Historia de la Sembradora Inventor de la Primera y su Evolucion
Historia de la Sembradora-Las Primeras y su Evolucion
INTRODUCCION: ORIGENES DE LA AGRICULTURA:
Tras la última glaciación (alrededor del año 10 000 a. de C.) tuvo lugar lo que se ha dado en llamar la Revolución Neolítica, esto es, la revolución ocurrida en la Nueva Edad de Piedra (neolítica es una palabra griega que quiere decir "piedra nueva").
El verdadero cambio en esta etapa fue que la caza de animales y la recolección de plantas, actividades que se realizaban para ganarse el sustento, dieron paso a la producción de alimentos mediante la práctica sistemática de la agricultura.
La siembra de granos y vegetales proporcionó una oferta regular de comida, y la domesticación de animales (como cabras, ganado, puercos y ovejas) añadió una fuente continua de carne, leche y fibras para vestir (como la lana).
También se pudieron emplear grandes animales como bestias de carga.
El aumento de cosechas y la domesticación de animales productores de alimentos establecieron una nueva relación entre los hombres y la naturaleza.
A los historiadores les gusta referirse a esto como una revolución agrícola.
El cambio revolucionario es drástico y requiere un gran esfuerzo, pero la capacidad de adquirir con regularidad alimentos dio a los seres humanos un mayor control sobre su ambiente.
También les permitió abandonar sus hábitos de vida nómada, y comenzar a vivir en comunidades asentadas.
AGRICULTURA TEMPRAMA:
Las primeras plantas cultivadas fueron cereales: escanda y farro, cebada y centeno.
Se hallan en yacimientos como Abu Hurcyra (Siria), donde un pequeño asentamiento Ibrrajero se convirtió en una densa comunidad agrícola de viviendas de adobe.
Sobre la misma época comenzó la domesticación de animales -primero cabras, y luego ovejas, cerdos y vacas-, que proporcionó una fuente fiable de carne, leche y otros productos animales.
La estabilidad de la agricultura frente a la caza y la recolección, y la mayor disponibilidad de alimento, condujeron a un importante aumento de la población: el yacimiento de Ain Ghazal, en Jordania, duplicó con creces su tamaño entre el 7250 y el 6750 a.C.
Durante milenios, la siembra se hizo a base de esparcir las semillas con la mano, después de haber dejado el terreno en barbecho durante un año.
Este sistema era poco eficaz, ya que gran parte de las semillas eran comidas por los pájaros, o las malas hierbas no las dejaban fructificar.
De todos modos, estuvo en vigor hasta bien entrado el siglo XIX, pese a que las primeras sembradoras habían aparecido ya doscientos años antes.
En China, por el contrario, se utilizaban desde mucho tiempo antes sembradoras muy primarias.
Estas semejaban una carretilla y llevaban una especie de embudo para las semillas, las cuales caían por tres conductos distintos en los surcos abiertos por otras tantas rejas.
Los sumerios solían acoplar un embudo al brazo del arado, por delante de la reja, de forma que las semillas caían en el surco en el mismo instante en que éste era abierto.
Por lo que respecta a Europa, los italianos son probablemente quienes pueden aspirar al mérito de ser los inventores de la sembradora, ya que los documentos demuestran la concesión de una patente sobre el particular a favor de C. Torello, en 1566.
Otra sembradora posterior, construida por T. Cavalini, de Bolonia, fue calificada en 1602 como "extremadamente útil para terrenos llanos".
También por entonces, los ingleses trabajaban en el proyecto de máquinas de sembrar, según se desprende de la patente concedida a Alexander Hamil ton, en 1623; no obstante, es muy probable que la máquina de éste no diera buenos resultados.
En 1669, Worlidge hace la descripción de una sembradora que simultáneamente abonaba la tierra.
En esa época, un alemán llamado Locatelli ideó una sembradora mecánica, adaptable al arado romano, entonces de uso común.
El depósito destinado a las semillas estaba dividido en dos partes: una para éstas y otra para el elemento que las dirigía en su ida.
De todos modos, la primera máquina que dio buenos resultados la inventó Jethro Tull.
Este, además de ser buen conocedor de la agricultura, era un músico muy virtuoso, por lo que quizá la idea de una máquina de sembrar se la sugirieran los mecanismos de la caja armónica de un órgano.
Avala esta opinión el hecho de que su primera máquina fue construida por un fabricante de instrumentos de música.
La primera sembradora de Tull iba acoplada a una carretilla, a la cual el inventor alargó el eje de la rueda y en los extremos de éste colocó sendas ruedas dentadas.
De esta forma, al girar aquella rueda, los dientes actuaban sobre una lengüeta apoyada en un muelle, la cual abría un conducto por el que caían las semillas a intervalos regulares y en consonancia con el paso de la citada rueda dentada.
La primera sembradora ideada por Tull, que se empleaba para sembrar pipirigallo y trigo, hacía los surcos, dejaba caer las semillas y, por último, cubría éstas con tierra.
El propio inventor mejoró la máquina en varias ocasiones, aunque sin variar sus principales características.
Su máquina mejor lograda, que describió en un libro titulado Horse Hoeing Husbandry y publicado en 1733, dejaba caer simultáneamente las semillas en tres surcos distintos y funcionaba por tracción animal, movida por un solo caballo.
El arado estaba provisto de tres rejas muy estrechas, diseñadas a propósito para introducirse profundamente en el suelo, y que tenían en su extremo posterior una pequeña abertura por la que salían las semillas.
Tanto las rejas como la estructura que las sostenía se apoyaban en el suelo y no sobre las ruedas de apoyo de la máquina; éstas eran cuatro: dos en la parte delantera, grandes, sobre las cuales iba el depósito de semillas y el conducto que alimentaba la reja central del arado, y las otras dos en la parte trasera, más pequeñas, que llevaban los depósitos destinados a las rejas laterales; entre ellas había una distancia de 36 cm y estaban situadas un poco más atrás que la central, de modo que no se produjera ninguna interferencia entre las mismas.
Tull hizo también un estudio racional de las ventajas económicas de su máquina.
A este respecto, valoró que la cesecha costaba a razón de 4,5 libras esterlinas por cada 5 hectolitros de trigo y hectárea, precio que venía dado por el coste de 1,5 hectolitros de semilla y de los trabajos de labrar, desyerbar a mano, repercusión del costo del terreno por el período de barbecho, coste del abono y gastos de recolección.
En cambio, con una sembradora se utilizaba una tercera parte menos de semilla y se conseguía una cosecha 1,5 a 3 veces superior, con un coste de 0,75 libras esterlinas.
El precio de la semilla, las operaciones de arado, siembra, desyerbado, aclarado, abonado y recolección, estaban incluidos en este costo.
Por 1770, un escritor comentó que "el espíritu de la sembradora murió con Tull", pero hubo otros inventores que se dedicaron a proyectar máquinas destinadas a la siembra de granos, alubias o patatas, aunque, de hecho, únicamente las emplearon los campesinos más progresistas.
La sembradora patentada por Cook en 1782 es de gran interés.
En sus orígenes llevaba un alimentador en forma de taza; posteriormente, Baldwin y Wells la mejoraron haciendo regulable el eje de las ruedas, de manera que se pudiera variar la distancia entre ellas, lo que hacía posible aumentar el número de rejas y de alimentadores.
Cada una de las rejas iba conectada a una palanca de regulación automática e independiente, con lo cual se lograba la perfecta adaptación de cada una de ellas a las irregularidades del suelo.
Durante la década de 1860 empezaron a difundirse las sembradoras modernas, con rejas regulables, de forma que se podían adaptar a distintas anchuras.
Llevaban un sistema de transmisión por medio de engranajes, distinto al antiguo, por correas, y un depósito muy perfeccionado que permitía verter la semilla y el fertilizante al mismo tiempo.
Fuentes Consultadas:
Historia de los Inventos Editorial Salvat - La Cosechadora-
Historia Mundial - La Agricultura - Editorial Ateneo