El Caballo Domesticado: Historia de los Primeros Descubrimientos

Historia del Caballo Domesticado: Primeros Descubrimientos del Hombre

El Caballo Domesticado

Los animales usados hasta el momento para tirar de carros y arados eran bueyes y asnos.

El buey era fuerte, pero pesado, estúpido y lento.

El asno era más inteligente, pero más pequeño y débil que el buey.

Ninguno de los dos podía arrastrar con rapidez los pesados carros de ruedas macizas.

Caballo Domesticado

Por lo tanto, el transporte animal no podía usarse en la guerra con mucho  éxito.

Los ejércitos se componían de masas de infantes que luchaban cuerpo a cuerpo blandiendo lanzas y espadas y protegiéndose con escudos, hasta que uno u otro bando cedía y escapaba.

Los carros sólo podían servir con fines ceremoniales, para evitar que el soberano y otros jefes militares tuvieran que caminar, o para transportar armas y pertrechos.

Pero hacia 2000 a. J.C. fue domesticada una bestia ligera —el caballo salvaje—, pero no por alguna de las civilizaciones existentes, sino por los habitantes nómadas de las estepas de lo que ahora llamamos Irán.

El caballo era mayor y más fuerte que el asno, y más rápido e inteligente que el buey.

Al principio, sin embargo, parecía inservible para el transporte, pues resultaba difícil uncirlo.

En efecto, un arnés que resultaba apropiado para un buey, ejercía presión sobre la tráquea del caballo y le impedía correr con rapidez.

En algún momento anterior al 1800 a. J.C., alguien ideó un método para utilizar el caballo en la tracción ligera especializada.

Se construyó un carro lo menos pesado posible, reduciéndolo a poco más que una plataforma pequeña entre dos grandes ruedas, capaz para transportar a un ser humano.

También las ruedas fueron aligeradas sin merma de su resistencia, dotándolas de radios en lugar de mantenerlas macizas, y permitiéndoles girar cada una por separado.

El resultado fue el carro de guerra.

Uno o varios caballos tirando de una carga tan ligera podían correr con mucha mayor rapidez que un soldado.

Son sólo dos medas, el carro de guerra era casi tan manejable como el propio caballo, y podía variar su dirección sin dificultad.

Los nómadas no tardaron en descubrir que un cuerpo de aurigas, conduciendo a toda velocidad, no podía ser detenido por los soldados de a pie de aquellos tiempos.

En efecto, los infantes se dispersaban y huían aterrorizados con sólo ver aquellos animales atronando con sus cascos y lanzados en dirección a ellos.

Éste es el primer caso claro de una nueva arma que toma por sorpresa a quienes no la poseen, y otorga una especie de victoria universal a quien la tiene.

Los jinetes nómadas irrumpieron en el valle del Tigris-Eúfrates, que permaneció bajo el «gobierno bárbaro» durante un tiempo.

Fundaron el reino de Mitanni en lo que hoy es Siria y el norte del Irak, y el reino hitita en la actual Turquía oriental.

En 1700 a. J.C., los jinetes penetraron en Canaán e incluso en Egipto, que conoció por vez primera una invasión extranjera, y llegaron hasta la India.

Estas invasiones extendieron la devastación por las áreas habitadas, y contribuyeron a revolucionar la situación.

En efecto, ayudaron a cambiar unos géneros de vida que quizás se habían vuelto algo decadentes, y animaron el flujo de nuevas ideas de un asentamiento a otro.

Fuentes: Historia y Cronología de la Ciencia y los Descubrimientos de Isaac Asimov
Enciclopedia Encarta - Enciclopedia Electrónica - Wikipedia

Ver: Famosos Caballos


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