Erik El Rojo En America Los Vikingos en Norteamerica Expediciones

Los Vikingos: Erik El Rojo En América

El pueblo navegante: Los registros arqueológicos más antiguos que aportan datos acerca de la actividad marítima de los vikingos, son unas pinturas efectuadas en los interiores de las cuevas de Noruega que datan del año 1500 a. C. Asimismo, en aquellos oscuros y húmedos sitios, se han encontrado tumbas de hombres enterrados junto a sus embarcaciones, símbolo indiscutible de prestigio social entre los pueblos navegantes.

Las naves construidas por los vikingos, los drakkars (dragones), se caracterizaban por su velocidad y capacidad de transporte. Estaban provistas de un mástil móvil que podía removerse en caso de necesitar trasladar la embarcación por tierra —por ejemplo, montada sobre troncos—y numerosos remos para navegar en aguas calmas.

La estabilidad y la habilidad para rnaniobrarlas en medios agitados se conseguían mediante la instalación de una pieza de madera en la parte inferior del barco, recurso novedoso en aquella época que luego sería conocido como «quilla». Este invento les permitió avanzar con seguridad en mares de corrientes rápidas y reducir las posibilidades de naufragio.

Entre otros conocimientos destacados de estos navegantes, se encontraban los astronómicos. Pese a no contar con instrumentos de medición ni orientación, los vikingos lograron situarse para atravesar el océano. Por el contrario, la escasa profundidad de las naves les permitía recorrer las costas a pocos kilómetros de distancia, vigilar los acontecimientos de tierra firme y efectuar un eventual desembarco veloz. Para este último fin, las naves contaban con bordas de reducida altura que, durante las tormentas, vulneraban su estabilidad. La inundación de los barcos era una de las principales causas de muerte de los marineros vikingos.

Las expediciones atlánticas: Uno de los componentes culturales que permitieron el avance prematuro hacia territorios desconocidos y alejados, fue la influencia de las tradiciones orales en la toma de decisiones de los colonos, Pues existía una creencia arraigada en este pueblo acerca de los beneficios que la exploración de nuevos y lejanos territorios traería para todos, a diferencia de las poblaciones que relacionaban lo desconocido con lo temido o amenazante.

Desprovistos de prejuicios, los Vikingos se aventuraron a traspasar constantemente los límites marinos y esta vanguardia les permitió descubrir nuevas tierras.

Por ejemplo, en el año 870, los navegantes del Norte rodearon la Península Escandinava y continuaron hacia el Este y traspasaron por más de 200 kilómetros el límite virtual del Círculo Polar Ártico. Hacia fines de esa centuria, lograron colonizar Islandia e instalar asentamientos de colonos. Durante los dos siglos posteriores, se embarcaron con rumbo Norte en el océano Atlántico.

En el año 982 partió desde Islandia una embarcación al mando del explorador Erik Thorvaldsson (950-1001), conocido como «Erik el Rojo», que avanzó hacia el Oeste. Tras varios días de navegar, la expedición divisó una gran isla que denominó Gronland (tierra verde), no por las características de su geografía sino debido a su intención de fomentar el poblamiento del nuevo territorio. Desde este enclave, los navegantes se dirigieron a las tierras americanas, hasta el momento desconocidas para Europa.

Las leyendas del Nuevo Mundo: El primer desembarco dejos vikingos en América ocurrió en la isla de Terranova ubicada en la región oriental del actual territorio canadiense Los navegantes del Norte la denominaron Vinland (tierra de vino), debido a la identificación de plantas de vid en la zona donde se instalaron durante el siglo XI.

El principal registro arqueológico de aquel poblamiento fue descubierto en 1960 por el explorador noruego Helge Marcos Ingstad (1899-2001) y su compatriota y arqueóloga Anne Stine (1918-1997). Estaba compuesto por los vestigios de nueve viviendas y numerosas herramientas de estilo vikingo.

Erik el Rojo en América
Erik el Rojo en América

Así en el año 1000 d.C. Leif Erikson, hijo de Eric el Rojo, junto a 35 hombres en una sola embarcación, emprendió una expedición a unas tierras al oeste de Groenlandia, sobre las que había oído de boca de un comerciante llamado Bjarni Hergolfsson que las había visto pero no había podido desembarcar en el año 985 o 986.La primera tierra que encontraron fue la gran Isla de Baffin, a la cual llamaron Helluland o tierra de la piedra lisa. Al no gustarles este desolado paraje siguieron rumbo al sur y, tras algunas semanas de navegación, hallaron una tierra cubierta de bosques, y desembarcaron en una hermosa playa, con toda probabilidad aquellas tierras eran la península del Labrador, a la que ellos denominaron Marklandia.Siguiendo al sur, la expedición encontró una nueva tierra en la cual se adentraron teniendo contactos cruentos y pacíficos con sus pobladores a los que llamaron skraellings (enanos en nórdico), en esta tierra abundaban las verdes praderas, ríos salmoneros e incluso viñedos a la que llamaron Vinlandia, la actual Terranova. En esta última tierra la expedición levanta las Casas de Leif (Leifbudir).

Según la leyenda, había existido un mercader que recorría con frecuencia la distancia que separaba Islandia de las colonias groenlandesas. En cierta ocasión, una tormenta le hizo perder el rumbo a su embarcación y tras varios días de permanecer a la deriva, alcanzó tierra desconocida. Al regresar a Islandia, el comerciante describió su experiencia al explorador Lief Eriksson (fines siglo X,principios siglo XI), hijo de Erik el Rojo, que llegó a la tierra nueva alrededor del año 1000.

El navegante organizó una expedición que partió de Groenlandia y llegó a la isla de Baffin, cuyo paisaje desoladór y pedregoso lo motivó a continuar navegando hacia el Sur. Semanas más tarde, la costa verde de la península del Labrador recompuso sus perspectivas y pocos días más tarde desembarcaron en Terranova.

Este primer asentamiento europeo en América —denominado Liefbudir: "las casas de Lief"— motivó la llegada de numerosos colonos vikingos atraídos por la abundancia del salmón y la extensión de los pastizales. El campamento —localizado en el extremo norte de la isla de Terranova y posteriormente bautizado como L’Anse aux Meadows: «la ensenada de Meadows»— estuvo en actividad durante algunas décadas.

Las conflictivas relaciones con los nativos americanos provocaron que los vikingos no pudieran sostener su permanencia en el nuevo territorio y decidieron abandonarlo. Su larga tradición como saqueadores y atacantes de otros pueblos no les permitió sustentar la convivencia el hermano de Lief, entre otros, fue una de las víctimas fatales de los encuentros hostiles con los pobladores originarios.

Las relaciones entre los pueblos determinaron que los vikingos abandonaran el proyecto colonizador puesto que tras varios intentos frustrados por el enfrentamiento, dieron por finalizada la empresa expedicionaria.

Hacia el año 1010, un nuevo intento por asentarse en la nueva tierra derivó en un conflicto entre dos facciones vikingas que luchaban por apoderarse de «las casas de Lief», las primeras viviendas europeas en América. Solo una de las dos embarcaciones que habían partido desde Groenlandia regresó colmada de madera y vides al puerto del Atlántico norte.


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