Biografia de Hector Alterio: Artistas Eternos del Cine Nacional

Biografía de Héctor Alterio: Artistas Eternos del Cine Nacional

Héctor Alterio

Hector Alterio: “La puta que vale la pena estar vivo”

Héctor Alterio es sin dudas uno de los grandes referentes del cine argentino, con un total que supera las 80 películas en su haber, y siendo el actor que participó en la mayor cantidad de films nominados al Oscar y premiados en distintas oportunidades con los más diversos galardones, para nosotros sigue siendo aquel hombre que en la década de los noventa nos gritaba en plena cara, a través de la pantalla del cine: “La puta que vale la pena estar vivo”.

Repasando su vida y sus trabajos, Alterio reflexionó durante una reciente entrevista: “Me gustaría tener una continuidad de trabajo seguro y dosificado, que me permita respirar tranquilo.

Filmar cosas con más tiempo y mejor; pero ésta es una profesión tan inesperada, tan poco segura que de pronto filmo y luego me quedo a esperar.

Los actores no tenemos nuestro trabajo programado como los tenores.

Yo tengo programado sólo hasta ahora. Los actores somos materiales descartables.

En general los directores tienen una lista de actores que van llamando y si uno no puede llaman al que sigue.

De pronto se agotó ese actor y se vuelve a recuperar otra vez, como el reciclaje que se hace de las cosas descartables”.

Nacido en Buenos Aires el 21 de septiembre de 1929 bajo el nombre de Héctor Benjamín Alterio, desde muy pequeño se sintió atraído por el arte, ámbito que poco a poco le permitió descubrir su verdadera vocación, la de actor.

Eso fue precisamente lo que lo llevó en su juventud a realizar estudios en diversas instituciones dedicadas a la disciplina del arte dramático, para perfeccionar un talento innato que muy pronto lo llevaría hasta sus sueños.

Antes de cumplir los 20 años, Héctor hizo su debut en el escenario, protagonizando la obra “Prohibido suicidarse”, escrita por Alejandro Casona, que se estrenó en el año 1948.

Poco después, sintió la necesidad de profundizar aún más en las posibilidades que le brindaba la actuación, lo que lo llevó en la década del cincuenta a fundar la compañía Nuevo Teatro, que representó durante una década el espíritu artístico del país de aquel momento.

Aquella compañía finalizó su labor en 1968.

No obstante, la fama de Héctor Alterio desembarcó de la mano del cine, cuando en 1965 participó en el filme “Todo sol es amargo” de Alfredo Mathé.

A partir de aquel momento, y una vez que el actor había podido demostrar su capacidad, comenzó a ser requerido por los más importantes directores argentinos de la nueva generación, por lo que Alterio fue parte fundamental de algunos de los mejores largometrajes nacionales de la época.

De esta forma, durante los principios de la década del setenta, Alterio le puso su sello a películas como “La Patagonia rebelde”, “El santo de la espada”, “La tregua”, “Los siete locos”, “Quebracho”, “Don Segundo Sombra” y “La Maffia”, entre otros.

En el año 1975 Héctor Alterio fue invitado a España, y mientras se encontraba en aquel país europeo recibió una serie de amenazas de muerte enviadas por la Triple A, lo que motivo su exilio de Argentina.

En este sentido, el actor recuerda: “El tiempo es muy sabio.

De pronto ahora lo cuento con cierta distancia, como si le hubiese pasado a otro.

Y eso es producto del tiempo, como sucedió en una escuela: le preguntaron a los chicos qué significaba la Triple A y los chicos respondieron que era una vacuna.

No sé si la respuesta estaba condicionada a la necesidad de algunos sectores para borrar nuestro pasado o verdaderamente es producto del tiempo.

Hay una necesidad imperiosa de no borrar la memoria, no se trata de venganza.

Es la única cosa que intento no olvidar.

Si me retrotraigo a veintisiete años atrás, lo pasé muy mal, especialmente los primeros tres años.

En un país que no conocía ni él me conocía a mí.

Un español desconocido me ayudaba materialmente con dinero, con trabajo, con cosas concretas.

La sensación de estar solo en el mundo, desamparado como en el desierto, no teniendo de dónde agarrarme y de pronto me tienden una mano amiga.

Esa solidaridad me conmocionó y me hizo amar a España y a su gente, en circunstancias en las que todavía vivía Franco y no era tan fácil todo”.

Viviendo en España, Alterio participó de una gran cantidad de películas producidas en dicho país, tales como “A un dios desconocido”, “El crimen de Cuenca”, “El nido”, “Don Juan en los infiernos”, entre otras.

Actualmente, Héctor Alterio siente que su corazón no sólo le pertenece a Argentina, sino también a España, por lo que sigue trabajando en producciones de ambos países.

En los últimos años, en relación a su trabajo, se destacan filmes nacionales como “Kamchatka”, “Vidas privadas”, “El hijo de la novia”, “Cenizas del paraíso” y “Caballos Salvajes”, entre una larga lista.

Premiado en varias oportunidades, cada vez que puede Alterio bromea diciendo: “Parece que doy suerte”, en clara referencia a que fue protagonista en cuatro de las primeras películas argentinas que llegaron a ser candidatas en los premios Oscar, como fue el caso de “La tregua” (1974), “Camila” (1984), la ganadora del Oscar “La historia oficial” (1985), y “El hijo de la novia” (2001).

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