La Quinina:Usos y Acción Terapeutica Contra la Malaria
LA QUININA Y LA MALARIA
Uso y Acción Terapéutica
La corteza de estos árboles, propios de Sudamérica, contiene quinina, un fármaco utilizado para tratar la malaria.
En el siglo XIX, tras la casi completa desaparición de sus hábitats naturales, proliferó el cultivo de este árbol en la India y en el Sureste asiático.
Se cree que la eficacia de la quinina fue probada en Perú por los misioneros jesuitas, quienes la introdujeron en Europa alrededor de 1640.
A través de los años, el aumento de su uso amenazó con la extinción de estos árboles de América del Sur.
Planta de quina rojo con flores y frutos. Con el método del "tronchamiento" se derriba el árbol cortándolo a poca altura del suelo y se utiliza totalmente la corteza; de la porción del tronco que queda en tierra nacen algunos brotes, de los cuales se aprovechan otras cortezas.
Con el método del "descortezamiento", usado sobre todo en Java,, se descorteza el árbol adulto hasta 16 2 metros sobre el'terreno y se utiliza la corteza entera del tronco y a menudo la de las raíces, muy rica en alcaloides.
Alcaloide: Cada uno de los compuestos orgánicos nitrogenados de carácter básico producidos casi exclusivamente por vegetales.
En su mayoría producen acciones fisiológicas características, en que se basa la acción de ciertas drogas, como la morfina, la cocaína y la nicotina.
Muchos se obtienen hoy por síntesis química.
La quinina es un alcaloide obtenido de la corteza de la planta de quina.
Esta planta, que comprende arbustos o árboles que pueden alcanzar los 30 metros de altura, es originaría de la América del Sur, sobre todo de la región andina (Venezuela, Ecuador, Bolivia, Perú), pero también Ha sido cultivada luego en otros países de clima cálido (India, Ceilán, java). En las regiones de origen crece espontáneamente entre los 1.200 y 3.700 metros de altura.
Es un hermoso árbol frondoso, de grandes hojas ovaladas provistas de pecíolos, y cuyas pequeñas flores, reunidas en panojas, tienen un delicado perfume. En tiempos pasados, los buscadores de quino descubrían el árbol entre otros miles de la selva, precisamente por su característico perfume.
La virtud terapéutica de su corteza ya había sido advertida por ios indígenas desde tiempos muy remotos, pero ellos guardaron el secreto hasta bastante después de la llegada de los españoles. Recién alrededor de 1630, un misionero jesuíta, atacado de fuertes fiebres, fue salvado con una infusión hecha con corteza de quino —la corteza del quino se llama quina— pulverizada, según el consejo de un cacique peruano.
En aquel mismo año, el gobernador de Loxa, Juan López de Cañizares, también atacado de fuertes fiebres, experimentó con éxito la infusión de quina y en seguida se la sugirió a la condesa de Chinchón, esposa del virrey del Perú.
Uno de los métodos más racionales de recolección de la corteza, es el moussage. Se incide ésta con profundos surcos verticales de manera de formar fajas que se desprenden después alternadamente; el tronco se envuelve en seguida con una espesa capa de musgo que protege la parte desnuda. Alrededor de un año después se procede a despegar las fajas intactas, y al año siguiente se puede levantar la corteza que se ha formado de nuevo, mientras tanto, en la parte, desnuda.
Comprobado el éxito positivo del remedio, el gobernador López hizo recoger grandes cantidades de corteza para distribuir entre los pobres atacados de fiebres. La fama del potente febrífugo se propagó en Europa por iniciativa de la condesa de Chinchón por esto la planta tuvo el nombre científico de Chinchona.
Durante mucho tiempo, el polvo de quina debido a las dificultades para conseguirlo, tuvo un precio altísimo, pero finalmente fue iniciado el cultivo racional del árbol y el rendimiento pudo estar al alcance de todos los bolsillos.
Las especies más importantes de esta planta, que pertenece a la familia dé las rubiáceas, son:la Chinchona officinalis que alcanza 15 metros de altura, la Chinchona succiruhra y la Chinchona calisaya que lllega a 30 metros de altura. Hay también otras especies arbusivas (con respecto de arbusto) que no sobrepasan los 4 a 6 metros de altura.
En tiempos pasados la recolección de la corteza se hacía cortando los árboles sin tenerse en cuenta ni la edad ni el grosor de los mismos. Derribado el tronco, se golpeaba a lo largo la corteza con martillos de madera apropiados para este trabajo, separándola luego con cuchillos especiales. Después la corteza desecada y pulverizada servía para la preparación de la infusión febrífuga. Pero se notó que el sistema terminaría destruyendo rápidamente la especie y que el aprovechamiento era muy moderado. Por lo tanto se difundió el cultivo y se adoptaron métodos más racionales.
Woodward Robert junto a William Doering fue un químico americano que investigó las propiedades de esta sustancia. Woodward recibió el Premio Nobel en 1965 por sus trabajos en la sintesis química. Se consiguió sintentizar la quinina a partir del alquitrán mineral.
La corteza contiene numerosos alcaloides, cerca de 25, de los cuales los más importantes son la quinina, la cinconina, la quinidina y la cinconidina, teniendo todos más o menos la misma constitución química y las mismas virtudes curativas. El contenido de quinina varía, término medio, entre el 2 y el 8 %, y en algunas variedades alcanza hasta el 13 %. Después de muchos estudios y tentativas iniciados en el siglo XIX, este alcaloide fue aislado en el año 1820 por los químicos Peíletier y Caventou.
La quinina se presenta como un polvo blanco, inodoro, de sabor amargo; en farmacia no se usa casi nunca pura, sino bajo la forma de sales (sulfatos, clorhidratos). Su uso específico es contra las fiebres malarias. La corteza, oportunamente tratada, es también empleada en la fabricación de licores, aperitivos y jarabes digestivos.
Fuente Consultada: Lo Se Todo - Tomo II - Editorial CODEX - La Quinina