Historia de la Automatizacion - Causas y Evolución
Historia de la Automatización Industrial
Bajo la presión de la segunda Guerra Mundial se introdujo en las fábricas toda clase de elevadores de horquilla y transportadores para acelerar la marcha de los materiales.
Estos se convirtieron en parte integral de la línea de montaje, llevando artículos de una máquina a otra. Inevitablemente, el paso siguiente fue la mano de hierro que comprimiese todas las operaciones mecánicas en una corriente continua.
Una mano humana ejecuta siete movimientos básicos que se combinan cuando toma un objeto, lo hace girar, lo mueve o lo levanta.
Treinta juntas son mantenidas bajo el control de las tensiones equilibradas de cincuenta músculos mediante pulsaciones indicadoras que recorren las líneas de sus nervios.
Ford fue el primero que trató de construir, dentro de una fabrica, una máquina cuya constitución interna imitase un organismo viviente.
El brazo móvil mecánico, con su mano, fue el primer mecanismo de un robot que actuaba exactamente como los órganos sensoriales.
Era un brazo flexible, articulado.
En el extremo tenía una grapa compleja parecida a una mano de acero.
La grapa asía la pieza en que se trabajaba y la colocaba en la herramienta.
Este elemento estaba regido a la distancia por un rollo de papel horadado, como el rollo de música de una pianola. Los agujeros permitían que los contactos eléctricos se hicieran únicamente en los puntos prefijados.
Estos determinaban todos los movimientos separados: a qué velocidad tenía que moverse, cuándo los dedos tenían que cerrarse, a qué distancia debía llegar el brazo móvil, dónde y cómo tendría que colocar el material de trabajo.
El brazo móvil fue un acontecimiento espectacular. Economizó tiempo, dinero y trabajo humano.
El cerebro mecánico que apuntó hacia objetivos militares durante la guerra ahora aceleraba la producción de un automóvil Ford.
Los ingenieros comenzaron a preguntarse por qué los mecanismos serviles no podían dar órdenes a todas las otras máquinas de la planta y regir la fábrica entera.
► FÁBRICA AUTOMÁTICA
Para el nuevo salto hacia el futuro se disponía de todos los inventos electrónicos. La automatización de toda una fábrica fue una aventura en que debería jugarse un billón de dólares.
Ford decidió correr el riesgo.
La automatización significaba más que la interconexión de las máquinas existentes.
Fue necesario volver a diseñar y volver a construir todas las máquinas y hacer que la fábrica entera estuviese gobernada por dispositivos eléctricos preestablecidos.
El monstruo de múltiples brazos tenía una cuadra de largo y ejecutaba 540 operaciones mecánicas. Había 265 taladros automáticos, 6 fresadoras, 21 barrenadoras, 56 escariadoras, 101 avellanadores, 106 terrajas de contratuercas y 133 inspecciones.
Las mediciones empezaron a realizarse por medio de pulsaciones eléctricas, en lugar de dientes metálicos.
La manipulación se hizo con condensadores eléctricos en lugar de levas. Los movimientos fueron comandados por alambres de conexión y no por palancas.
El capataz fue una cinta magnética que daba una serie de órdenes en forma de sí y de no a los tubos electrónicos, que a su vez la retransmitían cual soldados de centinela a los lugares de trabajo.
A los músculos mecánicos se acoplaron cerebros electrónicos.
La automatización hizo anticuados todos los conceptos normales de la producción en masa.
El trabajo se realiza en una fábrica con rapidez mil veces superior a lo que lo pueden hacer las manos humanas. Lo que empezó siendo una barra de metal se taladró, horadó, fresó, acepilló, troqueló, aserró, cizalló, trituró y afiló; y mientras tanto daba saltos mortales el tiempo bajo los transportadores aéreos y salía finalmente convertido en 150 motores terminados por hora.
El éxito de la operación Ford contribuyó a que la automatización se extendiera velozmente por todo el territorio de los Estados Unidos.
El sistema telefónico es automatizado casi en un 90 por ciento.
En cintas perforadas se registran los números llamados y la ciudad, la hora en que comenzó la llamada y la hora en que terminó.
Las computadoras reúnen, traducen, clasifican y resumen toda la información facturable.
Un sencillo cable coaxil simultáneamente cientos de conversaciones telefónicas individuales, programas radiales y de televisión.
Estaciones amplificadoras que no requieren personal para su atención envian a todo el país todo tipo de comunicaciones.
En la industria petrolera, las unidades de destilación comenzaron tratando 5,5 millones de galones de petróleo no refinado por día mediante el control automático que cuida la circulación del petróleo, su temperatura, su presión y el envase.
En las fábricas de lámparas eléctricas, un río de vidrio corre durante las 24 horas del día, saliendo 1200 lamparitas por minuto.
Cada industria sintió el impacto de la automatización.
Con mediciones electromagnéticas se determinó tensión, dureza e imperfecciones de las chapas de hierro.
Las células fotoeléctricas estudiaron el pulido, la incandescencia y la transparencia de papeles y tejidos.
La automatización no sólo moldeaba un producto, sino que medía su peso, su presión y su espesor, imprimiendo los datos al momento en un rollo de papel.
Determinaba por anticipado la clase de operación requerida y hacía sus propias correcciones.
Los métodos de fabricación fueron transformados completamente por el potencial de esta nueva técnica automática.
En las radios, por ejemplo, se eliminaron todos los pequeños trozos de cable y soldadura.
Las piezas componentes se rediseñaron por completo.
En lugar de cables, se grabaron circuitos extendiendo el metal fundido en moldes plásticos acanalados.
Se dispusieron seis distintos circuitos en obleas de cerámica de una pulgada, formando una estructura rígida de aparato radiotelefónico.
La máquina insertadora cortaba, modelaba, insertaba, agruaba y soldaba mecánicamente. Los que habían sido gabinetes en secciones se convirtieron en cajas moldeadas en una sola pieza.
Con esta simplificación se pudo realizar 10.000 montajes por día.
Con los viejos métodos, un obrero tardaba un día entero en hacer un solo montaje. Pronto comenzó a tomar posesión de los depósitos.
Las máquinas entregaban mercaderías a los autómatas de depósito que se deslizaban por pasillos, cumpliendo y rotulando pedidos, almacenando mercaderías del stock y entregando planillas con todos los datos.
Todas las operaciones se dirigían por radio desde una oficina central.
Los cerebros electrónicos llevaban cuenta exacta de la venta, llenaban listas de pagos de sueldos y jornales, calculaban y enviaban facturas y ordenaban la producción.
Fuente Consultada:
Grandes Inventos de la Humanidad Beril Becker