Grandes Viajes de la Historia Marítimos y Exploraciones del Mundo

Grandes Viajes y Exploraciones de la Historia

MOTIVOS O CAUSAS DE LA EXPLORACIÓN MARÍTIMA: Los historiadores señalan que no fue solo una, sino muchas las causas que llevaron a los europeos a lanzarse a explorar el mundo a través del mar, pero en sintesis... "Dios, gloria y oro" eran los motivos, ¿qué hizo posible los viajes?.

Antes que nada, la expansión de Europa estaba ligada al desarrollo y crecimiento economico de las monarquías centralizadas durante el Renacimiento.

Hacia la segunda mitad del siglo XV, las monarquías europeas habían incrementado su autoridad y recursos, y se hallaban en posición de volver sus recursos a lo que había más allá de sus fronteras.

Grandes Exploraciones de Nuevo Mundo
Grandes Exploraciones de Nuevo Mundo

En los inicios del siglo XV, Oriente y Occidente se relacionaban a través de las rutas comerciales. Muchos productos importantes para Europa (como las especias, la sal o la seda) se obtenían mediante los viajes marítimos.

Sin embargo, cuando en 1453 los turcos tomaron Constantinopla, se convirtieron en una especie de muralla que dividió en dos al mundo "conocido".

Los caminos por los que entraban estos bienes tan preciados se cerraron. Se sintió entonces como nunca la necesidad de abrir otros nuevos.

Los portugueses apostaron a encontrar un paso por el sur de África para llegar a las Indias. Los españoles, por su lado, intentaron de la mano de Colón llegar "por el otro lado", navegando hacia occidente.

Las demás naciones europeas no se quedaron atrás: ingleses, franceses y holandeses tantearon la posibilidad de encontrar un paso por el Ártico hacia el reino de las especias.

Pero, la motivación económica no fue la única.

No se había apagado en el Viejo continente la idea de la "Guerra Santa".

Las Cruzadas de la Edad Media estaban frescas en la memoria de los pueblos que estaban en contacto con los musulmanes.

Los europeos cristianos estaban convencidos de que debían derrotar a los moros, y esta fue otra de las razones por las cuales comenzaron a expandir sus territorios: vencerlos o complicar su subsistencia, cerrando sus rutas comerciales o dominándolas.

Su meta era la victoria universal del Cristianismo.

Además, por supuesto, cada uno de los viajeros tenía motivaciones personales que los llevaron a emprender los viajes de descubrimiento.

La obtención de riquezas era una de las principales, aunque también hubo muchos hijos menores o hijos naturales de nobles, que por su condición no recibirían ni título ni bienes en herencia, y se decidieron a viajar para obtener riquezas, títulos y honores.

Hubo también, claro está, aventureros casi desmedidos que, con el empuje de algunas o todas estas razones, se lanzaron hacia mares y tierras desconocidas por el hombre de su época.

Al mismo tiempo, los europeos habían alcanzado un nivel de riqueza y tecnología que les permitía emprender con regularidad una serie de viajes más allá de Europa.

Aunque los sumamente esquemáticos y simbólicos mapas medievales eran de poca ayuda para los marinos, las portolani o cartas detalladas elaboradas por los navegantes y matemáticos de los siglos XIV y XIV resultaron de gran valor.

Estos mapas demostraron ser muy útiles para los viajes en aguas europeas; pues tenían detalles de los contornos costeros, distancias entre puertos y lecturas con brújula.

Sin embargo, debido a que estos portolani se trazaban a escala plana y no tomaban en cuenta la curvatura de la Tierra, su uso se limitaba a los viajes más largos a ultramar.

Sólo cuando los marineros se aventuraron más allá de la costa de Europa comenzaron a acumular más información sobre la forma real de la Tierra.

A fines del siglo XV, la cartografía se había desarrollado a tal grado que los europeos poseían mapas bastante precisos del mundo conocido.

Uno de los mapas del mundo más importantes que los europeos podían consultar al final del siglo XV era el de Ptolomeo, un astrónomo del siglo II d.C.

El trabajo de Ptolomeo, la Geographia, ya era del conocimiento de los geógrafos árabes desde el siglo VIII, pero no fue sino hasta el siglo XV que se tradujo ese trabajo al latín.

Las ediciones impresas de la Geographia, que contenía su mapa del mundo, estuvieron disponibles desde 1477 en adelante.

El mapa de Ptolomeo (como se observa en la siguiente ilustración) mostraba un mundo esférico con tres continentes principales: Europa, Asia y África, y sólo dos mares. Además de mostrar los mares de tamaño considerablemente menor que los continentes, Ptolomeo también  subestimado por mucho la circunferencia de la Tierra, lo que : Colón y otros aventureros a creer que sería factible navegar el oeste de Europa para llegar a Asia.

Los europeos lograron construir barcos aptos para navegar en el océano e idearon nuevas técnicas de navegación.

Los constructores de naves habían dominado el uso del timón axial (una importación china) y habían aprendido a combinar el uso de velas latinas con un aparejo cuadrado.

Con estas innovaciones, podían construir naves con bastante movilidad para navegar en contra del viento y lo bastante grandes para montar pesados cañones que les permitieran participar en guerras navales y, además, cargar una cantidad importante de alimentos para largas distancias.

Ya antes los marineros habían usado un cuadrante y su conocimiento de la posición de la estrella Polar para determinar su latitud.

Abajo del Ecuador, sin embargo, esta técnica era inútil. Sólo con la ayuda de nuevos instrumentos de navegación, como la brújula y el astrolabio, pudieron explorar con confianza en alta mar.

El estímulo final que impulsó la exploración fue el creciente conocimiento del curso de los vientos en el océano Atlántico.

Las primeras flotas europeas que navegaban hacia el sur, a lo largo de la costa de África Oriental, encontraron que los fuertes vientos que soplaban permanentemente desde el norte, a lo largo de la costa, obstaculizaban sus esfuerzos para retornar.

Sin embargo, a finales del siglo XV, los marineros habían aprendido a virar en el mar donde podían interceptar los vientos del oeste, en las proximidades de las Azores, que los llevarían de regreso a la costa de Europa Occidental.

Cristóbal Colón empleó esta técnica en sus viajes a América, y otros confiaron en sus nuevos conocimientos de los vientos para rodear el continente africano en busca de las "islas de las especias".

LOS PRIMEROS, ESPAÑA Y PORTUGAL: A comienzos del siglo XV, Portugal, primero, y España, más tarde, iniciaron la carrera por la expansión de Europa a otras tierras.

Su primacía en el proceso de expansión europea se debió a un conjunto de ventajas con respecto al resto de Europa. España y Portugal están situados en la zona donde el Mediterráneo se encuentra con el Atlántico y poseen una costa oceánica ubicada en la zona de influencia de los vientos alisios, que soplan desde Europa hacia América y viceversa.

Esta ventaja geográfica facilitó los viajes de exploración cuando los marineros se familiarizaron con el régimen de vientos del Atlántico norte. Ambos reinos poseían una larga tradición marinera, con poblaciones de pescadores que se aventuraban a la navegación atlántica de altura y que llegaron a las islas Azores, a Madeira y a las Canarias, entre los años 1320 y 1350.

La costa atlántica de ambos reinos era lugar de encuentros.

En primer lugar, de rutas e intereses mercantiles. Desde fines del siglo XVIII, comerciantes italianos se establecieron en las ciudades del sur de Portugal y España e introdujeron sus nuevas técnicas mercantiles.

También esa zona era cruce de tecnologías marinas: allí fue diseñada la carabela y fueron sus marineros quienes aplicaron las nuevas técnicas de navegación.

La situación política era también peculiar en estos dos reinos.

La península ibérica había sido ocupada en el siglo VIII por los musulmanes, hasta que, en el siglo XIII, los reinos cristianos comenzaron su expulsión definitiva.

Portugal fue el primero que logró la unidad territorial, a fines del siglo XIII.

España finalizó la expulsión de los musulmanes en 1492, el año del viaje de Colón.

Pocos años antes, en 1479, los dos reinos principales habían sido unificados mediante el matrimonio de sus reyes, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón.

La guerra constante contra los musulmanes creó en ambos reinos una idea de cruzada, de guerra santa contra el "infiel" musulmán.

Este espíritu de cruzada fue uno de los móviles más importantes de la expansión hacia otras tierras.

Así, los portugueses intentaban que su expansión hacia África fuera un duro golpe contra los musulmanes, que extendiera la fe cristiana y que posibilitara un avance hacia la liberación de la Tierra Santa, en el Cercano Oriente.

Los móviles económicos no eran menos importantes. El oro que alimentaba el comercio con el Lejano Oriente era explotado en el centro de África, en el Sudán, y llegaba al Mediterráneo por medio de caravanas conducidas por comerciantes musulmanes.

En el siglo XV, el comercio de bienes de lujo demandaba más cantidad de oro que antes; se había generado una suerte de "hambre de oro" en Europa occidental. Llegar directamente a las fuentes de la producción de oro, en África, era un sueño acariciado por muchos comerciantes europeos.

Existía también interés por incorporar nuevas tierras para el cultivo del azúcar, pues este alimento comenzaba a ser muy demandado por las clases altas europeas.

Además, para cultivar el azúcar, se necesitaban esclavos, quienes tradicionalmente provenían del este de Europa y de Asia.

Las especias, traídas de las islas del sudeste asiático, eran también muy demandadas en Europa por sus cualidades como conservantes de carnes y, en menor medida, como condimentos para las comidas servidas en la mesa de los ricos. Su tráfico estaba controlado por mercaderes musulmanes.

Portugal: a la India por África

Las primeras expediciones portuguesas se dirigieron al norte de África, bordeando luego la costa hacia el sur del continente.

En 1431 doblaron el cabo Bojador y en 1487 el de Buena Esperanza, en el extremo sur del continente, abriendo el camino para que en 1498 Vasco de Gama llegase finalmente hasta la India.

En 1511, los portugueses llegaron también a las islas Molucas, conocidas como islas de las especias.

Los marinos portugueses, protegidos por sus reyes y por el príncipe Enrique el Navegante, fueron fundando factorías a lo largo del litoral africano, desde donde penetraban hacia el Interioren busca de oro y esclavos.

También fundaron numerosas colonias en la costa sur de Asia, en el camino hacia China y la India.

Los portugueses lograron controlar el comercio del algodón, las especias y la seda.

América y la primera vuelta al mundo

Los castellanos, con la expedición de Cristóbal Colón, pretendían llegar a Asia navegando hacia el oeste, partiendo de la idea de que la Tierra era redonda, Colón intentó que el rey de Portugal financiara su proyecto.

Pero los portugueses ya estaban embarcados en la empresa africana y no le hicieron caso.

Finalmente Colón marchó a Castilla, donde, tras varios intentos, obtuvo el apoyo económico de los Reyes Católicos.

Los cálculos de Colón no eran del todo correctos. Había partido en busca de la India, pero en su camino encontró, el 12 de octubre de 1492, un nuevo continente, América.

Sin embargo, Colón estaba convencido de haber llegado a Asia.

En su primer viaje confundió Cuba con Japón. Más tarde, Juan Caboto y Américo Vespucio demostraron que se trataba de un continente nuevo.

En 1513, Núñez de Balboa descubrió el mar del Sur, bautizado posteriormente como océano Pacífico. A partir de este momento se buscó un paso que uniera los océanos Atlántico y Pacífico, lo que después se conocería como estrecho de Magallanes.

En 1519 partió de Sanlúcar de Barrameda una expedición dirigida por Magallanes.

En 1520 encontraron el estrecho que lleva su nombre y, tres meses después, llegaron a las islas Filipinas.

Tras la muerte de Magallanes tomó el mando Elcano, que regresó a Sanlúcar en 1522, consiguiendo así dar la primera vuelta al mundo, después de casi tres años de viaje.

En el siglo XVI el Atlántico se convirtió en un mar de navegación cada vez más intensa. América y las costas africanas fueron exploradas y conquistadas. Magallanes y Elcano habían realizado su primera vuelta al mundo.

Francis Drake, pirata inglés al servicio de la reina Isabel, realizó la segunda entre 1577 y 1580 atacando, de paso, cuantas naves españolas encontró en su camino entre Chile y California.

Cristóbal Colón nació en Genova en 1451. Colón era hijo de un tejedor acomodado y desde los quince años empezó ya a navegar y a familiarizarse con el mar.

En 1476 Colón se estableció en Lisboa, donde trabajaba en la elaboración de mapas marinos. Colón, convencido de que la Tierra era redonda, creía que podría llegar a Asia por el oeste, atravesando el océano Atlántico.

Pero sus cálculos estaban equivocados, porque imaginaba la Tierra más pequeña de lo que es y, por lo tanto, más corta la anchura del mar que había de atravesar entre Europa y Asia.

Por eso, sus planes no convencieron al re de Portugal ni a sus consejeros. Colón se dirigió entonces a Castilla, donde al principio sus ideas también se consideraron fantasiosas.

Los Reyes Católicos, que estaban muy ocupados en la conquista de Granada no le prestaron atención. Finalmente, tras la toma de Granada en 1492, Colón obtuvo el apoyo de los reyes para emprender su viaje.

La Vuelta Al Mundo Cristóbal Colon Vasco Da Gama
Marco Polo   Enrique de Portugal

Ahora, en el siglo XVII la atención de los hombres deseosos de conocer mejor el mundo que habitaban se sintió atraído por los mares del Sur.

En 1605 el holandés William Jansz recorrió la costa meridional de Nueva Guinea hasta el estrecho de Torres, que había sido descubierto por un español de este nombre. Nueva Guinea es una de las mayores islas del mundo y fue descubierta en 1527 por el español Álvaro de Saavedra.

Otros holandeses realizaron exploraciones por la costa occidental de Australia y las islas de la Melanesia. Australia no fue rodeada totalmente hasta 1798, hazaña llevada a cabo por el inglés Matthew Flinders a bordo de una pequeña embarcación llamada Tom Thumb.

Al Sur de la citada isla-continente existe la de Tasmania, que fue descubierta en 1642 por el holandés Abel Tasman, quien también descubrió y exploró las dos islas que constituyen Nueva Zelanda.

Los viajes que en el siglo XVII fueron especialmente de exploración y conquista, se convirtieron en el XVIII en expediciones científicas cuidadosamente preparadas.

Ya no zarpaban con rumbo más o menos fijo, hombres audaces y geniales al frente de un grupo de marineros osados y a bordo de un buque aislado, sino que las Sociedades científicas preparaban con tiempo, dinero y toda clase de medios los viajes, que duraban a veces años enteros.

Las expediciones estaban formadas por hombres de mar que capitaneaban y pilotaban las naves, pero el elemento más interesante era el grupo de hombres de ciencia que les acompañaban: geólogos, físicos, astrónomos, botánicos, etc.

Y, naturalmente, un grupo de hombres armados para defender el derecho de posesión de los territorios descubiertos, o para proteger el trabajo de investigación.

Ya no se trataba de luchar y conquistar, sino de conocer, catalogar, investigar en forma sistemática.

Estas ideas respondían al espíritu científico de la época. Un ejemplo de estas expediciones fue la organizada por franceses y españoles destinada a medir un arco de meridiano terrestre.

Se llevó a cabo en el año 1760 en territorio peruano de los Andes. Al frente del grupo español se encontraban los tenientes de navío Antonio de Ulloa y Jorge Juan; con los franceses, el célebre La Condamine.

BOUGAINVILLE, JAMES COOK Y LA PEROUSE. Louis Antoine de Bougainville (1729-1811) zarpó de Brest en 1766 al frente de los navíos Boudense y L'Etoile.

Después de doblar el estrecho de Magallanes enfiló el Pacífico del Sur y llegó a las islas de Samoa, que denominó de los Navegantes. Luego pasó a Nuevas Hébridas y diversas islas del Mar del Coral para arribar, finalmente, a Nueva Guinea.

Desde allí fue a la isla de San Mauricio, dobló el cabo de Buena Esperanza y tocó en la isla de la Ascensión.

Llegó de regreso a Saint Malo (Francia) en 1769.

El diario de la expedición y los relatos posteriores de estos navegantes describieron un mundo paradisíaco en las islas del Sur donde la vida se deslizaba sin trabajo ni esfuerzo alguno.

James Cook (1728-1779) era un excelente marino inglés que de grumete en un buque carbonero llegó a capitán de una pequeña flota destinada a investigaciones geográficas y científicas. Sus tres viajes tuvieron una finalidad siempre concreta.

El primer viaje, destinado a observar el paso de Venus frente al Sol que había de tener lugar el 3 de junio de 1769, lo realizó por cuenta de la Real Sociedad de Londres, que costeó los gastos de la expedición.

Zarpó a bordo del navíoEndeavour, y después de doblar el Cabo de Hornos puso rumbo a Tahití, donde se realizaron las observaciones astronómicas previstas.

Después descubrió parte del archipiélago de la Sociedad y contorneó Nueva Zelanda, donde realizó numerosos estudios.

Los planos y mapas que levantó en las dos islas, así como sus informes, impulsaron a los ingleses a emigrar a Nueva Zelanda al saber que el clima de estas islas era muy parecido al de Inglaterra.

En Australia oriental se puso en contacto con los indígenas australianos, hasta entonces desconocidos, y por primera vez fue descubierto el canguro, que admiró extraordinariamente a los expedicionarios, aunque también les asombró el arte de lanzar el «boomerang», en el cual eran muy hábiles los nativos.

En 1771 había regresado a Inglaterra.

El segundo viaje, emprendido en 1772, tenía una finalidad atrevida: cerciorarse de si el Polo Sur era un mar o bien existía un continente austral.

Emprendió el viaje a bordo de los barcos Resolution y Adventure. Los tres veranos que pasó en los mares del Sur los empleó en realizar una exploración metódica: la zona situada entre El Cabo y Nueva Zelanda, en el primero; de Nueva Zelanda a la isla de Galápagos en el segundo, y la zona situada al Sur de las islas Malvinas hasta los primeros hielos australes, en el tercero.

En estas expediciones descubrió las islas Sandwich, Oreadas y Georgia, a todas las cuales denominó del Sur para diferenciarlas de sus homónimas.

Durante las invernadas, en las que el límite de los hielos se extendía demasiado, se dedicó a estudiar la vida y costumbres de las islas Tahití, Sociedad, Pascua, etc.

El cuarto viaje tenía por objeto llegar al Pacífico después de doblar el Cabo de Hornos, remontarlo y tentar la travesía desde Alaska al Atlántico forzando la barrera de hielos polares (paso del Noroeste en sentido contrario al intentado por otros exploradores europeos).

Zarpó de Inglaterra en 1776.

Al remontar el Océano Pacífico descubrió las islas Tubuai y las Hawai, que él denominó Sandwich en honor del conde John Muntagu Sandwich, primer lord del Almirantazgo.

Después de explorar las costas de Alaska regresó a Hawai para invernar y el 14 de febrero de 1778, durante una refriega habida con los indígenas, Cook fue asesinado por éstos.

Se hizo cargo de la expedición su lugarteniente, Clarke, el cual atravesó más tarde el estrecho de Bering y llegó hasta más allá de los 69° de latitud Norte, pero los hielos le obligaron a retroceder y por la ruta de los océanos índico y Atlántico los navegantes volvieron a Inglaterra en 1780.

El día primero de agosto de 1785 las fragatas Astrolabe y Boussolé zarparon de Brest rumbo a los mares del Sur. Habían sido equipadas y dispuestas por orden del rey de Francia, Luis XVI, y estaban al mando del conde Jean Francois Gallup de La Perouse (1741-1788).

Una vez en aguas del Pacífico, y tras realizar una visita de cortesía al gobernador de La Concepción, en Chile, tocaron en la isla de Pascua, donde les maravillaron las colosales esculturas que encontraron en ella; luego siguieron rumbo hacia las Filipinas, y se dirigieron hacia los mares del Japón.

Al arribar a la península de Kamchatka tuvieron la idea de mandar un correo a través de Siberia para que llegaran a Francia los dibujos de las estatuas de la isla de Pascua y algunos mapas que habían levantado.

Cuando se dirigieron de nuevo hacia el Sur los buques naufragaron y perecieron todos sus tripulantes. Nunca se ha sabido con certeza cuál fue el motivo del siniestro ni el punto exacto donde éste tuvo lugar.

En menos de cuatrocientos años el horizonte se había ensanchado considerablemente.

La cuenca del Mediterráneo, que era el centro del mundo conocido durante los siglos medios, fue desplazada por el interés que suscitó el Atlántico y, posteriormente, el Pacífico.

Con los grandes viajes del siglo XVIII las rutas de los mares libres de hielos habían sido suficientemente conocidas. Quedaba, para los siglos XIX y XX, la conquista de los Polos y las exploraciones del interior de los grandes continentes, trabajo del que iban a encargarse científicos y hombres valerosos, dotados de medios, organización y preparación adecuados.

GRANDES EXPEDICIONES DE DESCUBRIMIENTO Y CONQUISTA EN AMERICA EN EL SIGLO XVI

AMERICA CENTRAL Y SEPTENTRIONAL

AMÉRICA MERIDIONAL

1508 Circunnavegación de Cuba por Sebastián de Ocampo.
1509 Juan Díaz de Solís y Vicente Yáñez Pinzón, en la costa de Honduras y Yucatán. Alonso de Ojeda y Juan de la Cosa, en el golfo de Darién.
1513 Vasco Núñez de Balboa descubre el Pacífico.
1515-1516 Juan Díaz de Solís llega al Río de la Plata.
1517-1518 Hernández de Córdoba y Juan de Grijalva recorren la costa atlántica de México.
1520 Fernando de Magallanes explora la costa de la Patagonia y descubre el estrecho que lleva su nombre.
1519-1521 Hernán Cortés conquista México.
1521-1522 Gil González Dávila reconoce la costa de Nicaragua y Panamá
1524-1539 Conquista de Perú y Chile por Francisco Pizarra y Diego de Almagro.
1525-1526 García de Loaysa, Sebastián Elcano y Santiago de Guevara exploran el estrecho de Magallanes; Guevara reconoce la costa occidental de América hasta el istmo de Tehuantepec
1528-1539 Cortés envía expediciones de exploración a territorios de México y países vecinos; Alvar Núñez Cabeza de Vaca atraviesa el sur de los actuales Estados Unidos.
1526-1530 Sebastián Caboto alcanza el Río de if Plata y remonta el Paraná hasta su confluencia con el Paraguay
1535-1538 Sebastián de Benalcázar explora Ecuador y Colombia. Desde el Caribe, Gonzalo Jiménez de Quesada remonta el Magdalena y llega a la meseta M Bogotá.
1539 Marcos de Niza explora Nuevo México, 1535-1580 Fundación de Buenos Aires por PedrQs de Mendoza. Juan de Ayolas remontfj el Paraná: establecimiento en el Río des la Plata
1540-1543 Hernando de Soto explora Florida y el curso inferior del Missisippi y Río Grande. Desde el Atlántico, Alvarado alcanza las montañas Rocosas y por el Missisipi vuelve al golfo de México. Francisco Vázquez de Coronado explora Nuevo México, el Colorado y el valle del Missouri. 1540-1541 Desde Quito, Gonzalo Pizarra alcanza el Ñapo; el oficial Francisco de Ore-llana descubre el Amazonas, que sigue hasta el océano Atlántico.
1540-1554 Pedro de Valdivia explora el sur de. Chile.
1542-1543 Juan Rodríguez Cabrillo reconoce la costa de California hasta el cabo Mendocino.
1557-1558 Juan de Ladrilleros reconoce la costa oriental de la Pataqonia.


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