Educación del Patriotismo en Niños:Enseñar Valores Patrioticos
Educación del Patriotismo en Niños: Enseñar Valores Patrióticos
El nacionalismo y las primeras revoluciones:
La afirmación del sentimiento nacional es algo que se ha producido en diversas épocas y lugares, particularmente por oposición a otros grupos y en tiempos de crisis, como durante la guerra de los Cien Años (siglos XIV y XV), que propició la aparición de conciencias nacionales en Francia y en Inglaterra.
Durante la Edad Moderna se dieron los primeros pasos para la configuración de Estados nacionales, cuyos rasgos ideales serían la posesión de un territorio estable y unificado, asegurado por el poder militar, la unificación administrativa por medio de una creciente burocracia y la tendencia a la secularización y la independencia nacional en materia religiosa.
Pero el nacionalismo moderno nació en el siglo XVIII, por la confluencia de varios elementos.
Por un lado, las ideas ilustradas sobre la igualdad entre los hombres socavaron las jerarquías sociales heredadas del feudalismo.
Las revoluciones americana y francesa dieron lugar a la aparición de Estados fundamentados libre naciones de ciudadanos soberanos y libres, relacionando los conceptos de nacionalismo, liberalismo y democracia.
Respecto a la educación de los valores patrióticos, David Isaacs en su libro "Educación de las Virtudes Humanas y Su Evaluación", comenta: sabemos muy bien que el niño puede aprender de su patria mediante la referencia a su historia, a su lengua, a su cultura, etc.
El sentirse parte de este patrimonio común supone, primero, conocerlo, y luego saber explicarlo, transferirlo a los demás.
En este sentido, parece claro que la misión de los padres es la de buscar los medios para que los hijos se encuentren con el patrimonio común, llevándoles a museos, comprando libros adecuados, hablando de su historia, destacando sus glorias y también sus errores, etc.
Asimismo, conseguir que sean capaces de comunicar estos conocimientos.
A nivel local, será posible invitar a los hijos a explicar aspectos de la historia a personas que visitan a la familia y no conocen el distrito.
A nivel de patria, se tratará de hacer lo mismo con personas de otros países.
Por otra parte, se puede educar a los hijos para que cuiden adecuadamente la misma tierra en que viven.
La atención a los detalles de orden y de limpieza, como puede ser no tirar papeles al suelo o no pintar las paredes, suele llamarse civismo.
Pero si se comprende que el deber de la persona es preocuparse por el bien común de todos sus compatriotas, estos actos pueden considerarse muy relacionados con el patriotismo.
Algunos, con la preparación científica adecuada, pueden llegar a dedicarse profesionalmente al cuidado de la naturaleza, a evitar la contaminación o la polución.
Otros organizarán actividades, en su tiempo libre, para atender y cuidar lo que es de todos.
Eso también puede considerarse como patriotismo si la persona se siente responsable de cuidar lo que es de todos los miembros de un país.
Y luego podrán sentirse orgullosos de estos logros o reconocer las deficiencias y hacer algo para corregirlas.
El patriota no es la persona que se queja de su país.
El patriota criticará a su país, pero pondrá algún medio para corregir lo que ha criticado.
Además, habrá que enseñar a los hijos las costumbres e instituciones de toda la patria, porque si se dedica todo el tiempo al estudio de la región más cercana, se puede perder de vista lo que es la patria completa, y puede resultar que se dedica la atención a desarrollar la virtud de un modo exclusivista, sin captar las necesidades del bien común de todos los compatriotas.
Habría que reconocer que los niños —y los mayores— necesitamos frecuentes actos, simbólicos o no, para sentirnos miembros de una patria.
En este sentido, puede ayudar: una fiesta nacional, los éxitos de una persona de la propia nación en el extranjero, un partido de fútbol internacional, programas en la televisión sobre las regiones del país, desfiles militares, reuniones nacionales de profesionales, etc.
Tampoco debemos despreciar los símbolos usados con frecuencia como son el himno nacional escuchado con respeto o la bandera nacional.
Si los padres enseñan a sus hijos a escuchar el himno nacional con atención, si sus padres hablan de su historia con ilusión, si informan sobre los distintos aspectos del país, si les ponen en contacto con el patrimonio común, los hijos reconocerán lo que la patria les ha dado y lo que les da.
Respetarán la patria y podrán intentar luchar personalmente para que esa patria sea lo mejor posible.
Antes dijimos que el bien común requiere que cada uno trabaje responsablemente y que luche por conseguir una sociedad más justa y la paz necesaria para el desarrollo del pueblo.
En la práctica, esto no es fácil, porque parece que el pueblo se divide en fracciones, buscando cada una sus propios intereses a costa de los demás.
Una política de reivindicación de derechos tiende a separar los esfuerzos de la comunidad en lugar de unirla.
Por tanto, se tratará de ver cómo se puede educar a los jóvenes para que capten la importancia de su aportación personal al país.
Ya hemos hablado en otras ocasiones sobre las virtudes de la justicia y de la laboriosidad, pero nada dijimos entonces de la relación entre estas virtudes y la virtud del patriotismo.
El papel de los educadores, en este sentido, será, por una parte, vivir con empeño su deber hacia los demás y luego explicar la necesidad de este esfuerzo a los jóvenes.
Aquí únicamente vamos a sugerir algunos puntos que convendrá comentar con los hijos:
— Solamente se puede lograr una situación económica estable en un país si cada persona trabaja responsablemente, pensando no sólo en sus derechos legítimos, sino también en sus deberes y en el bien común.
— La justicia requiere que cada uno cumpla con las leyes comunes —con tal de que sean justas en sí— y, por tanto, el patriotismo significa cumplir estas leyes, pagar los impuestos, utilizar el derecho al voto, etc.
— La justicia necesita, también, que cada uno aproveche los cauces previstos para lograr mayor justicia a todos los niveles. Por tanto, para que pueda haber una patria unida y fuerte, la persona debe participar activamente en asociaciones de padres, asociaciones de vecinos, gobierno local, etc., de acuerdo con sus capacidades personales.
— La paz es resultado de la caridad vivida por los miembros de una sociedad. Por tanto, habrá que buscar el modo de vivir la caridad con el vecino y con todos los demás, respetando la diversidad de opiniones, poniéndose de acuerdo para lograr mejoras, y defendiéndose de cualquier tipo de acto violento que perjudique la paz.
LA EDUCACIÓN DEL PATRIOTISMO
Intento lograr que los pequeños conozcan su lugar de nacimiento, donde viven, su municipio, su provincia, su región, su país.
El patriotismo suele comenzar con la patria chica porque, desde estas experiencias de la infancia, van acumulando toda una serie de recuerdos vitales que unen a las personas
Me preocupo de que los hijos/alumnos vayan conociendo la historia local, sus héroes y sus personajes.
(Hace falta este tipo de información para poder identificarse con la localidad. Las personas y sus hazañas hacen algo vivo de lo puramente material).
Enseño a los hijos/alumnos las costumbres locales, sus fiestas, sus deportes, sus bailes. (Son maneras de vivir los valores locales de una manera concreta).
Intento lograr que los adolescentes se sientan parte de un trayecto histórico.
(Saber de dónde se viene da seguridad a la persona, y le ayuda a enfrentarse con lo desconocido en el futuro).
Enseño a los jóvenes cuáles son los valores típicos de la localidad donde viven y de su país, con el fin de vivirlos y apoyarlos. (Estos valores pueden ser la honradez, la lealtad, la alegría, la compasión o la seriedad en el trabajo, por ejemplo).
Enseño a los jóvenes a compartir estos valores con los demás con un orgullo sano.
(Si se logra compartir estos valores, todos se van a beneficiar. No se trata de discriminar ni despreciar en base a las diferencias, sino de buscar la auténtica complementariedad).
Animo a los jóvenes a explicar las características de su propia región y de su propio país a forasteros, con el fin de que puedan compartir sus riquezas. (El patriotismo trasciende los propios intereses y debe buscar el enriquecimiento de todos).
Animo a los jóvenes a participar en actos simbólicos que defienden los valores de la patria chica o de la patria.
(Pueden ser fiestas, actos deportivos, concursos de baile, de canto, etc.).
COMO SE MANIFIESTA EL AMOR A LA PATRIA:
El amor a la patria se manifiesta como se manifiesta todo amor: en palabras y en obras, en los modos de pensar, de sentir, y de actuar.La patria es comunidad humana, armonía espiritual, continuidad histórica.
El amor a la patria se manifiesta fundamentalmente:
1. en la preocupación por lograr una comunidad presente más justa, más armónica, más integrada, más próspera, más fiel a su pasado.
2. en el aprecio y cultivo de nuestra tradición histórica y cultural, en la búsqueda de las raíces de nuestra nacionalidad;
3. en la preocupación por el destino y la grandeza futura de la patria, en el empeño en ofrecer a las futuras generaciones, junto al patrimonio tradicional, las mejores condiciones de vida.
Esforzarnos para que los argentinos nos sintamos solidarios, compatriotas, hermanos, partícipes en todo de un destino común es la mejor manera de manifestar el amor a la patria.
Lograr la unidad espiritual y la comunidad de esfuerzos es la tarea que requiere la patria.
Donde los hombres no están de acuerdo en los principios y valores básicos que deben regir la convivencia no es posible la comunidad.
La vida de los pueblos se halla condicionada por los fines perseguidos, por los objetivos fundamentales a lograr.
Buscar los valores básicos de la convivencia y los objetivos fundamentales de la actividad nacional, lo que nos hace coincidir a los argentinos de hoy con los de ayer y hará coincidir a los de mañana con nosotros, es trabajar por una patria más sentida y más grande.
Hacer patria es trabajar por la justicia y la comprensión entre los argentinos.
Donde no hay justicia no hay paz, armonía, ni unión espiritual. La justicia rompe la unidad, siembra la desconfianza, fomenta la mala fe, incita a la violencia.
Quien padece la injusticia experimenta la carencia de unión y solidaridad.
Difícilmente se sentirá integrado en la comunidad.
La comprensión, la insistencia en los elementos y actitudes que unen, no en los que separan, la buena, fe en la interpretación de todos, fomentan la unidad y solidaridad.
Quien se siente víctima de la incomprensión, de la intolerancia, de la mala fe, de fanatismo, tampoco se siente integrado en una comunidad.
El amor a la patria se manifiesta "haciendo patria".
"Hacer patria" es ante todo buscar unidad y sincronía espiritual, actuar solidariamente, trabajar por la justicia y la comprensión en las relaciones sociales. Sin ello no es posible la integración en una comunidad.
El aprecio y cultivo de la tradición histórica en que se nutre el ser de la patria, y la responsabilidad para con las futuras generaciones que reclama urgentemente la unión de todas nuestras fuerzas para la realización del destino nacional, serán objeto de los próximos párrafos.
El amor a la patria se manifiesta en los grandes ideales, en las acciones heroicas.
Pero se manifiesta ante todo en nuestras preocupaciones y trabajos cotidianos, en nuestro esfuerzo por que la justicia, la armonía, la solidaridad reinen entre nosotros.
Fuente Consultada:
Educación de las Virtudes Humanas y Su Evaluación David Isaacs
Educación Democrática de Argentino Moyano Coudert - Texto Para 3º Año - Tercera Edición- Editorial Guadalupe
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