Los Falsos Diarios de Hitler Historia Falsificador Kujau

Los Falsos Diarios de Hitler Historia Falsificador Kujau
Historia del Fraude

Konrad Kujau: El imitador de Hitler

En la historia del fraude y el engaño, el nombre de Konrad Kujau es sinónimo de la época nazi, por lo que habitualmente se lo conoce como el falsificador alemán, ya que fue el encargado de llevar a cabo una de las estafas más sensacionales de la historia del siglo pasado, cuando falsificó los supuestos diarios de Adolf Hitler.

Kujau se aseguró su lugar en la historia del siglo XX cuando en el año 1983 la revista alemana Stern anunció la publicación de una serie de fragmentos correspondientes a los 62 volúmenes de los diarios de Hitler.

Dicho documento supuestamente abarcaba toda la historia del Tercer Reich, desde el año 1933 cuando el Partido Nacional Socialista asumió el poder en Alemania, hasta su final en 1945.

El descubrimiento lo habría efectuado un periodista de la revista Stern, llamado Gerd Heidemann, gracias al cual la publicación tuvo la oportunidad de brindar a sus lectores una exclusiva mundial: la divulgación de los fragmentos del diario de Hitler.

No obstante, sólo transcurrieron dos semanas para que la verdad saliera a la luz y comenzara a generarse el escándalo.

Gracias a distintas pruebas científicas se llegó a la conclusión que las copias originales de los supuestos diarios de Hitler eran una falsificación, lo que puso inmediatamente en el ojo de la tormenta a los responsables de la revista Stern.

En medio de una larga investigación, apareció el nombre del sujeto que había llevado a cabo el fraude: el falsificador Konrad Kujau.

Nacido el 27 de junio 1938 en la ciudad sajona de Loebau, a 40 millas de Dresden, en lo que posteriormente se convirtió en la Alemania del Este, Konrad era hijo de un humilde zapatero, ferviente partidario nazi.

Pero lo cierto es que debido a los problemas económicos de su familia, el pequeño Konrad vivió su infancia en diversos hogares para niños, lo que poco a poco lo condujo por el camino de la delincuencia.

Con el correr de los años descubrió algunos talentos que poseía, entre los cuales comprobó que se destacaba en la plástica, por lo que decidió comenzar a pintar.

Pero lo cierto es que nada de lo que hizo fue original, ya que no tenía un estilo propio, pero se transformó en uno de los falsificadores de pinturas más famosos de la historia.

Otro de los grandes talentos de Konrad residía en la gran facilidad que poseía para imitar las firmas y la escritura manuscrita de casi cualquier persona, lo que le permitió comenzar a trabajar en el mundo de crimen elaborando documentos falsos.

Durante la década del setenta tuvo la brillante idea de combinar sus dos talentos en una sola y gran estafa: los diarios de Adolf Hitler.

Cabe destacar que Hitler había sido un pintor aficionado, y según se estima durante su vida llegó a producir más de tres mil dibujos y pinturas.

Motivado por ello, Kujau comenzó copiando el estilo de Hitler en lo que respecta al arte plástico, para luego iniciar su fraude de manuscritos y documentos.

De esta forma, Kujau logró comenzar a forjar una pequeña fortuna basada en el engaño.

Nada de aquello le hacía temer, ya que en realidad él sabía que en las falsificaciones que realizaba influía también un importante factor psicológico, porque sabía que sus clientes no hablarían con nadie de los artículos nazi que le habrían comprado, debido a que se sentían culpables por sus compras.

Tengamos en cuenta que las colecciones de objetos nazis eran mantenidas en secreto, por lo que nadie las expondría a la evaluación de expertos.

Luego de falsificar pinturas y notas, Kujau decidió que era el momento de realizar la copia de los diarios de Hitler, trabajo que inició en 1978 con la ayuda de un funcionario del partido nazi.

Inmediatamente difundida la noticia de la existencia de fragmentos pertenecientes al supuesto diario de Hitler, la revista Stern, a través de Heidemann, se puso en contacto con Kujau para adquirir los manuscritos, los cuales fueron comprados por la editorial por un valor de 2.5 millones de libras.

Rupert Murdoch, propietario de Times Newspapers, decidió empezar a publicar  los diarios el 24 de abril en The Sunday Times

Cuando el fraude se dio a conocer públicamente, los responsables de la revista Stern se disculparon con la sociedad, mientras que Heidemann y Kujau fueron a juicio y posteriormente encarcelados.

Tres años más tarde, Kujau fue liberado, y decidió entonces abrir una galería de falsificaciones en Stuttgart, aunque tiempo después volvió a sentirse atraído por la delincuencia, y fue arrestado por crear falsas licencias de conducir.

Para esa época, el estafador era reconocido como una verdadera celebridad mediática, y todos querían escribir su biografía o llevar su vida al cine.

Kujau fue acusado de haber recibido un millón y medio de marcos por falsificación y fue condenado a cuatro años y seis meses de prisión.

Heidemann fue acusado de robar 1,7 millones de marcos, aunque la acusación afirmaba que la cantidad podía haber ascendido a 4,6 millones, y fue condenado a cuatro años y ocho meses.

Más de 5 millones de marcos siguen sin figurar. Grüner & Jahr estimó que la pérdida total fue de 19 millones de marcos.

Lo cierto es que probablemente su historia esté escrita en su prontuario policial, aunque también es cierto que no existen certezas al respecto, ya que se dice que Kujau tenía la capacidad de mentir permanentemente y confundir a los interrogadores policiales con historias colmadas de detalle, que luego resultaban falsas.

Su obituario asegura que el 12 de septiembre 2000 Kujau murió en Stuttgart, y si bien la noticia ha sido difundida oficialmente, lo cierto es que no sería extraño que aún continuara viviendo en algún lugar remoto, utilizando una identidad falsa, sobre todo si tenemos en cuenta que a lo largo de su vida como delincuente utilizó más de 8 alias, y se desenvolvió en al menos 10 ocupaciones diferentes.

Rupert Murdoch tuvo la última palabra sobre el asunto. La tirada de The Sunday Times había aumentado en 60.000 ejemplares. «Después de todo, estamos en el negocio del entretenimiento», dijo. «La tirada aumentó y se mantuvo arriba. No perdimos dinero.»

Fuente Consultadas:
Fraudes, estafas y falsificaciones de Brian Innes
Diccionario de la Ciencia de Sanchez Ron
Lo Que Oculta la Historia de Rayner Ron Stapley
Wikipedia

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