Historia de la Falsificacion de Dinero:Charles Black y sus billetes
CHARLES BLACK: FALSIFICADOR DE DINERO
Charles Black: La fábrica de hacer billetes
Esta es la historia de uno de los más grandes maestros de la falsificación.
Su nombre era Charles Black y en su máximo momento de gloria se regía por una serie de principios que definían el modo en que una falsificación debía ser llevada a cabo:
“Una falsificación exitosa requiere no sólo habilidad, paciencia y una gran cantidad de capital para comprar la compleja maquinaria necesaria, sino también realizar un intenso y profundo trabajo de seguridad”.
Conocido por ser uno de los mejores falsificadores ingleses de la década del setenta, Charles Black diseñó y desarrolló un método sofisticado que le permitió lograr excelentes falsificaciones en fotolitografía, utilizando una máquina de litografía offset, un equipo para realizar copias a mano, un conjunto de cajas de numeración y una fuente de tinta magnética.
Su trabajo de falsificación de billetes fue tan bueno, que incluso en la actualidad se exhibe parte de su trabajo en el Museo de Scotland Yard.
Nacido en Inglaterra en 1928, la historia criminal de este gran estafador comienza en su casa de Kent.
En principio, Black se dedicó a la creación de un novedoso sistema de calentamiento termostático destinado a acuarios, que fue un verdadero éxito.
Fueron precisamente sus profundos conocimientos en ingeniería que lo conducirían a ingresar en el mundo criminal, realizando compra-ventas de automóviles robados, motivo por el cual debió cumplir una condena en prisión.
Durante su estadía en la cárcel Black hizo algunas amistades, principalmente con hombres que habían sido condenados por estafas y falsificación.
Así fue como conoció este gran arte que lo atraparía por completo y se convertiría en su próxima ocupación.
Una vez liberado, Black decidió dedicarse por completo a la falsificación.
Para ello, el primer paso fue cultivarse en el oficio de la impresión, para lo cual utilizó sus encantos sociales para acercarse y trabar amistad con empresarios del sector, durante una feria internacional de impresores que se realizó en Londres.
Con todo ese caudal de información, Black elaboró una lista de compras con todo lo que debía conseguir para comenzar sus primeras falsificaciones, y al mismo tiempo inició una sociedad con el propietario de un casino que le proporcionó el dinero para la adquisición de los materiales.
Fue precisamente en el jardín de su casa que construyó un pequeño galpón en el que instaló la maquinaria.
Mientras tanto, para no generar sospechas, Black le dijo a su mujer que comenzaría a producir revistas pornográficas.
A partir de allí comenzó su arduo trabajo para lograr falsificaciones realmente excelentes, ya que una de las características más sobresalientes de su personalidad era ser un total perfeccionista en todo lo que emprendía.
Con el fin de lograr establecer un negocio que pudiera expandirse rápidamente, Black se asoció con Stanley Baigue, con quien comenzaron a elaborar cheques de viajero, los cuales eran posteriormente distribuidos por el dueño del casino asociado con Black.
Aquellos cheques perfectamente falsificados sólo eran descubiertos cuando regresaban a los bancos que se suponían los habían emitido.
La falsificación de cheques lo condujo a Black a la fabricación clandestina de billetes, en principio de 20 y 50 dólares, una labor que requirió de un ingenio único.
Para lograr la falsificación perfecta en la que se incluyeran los finos filamentos rojos y azules que poseían los dólares, Black realizó una cuidadosa fotografía de un conjunto de trozos diseminados de cables eléctricos antiguos, fragmentos que habían sido depositados sobre una lámina de papel impreso en verde claro.
Luego llevaba a cabo una reducción de las imágenes capturadas con su cámara, y bañaba el papel en glicerina, secándolos posteriormente con un calentador.
De esa manera pudo llegar a lograr una falsificación casi exacta del papel para imprimir billetes estadounidenses.
Aquella falsificación casi le cuesta su libertad, cuando Black se vio implicado en la detención de uno de sus cómplices.
Lo cierto es que durante la investigación, la policía allanó su casa, pero obviaron registrar el galpón del jardín.
Para ese momento el Banco de Inglaterra anunció la emisión de una serie nueva de billetes de 5 libras esterlinas, que según las autoridades bancarias eran imposibles de falsificar.
Sin embargo, Black no se detuvo ante este desafío, y decidió llevar a cabo la falsificación de dichos billetes.
Así fue que utilizando métodos de sobreimpresión y transparencias, Black logró falsificar las nuevas libras esterlinas casi a la perfección.
Finalmente en 1972 Black fue condenado a cinco años de prisión por la falsificación de dólares estadounidenses.
Mientras tanto la policía volvió a registrar su casa, y en esta oportunidad decomisaron todos los equipos de impresión con los que trabajaba el estafador.
Una vez puesto en libertad condicional en 1973, Black intentó llevar una vida honrada, apartado del delito, para lo que se dedicó a la fabricación de instrumentos musicales.
No obstante, el crimen volvió a tentarlo, luego de visitar una nueva exposición de impresores en Londres en 1975. Allí nació su sociedad con Brian Katin.
Nuevamente en el ruedo, Black debió incorporar una nueva técnica a su método de falsificación, ya que se vio forzado a imprimir en sus billetes un sector con relieves, que logró copiar utilizando un dibujo de puntos grabado previamente en una plancha de latón, que luego era repujada en los billetes falsificados.
Pero su labor se vio complicada con la implementación de la técnica ultravioleta en los billetes, y ya en 1976 casi todos los bancos del mundo disponían de escáneres ultravioletas para examinar los billetes que pasaban por ventanilla.
Para fortuna de Black, pudo adquirir de forma ilegal una importante reserva de papel legítimo, que utilizó para imprimir los nuevos billetes.
Cuando en 1977 Black y su nuevo socio estaban a punto de realizar un negocio con un cliente de Beirut, intercambio que les permitiría ser ricos, el intermediario fue detenido y se conoció la verdad.
La policía nuevamente allanó la casa de Black, y en esta oportunidad también la se Katin, descubriendo la fábrica clandestina de los malhechores.
Luego del juicio que tuvo lugar en 1979, Black fue condenado a prisión por 21 años, mientras que su socio debió pasar tres años en la cárcel.
Finalmente, cuando en 1982 le fue otorgada la libertad condicional, decidió redimirse y tomar el camino legal.
Con su nueva esposa tailandesa fundó una agencia para hombres británicos solitarios que desean tener una novia tailandesa.
Su reflexión al respecto fue: “Podrías haber sido el mejor lanzador de cuchillos del circo, pero duermes mejor por las noches si eres uno de los payasos”.
Fuente Consultadas:
Fraudes, estafas y falsificaciones de Brian Innes
Diccionario de la Ciencia de Sanchez Ron
Lo Que Oculta la Historia de Rayner Ron Stapley
Wikipedia
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