La Economia de los Tigres Asiaticos - Paises industrializados
La Economía de los Tigres Asiáticos: Países Industrializados
La Globalización económica se vio fortalecida después de la desaparición de la URSS y la caída del socialismo, cuando se desarmó la división bipolar del mundo formado por un bloque de países capitalistas, dirigidos por EE.UU. y por otro de países comunistas, liderados por la URSS.
Como resultado el capitalismo se presenta como el sistema dominante en el ámbito mundial.
Los países con antiguas economías socialistas, como los que hoy forman la Comunidad de Estados Independientes (CEI), todavía están resolviendo las dificultades surgidas de su traspaso a una economía de mercado.
Entre uno y otro polo, se encuentran aquellos países que se rigen por una economía capitalista pero que le dan un papel importante al Estado en el área del desarrollo social; se trata del caso de algunos países de Europa nórdica, como Suecia, Noruega o Dinamarca, donde prevalecen las llamadas “socialdemocracias”.
Los nuevos países industrializados
Los nuevos países industrializados (NPI) o” tigres del sudeste asiático” constituyen un caso muy especial de desarrollo económico. Los primeros cuatro fueron Taiwan, Corea del Sur, Singapury Hong Kong (antigua colonia británica, ahora perteneciente a China).
Estos países tomaron algunos elementos de la economía japonesa: apostaron al máximo ahorro y a la inversión, a una industria orientada principalmente a la exportación, a largas jornadas de trabajo ya una fuerte disciplina laboral.
Recibieron, sobre todo Taiwan y Corea del Sur, ayuda militar y financiera de los Estados Unidos.
Además, privilegiaron la capacitación y la calificación de la mano de obra local. Entre la década de 1980 y los primeros años de 1990, todos ellos ahorraron entre un 30% y 45% del producto bruto interno (PBI) y reinvirtieron entre A un 25% y un 40%.
Estos países aprovechan la infraestructura manufacturera que les legó el Japón cuando los ocupó, durante la Segunda Guerra Mundial.
Los nuevos países industrializados se pusieron al día con los adelantos tecnológicos de un modo muy rápido.
Comenzaron con una política sustitutiva de las importaciones a mediados de 1950, para después orientar plenamente la industria a la exportación.
En poco tiempo los países del sudeste asiático pasaron a ser países con escaso crecimiento tuvo como contrapartida los bajos salarios de los trabajadores, hecho que resultaba, y resulta todavía, atractivo para las empresas extranjeras que se instalan en la región.
Precisamente, una de las medidas consistió en favorecer selectivamente la llegada de empresas multinacionales y de capitales extranjeros, en especial japoneses y estadounidenses.
Así, se favoreció la inversión extranjera siempre y cuando fuera compatible con los intereses nacionales y no arruinara la competitividad y las expectativas del empresariado local.
• El Estado no estuvo al margen.
En estos países, como en el Japón, su intervención llevó adelante el proceso de modernización. Incluso las inversiones extranjeras se realizan con un marcado control por parte del Estado.
Esta política desafía la idea común que asocia globalización con capitalismo exitoso con achicamiento del Estado.
Por ejemplo, en Taiwan, las industrias mecánicas y petroquímicas consideradas estratégicas pertenecen a empresas públicas.
Y se controla que las importaciones no sean superiores en valor a las exportaciones.
En Corea del Sur, existe un fuerte proteccionismo al sector industrial respecto de la competencia extranjera e incluso de la entrada de capitales extranjeros.
En cambio, en Singapur, las multinacionales ocupan un lugar más importante que en el resto de la región.
Dado que, a causa de la limitación de la cantidad de tierras y recursos naturales, el crecimiento general no podía apoyarse en la exportación de productos primarios, la industria constituyó el factor clave por estimular, tanto la orientada al mercado interno como la dirigida al externo.
Los “tigres menores” del sudeste asiático
Más adelante, comienzan a desarrollarse otros países del sudeste asiático, los llamados “tigres de segunda generación” o “pequeños dragones’. Iniciaron más tardíamente su camino a la industrialización pero tomaron a los nuevos países industrializados como modelo.
Ellos son Malasia, Indonesia, Tailandia (de los cuales se afirma que fueron “inventos” del Japón por el volumen de sus inversiones) y Filipinas.
Forman parte, junto con Singapur y Vietnam, de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).
Gran parte de los productos electrónicos japoneses son montados en alguno de estos países, con salarios bajos, jornadas de trabajó de diez horas, seis días por semana y pocos beneficios sociales para los trabajadores.
En todos ellos se manufacturan tecnologías de punta.
Y, sien un comienzo fueron los productos textiles, plásticos y juguetes los que más se exportaban, ahora son los correspondientes a la industria electrónica y las tecnologías de la información.
Malasia fue el país que tuvo un crecimiento más rápido.
El nivel de pobreza se redujo considerablemente, al igual que las diferencias de ingreso por pertenencia étnica.
Indonesia y Tailandia mejoraron la producción industrial, la agrícola, así como los ingresos provenientes del turismo.
En algunos de los “pequeños dragones" hay importantes conflictos sociales asociados al tinte autoritario de sus gobiernos y a las malas condiciones laborales, como también a conflictos étnicos. Estos aspectos son la otra cara de la moneda del éxito económico.
Malasia transformó su economía en treinta años.
Cambió las riquezas naturales por la fabricación de chips y por modernos y fabulosos edificios de Kuala Lumpur, su capital.
A pesar de contar con interesante reservas de petróleo, gas y abundantes recursos forestales (madera dura) mas de dos tercios de sus exportaciones son productos terminados, como automóviles, electrónicos, telas y alimentos.