Biografia de Gustavo II Adolfo de Suecia Historia de su Reinado
Biografia de Gustavo II Adolfo de Suecia-Historia de su Reinado
Gustavo II Adolfo (1594-1632), rey de Suecia (1611-1632), apodado el León del Norte por su liderazgo de las fuerzas protestantes en la Guerra de los Treinta Años.
Representa el momento culminante de Suecia en la historia de Europa. En efecto, gracias a sus excepcionales cualidades de estadista y caudillo militar, estableció la hegemonía de Suecia en el Báltico, en lucha contra Rusia, Polonia y Dinamarca.
Asimismo, organizó el Estado sueco, dio coherencia a su administración, a base de un sistema de absolutismo, moderado por el juego del Riksrad (Senado) y de la Dieta, y fomentó la economía nacional.
En el gran problema que se ventilaba en Europa entre el protestantismo y el catolicismo, fue campeón de las ideas luteranas, a las que salvó en los campos de batalla de Alemania.
Como militar, es uno de los grandes generales de la Historia.
Fue el primero que dio importancia a la cohesión nacional de las tropas, a la disciplina de las mismas (evidenciada en la uniformidad del atavío) y al uso de los elementos ligeros, en particular de la caballería, en las operaciones estratégicas.
Subió al trono a los quince años, el 8 de noviembre de 1611, a la muerte de su padre Carlos IX, antiguo duque de Sudermania.
Su madre, Cristina de Holstein, le puso al mundo el 9 de diciembre de 1594.
Después de una niñez dedicada en su mayor parte a los ejercicios de armas, apenas ceñida la corona tuvo que luchar contra Dinamarca en la guerra llamada de Calmar, heredada de su padre.
Su iniciación militar no fue muy brillante, pues tuvo que aceptar la humillante paz de Knárod (1613), por la que el rey danés Cristian IV conservó cerrado el acceso de Suecia al Mar del Norte. Pero pronto logró desquitarse de esta derrota.
Aprovechando la «época de las turbaciones» rusas, arrancó del primer zar Románov el tratado de Stolbova (1617), que daba a Suecia la posesión de la Carelia y la Ingria, formando un corredor continental entre Finlandia y la Estonia, las dos antiguas dependencias suecas en el litoral oriental del Báltico.
Desde este momento concentró sus fuerzas contra Segismundo III de Polonia, quien estaba en guerra con Suecia desde la época de Carlos IX, no sólo por cuestiones dinásticas, sino por rivalidad política y religiosa.
En el curso de doce años, Gustavo Adolfo dilucidó a su favor el problema de la hegemonía en el Báltico y el del protestantismo en el Norte de Europa.
En 1621 conquistó Riga, su primer éxito militar de importancia, y en 1621 avanzó por el litoral de Curlandia.
Después de una tregua eventual, el ejército sueco invadió (1625) Curlandia, Livonia y la Prusia oriental.
Los éxitos militares de Gustavo Adolfo, apoyados por la hábil diplomacia de Richelieu, indujeron a Segismundo III a aceptar la tregua de Altmark (1629), por la que Polonia reconocía la monarquía sueca y le cedía Livonia y los puertos prusianos de Elbmg, Pilíau y Memel, y los derechos de aduana de Danzig.
Después de Altmark, Richelieu logró lanzar el ejército de Suecia al campo de batalla de Alemania.
Gustavo Adolfo secundó los planes del ministro de Francia porque veía en ellos un elemento importante para consolidar la hegemonía de su país en el Báltico y el triunfo del protestantismo en el Reich.
Antes de firmarse el tratado francosueco de Bárwald (enero de 1631), Gustavo Adolfo pasó de la isla de Usedom, en la costa de la Pomerania, al continente, iniciando de este modo la fase sueca de la guerra de los Treinta Años (4 de julio de 1630).
Auxiliado por los electores de Sajonia y Brandeburgo, decididos a su favor a causa del saqueo de Magdeburgo por el ejército imperial, Gustavo Adolfo obtuvo sobre el general Tilly el resonante triunfo de Breitenfeld (17 de septiembre de 1631), el cual estableció la supremacía militar sueca en el Norte de Europa por una centuria.
Después de Breitenfeld, y sin cumplir los compromisos contraídos con Richelieu, Gustavo Adolfo recorrió triunfalmente Renania y Franconia.
En estos días pretendió constituir una especie de estado federal protestante alemán, o por lo menos reunir todas las fuerzas de los protestantes en un Corpus evangelicorum.
Estos brillantes proyectos quedaron inutilizados por su muerte, acaecida en el campo de batalla de Lützen (16 de noviembre de 1632), cuando la victoria se inclinaba de nuevo a favor de sus armas.