Las Hordas Mongoles Vida , Costumbres y Conquistas
VIDA Y COSTUMBRES DE LAS HORDAS MONGOLES
Los mongoles han representado un importante papel en la historia de Asia.
Son nómadas, y su vida está hecha, por tanto, de continuos desplazamientos forzados por la necesidad de encontrar la hierba necesaria para la alimentación de sus grandes rebaños de corderos y cabras.
Estos animales les proporcionan carne, leche, mantequilla y queso.
Como animales de carga, los mongoles utilizan el camello y un caballo de pequeña estatura, pero de gran resistencia.
La extensión de la estepa, y su pobreza, los obligan a desplazarse de estación en estación.
Desde este punto de vista se les puede comparar con los lapones y otras poblaciones de Eurasia septentrional.
Viven en tiendas en forma de quesera, que levantan formando un enrejado de sólidas tablas, y cubriéndolo después con mantas de lana burda. Estos campamentos de tiendas deben considerarse pueblos ambulantes.
Ningún extranjero podría decir con exactitud dónde se encuentran esas aglomeraciones. Sólo los mongoles saben en qué lugar se hallan sus vecinos.
Nadie debe aventurarse solo por esas inmensas extensiones, pues quien lo hiciera correría el riesgo de no encontrar un alma viviente, ya que los mongoles vagan a la aventura.
La vida de este pueblo ha estado siempre envuelta en el misterio.
El extranjero se siente poseído de una inexplicable inseguridad, de una continua amenaza...
Los actuales mongoles no difieren mucho en usos y costumbres de aquellos antepasados suyos que surcaban las estepas hace centenares de años. Su pasado se pierde en la noche de los tiempos. Su fuerza era legendaria.
Uno de esos mongoles, Temudjin, a fines del siglo XII, reunió las tribus nómadas turco-mongolas.
Eran grandes jinetes, de cráneo redondo, pómulos salientes, ojos rasgados, piel amarilla, cabello lacio y negro y piernas arqueadas.
Temudjin sometió a cierto número de tribus y durante una primera asamblea solemne celebrada en 1206, se otorgó a sí mismo el título de Djingiz Khan o Gengis Kan, es decir, el más poderoso de todos los jefes, o también, el emperador inflexible.
Conquistó la ciudad, de Karakorum e instaló en ella su residencia.
Caravanas Mongoles
Hasta entonces no había visto nunca una ciudad y no sabía leer ni escribir, pero su ejército de 100.000 hombres le permitió franquear la Gran Muralla de China, tomar la capital Yen-King, que se convertiría en Pekín, al norte de China y conquistar Corea. Yen-King fue saqueada e incendiada.
Cuando estalló una rebelión en el Lurquestán, Gengis Kan conquistó el país, incluida Samarcanda, una de las ciudades comerciales más importantes de la época, y exterminó sin piedad a la población, que había cometido la audacia de rebelarse.
Mientras sus lugartenientes realizaban incursiones por Rusia meridional, Gengis Kan marchó sobre el Irán y llegó hasta el Dniéper.
Su imperio fue el mayor que conoció el mundo hasta entonces.
Admitía todas las religiones, pero hacía que reinaran, por el terror, la autoridad y el orden.
Murió en 1227 durante los preparativos de una nueva campaña.
En vida repartió este imperio entre sus cuatro hijos, pero esto no impidió que Ogotai fuera designado Gran Kan, a pesar de que no era el primogénito.
Lo primero que hizo Ogotai fue lanzarse al ataque de la China meridional, luego de Rusia meridional y, por último, de Occidente.
Veinticinco mil jinetes arrasaron Vladimir, Moscú y Kiev, derrotaron a los caballeros de la Orden Teutónica y asolaron Hungría, para llegar finalmente a la costa adriática.
Ogotai murió en 1241, y los jefes mongoles se retiraron a Rusia meridional donde fundaron el reino de la Horda de Oro con Serai como capital.
Serai estaba situada en un afluente del Volga. Desde 1240 hasta 1450, Rusia vivió bajo el dominio mongol.
El kan permitió que subsistieran los principados rusos, pero les designó jefes e instaló guarniciones en las ciudades a fin de mantener el orden.
Kublai, el sucesor de Ogotai, conquistó toda China.
Fue el fundador de la dinastía Yan y se adaptó fácilmente a la civilización ya muy evolucionada de sus nuevos subditos.
Los soberanos de Annam y Birmania tuvieron que reconocer, asimismo, su soberanía.
En cambio, la flota que envió para conquistar el Japón sufrió una decisiva derrota. Marco Polo dijo con razón que este kan era el hombre más poderoso desde Adán.
Trasladó su capital de Karakorum a Pekín, y éste fue, sin duda, su mayor error político, pues se rompió la unidad del imperio mongol.
En Rusia el reino de la Horda de Oro se vino abajo, en 1502.
En el siglo XIX se encontraron los vestigios de Karakorum. Seis siglos antes, esta ciudad había poseído una docena de templos, dos mezquitas y una iglesia cristiana nestoriana.
No se puede hablar de cultura mongol. Una figurilla del siglo VII, el jinete azul de Astrana, hallada al norte del Turquestán, testimonia un esplendoroso pasado y recuerda a los grandes jefes mongoles.
Éstos tuvieron el mérito de poner a Europa en contacto con la civilización china, que en aquel momento mostraba un indudable adelanto sobre la cultura occidental.
Por este motivo no se puede achacar al azar el hecho de que el desarrollo de la técnica, que aceleró el fin de la Edad Media, se produjera inmediatamente después de las conquistas mongolas.
El compás, la pólvora y el papel se deben, en efecto, al ingenio chino.
Fuente Consultada:
Enciclopedia Juvenil Tomo I AZeta - Editorial Credsa
Enlace Externo: Gengis Kan El Conquistador Mongol