Ideas de Marx y la Sobrepoblación de Malthus
Ideas de Marx y la Sobrepoblación de Malthus
ECONOMÍA Y POBLACIÓN
Las postulaciones malthusianas y neomalthusianas tuvieron una respuesta en los análisis de Marx y en los trabajos posteriores de las ciencias sociales que utilizan igual metodología.
Ya en 1845 se encuentran en su trabajo, la "Ideología Alemana", las primeras referencias al papel de la población en el proceso histórico, del cual la considera uno de los factores condicionantes.
Pero, a pesar de la importancia que le asigna a la población, a diferencia de Malthus, Marx sostiene que no puede existir una ley demográfica universal sino que a cada forma de producción le corresponde una ley de población particular.
Dedicó, sin embargo, especial atención al problema bajo la forma de producción capitalista, investigando el concepto del "ejército de reserva del trabajo", "superpoblación relativa" o "población excedente relativa".
Para él, la causa de la superpoblación existente debe rastrearse en la forma de producción imperante en el régimen capitalista.
Esa superpoblación relativa surge de las características del proceso de acumulación del capital y sus mecanismos reguladores, entre ellos las crisis y las recesiones.
Cuando crece la acumulación, crece la inversión de capital, o sea las "fuentes de trabajo" y con ello la demanda de mano de obra.
Si este proceso continúa en forma indefinida se llega fatalmente a la ocupación plena, puesto que la mano de obra no es una "mercancía" que pueda producirse, en general, de 'un modo creciente para una demanda creciente.
Desde luego, hay muchos ejemplos de "producción" de mano de obra bajo las condiciones del sistema esclavista, desde el comercio de esclavos en África hasta los establecimientos que, en el Sur de los Estados Unidos, se dedicaban a la "procreación" y cría de esclavos, tal como si fueran ganado.
Aun bajo el sistema capitalista, se conoce el ejemplo de los piratas que secuestraban numerosos campesinos chinos para vendérselos a contratistas de mano de obra en el Oeste estadounidense.
Pero ésta no puede ser la regla dentro del sistema capitalista, basado, esencialmente, en la contratación de mano de obra libre.
Al mantenerse un estadio de ocupación plena, naturalmente suben los salarios, puesto que su demanda excede a su posible oferta.
Pero si esto continúa, a través de una inversión creciente, el aumento de los salarios terminará por liquidar las ganancias, y asi el sistema capitalista se disolverá, por sí mismo, al moverse como el azúcar al girar en el agua.
Sin embargo, los hechos demuestran que tal cosa no ocurre.
Antes de que se llegue a ese punto crítico, nos dice Marx, el descenso de las ganancias provocará en los capitalistas una lógica reacción a retraer la inversión "a la espera de tiempos mejores".
Tal retracción —se continúa en este razonamiento uno de los "modelos" marxistas de explicación de las crisis capitalistas— traerá una reacción en cadena. Y así estamos en la crisis o recesión, donde se detiene la inversión, se cierran "fuentes de trabajo" y se produce desocupación en masa.
Mediante éste y otros mecanismos que llevan a la crisis o a la "recesión" (crisis atenuada), se restablece continuamente el equilibrio entre oferta y demanda de trabajo o, lo que es lo mismo, de mano de obra.
Como éste es un equilibrio desigual, o sea, que los mecanismos tienden a conservar una situación donde la oferta de trabajo es siempre superior a la demanda, dentro del sistema capitalista siempre hay, en algún grado, desocupación.
Siempre hay, por lo tanto, un "ejército de reserva" dentro de la masa proletaria, que tiende a disminuir cuando la inversión creciente (período de "auge") crea más fuentes de trabajo y a aumentar cuando se produce la crisis o recesión.
De tal manera, entre la población económicamente activa y el ejército de reserva, hay para Marx una constante interrelación cuyo signo es claro según las fases del ciclo económico:
en los momentos de prosperidad aumenta la primera a costa del segundo, y en las épocas de contracción se produce el movimiento inverso.
Para Marx, a diferencia de Malthus y otros economistas clásicos, la relación de la población con el sistema capitalista parece ser la de un factor más, de ninguna manera externo al sistema mismo, sino un elemento de éste para regular el nivel de salarios y mantener las tasas de ganancia.
Este nivel de superpoblación relativa debería desaparecer al transformarse el sistema productivo, aunque Marx explícito poco y nada acerca del desarrollo de la población.
Por supuesto que Marx basó su argumentación ciñéndose a la realidad concreta de la Europa del siglo XIX; trasladado el problema al Tercer Mundo, son otros economistas y sociólogos los que, dentro de esta línea de argumentación, reformularán estas postulaciones de acuerdo con la realidad de los países dependientes.
Fuente Consultada:
Enciclopedia de los Grandes Fenómenos del Siglo XX Tomo 1