Filosofos del Renacimiento Europeo Politicos e Intelectuales
Filósofos del Renacimiento Europeo
Marsilio Ficino (1433-99)
Ficino nació cerca de Florencia y Cosimo de Médicis lo ayudó en sus primeros pasos.
Después fue Ficino el que educó al joven Lorenzo de Médicis. Se ordenó sacerdote y se convirtió en autoridad de la Catedral de Florencia.
Era admirador de Platón, el filósofo griego, y explicó sus ideas a los estudiosos renacentistas.
Fue una figura muy consultada de la Academia Platónica de Florencia y realizó la primera traducción completa de Platón al latín, que fue utilizada durante más de 200 años.
También interpretó las ideas de Plotino, el filósofo romano.
Los métodos de enseñanza de Ficino estaban basados en discusiones informales y cursos.
Creía que el hombre aumentaría su amor a Dios si comprendía las posibilidades de su propio espíritu.
Desiderio Erasmo (1467-1536)
Erasmo nació en Rotterdam o en Gouda.
En 1492 se ordenó sacerdote, pero su principal interés era el estudio.
Pensador y escritor, fue el erudito renacentista más influyente del norte de Europa y solamente escribió en latín y griego.
En 1516 hizo una edición del Nuevo Testamento con el texto original en griego junto a su propia traducción latina, dedicada al Papa León X.
Entre sus mejores obras se cuentan Adagios, una colección de proverbios, y Coloquios, una sátira de las costumbres contemporáneas.
Viajó por muchas ciudades y conversó con la mayoría de los personajes importantes de Europa, pero nunca estaba conforme con los lugares visitados.
Martín Lutero (1483-1546)
Lutero asistió a la escuela de Mansfeld en Sajonia.
Su padre lo alentaba para que fuera abogado, pero él eligió ordenarse como fraile agustino. Continuó estudios superiores y dictó cátedra sobre temas religiosos.
En 1510 viajó a Roma y se escandalizó por las riquezas y la hipocresía de la Iglesia.
Se sintió particularmente molesto por la venta de indulgencias para obtener dinero para la Iglesia y clavó en la puerta del Templo de Todos los Santos, en Wittenberg, sus 95 proposiciones en contra de tales prácticas.
Esto provocó una disputa con el Papa, quien finalmente lo excomulgó. Así comenzó el movimiento de reforma de la Iglesia.
Lutero hizo la primera traducción de la Biblia al alemán y publicó muchos escritos. Fue, sin duda alguna, el autor de la época que más libros vendió.
Nicolás Maquiavelo (1469-1527)
Nació en Florencia, donde obtuvo un importante cargo oficial cuando sólo tenía 29 años.
Participó en varias misiones diplomáticas a Francia y también negoció con César Borgia en beneficio de Florencia.
Maquiavelo era un entusiasta patriota florentino tanto como un hábil diplomático.
Fue la mano derecha del gobierno de Florencia y guió a su propio grupo de soldados contra Pisa.
Fue expulsado de Florencia cuando regresaron los Medici en 1512. Su famoso libro El Príncipe, basado en parte en la vida de César Borgia, fue dedicado a los Medici con la esperanza de un cambio de actitud, pero murió desengañado.
Tomás Moro (1478-1535)
Moro nació en Londres, hijo de un juez que lo obligó a estudiar Derecho.
También aprendió griego y latín. Fue un sabio humanista, un pacifista y un reformador. Además de otros logros, Tomás Moro fue el iniciador de la educación femenina en Inglaterra.
En 1516, escribió Utopía, la descripción de un estado ideal.
Fue amigo de Erasmo, Holbein y Enrique VIII.
Moro sucedió a Wolsey como Lord Canciller de Inglaterra pero luego disintió con Enrique por su casamiento con Ana Bolena. Rehusó reconocer a Enrique VIII como cabeza de la Iglesia.
Como resultado, fue encarcelado y ejecutado en la Torre de Londres.
Nicolás Copérnico (1473-1543)
Fue un sabio polaco que viajó a Roma, Padua y Bologna para adquirir todo el conocimiento de la época sobre matemática y astronomía.
Regresó luego a su país natal, donde hizo sus propias observaciones de las estrellas durante muchos años.
Además leyó cuidadosamente antiguos libros griegos y árabes sobre astronomía.
La creencia popular de la época era que el Sol se movía alrededor de la Tierra.
En su famoso libro Sobre las Revoluciones de los Cuerpos Celestes, Copérnico sugirió que sucedía exactamente lo contrario, que el centro del universo era el Sol y no la Tierra.
Descubrió que los filósofos griegos del siglo III a.C., ya lo habían insinuado.
Hubo gran oposición a su libro.