Historia del Descubrimiento de Petroleo en Argentina:Hitos

Historia del Descubrimiento de Petroleo en Argentina: Hitos

El Estado argentino comenzó a perforar regularmente el subsuelo a principios del siglo XX. Los trabajos de perforación no se limitaban a un área en particular sino que se distribuían por todo el país. En el sur, en la costa patagónica, Comodoro Rivadavia era en esos años una pequeña población que funcionaba como precario puerto de salida de los productos de la zona.

En 1906 el pueblo tenía 300 casas y ranchos, cerca de 800 habitantes, y graves problemas de abastecimiento de agua potable.

Cada 13 de diciembre, los argentinos celebramos el Día del Petróleo en homenaje a lo sucedido en 1907, cuando una cuadrilla de empleados del Ministerio de Agricultura de la Nación que perforaba un pozo en Comodoro Rivadavia descubrió la existencia de hidrocarburos a 539 metros de profundidad.

Historia del Petroleo en Argentina: Descubrimiento,Explotacion e Hitos

Pero aquella no era la primera vez que el petróleo fluía a la superficie desde el subsuelo argentino.

Desde finales del siglo XIX, varios emprendedores habían intentado desarrollar una explotación petrolera para destilar querosene y atender el creciente mercado de iluminación en Buenos Aires y otras grandes ciudades.

Los primeros petroleros argentinos se dirigieron a aquellas regiones en las que había alguna referencia de la existencia de hidrocarburos.

En sus relatos sobre expediciones y viajes por la Argentina, comerciantes, militares y geólogos habían dejado constancia sobre afloraciones de hidrocarburos en zonas de Mendoza, Salta, Jujuy y Neuquén.

Descubrimiento de Petróleo en Comodoro Rivadavia: La Explotación y Extracción

El Estado argentino comenzó a perforar regularmente el subsuelo a principios del siglo XX. Los trabajos de perforación no se limitaban a un área en particular sino que se distribuían por todo el país.

En el sur, en la costa patagónica, Comodoro Rivadavia era en esos años una pequeña población que funcionaba como precario puerto de salida de los productos de la zona.

En 1906 el pueblo tenía 300 casas y ranchos, cerca de 800 habitantes, y graves problemas de abastecimiento de agua potable.

• ►El Descubrimiento:

En 1903, una cuadrilla de perforaciones del gobierno nacional había realizado un primer pozo en busca de agua en el centro de Comodoro, pero la perforación debió ser abandonada sin éxito tras un accidente ocurrido a una profundidad de 165 metros.

Tres años después el ingeniero Enrique Hermitte, a cargo de la recientemente creada División Minas, Geología e Hidrología del Ministerio de Agricultura, encomendó la adquisición de nuevos equipos de perforación en Europa al ingeniero Julio Krause, jefe de la sección Hidrología y Perforaciones.

En base a las características del suelo, se eligieion las perforadoras del sistema Fauck, con capacidad de hasta 500 metros.

El 14 de diciembre de 1906 arribó a Comodoro Rivadavia desde Viena la primera máquina, y fue transportada a un punto situado a tres kilómetros al norte del pueblo y a un kilómetro de la costa, en un sitio de ventajosas condiciones para la provisión de agua.

El 3 de enero de 1907 llegó a Comodoro José Fuchs, formado en la escuela de Minas y Energía de Estrasburgo, que quedó a cargo de los trabajos en el nuevo pozo N° 2.

Las adversas condiciones climáticas postergaron los inicios de la perforación hasta el mes de marzo.

La llegada del crudo invierno patagónico y una sublevación de la cuadrilla de perforadores reclamando mejores condiciones de trabajo demoraron aún más la perforación.

Con la llegada de la primavera todo mejoró.

En noviembre, la perforación había llegado a 515 metros de profundidad, algo más del límite de la capacidad de la máquina, sin ningún descubrimiento de agua o hidrocarburos.

Los trabajos continuaron, y el 12 de diciembre las oficinas de la división Minas en Buenos Aires recibieron una primera comunicación impactante desde Comodoro: “se cree haber dado con una napa de kerosene”.

Krause ordenó suspender la perforación y verificar el hallazgo.

Ya el día 13 de diciembre, un nuevo telegrama confirmó la existencia de hidrocarburos a 539 metros de profundidad, por lo que se comunicó oficialmente el descubrimiento de un yacimiento de petróleo en Comodoro Rivadavia.

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ASI FUE EL DESCUBRIMIENTO DEL PETROLEO EN ARGENTINA

historia del petroleo en argentina

En noviembre comenzó a cundir el desaliento.

Se estaban perdiendo ya las esperanzas de poder dotar de agua a la floreciente población, donde muchos se habían radicado plenos de ilusiones y confiados en la riqueza de la zona.

La decepción sigue en aumento.

Llega Diciembre con la misma desesperanza.

La población ya no confía en la torre que para su funcionamiento insume la escasa cantidad de agua que allí hay y que el pueblo necesita para su consumo. Todo parecía inútil, pero el ingeniero José Fuchs no quiere creerlo.

Tampoco se resigna el administrador de la obra, señor Beguin.

El día 13 de Diciembre el jefe de la misión se va y ordena: “No se perfora más”. Pero ellos no se entregan. Deciden continuar sus trabajos.

El ingeniero Krausse había autorizado perforar hasta 500 metros unos 20 días antes.

Ese día, 13 de Diciembre – viernes - la perforadora Fauck, que dirigía el ingeniero Fuchs, llega a 540 metros.

De pronto se advierte una corriente ascendente, y luego el asombro. Fuchs y Beguin se miran atónitos.

No es agua. Es petróleo. El petróleo salía casi refinado. Mantienen en secreto el descubrimiento y telegrafían a Buenos Aires, a la Dirección de Minas: “Aquí no hay agua, pero hay petróleo”.

La noticia se conoce en la capital antes que en Comodoro Rivadavia.

El pueblo se entera cinco días después y engalana sus calles en espontáneo feriado.

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En los diarios de la época, el acontecimiento quedó registrado como un hallazgo fortuito en la búsqueda de agua, descripción que Hermitte no compartía, pero que no consiguió corregir.

Las hipótesis de la búsqueda de agua y petróleo no son excluyentes, ya que ambos objetivos estaban comprendidos en el estudio exhaustivo del subsuelo que se proponía la Dirección de Minas.

Todo indica, sin embargo, que la elección de Comodoro como punto de perforación obedecía más a la necesidad de encontrar agua para la población de la zona, que al objetivo de hallar minerales como el petróleo.

Tanto o más importante que el descubrimiento fue la acción inmediata del Gobierno.

El carbón era entonces el combustible principal de la matriz energética argentina, y la ausencia de producción local lo convertía en uno de los principales productos de importación, principalmente desde Gran Bretaña, el gran socio comercial de la Argentina.

La eventual disponibilidad en territorio nacional de un combustible sustituto del carbón como el petróleo no pasó desapercibida para nuestros gobernantes.

El 14 de diciembre, el presidente José Figueroa Alcorta decretó una zona de reserva a favor del Estado con un “radio de 5 leguas kilométricas a todo rumbo” desde Comodoro, una superficie de aproximadamente 110.000 hectáreas en tierra, restringiendo así los pedidos de cateo de los privados en la zona.

La rápida velocidad de reacción fortalece la hipótesis de que la Dirección de Minas -en particular Hermitte- ya había previsto las medidas a tomar frente a un hipotético descubrimiento de petróleo en alguna de las perforaciones que realizaba a lo largo del país.

La administración del yacimiento quedó a cargo de la Dirección de Minas.

La precariedad de los elementos utilizados hizo que la producción fuera muy limitada durante los primeros años.

Las carencias presupuestarias y el ambiente hostil del lugar, distante a cinco días por barco de Buenos Aires, complicaban la realización de las tareas.

Las principales dificultades fueron consecuencia de la falta de agua, de los rigores del clima patagónico, y del alto contenido de sal de las aguas de la zona, que destruía los equipos de perforación.

En esos primeros años, las carencias de infraestructura provocaron que el grueso del petróleo producido nunca fuera consumido.

Más de un tercio de la producción se perdía por filtración o evaporación.

Desde Buenos Aires, la explotación de Comodoro era vista como un proyecto experimental, casi como una excentricidad.

Pocos eran conscientes de que estaban construyendo lo que luego sería la primera empresa petrolera estatal del mundo.

• ►Primeros Emprendimientos:

En esos años, no había una legislación específica para las actividades petroleras, que se regían por el Código de Minería de 1886.

El Código respondía de manera muy clara a dos preguntas básicas sobre el régimen legal aplicable al petróleo.

¿De quién eran los hidrocarburos?.

De las provincias o de la Nación, en función de la localización de los yacimientos.

¿Quién debía explotarlos?.

Los particulares, con una explícita prohibición de que lo hiciera el Estado.

En la práctica, el empresario particular solicitaba un permiso de cateo para explorar un área de hasta 2.000 hectáreas, en la que debía comenzar a realizar los trabajos correspondientes en un período no mayor a 30 días, y donde debía perforar al menos un pozo en un plazo no mayor a 290 días.

En caso de producirse descubrimientos, el empresario podía solicitar una concesión por tiempo ilimitado, con el compromiso de mantener trabajos en la mina pero sin ninguna obligación de pago al Estado.

Toda la renta del recurso del subsuelo era para el empresario que lo había hallado.

Los pagos por regalías y por el impuesto a las ganancias llegarían en la década del treinta.

Estas condiciones, que con el paso del tiempo se probaron excesivamente favorables para las empresas, no bastaron en aquellos años para consolidar una explotación petrolera.

Otros factores negativos pesaron más: un mercado demasiado incipiente para la colocación de los productos, falta de capital, dificultades técnicas, carencias en infraestructura de transporte, y la desafortunada ausencia de un descubrimiento importante.

Si tuviéramos que elegir una de las empresas que protagonizaron la “prehistoria” del petróleo argentino, nos quedamos con la “Compañía Mendocina Explotadora de Petróleo”, creada y conducida por el mendocino Carlos Fader (imagen arriba) , padre del conocido artista plástico Fernando Fader.

Fader visitó Mendoza en el verano de 1885, y su entusiasmo con el potencial del petróleo de Cacheuta lo llevó a Europa, en donde hizo analizar muestras, visitó explotaciones petroleras, y contrató personal y equipamiento para su nueva compañía.

Los primeros cuatro pozos se perforaron en 1887 bajo la supervisión de un geólogo polaco traído al país por Fader.

Tres resultaron productivos, y al año siguiente se perforó un quinto pozo adicional que resultó ser el de mayor caudal, por lo que se decidió explotar comercialmente al yacimiento.

La Compañía Mendocina llegó a poseer una concesión de 19.000 hectáreas en Cacheuta, y construyó un pequeño oleoducto hasta las vías del ferrocarril.

Pero mientras que en los Estados Unidos los productores de petróleo tenían un mercado donde vender su producto y medios para transportarlo, en la Argentina estaba todo por hacer.

Las dificultades para poner en marcha una empresa de petróleo excedían a la propia industria.

Los ferrocarriles, vinculados al mundo británico del carbón, no tenían incentivos para favorecer el desarrollo de la nueva industria.

Pocos años después, mientras el país vivía una severa crisis financiera, la Compañía Mendocina fue afectada por el impacto simultáneo del declive en la producción de los pozos mendocinos y de una experiencia frustrada en el norte argentino.

En 1897, tras haberse perforado casi 30 pozos y producido cerca de 8.000 toneladas de petróleo desde la primera perforación, la actividad fue prácticamente abandonada.

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• El surgimiento del nacionalismo petrolero argentino:

Roque Sáenz Peña, quien asumió la presidencia el 12 de octubre de 1910, le brindó un fuerte impulso a la explotación de petróleo en el sur.

Pocas semanas después de su asunción, decretó que la explotación petrolera en la zona de reserva se efectuaría por administración estatal, desechando la alternativa de una licitación entre empresarios privados.

Se creó y reglamentó la Dirección General de Explotación del Petróleo de Comodoro Rivadavia, una nueva dependencia dentro del Ministerio de Agricultura que sería el embrión de la futura YPF.

Para conducir la nueva dirección se formó una Comisión Administradora especial presidida por el ingeniero Luis Augusto Huergo y de la que también formaba parte Enrique Hermitte.

El ingeniero Huergo tenía 73 años cuando fue nombrado al frente de la Comisión Administradora, y una importante carrera pública en Argentina.

Como administrador en Comodoro fue designado el ingeniero Leopoldo Sol, que hasta ese entonces trabajaba en la Dirección de Minas junto a Hermitte.

Al igual que sus antecesores, los nuevos administradores se encontraron con serias deficiencias en materia de infraestructura.

Amén de las propias dificultades en la perforación de pozos, las restricciones en materia de almacenamiento y transporte impedían aumentar la disponibilidad de petróleo.

En ese marco, el ingeniero Huergo inició una infatigable batalla por conseguir más recursos del Congreso para la explotación de Comodoro.

Ante las sucesivas respuestas negativas a sus pedidos de fondos, Huergo decidió jugar fuerte.

En abril de 1913 envió un extenso e inflamado memorando al ministro de Agricultura afirmando que “los yacimientos de Comodoro Rivadavia eran de los más ricos y extensos del mundo”.

Tras justificar un nuevo pedido de fondos, denunció la acción de los trusts internacionales y sus cómplices locales.

El escrito de Huergo generó una enorme polémica.

No era para menos; el director de la explotación petrolera estatal denunciaba el acaparamiento de grandes extensiones de tierra en la zona de Comodoro por parte de los trusts petroleros internacionales, en particular la Standard Oil, con la supuesta complicidad de funcionarios del gobierno.

Con el tiempo, el memorando de Huergo se convertiría en un documento central del nacionalismo petrolero argentino.

Sin embargo, las imputaciones tenían bases sumamente débiles, y el propio Huergo debió retroceder: “No niego que puede haber alguna exageración en mis palabras, pero el propósito las salva”, declaró al diario La Nación pocos días después.

En sintonía con el discurso de Huergo, Sáenz Peña decidió prohibir por decreto la denuncia de minas alrededor de la zona reservada en Comodoro.

El desarrollo de la explotación estatal había atraído a empresarios privados que rodearon la zona de reserva con solicitudes para buscar petróleo.

Entregar concesiones con arreglo al viejo Código de Minería significaba otorgar la explotación del recurso sin ninguna contrapartida a favor del Estado.

Y en la mayor parte de los casos, esas concesiones eran otorgadas a especuladores cuyo único objetivo era luego negociar la cesión de sus derechos a verdaderas empresas petroleras.

Naturalmente, el Estado no podía sentirse satisfecho con un arreglo de ese tipo.

Al forzar la aplicación estricta del Código de Minería, el decreto de Sáenz Peña resultó muy efectivo contra los especuladores.

Sólo sobrevivieron tres concesiones de cateo, rigurosamente evaluadas por un inspector de minas instalado en forma permanente en Comodoro.

Eran las áreas explotadas por el Sindicato de Perforaciones, la Compañía Argentina de Comodoro Rivadavia y Astra, una empresa creada en 1916 que continuó produciendo petróleo a lo largo de todo el siglo XX.

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• Dilema,La Explotación del Petróleo, ¿Privada o Estatal?

¿Explotación estatal o privada?
A fines de 1918, las grandes petroleras internacionales se lanzaron activamente a ocupar posiciones en la aún incipiente industria petrolera local.

En un período de no más de cuatro años, las principales empresas desembarcaron en Argentina revolucionando la industria local, y provocando un optimismo exagerado sobre el potencial petrolero del país.

La Standard Oil of New Jersey (la Exxon actual) ingresó primero en Neuquén y luego en Salta.

Su hermana, la Standard Oil of California (hoy Chevron) adquirió la Compañía Argentina de Petróleo y Minas, presidida por Carlos Alfredo Tornquist y Pedro Piccardo.

En Comodoro desembarcaron la Anglo Persian y la Shell, y el pool de ferrocarriles ingleses en Argentina formó la Compañía Petrolera “Ferrocarrilera”.

El ingreso de las empresas internacionales dio lugar a un fenómeno nuevo: los contratos de arrendamiento de áreas petrolíferas contra el pago de regalías. Varias compañías locales lograron acuerdos de este tipo con empresas extranjeras: la Compañía Argentina con la Ferrocarrilera, la compañía Sol con la Anglo Persian, la Challacó con la Standard Oil, y Godofredo Madlener con Diadema/Shell.

El cobro de regalías por más del 10% de la producción por parte de empresas locales que no realizaban ya ninguna actividad, y cuyo mérito principal había sido conseguir permisos de cateo en zonas próximas a descubrimientos realizados por un Estado que no recibía ningún beneficio por esas explotaciones, comenzó a ser duramente cuestionado.

Los casos más irritantes eran aquellos en los que los intermediarios eran ex funcionarios de gobierno vinculados a la actividad petrolera, como el ex ministro de Agricultura, Horacio Calderón, y el ex administrador de la explotación estatal en Comodoro, Leopoldo Sol.

Todos los hombres de negocios de la Argentina soñaban con hacerse de un permiso en áreas con potencial petrolero para negociarlo con las compañías internacionales.

Con escasas excepciones -entre las que se destaca Astra- los flamantes empresarios petroleros argentinos prefirieron ubicarse en un rol de intermediarios y gestores de los petroleros internacionales antes que dedicarse a desarrollar compañías propias.

Este comportamiento especulativo de los capitalistas locales tendría una influencia importante en el devenir de la política petrolera.

El dilema entre explotación estatal o privada de los recursos petroleros se convertiría en la opción entre explotación estatal nacional, o explotación privada extranjera.

Entretanto, la explotación estatal se beneficiaba con la trayectoria alcista de los precios internacionales del petróleo que siguió a la finalización de la guerra europea, pero el panorama era menos alentador en materia de producción.

El yacimiento de Comodoro, perforado sin demasiado cuidado a lo largo de más de diez años, estaba perdiendo presión, y como ocurre tarde o temprano con cualquier campo petrolero del mundo, la producción había comenzado a declinar.

En el período 1915-1919, la producción promedio de todos los pozos había caído de casi 15 metros cúbicos diarios por pozo, a sólo 6 metros cúbicos diarios por pozo.

Sin yacimientos nuevos que agregaran nuevas reservas, era necesario perforar cada vez más pozos sólo para mantener los mismos niveles de producción.

A partir de la segunda mitad del año 1920, las condiciones prevalecientes en el mercado energético comenzaron a cambiar y los precios del petróleo tendieron a reducirse pari passu con los del carbón importado, cuyo mercado ya no sufría los efectos de la guerra.

Mientras que las empresas privadas reaccionaron rápidamente al nuevo escenario, la explotación estatal, sometida a la burocracia del Ministerio de Agricultura y acostumbrada a racionar sus ventas frente a una demanda siempre insatisfecha, mostró gran dificultad para adaptarse a las nuevas condiciones de un mercado sobre-ofertado que, por primera vez desde el descubrimiento, no estaba dispuesto a adquirir todo el petróleo que la explotación estatal pusiera a la venta.

La repartición estaba completamente desinformada sobre la evolución de los mercados petroleros del mundo.

La falta de reacción provocó a la explotación estatal una importante pérdida de participación en el mercado a manos de los importadores y de los nuevos productores privados.

En materia de producción, la explotación en Comodoro había logrado una mejora importante en el rendimiento de los nuevos pozos perforados, que creció del mínimo de 11,6 metros cúbicos diarios por pozo obtenido en 1919 a casi 27 metros cúbicos diarios en 1920.

Desafortunadamente, las deficiencias en la política comercial hacían cada vez más difícil la venta de la producción adicional.

En el verano de 1921, luego de la entrada en producción de un nuevo pozo de alta productividad (el famoso pozo N° 128), las autoridades debieron contener la extracción como consecuencia del estancamiento de las ventas y de las carencias en materia de infraestructura de transporte y almacenamiento.

Pese a las dificultades en las ventas y las restricciones impuestas, la producción siguió aumentando a un ritmo significativo: al 20% de incremento anual de 1920 se sumó un 23% en 1921, y un 24% en 1922, alcanzando una producción anual de 343.910 metros cúbicos de petróleo.

En el terreno de las finanzas, los resultados se veían cada vez más comprimidos como corolario de la reducción de los precios y del permanente aumento de los gastos de explotación.

Los ingresos fueron en 1922 similares a los de cuatro años antes, con un precio 58% inferior y un volumen de ventas 56% mayor. Pero los costos de explotación se habían incrementado un 240%.

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PRINCIPALES HITOS EN LA HISTORIA DEL PETRÓLEO EN ARGENTINA

1907

El pozo número 2: Descubierto el 13 de diciembre de 1907 marca el inicio de la industria petrolera argentina. El hallazgo es de trabajadores del Estado e impulsa la creación de YPF.

El 12 de diciembre las oficinas de la división Minas en Buenos Aires recibieron una primera comunicación impactante desde Comodoro: “se cree haber dado con una napa de kerosene”.

1922

EL GENERAL MOSCONI: El General Enrique Mosconi fue designado en 1922 director genera! de YPF por el presidente Yrigoyen. El Gobierno destinó un monto inicial y desde ese momento fue autosuficiente.

1947 - 1950

EL ROL DE PERÓN: La California
Hasta 1913 las concesiones petroleras eran a perpetuidad. Perón firmó un contrato con La California de EE.UU. En 1947 hubo versiones sobre de expropiación que no se concretó.

LA MAYOR DE LA ARGENTINA: Rol clave
YPF llegó a contar con 50.000 empleados y fue clave en la producción petrolera del país. Entre 1940 y 1970 la producción petrolera semultiplicó7 veces y la de gas, 14 veces.

1958

Los años oscuros: La última dictadura militar en el país dejó a YPF sumida en una profunda crisis financiera. Había sido hasta entonces fuente de empleo para numerosas generaciones.

1992

LAS PROVINCIAS: Tensión: Carlos Menem impulsó la transferencia del dominio del negocio petrolero desde el gobierno nacional hacía las provincias. Eso le permitió definir la privatización de YPF.

PRIVATIZACIÓN 1992: En medio de un proceso de achicamiento que dejó a miles de empleados en la calle, la privatización quedó consumada con la sanción de la Ley 24.145, el 24 de septiembre de 1992.

1999

LA VENTA TOTAL
Repsol: Hasta 1999 hubo un modelo mixto en YPF. Ese año la española Repsol adquirió el último 24% de las acciones estatales y provinciales y lo que quedaba en manos del sector privado.

2007

KIRCHNER: Con el respaldo de Néstor Kirchner, el Grupo Petersen, déla familia Eskenazi, adquirió el 14,9% y en mayo de 2011 aumentó su participación, para llegara al 25,46%.

2012

EXPROPIACIÓN: Argentina expropia a Repsol su filial YPF. El Estado declara de utilidad pública y sujeto a la expropiación el 51% de las acciones pertenecientes a Repsol-YPF. De ese porcentaje, el 51% iría a manos del Gobierno Nacional y el otro pasaría al control de las diez provincias productoras de hidrocarburos.

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• ►PARA SABER MAS...

Del querosén al petróleo: Si bien la existencia de petróleo en el actual territorio argentino era conocida desde la época colonial, los primeros intentos de proceder a su explotación con fines comerciales datan de la segunda mitad del siglo XIX.

Los comienzos de la industria petrolera argentina son, pues, relativamente tempranos.

En 1865, se constituyó en el norte argentino la Compañía Jujeña de Kerosene. Mientras otros intentos posteriores de explotación petrolífera languidecían, en Mendoza se formó, en 1886, la Compañía Mendocina de Petróleo SA con el objeto de explotar el yacimiento de Cacheuta.

La empresa representó el primer esfuerzo por integrar todas las etapas de la industria petrolera y subsistió hasta 1909.

Es que a fines del siglo XIX, no existían las condiciones económicas y técnicas indispensables para el pleno desarrollo de la industria petrolera nacional.

El descubrimiento del yacimiento de Comodoro Rivadavia, a fines de 1907, inauguró, en cambio, una nueva etapa en la historia del petróleo argentino.

La intervención estatal resultó decisiva en la medida en que, desafiando dificultades y presiones de toda clase, sentó las bases sobre las que se levantó la moderna industria petrolífera.

Fue el Estado el que inició la exploración y explotación sistemática del yacimiento que había descubierto y el que creó, además, la infraestructura necesaria para lograr su explotación comercial.

Así, y no obstante haberlo prohibido el Código de Minería, el estado argentino empezó por convertirse en concesionario de minas de petróleo mediante la creación de reservas fiscales en las zonas de riqueza petrolífera comprobada o probable, la primera de las cuales, de unas 200.000 hectáreas, fue fijada por decreto del presidente José Figueroa Alcorta al día siguiente de producido el hallazgo de petróleo en Comodoro Rivadavia.

La creación de las reservas no sólo tenía el propósito de sustraer las superficies afectadas de la actividad minera particular, sino también el de posibilitar en éstas —lo que quedó claro poco después la prospección y explotación fiscal de petróleo.

El gobierno argentino instituyó, en efecto, la Dirección General de Explotación de Petróleo de Comodoro Rivadavia en 1910, con el objeto de asumir la exploración y explotación de dicha zona.

La labor cumplida por la repartición, antecesora de Yacimientos Petrolíferos Fiscales, fue lenta y ardua pero, a la postre, exitosa.

historia del petroleo argentino

Breve reseña ilustrada por YPF acerca de las antiguas utilizaciones del petróleo

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Fuente Consultada: Revista Todo es Historia Nro. 484
Bibliografía: Nicolás Gadano Historia del Petróleo en Argentina 1907-1955: Desde los inicios hasta la caída de Perón.

Enlace Externo:La Explotacion de Hidrocarburos en Argentina


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