Amina Lawal:lucha por los derechos civiles y politicos de la mujer
Amina Lawal: Lucha por los Derechos Civiles y Políticos de la Mujer en el Mundo
CASTIGO FATAL: LA MUERTE POR LAPIDACIÓN
LOS VALORES HUMANOS EN EL MUNDO:
Hace casi tres años, una campaña mundial impidió que la lapidaran por haber tenido una hija después de divorciada.
Icono de la lucha por los derechos de las mujeres, hoy vive pobre y enferma en Kurami, su aldea natal, al Norte de Nigeria.
Débil, enferma y sin posibilidades de alimentar a sus hijas.
Así vive hoy Amina Lawal la mujer que hace dos años y medio conmovió y movilizó a millones de personas en una campaña internacional sin precedentes que evitó la lapidación.
Amina volvió a su pueblo, tiene otra hija, Mariam, a la que a duras penas está manteniendo, y depede de la ayuda de sus familiares con lo que convive en una choza de barro.
"Estoy triste porque estoy sola y no puedo cuidar de mis dos hijas". Tampoco me siento bien, estoy enferma, pero son los problemas con los niños los que me hacen estar así.
No tengo con que alimentarlos, le dijo al diario español: El País.
Como en septiembre de 2003 cuando su rostro sereno llegó a los diarios y televisores de todos los continentes, Amina sigue viviendo en Kurami, una aldea agrícola pobrísima.
Entonces un tribunal islámico la había condenado a morir apenas detestara a Wasila, su tercera hija, concebida fuera del matrimonio y cuando ya estaba divorciada.
Enterramiento hasta las axilas y apedreamiento hasta morir, es la pena por adulterio prevista por sharia el sistema jurídico basado en una interpretación ortodoxa del Corán vigente en 12 de los 18 estados del Norte de Nigeria.
¿Cómo es que llegó a eso?
Amina la menor de 13 hermanos, se casó por primera vez a los 14.
De ese matrimonio de 12 años nacieron dos hijos.
Se divorció y volvió a casarse, aunque por poco tiempo:
"Estuvimos casados diez meses, porque yo sufría hemorragias y él no quería pagar mis medicamentos", les contó a los periodistas que seguían el juicio.
Después de ese segundo divorcio vino el nudo de la pesadilla: Yahaya Mohamed, sobrino lejano de su segundo marido comenzó a cortejarla.
El noviazgo duró once meses. “Cuando fue evidente que que su familia no lo dejaría casar-se conmigo, me sedujo y mantuvimos relaciones sexuales dos veces.
Eso es todo”, contó incrédula.
Cuando se enteró del embarazo, el padrastro de Amina fue a quejarse al jefe del pueblo.
El seductor aceptó su responsabilidad y prometió mantener a la beba, llamada Wasila.
Muy poco después incumplió su promesa y Amina fue arrestada.
El mismo juez que la condenó a muerte, exoneró a su amante.
La Corte de Apelaciones de Katsina invalidó ese dictamen y otro que en segunda instancia lo había confirmado.
El fallo fue interpretado como el resultado de la impresionante campaña internacional a la que se sumaron millones de firmas a los pedidos de celebridades.
El revuelo hizo que el mismo presidente de Nigeria, Olusegun Obasanjo, cristiano nacido en el sur, anunciara la suspensión de las lapidaciones.
Con su beba Wasila siempre a upa, y dando muestras de un estoicismo fuera de lo común Amina se convirtió en icono de la lucha por los derechos de las mujeres, sobre todo de las pobres.
A los 34 años, Amina no parece poder despertar de la pesadilla “Cuando me dejaron libre volví a Kurami.
Todos me reciben siempre muy bien en esta aldea.
Es mi casa.
Me buscaron un marido pero no me gustaba.
Me casé y tuve otra niña, Mariam, a la que estoy amamantando todavía.
Mi marido me abandonó a los seis meses de casados.
Estoy sola otra vez le contó al medio español.
El capítulo resumido así por la protagonista tiene sus particularidades.
Después de ser absuelta y mientras todavía residía en Katsina, ciudad donde fue juzgada, la asociación encargada de la defensa le organizó un casting de maridos.
El hecho es curioso e inusual incluso en Nigeria, donde la mayoría de los matrimonios son concertados, pero mediante métodos más convencionales.
En este caso WRAPA, Avance y Protección Alternativa para los Derechos de la Mujer, según sus siglas en inglés) llamó a concurso público y luego se dedicó a entrevistar a los candidatos que aparecieron.
Hoy, las integrantes de WRAPA reconocen que la iniciativa fue un error, pero alegan que sólo buscaban la estabilidad económica de Amina.
Tras mucho buscar; la casaron con un hombre que vivía en Abuya (la capital de Nigeria) y que, si bien ya tenía una mujer, estaba dispuesto a hacerse cargo de ella.
El fracaso de ese matrimonio ex puso la tragedia de su biografía la de las tantas otras.
Hoy, abandonada, pobre y enferma, Amina no tiene siquiera libertad de recorrer la distancia mínima de su aldea.
Ninguna mujer puede andar sin el permiso de su marido y el acompañamiento de un hombre de confianza.
Cuando finalmente lo hacen deben vestir una túnica que deja ver sus caras.
La cara extrañamente serena de la que no logra despertar de un mal sueño.EN
LOS DERECHOS PENDIENTESDIENTES
Pese a los logros registrados en la vida de las mujeres en los últimos 5O años, hay mucho camino por recorrer en materia de derechos.
Según la Organización Internacional del trabajo (OIT), al ritmo actual faltarían 479 años paral a equiparación de varones y mujeres en términos de poder económico y político.
Los más grandes abismoos están en la diferencia de acceso a la propiedad de la tierra las mujeres son propietarias sólo de la quinta parte) y cobran la décima parte de toque ganan los varones por los trabajos que realizan.
Tanto en analfabetismo como la desnutrición son marcadamente mayores en las mujeres, y en culturas como las musulmanas, siguen privadas de derechos tan elementales como a la decisión sobre su vida, elección de sus parejas el acceso al estudio y a la herencia.
Ellas son víctimas especiales de los crímenes de guerra, porque sobre ellas se ejerce todo tipo de violencia sexual.
Hay zonas como Ciudad Juárez en la frontera e México con Estados Unidos, donde cientos de mujeres son violadas y muertas cada año en un fenómeno que se ha dado en llamar femínicidio.
En todo el mundo también ha crecido el tráfico de mujeres y de niñas, uno de los negocios más remunerativos, después del tráfico de armas y de drogas.
En la Argentina , pasea los avances, quedan temas pendientes: la Ley de Acoso Sexual.
La paridad entre varones y mujeres en cuanto a trabajo remunerado y doméstico; la creación de guarderías en todo el país para niños de 45 días a 3 años; la adecuada capacitación de personal policial y judicial para atender violencia contra las mujeres, y la educación sexual en todo el país en primaria y secundaria.
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ORÍGENES DE LA LUCHA POR LOS DERECHOS DE LA MUJER
La mujer de ayer a hoy:
Muchos grandes pensadores medievales opinaban que las mujeres necesitaban la protección y tutela masculina.
En el siglo XVIII el jurista inglés William Blackstone negaba los derechos de la mujer casada, al escribir: «La capacidad jurídica de la mujer desaparece en el matrimonio, y pasa a formar parte de la del marido».
El escritor francés Honorato de Balzac observaba cínicamente que la mujer casada era una esclava que con frecuencia era elevada a un trono; en su opinión, muchas mujeres vivían satisfechas en tal esclavitud, que les otorgaba prerrogativas nada desdeñables.
Al fin y al cabo, las ricas damas privilegiadas vivían ociosamente y cultivaban las artes.
Sin embargo, la suerte de las féminas de clase media y baja era muy diferente.
Cooperaban con arduo trabajo a la manutención de la familia, bien como criadas, al servicio de las damas de elevada posición, bien realizando tareas en su casa o como operarías en las sórdidas cadenas de producción en las fábricas recién creadas.
Desde comienzos del siglo XIX, la naciente industria utilizaba sin miramiento a las mujeres como mano de obra barata.
Llegaban a trabajar hasta 17 horas diarias, y cobraban con frecuencia la mitad del salario de un varón.
Ello, sin embargo, no les eximía de ocuparse del hogar.
En el año 1900 se promulgó en Francia una ley que limitaba a 12 horas la jornada de trabajo y prescribía un día de descanso a la semana.
En los Estados Unidos, las circunstancias de trabajo tampoco favorecían a la mujer.
También allí se contrataban bajo duras condiciones por la mitad del salario masculino.
No obstante, como las mujeres participaban de modo importante en los procesos de producción y, en consecuencia, ganaban su propio dinero, pronto alcanzaron cierta independencia económica, que las llevó a reivindicar los mismos derechos sociales, jurídicos y políticos que el hombre.
Se iniciaba la época de los movimientos feministas, que hasta hoy no han perdido actualidad.
Fuente Consultada: Revista VIVA 5-3-2006
LA MUJER EN LA HISTORIA