Ionosfera:Composicion, Estructura, Temperatura y Campos Magneticos
Ionósfera: Características, Composición, Estructura, Temperatura y Campos Magnéticos
INTRODUCCIÓN:
La Tierra está completamente envuelta por una capa gaseosa, que se llama atmósfera, de la cual forma parte el aire que respiramos.
La ciencia que la estudia se llama Meteorología.
La atmósfera es como una esfera de vapor formada por numerosos gases (hidrógeno, helio, oxígeno, nitrógeno, anhídrido carbónico, vapor de agua) que rodeó por completo la corteza terrestre en el momento de consolidarse.
Los gases más volátiles y livianos (hidrógeno, helio) se diseminaron por el espacio en razón de la gran movilidad de sus moléculas y de su temperatura.
A este escape de gases contribuyó también el calor del Sol y la ausencia de presión en las capas superiores.
• ►Ionosfera:
Esta capa se extiende desde los 40 Km. hasta los límites finales de la atmósfera
Su nombre se debe a que gran parte de los átomos de los residuos gaseosos que en ella existen (hidrógeno, helio) han perdido varios de sus electrones y están cargados eléctricamente, o sea ionizados.
La ionosfera se divide en mesosfera y termosfera.
La mesosfera comienza entre los 40 y 50 kilómetros de altura y se extiende hasta más allá de los 80.
La temperatura aumenta de modo progresivo desde los -55° hasta llegar a 60°, en los 60 kilómetros de altitud.
Después decrece con rapidez, ya que a los 80 kilómetros alcanza la temperatura de -80°.
La termosfera recibe este nombre pues allí la temperatura vuelve a aumentar (2.000 hacia los 500 kilómetros de altura), para luego disminuir nuevamente en los 1.000 kilómetros de altitud.
En esta región comienza la exosfera ósea donde la atmósfera ya no se puede considerar como tal.
Las propiedades físicas de la exosfera son totalmente distintas de las capas anteriores, pues el oxígeno y el nitrógeno ya no permanecen en forma de molécula y su disociación altera las leyes generales de los gases.
Las temperaturas en estas capas superiores son solamente un índice de la energía media que poseen las moléculas.
A la presión normal, el número de moléculas de aire que tiene un solo cm³ de 0° de temperatura es increíble (27trillones).
Si las moléculas chocan contra el depósito de un termómetro, por la velocidad de que están dotadas, la columna termométrica se eleva cierto número de grados.
Si la colisión se produce contra nuestra piel surge una sensación de calor.
Pero ni el termómetro ni el cuerpo dan una real idea del estado térmico del aire, y sí del estado de equilibrio térmico entre éste y el termómetro, o entre el aire y la piel.
De llegar a las zonas de la termosfera en donde la temperatura del aire alcanza muchos centenares de grados, las moléculas de éste se moverían en desorden a velocidades elevadas.
Si empleásemos un termómetro, en virtud de que su temperatura y la de nuestro cuerpo serían muy inferiores a las de las moléculas de aquella atmósfera, éstas tenderían a darnos su calor para que nuestra temperatura se equilibrase con la de ellas.
Pero como la densidad del aire es allí tan débil (escaso número de moléculas gaseosas), aun en el supuesto de que todas nos cedieran su calor no lograrían elevar nuestra temperatura.
Y el termómetro tampoco subiría.
Es el caso de las partículas incandescentes que saltan de un horno cuando se aviva el fuego.
Si bien su temperatura es elevada, su número es insuficiente para quemarnos.
Las Altas Capas de la Ionosfera
Los métodos para estudiarlas se basan fundamentalmente en sus sondajes radioeléctricos. Se emiten, para el caso, señales radio telegráficas breves que se reciben en el mismo sitio tras ser enviadas a la atmósfera y reflejadas por ellas.
Si se mide el tiempo que una onda radioeléctrica emplea en su recorrido de ida y vuelta se obtiene la altura del nivel que la refleja, teniendo en cuenta la velocidad de propagación, que de la de la luz.
Merced a distintas investigaciones fue posible determinar las condiciones de las regiones estratosféricas que están influidas por la distancia al Sol, por el campo magnético terrestre, por las perturbaciones de la atmósfera solar y por el período undecenal de la actividad solar.
Campos magnéticos de gran altura
Los primeros datos de que a gran altura un campo magnético terrestre retendría las partículas eléctricas emitidas por el Sol (auroras boreales) fueron suministrados por el satélite artificial estadounidense Explorer I, en 1958.
Luego, la interpretación de estos datos estuvo a cargo del profesor Van Alien y varios investigadores soviéticos y americanos.
Así se pudo saber que alrededor de la Tierra hay dos cinturones y capas que no alcanzan a circundar nuestro planeta de manera total, puesto que las regiones polares están libres de ellos.
El primero de estos cinturones concéntricos se encuentra a una distancia aproximada de 2.000 kilómetros del globo terráqueo y se extiende hasta unos 4.800 kilómetros; el segundo se halla a unos 12.000 y sobrepasa los 50.000 de la superficie de la Tierra.
Dentro de ellos, en circuitos espirales y alrededor de las líneas de fuerza del campo magnético, circulan en proporción no bien determinada protones y electrones.
La intensidad radiactiva de este cinturón es alta (50 roentgenios).
A 200 kilómetros de la superficie terrestre ya comienza a mostrarse el cinturón inferior.
Recientes informaciones suministradas por la sonda espacial soviética hacen suponer la existencia de un tercer cinturón de radiación, a unos 85.000 kilómetros de nuestro planeta.
Fuente Consultada: MUNDORAMA Geografía General Tomo I