Historia de Ana Frank:Vida de la Joven Judia Escondida de los NAZIS
Historia de Ana Frank:Vida de la Joven Judía Escondida de los NAZIS
Resumen Biografía de Anna Frank: Forzada a refugiarse en un sórdido escondite para escapar de la muerte a manos de los nazis, y urgida por la necesidad de aliviar su encierro, Anna Frank -una joven judía holandesa- logró plasmar una obra que refleja fielmente el crimen de la guerra.
Su inmolación, en un campo de exterminio, convirtió definitivamente a su "Diario" en un testimonio inapelable.
El sitio secreto está ubicado en la calle Prinsengracht 263 en Ámsterdam (Países Bajos).
Estaban ocultos en los cuartos traseros de una fábrica en la que Frank Anna escribió la mayor parte de su diario, un símbolo de la persecución de los Judíos durante el régimen de Hitler.
El padre de Ana, que era empleado de un banco en Frankfurt encontraría trabajo como director en una sociedad llamada Travis NV, asociada a otra conocida que era la Kolen & Cía de la ciudad de Amsterdam, que elaboraban mermeladas.
Otto Frank emigró con su familia a Ámsterdam en 1933, cuando los nazis llegaron al poder en Alemania.
Cuando Ana cumplió 13 años de edad, tomó un bloc de notas para relatar su vida cada día, cubierto con tela escocesa roja y verde y cerrado con un pestillo simple sin clave.
De 1942 a 1944, Ana relata en su diario todo lo que íba sucediendo a su alrededor.
Ese mismo día le escribió: "Espero poder contar todo, como nunca pude decírselo a nadie, y esperamos que son una gran fuente de consuelo y apoyo." (12 de junio de 1942).
El 14 de junio de 1942, comenzó a escribir acerca de la ocupación en Holanda.
Un mes después de su cumpleaños, para evitar ser arrestados por la policía nazi, la familia se mudó a un cuarto secreto donde Anne escribió la mayor parte de su diario.
Así comenzó la rutina de su escondite donde vivía con sus padres, su hermana y otras cuatro personas.
Fueron 25 meses de mucho temor y tensión.
La tensión era enorme para mantener silencio absoluto durante el día. La planta funcionó con normalidad, y sólo unos pocos empleados sabían del anexo escondido.
Por lo tanto, la gente sólo podía caminar en cuclillas descalzo, sentado y susurro. Sólo una escalera y una plataforma separada del resto de la tienda.
La entrada al subterráneo fue diseñado por Otto Frank y por algunos empleados, Miep Gies, Johannes Kleiman, Victor y Krugle Bep Voskuijl , los Van Pels y Fritz Pfeiffer. "Estoy aterrada ante la posibilidad de nuestro escondite ser descubiertos y se disparó", escribió Anna. Pero ella nunca perdió la esperanza.
Decía que quería ser escritora. Así, en 1944, volvió a escribir al principio de la agenda para su futura publicación como cartas a una amiga imaginaria, Kitty.
Como cualquier adolescente, descubre su sexualidad en un breve romance con Peter, otro chico escondido en el anexo.
Nadie sabía del diario en la clandestinidad.
El sitio secreto, sin embargo, fue descubierto en la mañana del 04 de agosto 1944, y se convirtió en una cárcel clandestina en Amsterdam por unos mes más, cuando luego fueron trasladados al campo de Westerbork campo de tránsito de judíos en el norte de Holanda.
El 3 de septiembre, fueron deportados a Auschwitz (Polonia).
Ana y Margot, su hermana y sus padres estaban separados en distintos campos de concentración. y fueron trasladados al campo de concentración Ana fue enviada al campo de concentración nazi de Auschwitz el 2 de septiembre de 1944 y, más tarde, al campo de concentración de Bergen-Belsen.
Murió allí de fiebre tifoidea el 12 de marzo de 1945, pocos días antes de que éste fuera liberado.
El único sobreviviente fue Otto Frank, rescatado por el ejército ruso y regresó a Amsterdam.
Se dedicó a difundir el mensaje de su hija hasta que murió en agosto de 1980.
En se creó el Casa-Museo de Ana Frank en el mismo refugio donde pasaría sus últimos años con su familia.
Esta ubicada en la calle Prinsengrancht 263 de Amsterdam.
Ana Frank se convirtió después de su fallecimiento en la voz de los 1.5 millones de niños que murieron durante el holocausto nazi.
Aquellas personas y familias que perdieron seres queridos en aquella atroz guerra, quieren que este diario sirva de ejemplo para que nunca más vuelva a ocurrir.
Corría el año 1933 y Hitler acababa de ser designado Canciller del Reich alemán, cuando los Frank, una familia de comerciantes, decidió emigrar a Holanda, porque las primeras medidas de los nazis contra los judíos tornaban insegura su permanencia en Alemania.
Anna, Margot y sus padres se instalaron en Amsterdam y llevaron una vida cómoda durante algunos años.
Anna Frank (Escritor judío)
12/06/1929, Frankfurt (Alemania)
? / 02/1945, Campo de concentración de Bergen-Belsen
Pero esa prosperidad dura poco.
En 1940 Ale manía invade Dinamarca y Noruega, luego Holanda y Bélgica, y consigue la rendición de Francia.
Europa entera está convulsionada por la guerra.
Las disposiciones de los nazis contra los judíos se extienden a los territorios ocupados por los alemanes.
Se les imponía la obligación de llevar puesta una estrella de David identificatoria; debían ceder sus bicicletas -imprescindibles para movilizarse-; tenían que hacer sus compras en lugares y horarios determinados.
Paulatinamente se les prohibió subir a los tranvías; salir de sus casas después de las ocho de la noche; practicar deportes; frecuentar a los gentiles (es decir a los no judíos).
DESCRIPCION BREVE DE LA HISTORIA
Anna Frank, segunda hija de un matrimonio de clase media, había nacido en Francfort el 12 de junio de 1929. Era inteligente y sensible, bonita y vivaz, y cursaba el segundo año del Liceo Judío cuando cumplió trece años.
Entre los regalos que recibió en esa oportunidad había chocolates, algunos juegos, unos libros y un cuaderno con tapas de cartón titulado Diario.
Anna tenía padres excelentes, una hermana tres años mayor que ella, muchos camaradas y hasta algunos admiradores.
Pero echaba de menos a una Amiga, con mayúscula: alguien a quien confiar sus pensamientos más íntimos. Entonces inventó una: Kitty, y comenzó a escribirle largas y frecuentes cartas en su Diario.
Por entonces -1942- la persecución antisemita arreciaba. Los judíos eran apresados por familias enteras y enviados a los campos de concentración y de exterminio; sus pertenencias pasaban a poder del gobierno alemán.
Los Frank tuvieron que optar entre caer en las garras de la Gestapo -la policía secreta alemana-, y esconderse, ya que era imposible huir del país.
Prepararon entonces con todo cuidado un refugio en la trastienda de una vieja casona de comercio, adonde trasladaron solo lo imprescindible para la subsistencia. Y una noche lluviosa se ocultaron allí desapareciendo como imprevistamente de la casa familiar.
Compartían el escondite con cuatro personas más.
Debían vivir siempre en él, sin dejarse ver, sin que ninguna señal alertara sobre su presencia a los vecinos o a las patrullas -ni luz, ni ruidos, ni movimiento—.
Dos fieles amigos de la familia los proveyeron de alimentos conseguidos en el mercado negro, ya que el racionamiento era muy estricto y de recurrir al aprovisionamiento normal hubieran sido pronto descubiertos.
Durante dos años, los ocho fugitivos convivieron estrecha y penosamente hasta que el 4 de agosto de 1944 la policía irrumpió en la trastienda.
Nunca se supo cómo pudo descubrirlos pero los ocho infortunados fueron detenidos y trasladados a campos de concentración.
Solo el padre de Anna sobrevivió a la barbarie nazi.
Ella fue recluida en el campo de exterminio de Bergen-Belsen, donde murió en mayo de 1945, después de ocho meses de cautiverio y pocos días antes de la rendición alemana.
UNA CIRCUNSTANCIA CASUAL
Durante el allanamiento del refugio todo lo que había en él fue destruido.
Entre los libros y revistas revueltos y diseminados por el piso se encontró, después, intacto, el Diario de Anna y, con excepción de algunos párrafos que no ofrecen interés general, fue publicado íntegramente.
Este acontecimiento fortuito permitió conocer la personalidad de una talentosa adolescente, cuyo diario se convirtió en un testimonio inapelable del crimen de la guerra.
Anna leyó mucho en su pequeño mundo de reclusión puesto que, como la lectura era prácticamente la única actividad permitida, su padre había tenido la previsión de reunir una buena cantidad de libros.
Y en las horas que no se empleaban en comidas, higiene, estudios o ejercicios físicos -rigurosamente planificados para aprovechar al máximo las escasas posibilidades de movimiento-Anna leía o meditaba.
Volcaba luego sus reflexiones en el diario que escribía para sí, sin preocuparse por asombrar, y sin haber previsto nunca que pudiera llegar a ser otra cosa que su desahogo confidencial.
A lo largo de sus páginas impresionan lo certero del juicio y la penetración psicológica de la muchacha.
Anna sabe observar y observarse, descubrir sus propias actitudes y las motivaciones ajenas, y las transmite con una mezcla conmovedora de frescura y madurez.
ELLA Y LOS OTROS
Cuando comenzó a escribir, Anna era una chiquilla alegre, sociable, quizás algo frívola.
Pero a medida que transcurre el tiempo y que el aislamiento la hace más reflexiva, va cobrando forma su personalidad adulta.
Observa paso a paso sus propios cambios: los sentimientos que experimenta por su padre fluctuarán de una admiración infantil e incondicional hasta la tolerancia comprensiva y filial.
En cambio, las diferencias de carácter la separan un tanto de su madre y las relaciones con Margot -la hermana- oscilan entre una franca indiferencia y una intimidad muy tierna.
La población de la trastienda la completaban un matrimonio, su hijo Peter -jovencito reservado y solitario- y un viejo dentista amigo de la familia.
Anna no siente ninguna afinidad por ellos.
La peculiar relación conyugal del matrimonio Van Daan la fastidia: no comprende sus disputas y peleas ni su modo de entrometerse en la vida privada de los Frank.
No obstante, después del primer año de convivencia, la sorda hostilidad que sentía por Peter se fue transfigurando .en curiosidad, interés, solidaridad, hasta que finalmente el Diario refleja el más candoroso enamoramiento.
Una particularidad del Diario consiste en que Anna utiliza las anécdotas de la vida cotidiana para reflexionar sobre problemas trascendentales que indican la vastedad de sus inquietudes: la religión, la amistad, la educación.
LA GUERRA EXTERIOR
A menudo Anna interrumpe en su narración las pequeñas historias del refugio y su gente; así suele hacer cuando algún acontecimiento importante hace presumir que cambiará su suerte.
Las especulaciones políticas, la expectativa tensa, la ansiedad de que la vida dependa de decisiones arbitrarias muy lejos de su alcance, le producen temor.
Pero la fuerte personalidad de la joven no se permite ni un minuto de desaliento, porque a través de sus palabras está siempre presente la alegría de estar viva.
En un momento en que pudo mirar afuera por una ventana abierta exclamó: "Mientras esto exista y yo pueda ser sensible a ello -este sol radiante, este cielo sin nubes-, no puedo estar triste".
Anna se sintió siempre afortunada de poder vivir escondida en aquella trastienda mientras sus amigos y parientes que no habían podido escapar sufrían despiadados vejámenes que solo concluían con la muerte.
"Sí, nosotros estamos bien (...) a resguardo y nos permitimos hablar de la posguerra (...) cuando deberíamos economizar cada céntimo para salvar a los afligidos."
La historia de Anna Frank es hoy muy conocida. Tal vez porque la publicación de su Diario la reveló como a una notable escritora en potencia; porque es el testimonio de la historia de la humanidad.
En realidad, su vida fue la de tantas otras muchachas que vivieron y murieron en Europa entre 1930 y 1945 y su muerte pasó inadvertida hasta que se conoció su Diario.
Se la recuerda, no solo por lo que fue sino por lo que pudo haber sido; no únicamente por ella sola sino portados los niños que murieron en esos años terribles.
Una Página del Libro de Ana Frank:
Con fuerza, con esperanza, con dulzura y con pasión, Ana escribe en su diario sobre su familia, sus inquietudes de adolescente y las crueles circunstancias que le tocaron vivir a causa del nazismo.
"Kitty aún no sabe nada sobre mí. Por lo tanto, tendré que explicar brevemente la historia de mi vida.
Mi padre tenía ya treinta y seis años cuando se casó con mi madre, que tenía veinticinco. Mi hermana Margot nació en 1926, en Francfort del Main.
Y yo, el 12 de junio de 1929.
Puesto que somos cien por cien judíos, emigramos a Holanda en i933, donde mi padre fue nombrado director de la Travies N.V., empresa asociada con Kolen y Cía, de Amsterdam. Ambas sociedades estaban instaladas en la misma casa, y mi padre era uno de sus accionistas.
Debo decir que nuestra vida no estaba marcada de emociones, porque el resto de la familia todavía estaba luchando para hacer frente a las medidas hitlerianas contra los judíos. A consecuencia de las persecuciones de 1938, mis dos tíos maternos huyeron y llegaron sanos y salvos a los Estados Unidos. Mi abuela, que por entonces tenía setenta y tres años, vino con nosotros.
Después de 1940, nuestro bienestar se acabó rápidamente: primero la guerra, después la capitulación y la invasión de los alemanes, que nos dejó en la miseria. Una medida tras otra en contra de los judíos. Los judíos tenían la obligación de llevar la estrella, de ceder sus bicicletas... Tenían prohibido subirá los tranvías, conducir vehículos... Tenían la obligación de hacer sus compras exclusivamente en las tiendas que llevaban la marca de "tienda judía " y, además, sólo de tres a cinco de la tarde. Tenían prohibido salir después de las ocho de la tarde, incluso a su propio jardín, y quedarse en caá de sus amigos.
Tenían prohibido ir al teatro, al cine o cualquier otro lugar de diversión. Tenían prohibido practicar cualquier deporte público: prohibido frecuentar la piscina, las pistas de tenis y hockey u otros lugares de ocio. Tenían prohibido ir a las escuelas judías, y un montón de restricciones como éstas... Así vamos tirando, sin hacer esto, sin hacer aquello... Jopie siempre me dice: "Yo ya no me atrevo a hacer nada, por miedo a que esté prohibido".
De manera que nuestra libertad es muy limitada; pero bueno, la vida aún es soportable. La abuela murió en enero de 1942. Nadie sabe cuánto pienso en ella y cuánto la quiero todavía.
Yo iba a la escuela Montessori desde el jardín de infancia, es decir desde 1934. En el sexto B tuve de profesora a la directora, madame K. Al final de curso, la despedida fue muy dolorosa; lloramos las dos. En 1941, mi hermana Margot y yo entramos en el instituto judío.
De todas formas, nuestra pequeña familia de cuatro personas no puede quejarse mucho; y ya hemos llegado a la fecha de hoy Sábado, 20 de junio de 1942."
Fuente Consultada:
Vida y Pasión de Grandes Mujeres - Las Reinas - Elsa Felder
Fascículos Ser Mujer Editorial Abril
Enciclopedia Protagonistas de la Historia Espasa Calpe
Wikipedia
Otras Mujeres...
• Carlota Corday
• Florence Nightingale
• María Antonieta
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