugica era su pasión por el peronismo, que incluso lo llevó a ser parte de la tripulación del avión que el 17 de noviembre de 1972 había traído de regreso al país al General Juan Domingo Perón.

Fue el 11 de mayo de 1974 el día que comenzaría el principio del fin para el párroco.

Él había abandonado la iglesia de San Francisco Solano, en el barrio porteño de Villa Luro, una vez que la misa había terminado y sus feligreses se encontraban fuera de la parroquia.

Con paso tranquilo y sereno, el padre Carlos se dirigió hasta su automóvil, un Renault 4 color azul que había sido estacionado a unos pocos metros de la iglesia.

Allí lo estaban esperando.

Frente al párroco se dibujó de golpe una figura imponente y que sembró el miedo en él.

Un hombre de bigotes se paró ante él y le apuntó con una ametralladora Ingram M-10, el arma que terminaría para siempre con la vida del padre Mugica.

Poco después, el párroco fue conducido al hospital donde ya moribundo, alcanzó a exclamar a una enfermera: "¡Ahora más que nunca tenemos que estar junto al pueblo!".

Muchas fueron las hipótesis que surgieron a raíz de la muerte del cura, pero todas relacionadas con el mundo político, ya que tengamos en cuenta que la Argentina de aquella época se desenvolvía en un terreno complejo.

Con sus convicciones, seguramente el padre Carlos había quedado entre dos fuegos, ya que por un lado la Triple A lo consideraba un cura guerrillero, y por el otro el grupo conformado por los Montoneros lo señalaban como un traidor debido a que promovió el fin de la lucha armada con la llegada de Héctor Cámpora al poder.

Las posteriores investigaciones permitieron saber que el sicario de bigotes respondía al nombre de Rodolfo Eduardo Almirón, y el cual se desenvolvía como jefe de la Triple A.

hoy el cuerpo del padre Mugica descansa para siempre en la capilla Cristo Obrero, ubicada dentro de la Villa 31 de Retiro.

Fuente Consultadas: Graciela Marker Para Planeta Sedna


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