Biografia de Mariquita Sanchez de Thompson y Sus Amores

Biografia de Mariquita Sanchez de Thompson y Sus Amores

Resumen Biografía de Mariquita Sánchez: Caracterizada representante femenina del sector político que se oponía al gobernador bonaerense Juan Manuel de Rosas, Mariquita Sánchez brilló durante décadas en la sociedad argentina, que frecuentaba complacida las tertulias que realizaba en su célebre salón.

Siempre sostuvo firmes ideas acerca de la educación de la mujer, y su personalidad sintetiza una mentalidad y una época.

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Rodeado por una servidumbre regocijada, ese 1° de noviembre de 1786 don Cecilio Sánchez de Velazco plantaba un naranjo en el vasto patio de su caserón de la calle Empedrado.

Desde una de las habitaciones que daban a la galería podía escucharse el lloriqueo de un bebé.

Magdalena Trillo y Cárdenas acababa de dar a luz una niña, y el árbol habría de dar frutos a la recién nacida a lo largo de su dilatada existencia.

María de los Santos llegaba al mundo en calidad de hija de un hombre cuyos títulos de nobleza se remontaban al siglo XV, y que en Buenos Aires, por entonces capital del Virreinato del Río de la Plata, había desempeñado y desempeñaba importantes cargos militares y civiles.

Era el padre de María un entendido en cuestiones de buen gusto y de etiqueta, y las engoladas y ceremoniosas tertulias que celebraban los Sánchez de Velazco fueron la escuela de sociedad en la que se diplomó la niña Mariquita.

En 1801 conoció la muchacha a don Martín Thompson y López Cárdenas, joven y distinguido marino, y aunque de inmediato ambos se eligieron para matrimonio debieron superar la oposición de los padres de ella, que tenían su propio candidato.

Ni siquiera la muerte de don Cecilio, en 1804, logró disipar ese obstáculo, por lo que ese mismo año la tenaz Mariquita inició juicio de disenso.

El virrey Sobremonte le otorgó de oficio el consentimiento requerido, y al año siguiente pudo por fin contraer matrimonio con Martín.

LAS TERTULIAS

Durante las invasiones inglesas de 1806 y 1807 los Thompson tomaron parte activa en la defensa de Buenos Aires, y cuando la Revolución de Mayo, Martín fue uno de los ciudadanos distinguidos que votaron en el Cabildo.

Mariquita, que ya tenía dos hijos, confeccionó con sus propias manos escarapelas para las tropas libertadoras, e incluso organizó colectas de dinero y de armas.

Por entonces ya tenía su salón abierto y en sus tertulias, no solo se escuchaba el rumor de las risas y las conversaciones, la música alegre del baile y las canciones, sino también solemnes coros protestantes.

Uno de ellos, ejecutado en el piano por Martín, que era músico aficionado, inspiró a Blas Parera en 1813 la música del Himno Nacional Argentino.

En 1816 Thompson fue enviado en misión especial ante el gobierno de los Estados Unidos de América, y mientras se hallaba cumpliendo su cometido falleció.

Dejaba una viuda con cinco hijos: Clementina. nacida en 1807; Juan, en 1809; Magdalena, en 1811; Florencia, en 1812, y Albina, en 1815.

Durante su período de luto, Mariquita conservó el círculo de amistades y se ocupó de administrar sus cuantiosos intereses. En esta tarea la ayudó muchas veces el poeta Juan Cruz Varela, uno de sus más íntimos amigos.

Pero Mariquita comprendía que sus hijos pequeños necesitaban un padre, y por eso, cuando en 1818 recibió propuesta de matrimonio por parte de Washington de Mandeville -joven aristócrata francés que había huido de su patria a causa de un duelo- la consideró seriamente y terminó por aceptarla.

El 24 de abril de 1820, un año después de la boda, Mariquita reabrió su salón, donde brillaba por sus dotes de simpatía, cultura y refinamiento.

La tertulia de Madame de Mandeville pronto se convirtió en lugar de visita obligado para todos los extranjeros que pasaban por Buenos Aires, sobre todo desde que su esposo fue nombrado cónsul general de Francia en esa ciudad.

LA BENÉFICA SOCIEDAD

Aunque su salón tuvo siempre un serio rival en el de los Escalada, estos son los años de mayor triunfo mundano de Mariquita.

Sus amigos, los partidarios de Bernardino Rivadavia, están en el poder, y no solo se la mima y agasaja en su propia tertulia sino también en reuniones artísticas, como las de la Sociedad Filarmónica.

Pero estas actividades no la absorbían por completo.

Periódicamente trabajaba con Rivadavia para concretar la fundación de la Sociedad de Beneficencia, bajo cuya dirección habrían de quedar el Hospital, la Cárcel de Mujeres, la Casa de Expósitos y todas las escuelas de niñas de la ciudad y la campaña.

Compartía con Rivadavia el ideal de la educación de la mujer, y por eso hacen traducir en 1823 un folleto titulado Manual para las escuelas elementales de niñas, o Resumen de la enseñanza mutua aplicada a la lectura, escritura, cálculo y costura, por Mme. Quignon.

La ortografía y la sintaxis de la propia Mariquita dejaban algo que desear, pero su energía y su entusiasmo justificaron su puesto de secretaria de la benéfica sociedad, y en 1828 el de presidenta.

"PORQUE TE TENGO MIEDO, JUAN MANUEL"

En 1830 el rey Luis Felipe de Francia decidió reemplazar a Mandeville y enviar a M. de la Forest como encargado de negocios y cónsul general en Buenos Aires.

Pero como esta designación se había hecho sin consultar la voluntad de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Juan Manuel de Rosas -gobernador de Buenos Aires y encargado de las relaciones exteriores de todas las provincias- se negó a reconocerlo.

A instigación de su marido, leal a su monarca, Mariquita le escribió a Rosas para que modificara su decisión, a lo que este contestó preguntando si le había escrito "una americana o una francesa".

La respuesta de Mariquita deja bien en claro su punto de vista: "Te diré que, desde que estoy unida a un francés, he servido a mi país con más celo y entusiasmo, y lo haré siempre del mismo modo, a no ser que se ponga en oposición de la Francia, pues en tal caso seré francesa, porque mi marido es francés y está al servicio de su nación".

Ante la actitud del gobierno argentino, y con su aprobación, Francia envió en calidad de cónsul al marqués de Vins de Paysac, y Mandeville partió de regreso a Francia.

Nunca más volvería a ver a su esposa.

Curiosamente, desde el primer momento el marqués se sintió sometido a "las más negras intrigas y maquinaciones diabólicas de parte de una mujer que se muere de rabia por no haber podido conservar para su marido el consulado de Buenos Aires", hasta el punto de llegar a temer por su vida.

El asunto se hizo público, y mucho más cuando en junio de 1836 el marqués falleció.

Esto obligó a Mariquita a escribir al gobierno una carta desmintiendo las murmuraciones y pidiendo una investigación.

Esta se hizo, y si bien la autopsia del marqués reveló que había muerto de apoplejía fulminante, los rumores continuaron manchando la reputación de Madame de Mandeviile.

Mariquita decide entonces exiliarse en Montevideo, y cuando el barco está próximo a partir recibe una misiva de Rosas, quien le pregunta por qué se marcha.

Ella le responde escuetamente: "Porque te tengo miedo, Juan Manuel".

VUELTA AL HOGAR

En 1837, sin embargo, regresó a Buenos Aires, y desde entonces hasta 1854 alterna las estadías entre esta ciudad y Montevideo sin ser molestada en ningún momento, a pesar de su notorio antirrosismo.

Cada vez que regresaba a Buenos Aires reabría su salón, y allí cultivaba la amistad de los adversarios de Rosas.

En 1852, ya caído Rosas, es nombrada vocal de la Sociedad de Beneficencia.

En sus actividades como tal llega a chocar con su amigo Domingo Faustino Sarmiento, quien desde 1857 era Director de Escuelas, pues sostienen ideas divergentes sobre la educación de las mujeres.

La actividad de Mariquita en la Sociedad de Beneficencia se mantuvo hasta 1867, cuando sus fuerzas empezaron a flaquear. Ninguna enfermedad la aquejaba, pero falleció el 23 de octubre de 1868, rodeada de sus familiares, entre los que se contaba algún bisnieto.

Murió en la misma alcoba que la había visto nacer, aromada por aquel naranjo plantado por su padre en 1786.

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HISTORIAS DE AMOR:
Mariquita Sánchez y Martín Thompson:

Por lo general, la mayoría de los argentinos recuerdan a Mariquita Sánchez de Thompson por el simple hecho anecdótico de haber sido la primera en entonar las estrofas del Himno Nacional Argentino, siendo uno de los salones principales de su casa el lugar elegido para estrenar aquella melodía que nos representa.

Pero lo cierto es que fue también una de las más importantes mujeres de la historia de nuestro país, ya que entregó su vida a la lucha de lograr la igualdad femenina social y políticamente.

Pero además, detrás de aquel nombre que ha quedado para siempre unido al Himno Nacional existió una mujer que amó, y que reflejó aquel sentimiento en los dos esposos que tuvo en su vida, primero Martín Thompson y luego Juan Washington de Mendeville.

Lo cierto es que Mariquita debió enfrentarse a la sociedad y derrumbar varios de los principios que sustentaban los ideales de la época, al querer contraer matrimonio con nada más y nada menos que su primo.

La frecuencia con que los jóvenes se solían ver, seguramente fue el causante de aquel amor que los envolvió y deseó culminar en matrimonio.

Pero lo cierto es que cuando la sociedad y los padres de María de los Santos Sánchez de Velasco y Trillo, más conocida como Mariquita Sánchez, se enteraron del idilio amoroso que la joven mantenía en secreto con su primo Martín Thompson surgió el escándalo, y la familia completa pasó a ser la comidilla nacional.

No obstante, totalmente enamorados, y después de un noviazgo prohibido que duró cuatro años, Mariquita y Martín estaban dispuestos a unirse para siempre bajo las leyes del matrimonio sagrado.

Por supuesto que al principio recibieron la desaprobación absoluta.

Tanto su padre, don Cecilio Sánchez de Velasco, como su madre, doña Magdalena Trillo, se opusieron rotundamente a permitir dicha unión.

Además el padre de Mariquita ya había decidido cuál sería el futuro de su hija, que por obligación familiar debía casarse con Diego de Arco.

Desesperada, la joven envió un reclamo al Virrey Sobremonte con el fin de evitar el inminente compromiso.

Para ello desafío por completo las convenciones sociales de la época y presentó el denominado juicio de Disenso, un viejo derecho a través del cual una joven podía solicitar al Rey su protección, con el objetivo de impedir que fuera casada contra su voluntad.

virrey sobremonte

Esto hizo posible que la ceremonia se suspendiera gracias a la orden emitida por el Virrey.

Aquel episodio tomó estado público, e inmediatamente todos los habitantes de Buenos Aires se enteraron de lo ocurrido, lo que provocó que la familia decidiera separar a los jóvenes primos, obligando a Martín a mudarse a Montevideo, mientras que Mariquita fue enviada a un convento.

No obstante, el juicio de Disenso continuaba en pie, y a pesar de la muerte de don Cecilio, su mujer, la madre de Mariquita, continuaba oponiéndose a la unión de los jóvenes amantes.

El proceso fue extenso, hasta que finalmente en 1805 el tribunal emitió su falló a favor de los novios, permitiendo que contrajeran matrimonio ese mismo año.

Aquel juicio fue tan difundido que incluso traspasó las fronteras de nuestro país, llegando a España, donde el gran literato Moratín se inspiró en el hecho para escribir su obra “El sí de las niñas”.

El matrimonio superó diversas crisis, incluso aquellas cuya causa radicaba en relación a la vida pública de ambos.

No obstante, llegaría el último día que los vería juntos, cuando el 16 de enero de 1816 Martín Thompson partió en un viaje del que ya no volvería.

El motivo de aquello fue una misión secreta que Martín debía llevar a cabo en los Estados Unidos.

Tres años después, el gran amor de Mariquita moría en altamar, cuando se encontraba viajando de regreso a Buenos Aires.

De esta forma, ella quedaba viuda por primera vez a los 34 años.

Fuente Consultada: Hombres y Mujeres Que Cambiaron al Mundo Cuadernillo Nro. 12 - Biografías Imprescindibles

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