Teorías Pedagogicas del Siglo XVII: Racionalismo y Realismo

Teorías Pedagógicas del Siglo XVII:
Racionalismo y Realismo

La filosofía de este siglo reconoce una triple paternidad: la de Rene Descartes, expositor del racionalismo filosófico; la de Isaac Newton, que no fue un filósofo en el sentido auténtico de la palabra, pero cuya magna labor consistió en subordinar el mundo íntegro de lo natural a precisas leyes mecánicas, y John Locke, que elaboró una nueva teoría del conocimiento al expresar que todo conocimiento proviene de la experiencia de los sentidos (empirismo).

Los principales postulados de la filosofía de este siglo son:

1) La razón es la única guía infalible para alcanzar la verdad.

2) Para otros todo conocimiento tiene sus raíces en las impresiones de nuestros sentidos.

3) El universo es una máquina regida por leyes inflexibles; el orden de la naturaleza es absolutamente uniforme.

La religión. 

En general, todos los pensadores de este período son cristianos y respetan las creencias.

La tolerancia que se va extendiendo prepara el terreno para el deísmo o sea una creencia difusa en Dios, a quien hace supremo arquitecto del Universo, pero que no interviene para nada con su providencia en el curso de la historia.

LAS DOCTRINAS PEDAGÓGICAS EN EL SIGLO XVII

LAS DOCTRINAS PEDAGÓGICAS EN EL SIGLO XVII

EL realismo pedagógico. 

El proceso de las ideas pedagógicas en el siglo XVII es muy complejo.

Mientras se mantenía en la enseñanza la formación humanístico-literaria propia del siglo anterior surgía una nueva orientación, el realismo pedagógico, que determinará en el futuro notables transformaciones en el terreno educacional.

De la misma manera que en este siglo la ciencia se construye con la observación directa de la naturaleza, la nueva pedagogía parte del conocimiento del hombre o de las cosas mismas.

Hasta este momento, dicen los renovadores, no se ha hecho más que estudiar palabras, en adelante habrá que estudiar las cosas.

El realismo (del latín res, cosa) como doctrina pedagógica proclama y exige la presentación y conocimiento de cosas antes que el de las palabras, o por lo menos, de las cosas, al propio tiempo que de las palabras.

La educación realista es aquella que basa la formación humana en el dominio del mundo exterior sobre el mundo interior, en la superioridad del conocimiento de los fenómenos naturales y de los hechos sociales sobre la formación adquirida a través de las lenguas y literaturas clásicas.

A un ideal de cultura humanística desinteresada, estética y aristocrática, los nuevos pedagogos opusieron una cultura difusa, práctica y especializada, fundada en la preferencia del estudio de la lengua materna y la inclusión en los programas de las escuelas, siempre más abundantes, de una nueva didáctica, de las ciencias matemáticas y naturales (ciencias reales) consideradas como las disciplinas imprescindibles para una educación útil para la vida.

Se pretendía sustituir un saber literario y estético por un saber utilitario que realizaba el precepto de lord Bacon: "saber es poder".

Gracias a las nuevas teorías filosóficas (el empirismo de Bacon y Locke y el racionalismo de Descartes), el realismo alcanzó gran difusión y determinó la aparición de un nuevo método, de una nueva teoría del aprendizaje.

Así surgió la didáctica como la parte de la teoría de la educación que procura metodizar el proceso del aprendizaje.

Dentro de estas características generales del realismo pedagógico existen distintas preferencias u orientaciones que aunque siempre se encuentren combinadas es preciso señalar: humanista, social, didáctico, empirista y disciplinaria.

El realismo humanista se inició con Victorino da Feltre en 1428 con su Casa Giocosa.

Apoya la educación en una visión realista de la vida y se nutre en los concretos intereses humanos y sociales.

Sus seguidores no ven en las lenguas clásicas las formas sino el medio para que el hombre desarrolle su personalidad.

El realismo de tipo social considera la sociedad como fin de la educación.

Dentro de este punto de vista, la educación es concebida como preparación para el éxito social, esto es, para triunfar en la vida práctica.

El propósito principal de la educación es la formación de actitudes adecuadas para emprender una útil y afortunada carrera entre los demás hombres.

El contacto con otros hombres y con otros pueblos vitalizarían los conocimientos adquiridos por vía literaria.

El conocimiento posee valor sólo cuando prepara para la vida y para la acción.

La preparación de "hombres de mundo" es el objetivo que se propusieron humanistas como Castiglione, Alberti, Montaigne, Rabelais, y en particular Locke.

De las otras tendencias del realismo pedagógico, como ser: del didáctico, nos ocuparemos al hablar de Comenio; del disciplinario, al hacerlo de Locke; y del rigorismo disciplinario religioso, al hablar de los jansenistas y pietistas.

Instituciones escolares. 

Durante este siglo todas las instituciones educativas de la Reforma y Contrarreforma se mantuvieron.

La enseñanza elemental, muy difundida, es impartida por frailes, sacristanes o pastores.

La enseñanza media continúa estructurada según el plan de la Ratio Studiorum.

La enseñanza superior y universitaria entran en profunda decadencia.

Tanto en los países católicos como en los protestantes impera la doctrina de Aristóteles, como necesaria para defender esas creencias.

Las universidades en general se muestran reacias a las nuevas corrientes del pensamiento, pero se encuentran muy concurridas, pues conceden los títulos habilitantes necesarios para ejercer las profesiones liberales.

En general se prefiere la instrucción de las clases acomodadas y la principal finalidad de los estudios es formar al gentilhombre, al gentleman o al magistrado.

Mientras la universidad permanece como refugio de todo lo antiguo, surgen las academias, centros propulsores de los estudios de matemática y física.

Su desarrollo obedece a un doble impulso: el de los hombres de ciencia para actuar fuera de la universidad, y el de la monarquía absoluta que al patrocinarlas ejerce una acción decisiva sobre los intelectuales.

Las academias tienen origen italiano. La primera de ellas dedicada al estudio de las ciencias naturales o de la experimentación de ciertos fenómenos físicos (hidráulicos y ópticos) fue la Academia del Cimento, fundada en Florencia.

Durante el siglo XVI tuvieron un carácter erudito, literario y filosófico.

Richelieu en Francia instituyó en 1634 la Academia Francesa.

En 1652 se fundó la Sociedad Real de Londres; Newton fue su primer presidente.

Muchos educadores de esta época señalaron la conveniencia de fundar academias.

Vives manifiesta le idea de una academia como sede de investigación y de enseñanza para jóvenes y adultos.

Comenio reclama un collegium didacticum como etapa final de todo su sistema escolar; Leibnitz proyecta una asociación de hombres de ciencia de todo el mundo, mientras Bacon aspira conseguir la colaboración internacional de las corporaciones científicas de Europa, al modo de la Compañía de Jesús.

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Fuente Consultada:
Historia de la Educación – Juan Carlos Zuretti – Editorial Itinerarium – Colección Escuela –
Enciclopedia Electrónica ENCARTA – Microsoft
Enciclopedia del Estudiante Tomo 19-Historia de la Filosofía – Editorial Santillana
Wikipedia –

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