Biografia Nelson Mandela:Vida Politica y Lucha Contra el Racismo

Biografia Nelson Mandela Vida y Su Lucha Politica Contra El Racismo

El 26 de abril de 1994, se celebran por primera vez en Sudáfrica elecciones libres para todos los ciudadanos, blancos y negros. De este modo, se pone fin al régimen racista blanco que desde la constitución del estado impuso el apartheid. Se abre una nueua era de conuiuencia entre los sudajricanos.

Con la elección, el 26 de abril de 1994, de Nelson Mándela como el primer presidente negro de la historia de Sudáfrica, el pueblo reconocía su larga y valiente lucha contra la segregación racial.

Nelson Mándela nació en el distrito de Umtata, en el Transkei, al este del país, el 18 de julio de 1918. Su nombre original era Rolihlahla y pertenecía a la familia real Xhosa.

Veintisiete años en prisión convirtieron a Nelson Mandela en el símbolo carismático de la lucha del pueblo negro por la abolición del apartheid.

Se perfiló como el constructor de una «nación arco iris» en el seno de la cual tanto blancos como personas de color vivirían en paz.

Nelson Mandela

Nació en Mvezo,Sudáfrica, 18 de julio de 1918 Johannesburgo. Fallece en Sudáfrica 5 de diciembre de 2013. Conocido en su país como Madiba, título honorífico otorgado por los ancianos del clan de Mandela

El racismo blanco: El apartheid es el término que designa la doctrina de segregación racial que impuso la minoría blanca en Sudáfrica.

Fue elaborada por el Partido Nacionalista de Sudáfrica que la aplicó como sistema oficial desde 1948, cuando alcanzó el poder.

Desde entonces la mayoría negra quedó excluida de los asuntos públicos en virtud de la llamada «política de desarrollo separado» aplicada por el gobierno sudafricano e inspirada en las teorías de la baaskap o jefatura, que defendían la supremacía blanca y la pureza racial.

El desafío de Mándela: En 1952, al iniciarse la campaña de desafío a las leyes injustas, Mándela se propuso unir a todos los grupos de raza negra. No obstante, la respuesta del régimen fue brutal y Mándela debió pasar a vivir en la clandestinidad, después de la matanza de Shaperville, en 1960.

Viajó al exterior para buscar apoyos para su causa. Al regresar meses más tarde, fue detenido y condenado a cinco años por rebelión y por salir del país sin permiso. Mándela ya no volvió a ser liberado y en un nuevo juicio se lo condenó a cadena perpetua.

BREVE BIOGRAFIA INTRODUCTORIA:

Ingresó al Congreso Nacional Africano en 1944, y en 1967 se convirtió en su dirigente.

En 1956 fue acusado de alta traición y absuelto en 1961.

Fundador de la organización secreta Lanza de la Nación, llevó a cabo la lucha armada contra la minoría blanca.

En 1964 fue condenado a cadena perpetua, pero, a raíz de numerosas campañas internacionales que reclamaron su libertad, fue liberado en 1990, tras la llegada a la presidencia de Frederick de Klerk.

Elegido vicepresidente del Congreso Nacional Africano (ANC), emprendió una campaña a favor de la abolición del apartheid e inició negociaciones para acabar con las diferencias entre el grupo nacionalista zulú (INKATFÍA) y el ANC.

En 1991 fue elegido presidente del ANC y en 1993 firmó con De Klerk un acuerdo para celebrar las elecciones de 1994 con participación de los habitantes de raza negra. En dichas elecciones fue elegido presidente, y finalizó su mandato en 1999.

En 1993 le fue otorgado el Premio Nobel de la Paz, compartido con De Kler: entre los 250 premios y reconocimientos internacionales.

Fue autor de No es fácil el camino hacia la libertad (1965).

Falleció en Sudáfrica 5 de diciembre de 2013

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BIOGRAFIA Y OBRA POLÍTICA DE MADELA

Nelson Mandela, nacido en 1913 en Mvezo, Transkei, pertenece a la familia real del pueblo tembu, proveniente de la etnia xhosa.

Su verdadero nombre es Rolihlahla Madiba Mandela. Su nombre de pila parecía predestinado, ya que Rolihlahla significa "promotor de disturbios".

Tuvo una infancia feliz, escuchando a los ancianos relatar la historia de su pueblo, cuando éste era libre, antes de la llegada de los blancos. En ese entonces, la armonía y la paz reinaban entre los tembu.

En 1930, su padre falleció: el rey de los tembu se convirtió en su tutor y lo envió a un colegio metodista.

En 1938 ingresó en la universidad de Fort Hare, exclusivamente reservada a la élite negra. Para él fue el primer impacto cultural: apren­dió inglés y la historia de las civilizaciones occidentales.

Ahí conoció también a Oliver Tambo, futuro compañero de lucha.

En septiembre de 1941, Mandela participó en una huelga de estudiantes que protestaban contra los malos tratos infligidos a una empleada negra. Expulsados durante algunos días, todos los huelguistas se reintegraron a la universidad, salvo Nelson Mandela.

Además, en desacuerdo con su tutor que deseaba casarlo, huyó de Transkei y viajó a Johannesburgo.

Mandela descubrió las realidades de la opresión blanca cuando se instaló en el barrio negro de Alexandra: pobreza, cesantía y violencia eran pan de cada día en el township.

Se inscribió en la universidad de Witwatersrand y comenzó sus estudios de derecho.

Para financiarlos, se desempeñó en una serie de pequeños empleos y fue finalmente contratado por un bufete de abogados blancos. La integración fue difícil.

Estos años reforzaron su odio profundo respecto del apartheid: en adelante, Mandela pretendía luchar por la dignidad de la comunidad negra.

Uno de sus amigos, Walter Sisulu, lo hizo conocer el ANC, organización fundada en 1911 pero que seguía siendo elitista y carecía de un programa de acción. Adhirió a ella en 1944 y fundó junto con Tambo y Sisulu la Liga de la juventud, cuyo objetivo era reformar el ANC acercándolo a las masas.

En esa época, Mandela defendía los principios del nacionalismo africano y rechazaba cualquier alianza con los otros partidos antiapartheid. Convertido en secretario y juego en presidente de la Liga en 1950, se perfilaba como el hombre de la renovación.

En 1949, Mandela y sus camaradas impusieron sus puntos de vista al ANC.

Después de integrarse al comité de dirección, multiplicó las reuniones públicas en os guetos negros.

Movilizó las muchedumbres y su nombre empezó a circular cada vez más: se impuso a la cabeza del movimiento por los derechos civiles. Mandela pretendía presionar al gobierno con actos no violentos como el boicot y las huelgas. Organizó junto con otros dirigentes una campaña de desobediencia civil o 1952, lo que le valió una primera condena.

El mismo año se convirtió en viceresidente del ANC y estableció el «plan que apuntaba a democratizar el movimiento —principalmente por medio de la creación de congresos locales—, evitando al mismo tiempo medidas represivas.

En forma paralela creó junto con Tambo el primer bufete de abogados negros de Sudáfrica.

Trató entonces de ayudar en concreto a las víctimas de la segregación racial: pero ¿qué podía hacer frente a una justicia cómplice del poder blanco?

Su acción en favor de la paz prosiguió: suspendió la lucha armada del ANC e inició las negociaciones con De Klerk. Trabajando en conjunto, pusieron fin al apartheid y obtuvieron el premio Nobel de la paz en 1993.

Tres años después, Mandela se divorcié de su mujer Winnie, conocida por su discurso radical e implicada en un oscuro asunto criminal. Hombre de compromiso, supo defender ardientemente el principio «un hombre, una voz”. Modeló Sudáfrica a su imagen, humana y moderna.

En sus apariciones públicas, Mandela disfrutaba bromeando y bailando al son de las arias tradicionales, vistiendo una remera con los colores de África.

De esta manera, promovía el programa »Masakhana» (»Construyámonos los unos a los otros»), basado en la reconciliación y la confianza mutua entre las distintas comunidades.

Asimismo, inauguró grandes obras económicas y sociales para luchar contra las desigualdades. Mandela sigue siendo el principal garante de una Sudáfrica multirracial. Su retiro de la vida política en 1999 dejó un vacío inmenso: la etapa post-Mandela sigue siendo incierta.

Mandela Neslon presidente africano

El presidente del Congreso Nacional Africano, Nelson Mandela, retratado poco después de su liberación de la prisión de Robin Island en 1990.

Una nueva era en Sudáfrica: Las primeras elecciones multirraciales del 27 de abril de 1994 dieron la victoria al ANC (el Congreso nacional africano) con casi el 63% de los votos.

El 10 de mayo, el Parlamento designó a Nelson Mandela como el primer presidente negro de la historia sudafricana.

El nuevo jefe de Estado, de setenta y seis años, era un hombre de sonrisa traviesa y legendario buen humor.

Había recuperado la libertad tan sólo cuatro años antes, después de dieciocho años en el presidio de Robben Island y nueve años en Pollsmoor y Verster. A lo largo de toda su vida se presentó como un interlocutor ineludible en busca de una transición pacífica.

Mandela ya no era el líder de la comunidad negra, sino el que aunaba la nación sudafricana. Su tarea ya no era luchar contra un gobierno blanco racista, sino promover la reconciliación.

La nueva res­ponsabilidad que asumió no lo amilanó: el combate, cualquiera que fuese, le era familiar.

Los comicios de 1994 marcaron el nacimiento de la democracia en un país donde la injusticia, la violencia y la persecución racial habían dominado durante mucho tiempo.

Asimismo, significaron la culminación de la batalla heroica de un hombre contra el apartheid.

Mandela, líder durante toda su vida de la lucha por la igualdad racial y huésped durante 27 años de las prisiones estatales, ahora era un hombre de 75 años preparado para llevar a la práctica su idea de «una nueva Sudáfrica donde todos fueran iguales, donde todos los sudafricanos trabajaran juntos para conseguir la seguridad, la paz y la democracia de su país».

La histórica elección, que duró cuatro días, provocó colas kilométricas ante las urnas. Unos dieciséis millones de negros y nueve millones y medio de blancos, asiáticos y mestizos ejercieron su derecho al voto.

Tras el recuento devotos, Mandela había obtenido más del 60 por ciento, dejando muy atrás a su rival más próximo, el ex presidente F. W. De Klerk, el hombre que había empezado a abolir el apartheid cinco años antes.

Mandela y Sudáfrica habían recorrido un largo camino, pero décadas de abusos metódicos habían creado problemas de lenta y difícil solución.

La propia campaña electoral había sido violentamente interrumpida tanto por enfrentamientos entre blancos y negros. Milicias traficantes de terror, como el Movimiento de Resistencia Afrikaner, emplearon bombas y balas para apoyar una patria sólo de blancos.

El zulú Mangosuthu Buthelezi, líder del Partido Inkatha, recurrió al terrorismo para imponer un boicot a las elecciones.

Su motivo para apartar a la gente de las urnas era asegurar la autonomía zulú en la Sudáfrica del post segregacionismo.

Una semana antes de los comicios, la esperanza triunfó sobre el odio, y Buthelezidesactivó el boicot.

Mandela asumió el cargo bajo la presión de una expectativa enorme.

Muchos negros vivían sin electricidad ni agua corriente, el 50 por ciento era analfabeto a causa de la enseñanza discriminatoria.

Se esperaba que el 87 por ciento de la tierra cultivable, reservada a los blancos, fuera redistribuida «No esperen que hagamos milagros», advirtió Mandela. Pero el hecho de que hablara como presidente de Sudáfrica indicaba que ya había ocurrido uno.

Tutu Premio Nobel

Al conceder el premio Nobel de la paz al obispo anglicano Desmond Tutu en 1984, los jurados de Estocolmo quisieron hacer pública la lucha de Nelson Mándela con el fin de acelerar el triunfo de la democracia en Sudáfrica.

nelson madela

Mandela vencedor de la elecciones de 1994 en Sudáfrica

El 11 de lebrero de 1990, el prisionero político más famoso del mundo quedó libre. Su acción en favor de la paz prosiguió: suspendió la lucha armada del ANC e inició las negociaciones con De Klerk.

Trabajando en conjunto, pusieron fin al apartheid y obtuvieron el premio Nobel de la paz en 1993.

Tres años después, Mándela se divorció de su mujer Winnie, conocida por su discurso radical e implicada en un oscuro asunto criminal.

Hombre de compromiso, supo defender ardientemente el principio «un hombre, una voz». Modeló Sudáfrica a su imagen, humana y moderna.

En sus apariciones públicas, Madiba disfrutaba bromeando y bailando al son de las arias tradicionales, vistiendo una remera con los colores de África.

De esta manera, promovía el programa «Masakhana» («Cons-truyámonos los unos a los otros»), basado en la reconciliación y la confianza mutua entre las distintas comunidades.

Asimismo, inauguró grandes obras económicas y sociales para luchar contra las desigualdades. Mándela sigue siendo el principal garante de una Sudáfrica multirracial.

Su retiro de la vida política en 1999 dejó un vacío inmenso: la etapa post-Mande-la sigue siendo incierta.

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Acerca del camino de la reconciliación
En 1995, las autoridades sudafricanas crearon la comisión Verdad y Reconciliación.

Dirigida por el arzobispo anglicano y premio Nobel de la paz (en 1984) Desmond Tutu, estuvo compuesta por los representantes de los distintos grupos étnicos.

Su objetivo era reconciliar a los sudafricanos, dejando que las víctimas del apartheid y sus verdugos se expresaran libremente. Durante las sesiones de la comisión, transmitidas por radio y televisión, los testigos relataban las represiones sangrientas, las torturas y los asesinatos cometidos por la policía y el ejército al igual que por las milicias antiapartheid.

Las familias escuchaban estos relatos con gran emoción, más aun cuando los responsables confesaban sus crímenes y mostraban remordimiento con la esperanza de una amnistía.

El espíritu de la comisión apuntaba a que el país mirara el pasado sin afán de revancha, favoreciendo al mismo tiempo el perdón, el arrepentimiento, la concordia civil y la unidad nacional.

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AMPLIACIÓN DEL TEMA:

Un nuevo comienzo: Para abrir las puertas al cambio tuvo que asumir un nuevo gobierno.

El presidente Frederick W. de Klerk, elegido en 1989, levantó la proscripción del CNA y otros grupos de la oposición.

El 11 de febrero de 1990, Mándela quedó en libertad.

De Klerk y Mándela dirigieron la transición del país a una democracia plena en circunstancias difíciles.

Además de la resistencia al cambio de una parte de la minoría blanca, tuvieron que hacer frente a los puntos de vista divergentes de distintas facciones políticas y tribales de la comunidad negra.

Optaron por una solución integradora, en virtud de la cual Mándela fue elegido presidente, en 1994, a la cabeza de un gobierno de unidad nacional en el que estaban representadas fuerzas minoritarias como el Partido Nacional del vicepresidente De Klerk.

El nuevo gobierno era consciente de que, para lograr la unión entre las distintas comunidades, debía pasar a la acción.

En un intento histórico por afrontar la violencia y las violaciones de los derechos humanos que habían tenido lugar en la era del apartheid, el arzobispo Desmond Tutu, otro opositor activo del régimen segregacionista, fue nombrado jefe de la Comisión para la Verdad y la Reconciliación (CVR). Durante tres años, la CVR escuchó el testimonio de víctimas y verdugos.

La CVR no fue concebida como instrumento punitivo y sirvió para dar fe del sufrimiento de las víctimas y garantizar una amnistía para los presuntos culpables.

El resultado de su investigación se publicó en 1998. Denunciaba las atrocidades cometidas por todos los sectores de la sociedad, incluidas las acciones del Club de Fútbol Mándela United, grupo paramilitar negro dirigido por Winnie, la ex esposa de Mándela.

El compromiso de Sudáfrica en el proyecto de la CVR le permitió ganarse el respeto del resto del mundo.

En declaraciones sobre el resultado de estas investigaciones, Mándela hizo un llamamiento al pueblo para «celebrar y consolidar el logro que supone para nuestra nación haber dejado atrás nuestro horrible pasado para siempre».

El héroe en prisión: Aunque prisionero, Nelson Mándela no renunció a su lucha. Desde la cárcel continuó trabajando por la libertad.

Su valentía lo convirtió en un símbolo para sus Hermanos de raza y para todos aquellos que defendían los derechos humanos y la justicia social en cualquier parte del mundo. Cuando en 1986 el gobierno sudafricano le ofreció la libertad condicional, Mándela la rechazó.

Para él, la cárcel donde se hallaba no era distinta al régimen que oprimía a los negros. Mándela siguió reclamando desde su celda la igualdad racial.

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