Escritores Rusos del Siglo XIX - Obra Literaria y Biografias
Obras y Biografias de Escritores Rusos del Siglo XIX
Descripción de Algunos Escritores Rusos.
La literatura rusa es una de las más ricas de Europa.
Hasta la aparición de Pushkin, y en menor medida Lermontov, Rusia no contaba con una verdadera tradición literaria equiparable a la francesa o la inglesa.
Entre sus ilustres representantes podemos citar a Lomonosov (1711-1765), a quien se considera el creador del lenguaje poético ruso.
Dershavin fue el cantor de las glorias militares de su país bajo el reinado de Catalina la Grande.
La obra de los anteriores fue continuada por el prosista Karamsin, que fue un gran ensayista e historiador, y por el poeta Dimitrieff. Kriloff se distinguió como originalfsimo fabulista.
Los novelistas rusos
Por eso resulta sorprendente la aparición casi simultánea de un grupo de escritores de primera línea que nada tienen que envidiar a sus colegas de la Europa occidental, como es el caso de Nikolaj Gogol (1809-1852), Ivan Turguenev (1818-1883) y, sobre todo, Fedor Dostoievski (1821-1881) y León Tolstoi (1828-1910), que aportan algunos de los componentes estilísticos más definitorios de la novela decimonónica, así como no pocos de los mejores títulos que ella produjo.
El puente entre la novela rusa y la occidental es sin duda Turguenev, acaso por su formación urbana y aristocrática y su declarada admiración por Flaubert.
En su obra (las novelas Nido de nobles, 1859; Padres e hijos, 1862, o el notable drama Un mes en el campo, 1879) plantea en forma sutil y compleja los conflictos generacionales, y también su proyección sobre una sociedad que experimentaba cambios vertiginosos.
Mucho más singular, por lo corrosivo de su humor y las tramas que preanuncian incluso el surrealismo, es el aporte de Gogol, a mitad de camino entre la tragedia y la farsa, como se advierte incluso en obras de juventud (Arabescos, 1835; contiene "La perspectiva Nevski" y "El diario de un loco"), y aún más en su célebre obra de teatro El inspector (1836) y en su controvertida obra maestra Las almas muertas (1842-1852), despiadada novela sobre el fraudulento comercio de esclavos.
Dostoievski, sin duda uno de los mayores novelistas de todos los tiempos, echa mano de las abundantes herramientas estilísticas de su época, pero abandona pronto el exitoso realismo de su primera publicación (Pobres gentes, 1846) y se adentra por caminos singulares y tortuosos (El doble, Noches blancas) que le restan público pero le hacen encontrar su verdadera expresión, que culminaría en los títulos de su madurez (Recuerdos de la casa de los muertos, 1861; Humillados y ofendidos, Crimen y castigo, El jugador, 1866) y sobre todo en los de los últimos años de su vida (El idiota, Los endemoniados y Los hermanos Karamázov, 1879-1880, que consideraba, con razón, su obra maestra), donde su sentimiento del mundo y su peculiar búsqueda y cuestiona-miento de Dios se encuentran ya en carne viva.
El conde León Tolstoi, por su parte, es cronológicamente el último de los "monstruos sagrados" de la novela del XIX, y uno de los más significativos y torrenciales, hasta el punto de ser consideradro con justicia el escritor nacional de su país.
Pacifista, cristiano de extracción catecúmena y, en cierto sentido, comunista utópico, Tolstoi se sirvió de la literatura para ejemplificar su angustiosa visión del mundo, que le parecía presidido por la injusticia y el desconcierto.
Su excepcional talento para la elaboración de vastas construcciones verbales, que lo consagraron como el maestro indiscutible del realismo psicológico, culminó en dos de las obras más leídas de la literatura mundial: Guerra y paz (1865-1869), grandioso fresco de la invasión napoleónica a Rusia, considerado una de las máximas epopeyas escritas en los últimos siglos, y Ana Karénina (1876-1877), su obra maestra desde el punto de vista de la introspección narrativa.
Ya anciano, Tolstoi escribió todavía otra novela fundamental (Resurrección, 1899), que le valió la enemistad del régimen zarista y la excomunión por el Santo Sínodo (1901), lo que no hizo más que radicalizar su apostolado como cristiano disidente.
Nació el 19 de noviembre de 1711 en Denisovka (hoy Lomonósov), cerca de Archangel, y estudió en la Universidad de la Academia Imperial de Ciencias de San Petersburgo.
Después de estudiar en Alemania en las universidades de Marburgo y Freiberg, volvió a San Petersburgo en 1745 para enseñar química y allí creó, cuatro años más tarde, un laboratorio de enseñanza e investigación.
Michailovich Karamzín; Mijailovka, 1766 - San Petersburgo, 1826) Prosista e historiador considerado el padre de la historiografía rusa.
Realizó los estudios superiores en Moscú, pero no halló en seguida su verdadero camino, y, en la incertidumbre, se estableció en Simbirsk, donde permaneció unos dos años.
Alejandro Pushkin (1799-1837), original, imaginativo y de estilo refinado, aunque muy influido por Byron, es sin duda el más grande de los poetas en lengua rusa.
Miguel Lermontov (1814-18141), es otro notable escritor, aunque también, como el anterior, perteneciente a la escuela byroniana. Nicolás Gogol (1809-1852), nos pinta gráficámente en sus obras la yida cotidiana y las costumbres rusas.
Iván Turgueneff (1818-1883), autor de Relatos de un cazador, Tierras vírgenes y otras novelas, gozó de fama europea.
Fedor Dostoyevski (1818-1881), fue uno de los más grandes cultivadores de la novela psicológica.
Toda su obra ha sido traducida a los idiomas cultos, pero las más famosas de sus novelas son Crimen y castigo y Los hermanos Karamazolf.
León Tolstoi (1828-1910), original e insigne novelista sobre temas peculiares del pueblo ruso, autor de Guerra y faz, Ana Karenina, La sonata de Kreutzer, Resurrección, etc. y al mismo tiempo propagandista de sus ideas misticosociales.
Máximo Gorki, autor de Los parias, Tres hombres y otras.
Es el cantor de los deslíe redados de la estepa y propagó ideas radicales y aun demoledoras, pero al ver el sesgo que tomaba la actuación de los bolcheviques, se mostró disconforme y pretendió abandonar Rusia, lo que le fue negado, consiguiendo después su propósito y refugiándose en Norteamérica.