El Dictador CEAUSESCU NICOLAE en Rumania
Dictador CEAUSESCU NICOLAE en Rumania
RUMANIA
En Rumania, Nicolae Ceausescu, quien fue ejecutado junto a su esposa, Elena, durante la revolución de 1989, construyó una carrera política que en algunos aspectos recuerda a la de Stalin.
De origen campesino y de oficio zapatero, Ceausescu se convirtió en un socialista radical.
En 1948, con la ayuda soviética, el Frente Democrático Popular Comunista había asumido por completo el poder en este país.
En 1965, el liderato del gobierno comunista recayó en las manos de Nicolae Ceausescu (1918-1989) quien junto con su esposa Elena, estableció un régimen dictatoria y rígido.
Ceausescu gobernó Rumania con mano de hierro, utilizando a la policía secreta —la Securitate— como su arma personal en contra de la más mínima disidencia.
Detentó el poder supremo durante veinticuatro años en Rumania, donde actuó como un verdadero tirano, sin aceptar ningún tipo de oposición, en nombre del credo marxista (sea lo que significara para él en sus años jóvenes), que usó como excusa para lograr sus objetivos personales.
Con el tiempo, cayó víctima de la imagen legendaria que se había construido.
Rodeado de un ejército de sicofantes (soplones) que adulaban a su líder como robots, el conducator, como quería que lo llamaran, se transformó en un dios pagano, la personificación de la historia y de la eternidad.
A pesar de que el pueblo rumano vivía en la pobreza, Ceausescu y su esposa llevaron una vida de lujo.
Por ejemplo, con el fin de celebrar sus éxitos, ordenaron la destrucción de dieciséis iglesias, tres monasterios y cientos de casas de Bucarest para construir un bulevar en homenaje a la victoria socialista y un palacio más grande y esplendoroso que el de Versalles.
Según Ceausescu, los rumanos eran descendientes de los dacios y él era sucesor del emperador Trajano, una elección poco feliz, pues en carácter y desempeño se parecía más al antecesor de Trajano, Domiciano.
No obstante, la oposición a su régimen creció en la medida que Ceausescu rechazaba las reforma promovidas por Gorbachev en Europa Oriental.
Su régimen había estado por años alejado de la Unión Soviética, sobre todo, en asuntos concernientes a la política exterior.
Además, las extremas medidas de Ceausescu para reducir la deuda externa rumana provocaron dificultades económicas.
Si bien tuvo éxito en su intento de reducir la deuda externa, la fuerte caída de los niveles de vida por causa de tan duras medidas provocó mucho descontento.
A pesar de la escasez de alimentos y el racionamiento del pan, harina y azúcar, Ceausescu insistió en que la nación debería seguir exportando esos artículos.
El plan de Ceausescu de una rápida urbanización —sobre todo, un programa que exigía arrasar poblados enteros— enfureció aún más a la población.
Megalómano como Stalin, temía que quisieran conspirar contra él.
Hacía que otros probaran la comida y se cambiaba la ropa constantemente por miedo a que estuviese impregnada de veneno.
También rechazaba de plano las críticas.
Es evidente que cuanto más poder acumulaba, más se enfrascaba en un mundo imaginario.
No hay pruebas suficientes que permitan asegurar que el presidente rumano haya sido víctima de un trastorno de la personalidad.
El psicoanalista inglés Money-Kirley afirma que, como en el caso de Fausto, el demonio evocado por Ceausescu parecía su esclavo y le confería poderes absolutos", "siempre que sus deseos coincidieran con los del agente demoníaco"
Un pequeño incidente fue la chispa que incendió las hasta entonces apagadas llamas del descontento.
En diciembre de 1989 la salvaje represión de una manifestación en Timisoara provocó nuevas manifestaciones.
El 21 de diciembre, tras un abucheo al dictador en un mitin masivo, el ejército se negó a seguir reprimiendo.
Ceausescu y su esposa fueron apresados el 22 de diciembre, juzgados y ejecutados el día de Navidad de 1989.
Entonces, el liderato pasó a manos de un Frente de Salvación Nacional, formado apresuradamente, que ganó las elecciones de 1990.
Fuente Consultada: La Locura en el Poder Vivian Green