Los Araucanos: Vida, Costumbres Organizacion Arte y Religion

Historia de los Araucanos Vida, Costumbres ,Organizacion,Arte y Religión

LOS ARAUCANOS ERAN indígenas de la Araucania, territorio de Chile que en la época prehispánica comprendía gran parte del sur de dicho país.

Detuvieron la conquista inca en el Maule y los españolas les encontraron asentados en la región comprendida entre los ríos Itata y Tolten.

Bajo la presión española, muchos de ellos cruzaron los Andes y penetraron en las provincias occidentales argentinas, desde las que fueron extendiéndose a lo largo de las corrientes fluviales del Limay y río Negro hacia el Atlántico, por el norte hasta el Tumuyán, y hacia el sur en dirección a la Patagonia.

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Primitivo pueblo araucano

El Pueblo Araucano:

De color cobrizo, pómulos salientes cabello negro y lacio, barba escasamente poblada y cuerpo poco esbelto, psro vigoroso, los araucanos eran de gran fuerza física y firmeza de ánimo.

Su cultura, aunque no tan avanzada como la de otras razas aborígenes —los incas y guaraníes, por ejemplo—, alcanzó cierto grado de desarrollo.

Los aborígenes de Chile, a la llegada de los españoles, estaban distribuidos en cuatro ramas principales, con distintas denominaciones según el territorio que ocupaban: los picunches en el norte; los mapuches en el centro; los huilliches en el sur, y los pehuenches, que vivían en los valles andinos, muchos de los cuales, trasladados a tierra argentina y mezclados con los indígenas, dieron origen a la familia mixta de los puelches.

El pueblo mapuche se dividía en tribus que se aliaban ocasionalmente para guerrear o para hacer sus malones (asaltos inesperados).

El conjunto de padres, esposas e hijos constituía un lof o clan totémico, y los de un mismo origen formaban una cavie; varios de éstos integraban un levo o tribu, agrupación en cierto modo independiente con un jefe, y los levos se unían entre sí en una especie de federación llamada aillarehue, que obedecía a un cacique elegido en asamblea general para el tiempo de paz y otro para el de guerra.

Los asuntos jefes de los levos; pero en los de carácter exterior y de importancia intervenía el cacique de les aillarehues, y las decisiones se tomaban después de discutirlas en asambleas generales.

Los Araucanos Vida, Costumbres
Un viejo araucano cubierto con el característico poncho de vivos colores. Sobre su cabeza, a modo de cases, el penacho de plumas que revela su jerarquía de cacique.

Religión

En un principio, los araucanos adoraban a varias divinidades de tipo totémico.

Carecían de templos, pero tenían un ritual religioso bien desarrollado, centralizado en la veneración de los antecesores del clan. Más tarde creyeron en Toquinche y Gueculbu, dioses del bien y del mal, respectivamente, y en Pillán, genio maligno que vivía en los volcanes y enviaba la lluvia, el trueno y los rayos.

Temían a los muertos, pues creían que su espíritu volvía para atemorizar y vengarse de los que quedaban; y para conjurar su cólera los sacerdotes practicaban toda suerte de ceremonias secretas.

Después que los araucanos de ciertas regiones adoptaren el caballo, a partir de su contacto con los españoles, cuando uno de sus guerreros moría, lo envolvían en una piel de caballo y lo colocaban en el lomo de su corcel favorito, al cual previamente le quebraban una pata para que su paso fuera más triste; y con la comitiva de deudos y amigos, todos pintados de negro, emprendían el camino hasta algún montículo, donde abrían la fosa.

Después de cubrir el cuerno del muerto con tierra, mataban allí mismo al caballo y demás animales que le habían pertenecido, pues creían, que los necesitaría en la otra vida.

Los Araucanos Vida, Costumbres
Indias araucanas con sus prendas típicas

Vida y Costumbres:

Los mapuches y huilliches eran sedentarios y se dedicaban a la agricultura y ganadería, mientras que los pehuenches, nómadas en su mayor parte, se dedicaban principalmente a la caza; pero al establecerse en territorio argentino adoptaron el género de vida de las tribus con que se mezclaron, así como sus armas: el arco, las boleadoras y la honda.

La comida tenía muy poca variación, y cuando escaseaba solían emprender largas emigraciones para proporcionársela.

La alimentación de origen vegetal se reducía a papas, calabazas, maíz y algunos frutos silvestres.

La carne para su alimentación la obtenían de pescados, que sacaban en las costas de Chile con redes, anzuelos y arpones, y de animales que, ayudándose a veces con perros, cazaban con sus armas.

La cocina era muy pobre; casi todo lo comían crudo o muy poco cocido en un fuego que conseguían por frotamiento de dos palos o percusión de pedernales.

La vivienda de los araucanos que habitaban en suelo argentino consistía en pequeñas casas, generalmente de forma cónica, de paja o de pieles de animales, montadas sobre un armazón de palos y divididas interiormente por cueros que formaban compartimientos, y en ellas se albergaba una sola familia.

En cambio, en las tribus de la propia Araucania, la morada era colectiva y la construían las varias familias emparentadas que habrían de habitarla juntas.

Estaba hecha con fuertes vigas de madera, con techo de igual material cubierto de paja y amarrado fuertemente con lianas o enredaderas. La manera de vestir era muy sencilla.

La prenda principal era el chamal especie de manta cuadrada que los hombres sujetaban en la cintura , y pasándola entre las piernas , las envolvían a modo de pantalón; mientras que las mujeres la prendían en el hombro izquierdo con un gran alfiler semejante a los tupos incas, dejando los brazos y el fecho descubiertos.

Otra manta les servía de falda, y algunos hombres usaban ponchos y vinchas en la cabeza. Calzaban una especie de sandalias de cuero, a las que posteriormente agregaron espuelas de madera o plata.

En general, los hombres se dedicaban a la caza, la guerra y algunos juegos; y eran trabajos típicamente femeninos la alfarería, hilandería, la siembra y la fabricación de bebidas alcohólicas, que preparaban con maíz fermentado y algunas frutas.

El arte textil estaba bastante desarrollado, y en sus rústicos telares tejían todos los elementos de su vestimenta: chamales, mantos, vinchas, cintas para la cabeza, etc., que después de tejidos teñían con arcillas y tintes vegetales, combinando colores y dibujos con gran sentido estético.

También hacían quillangos preparados con cueros de guanaco, que les servían de lecho.

La alfarería, aunque tosca, les permitía hacer todos los utensilios necesarios para el uso doméstico, como vasijas de diversas formas y tamaños, platos, ollas, jarros, etc.

También construían muchos objetos de madera y algunas piezas de hueso; agujas, punzones y raspadores, que empleaban en los trabajos del cuero.

La metalurgia, poco desarrollada en la época primitiva, progresó al contacto con los españoles; llegaron a dominar la técnica de la platería y a fabricar objetos de adorno bien trabajados y decorados, especialmente los collares, prendedores y cadenas que usaban las mujeres.

Arte Araucano
Platería Araucana
Ejemplo de Platería Araucana

Las manifestaciones artísticas de estos pueblos se aprecian no sólo en los trabajos manuales ya descritos, sino además en su afición a la música y a la oratoria.

Su idioma, dulce y sonoro, era rico en vocales y de un gran contenido poético.

En las reuniones y asambleas hacían gala de sus dotes de oradores pronunciando largos discursos, y los poetas cantaban las hazañas de sus antepasados.

Tenían flautas de caña y pequeños tambores con que acompañaban sus cantos y danzas.

Hombres y mujeres bailaban separadamente, formando círculos alrededor de una hoguera, pintados los rostros y adornadas sus cabezas con plumas.

Historia

Aunque en sus costumbres no se diferencian mucho de otros pueblos primitivos, los araucanos se destacan por su bravura y espíritu de independencia.

Combatientes astutos, aprendieron de los españoles el arte de la guerra y emplearon sus mismas armas y táctica, aventajándolos en muchas ocasiones.

Se llamaban a sí mismos moluches, palabra que significa guerrero, al igual que araucano, nombre dado por los españoles, que procede de las voces peruanas auccu, hombre de guerra, y are, ardiente.

Promediaba el siglo XVI cuando Pedro de Valdivia, gobernador de Chile, emprendió una dura campaña contra los indígenas.

Fue una guerra larga y sangrienta, en la que se sucedieron alternativamente victorias y derrotas por ambas partes, casi sin interrupción durante muchos años.

A fines de 1554, los araucanos, acaudillados por Lautaro, atacaron y destruyeron el fuerte de Tucapel, derrotando a los españoles y dando
muerte a Valdivia, después de infligirle atroces torturas.

Lautaro continuó la guerra, hasta que pocos años después perdió la vida en la batalla de Mataquito, que ganó Francisco de Villagrán, sucesor de Valdivia.

Pero la lucha siguió con los araucanos dirigidos por Caupolicán, frente a las fuerzas de Hurtado de Mendoza y, tras diversos combates, el valiente jefe araucano cayó prisionero y fue sometido a horrible suplicio.

Las derrotas de los indígenas no quebrantaron su indómito espíritu y siguieron oponiéndose a la autoridad española; al finalizar el siglo, habían derrotado a varios gobernadores y corregidores.

Los años siguientes tampoco fueron favorables a las armas de España, que tuvieron que soportar nuevos desastres sin que dieran resultado las negociaciones de paz que se intentaron por dos veces; y todavía en el siglo XVIII el altivo pueblo araucano mantenía su independencia, luchando con tesón para mantenerla durante la siguiente centuria contra los primeros gobiernos de la República de Chile, hasta que se cambió el sistema de conquista: la violencia fue sustituida por la buena voluntad, el gobierno chileno se ganó la amistad de los caciques mediante regalos, y así se fueron sometiendo.

La pérdida de su independencia política fue seguida por la de gran parte de su territorio, y hoy han quedado reducidos a una pequeña zona de Chile central, donde viven unos 100.000 dedicados casi exclusivamente a la agricultura, pero fieles a sus tradiciones y a su propia organización social.

En la república argentina también quedan algunos centenares repartidos en las provincias del sur del país.

Enciclopedia Ilustrada CUMBRE  Editorial CUMBRE S.A. Tomo 5 Entrada Los Araucanos, Historia y Vida


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