Principales Cráteres en el Planeta Por Impactos de Meteoritos
Principales Cráteres en el Planeta Por Impactos de Meteoritos
EL IMPACTO DE LOS METEORITOS: Se define como meteorito a un trozo de material, a menudo procedente de algún asteroide, lo bastante grande como para sobrevivir al pasar la atmosfera terrestre.
Los meteoritos son fragmentos de rocas del espacio interplanetario que el azar ha traído a la Tierra. Son de tres tipos: piedras —con mucho las más abundantes (92,8% de las caídas observadas)—, hierros (5,7%), y hierros líticos (1,5%).
Las piedras se componen en gran medida de silicatos —como la olivina, el piroxeno y el feldespato— y otros minerales conocidos en rocas ígneas lunares y terrestres. Más del 85% de las piedras son «condritas», que se distinguen de otras rocas ígneas por la presencia de pequeñas inclusiones esféricas de material de silicato llamadas cóndrulos. Los meteoritos de hierro son esencialmente aleaciones de hierro con hasta un 20% de níquel.
La mayoría de estos se componen de dos minerales de níquel-hierro intercalados laminarmente que muestran una superficie con dibujo en zig-zag al ser partidos y pulidos. Los meteoritos de hierro lírico se componen de níquel-hierro y silicatos en proporciones aproximadamente iguales: algunos presentan discretos granos de olivina dentro del níquel-hierro. Muchas piedras y hierros líricos presentan cortezas lisas o rugosascomo resultado de la ablación (fusión superficial) a su paso por la atmósfera de la Tierra. Algunos hierros presentan hendiduras cortantes formadas de la misma manera.
La datación isotópica de meteoritos revela edades mineralógicas de unos 4.600 millones de años, tanto como las rocas lunares datadas como más antiguas, e iguales a la edad que se le calcula a la Tierra y, presumiblemente, a los demás planetas. La mayoría de los meteoritos se formaron probablemente mucho más tarde, cuando cuerpos originarios, pequeños pero de diferentes tamaños, del cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter co-lisionaron y estallaron.
Caen en la Tierra un millón de meteoritos al año y, aunque raramente se ven, de vez en cuando causan daños. Los grandes han ocasionado cráteres, de los que el Cráter del Meteoro de Arizona de hace 20.000 años, con 1,2 kilómetros de diámetro y 174 metros de profundidad, es el ejemplo más gráfico. Algunos pequeños han caído sobre seres vivos. Una vez se rumoreó que un meteorito acertó a un gato.
Un caballo recibió un impacto en New Concord, Ohio, en 1860. Y aunque la mayor parte de los meteoritos proceden de asteroides, en 1911 un perro murió en Egipto al caerle un meteorito procedente de Marte. También han caído sobre seres humanos. Un hombre de Mhow, en la India, fue alcanzado en 1827, y en 1954 una ama de casa de Alabama dormía en el sofá de su cuarto de estar cuando una piedra procedente del espacio exterior atravesó el tejado y le impactó en la cadera, dejándole una impresionante quemadura. Fue un brusco despertar.
La mayoría son partículas pequeñas casi como de polvo y son rápidamente incineradas por el intenso calor friccional del vuelo atmosférico a alta velocidad. Sus incandescentes muertes, marcadas por brillantes estelas de luz, son las «estrellas fugaces» o «meteoros» del cielo nocturno.
Sólo unos pocos de los mayores meteoroides o sus restos fragmentados sobreviven al violento paso a través de la atmósfera para llegar a la superficie de la Tierra como meteoritos, e incluso así, alrededor de dos tercios caen en los océanos. Anualmente, rara vez se registran y recuperan más de diez caídas de meteoritos.
La caída de un meteorito se puede ver como una bola de fuego con largas colas incandescentes de materiales de desecho de la ablación. Se puede producir un sonido como de un trueno, de un silbido o de un resquebrajamiento, a veces acompañados por explosiones de «onda de choque supersónica».
Los lugares de hallazgos de meteoritos, de los que en la actualidad se conocen casi 2.500, se distribuyen de una manera fortuita, pero las tectitas parecen estar confinadas a «áreas de dispersión» en ciertas regiones geográficamente limitadas: las caídas de tectitas no han sido nunca observadas.
Las marcas de impactos de meteoritos en la superficie de la Tierra son muy poco corrientes, en gran medida porque los procesos geológicos normales conducen a su desaparición: sólo cráteres de mayor tamaño sobreviven durante algún tiempo, generalmente en condiciones de clima y de geología de superficie favorables, tal y como ejemplifica el cráter Meteor de Arizona, de 20.000 años de edad.
Sin embargo, investigaciones sistemáticas en muchas partes del mundo, sugieren ahora la presencia de hasta 60 estructuras de origen meteorítico, algunas de las cuales se asocian a la presencia de fragmentos de níquel-hierro y minerales que muestran el efecto de altas presiones coherentes con una modificación por impacto.
Principales cráteres de impacto en la superficie terrestre:
Vredefort (Sudáfrica)
De 300 km de diámetro y unos 2.000 millones de años de antigüedad.
Sudbury (Ontario, Canadá)
De unos 250 km de diámetro y originado hace más de 180 millones de años.
Chicxulub (Golfo de México)
De unos 170 km de diámetro y originado hace unos 65 millones de años, entre los límites de los tiempos mesozoicos y los fanerozoicos. Este gran cráter se relaciona con la gran catástrofe nz ógica que afectó a la Tierra al final del período Cretácico, durante la cual se extinguieron numerosos grupos de organismos, entre ellos los dinosaurios.
Mankouagan (Quebec, Canadá)
De unos 100 km de diámetro originado hace unos 200 millones de años.
Propigai (Rusia)
De unos 100 km de diámetro y de alrededor de unos 35 millones de años de antigüedad.
Acraman (Australia)
De unos 90 km de diámetro y originado hace unos 570 millones de años, a inicios de los tiempos fanerozoicos.
Puchezh-Katunki (Rusia)
De 80 km de diámetro y originado hace unos 220 millones de años.
Siljan (Suecia)
De 55 km de diámetro y originado hace unos 368 millones de años.
Saint Martin (Canadá)
De 40 km de diámetro y formado hace unos 220 millones de años.
Teague (Australia)
De 30 km de diámetro y originado hace unos 1685 millones de años.
Fuente Consultada:
El Universo Para Curiosos Nancy Hathaway - Crítica
La Luna, Marte y Los Meteoritos Geological Museum - Akal
Historia Universal Los Orígenes Tomo I - Salvat