Biografia de Perez Companc Sus Empresas y Resumen de su Vida
Biografía de Perez Companc - Argentinos Millonarios
BIOGRAFIA: Gregorio Perez Companc: El primer argentino en Forbes
Conocido por la gente como Jorge Gregorio Perez Companc, con el alias de El Cardenal para sus pares, el apodo de Goyo para los íntimos y conocido como El Fantasma por la prensa debido a su escasa presencia pública.
El empresario fue durante años el único argentino y latinoamericano que siempre aparecía listado en los rankings de multimillonarios a nivel mundial que publican anualmente las prestigiosas revistas Forbes y Fortune.
Hoy, sin embargo, Perez Companc posee una fortuna menor a la que se registró antes de 2009, momento en que el magnate decidió ceder el 75% de las acciones de su empresa Molinos a sus 7 hijos.
De esta forma redujo en gran medida su fortuna, que actualmente asciende a los 2.100 millones de dólares.
Por ello, Perez Companc ya no es el único millonario que representa a la Argentina en la lista de la revista Forbes, ya que desde este año se instalaron los hermanos Bulgheroni en una ubicación más alta que el dueño de Molinos, con una fortuna que ronda los 5 mil millones de dólares.
Aun así, la familia Perez Companc continúa siendo una de las más ricas del país.
La apasionante historia de este empresario legendario en la Argentina se remite al día de su nacimiento, precisamente el 23 de agosto de 1934, aunque de acuerdo a los documentos publicados por el periodista Luis Majul en su libro "Los Dueños de la Argentina", el pequeño fue anotado recién el 23 de agosto de 1945 bajo el nombre de Jorge Gregorio Bazán.
Es importante destacar aquí que Jorge Gregorio no nació en cuna de oro, ya que en realidad era hijo biológico de Benito Bazán y Juana Emiliana Molina, un matrimonio muy humilde, que ante la imposibilidad de continuar con la crianza de su hijo decidieron darlo en adopción cuando tenía la edad de 11 años.
Su madre adoptiva sería Margarita Companc de Pérez Acuña, que según han relatado allegados a la familia incorporó al niño al grupo familiar, y en el momento de llevar al pequeño a su casa hizo jurar a sus hijos biológicos que lo tratarían como a un hermano más.
No obstante, se dice que recién fue reconocido como un miembro pleno de la familia cuando alcanzó los 24 años.
Mientras Jorge Gregorio realizaba sus estudios, y soñaba con estudiar la carrera de agronomía para una vez graduado radicarse en la Patagonia, hecho que no pudo llevar adelante ya que sus hermanos no se lo permitieron porque habían trazado para él un destino de empresario, su madre adoptiva se encargó de manejar el negocio de la familia.
En realidad, muchos aseguran que la iniciadora del gran imperio fue Margarita Companc, ya que al quedar viuda sólo heredó de su esposo dos casas modestas, una de las cuales se encontraba hipotecada.
Con esta situación, la mujer se desenvolvió durante un tiempo en distintos oficios, que iban desde profesora de francés hasta lavandera, con el fin de poder darle a sus hijos una buena educación.
Poco a poco, y con la ayuda de sus hijos mayores, se forjaron los cimientos de la empresa Perez Companc, que inicialmente se componía sólo de 4 barcazas que fueron compradas por los hermanastros de Gregorio con un préstamo en el año 1946.
La mentalidad empresarial de la familia hizo posible que en pocos años la compañía se convirtiera en una de las empresas más importantes del país.
En este contexto, el destino de Jorge Gregorio parecía mostrarse cada vez más favorable.
Una de las características más notables del grupo Perez Companc reside en una imagen de austeridad mística.
Este destino fue quizás el responsable de que los tres hermanastros de Jorge Gregorio fallecerían sin dejar descendientes, primero Jorge Joaquín que falleció en 1959, luego Carlos en 1977, y por último Alicia en 1992.
De esta manera Jorge Gregorio se convertía en la cabeza del clan Perez Companc y dueño de todos los bienes de la empresa, ya que con la muerte de Carlos en 1977 se puso al frente de la compañía denominada por aquel entonces Pecom Energía.
La década de los ochenta fue en general una buena etapa para la economía de la familia, no así para los aspectos relacionados a los sentimientos, ya que en el año 1984 Jorge Gregorio debió enfrentarse a su peor pesadilla, la muerte de su primera hija, llamada Margarita, que falleció a los 19 años de edad luego de protagonizar un accidente automovilístico en una ruta de la Patagonia.
Con la llegada de la década de los noventa, y el desembarco de la política menemista en la Argentina, las privatizaciones de empresas estatales estuvieron a la orden del día, y en este contexto, como no podía ser de otra manera, la familia Perez Companc se hizo presente.
Así el grupo comenzó a adquirir acciones e intervenir en empresas como Central Costanera, Transener, Edesur, Metrogas, Telecom, Telefónica, Metrogas, el Banco Río de La Plata, entre otros, apostando a diversos sectores y creando así un verdadero emporio económico.
Esta participación accionaria le permitió al grupo Perez Companc acumular una importante fortuna en muy poco tiempo.
Fue en el año 1999 que el empresario decidió reorientar sus negocios hacia la industria de los alimentos, adquiriendo el 60% de Molinos Río de la Plata, la principal compañía alimenticia del país.
A esta se sumaron la empresa láctea Molfino y las Bodegas Nieto Senetiner, entre otras.
Apodado El Cardenal, alias que le fue otorgado debido a su profunda fe católica y por su acercamiento a la jerarquía eclesiástica, ya que desde siempre Jorge Gregorio ha sido miembro del Opus Dei, el millonario, entre lujos se hace tiempo para realizar obras de caridad.
En este sentido, una de las características más notables del grupo Perez Companc reside en una imagen de austeridad mística a la vez que son conocidos por sus importantes obras benéficas, que por lo general no son difundidas, ya que se practican desde el más bajo de los perfiles y no para la foto de la prensa.
Muchos aseguran que la iniciadora del gran imperio fue Margarita Companc
Un caso que demuestra lo dicho es la creación de la Fundación Perez Companc, fundada el mismo año que murió Margarita y que sus hijos decidieron abrir en memoria de su madre.
Se dice que esta entidad sin fines de lucro invierte 15 millones anuales en ayuda social, y para colaborar con el Opus Dei y la educación, por ejemplo con la construcción de la nueva sede de la Universidad Austral en la localidad de Pilar.
Hoy, el hombre llamado Goyo por las personas más cercanas a su círculo, con 76 años de edad ha decidido alejarse de los negocios habiendo cumplido con su misión, y dejando el imperio en manos de la segunda generación, compuesta por sus hijos Jorge, Luis y Pablo, mientras sus hijas Pilar y Cecilia trabajan constantemente en la fundación de la familia.
Nota de Graciela Marker Para Planeta Sedna
Fuente Consultada: Los Amos del Mundo de Sabrina Cohen y Paolo Ligammari