Método de Relajación Ocular de Bates-Grandes Cientificos Desconcoidos
Método de Relajación Ocular de Bates
William Horatio Bates (1860-1931)
William Horatio Bates ejerció una gran influencia sobre miles de personas con serios defectos oculares a principios de este siglo, con su idea de que las gafas eran simples «muletas para ojos» y podía prescindirse de ellas.
Su sistema de «relajación ocular» se suele considerar hoy inútil y sus teorías dignas de un charlatán.
Sin embargo fue la primera figura importante de la tendencia moderna a sustituir las gafas por ejercicios oculares para tratar los defectos visuales
Bates nació en Newark, Nueva Jersey, se graduó en Cornell en 1881 y recibió su título de Medicina en el Colegio de Médicos y cirujanos, en 1885.
Fue ayudante clínico en el Hospital de Ojos y Oídos de Manhattan y médico residente en el Hospital Bellevue y más tarde en la Enfermería de los Ojos de Nueva York.
Desde 1886 a 1891 Bates, especialista en ojos, oídos, nariz y cuello, enseñó oftalmología en la Escuela Médica de Postgraduados y Hospital de Nueva York.
Luego empezó una serie de misteriosos acontecimientos.
En 1902 desapareció.
Unos meses después su mujer supo que estaba trabajando en un hospital de Londres.
Cuando acudió a su lado lo encontró en un estado de agotamiento y sin poder recordar lo sucedido.
Dos días después desapareció de nuevo.
La señora Bates buscó a su marido por toda Europa sin éxito.
Regresó a los Estados Unidos y continuó su infructuosa búsqueda hasta su fallecimiento.
Un colega oculista lo descubrió, en 1910, practicando en Grand Forks, Nueva Dakota, donde residía desde hacía seis años.
Se persuadió a Bates para que regresara a Manhattan y trabajó como médico residente en el Hospital de Harlem hasta 1922.
En 1920 publicó por cuenta propia un libro titulado Curación de la vista defectuosa mediante el tratamiento sin gafas (Cure of Imperfect Eyesight by Treatment wiihout Glasses), un «compendio fantástico», según un biógrafo de Bates, «de casos extravagantemente exagerados, inferencias injustificadas e ignorancia anatómica».
El Método de relajación ocular de Bates, pues éste es el nombre del remedio, se basa en su teoría de la acomodación, es decir, del proceso que tiene lugar dentro del ojo cuando mira un nuevo objeto a mayor o menor distancia.
Bates creía que la causa de todos los errores refractivos, como miopía, presbicia y astigmatismo, era simplemente el «esfuerzo», debido a su vez a un «estado anormal de la mente».
El bizqueo u otra perturbación funcional del ojo, por ejemplo, no es más «que un pensamiento equivocado y su desaparición es tan rápida como el pensamiento que relaja. Si la relajación es sólo momentánea, la corrección es momentánea. Cuando se hace permanente, la corrección es permanente».
El sistema de Bates supone una «fijación central», es decir, aprender a ver sin esfuerzo.
Los pacientes aprendían primero a «tapar» cubriendo ambos ojos con las palmas de las manos y tratando de pensar en un «negro perfecto».
Bates creía que cuando un paciente era capaz de ver una negrura pura, se producía una mejora inmediata de la vista.
El paciente aprendía luego el «desplazamiento» y el «balanceo».
Al decir desplazamiento, Bates se refería a un movimiento hacia adelante y hacia atrás hasta que se creaba la ilusión de un objeto balanceándose a un lado y a otro.
Se recomendaba a los pacientes cuanto más corto fuese el desplazamiento mayores serían los efectos benéficos.
Además de tapar, desplazar y balancear, Bates recomendaba también reforzar los ojos leyendo en condiciones especialmente difíciles.
Se explicaba también a los pacientes que sus ojos se reforzarían mirando directamente al Sol breves instantes, para que los rayos beneficiosos pudiesen bañar la retina, sistema que según la mayoría de médicos puede causar con facilidad daños permanentes en la retina.
Bates aseguraba también que el bizqueo, las manchas en los ojos e incluso el parpadeo de las estrellas se debían a los esfuerzos del ojo.
Los físicos sostienen, en general, la idea de que el parpadeo de las estrellas se debe al paso de corrientes de aire de distintas densidades, pero Bates aseguraba que el parpadeo estaba totalmente dentro de nuestra mente.
El parpadeo cesa cuando los ojos dejan de esforzarse, decía.
«No sólo desaparecen todos los errores de refracción y todos los trastornos funcionales del ojo cuando éste ve mediante la fijación central, también quedan aliviadas muchas situaciones orgánicas», declaraba Bates.
Según su obra, estados físicos como la glaucoma, el principio de catarata y la iritis sifilítica (inflamación del iris del ojo) «desaparecen cuando se ha conseguido la fijación central.
Se consigue a menudo una mejora en pocos minutos y en casos raros la mejora es permanente.
También se benefician con el sistema infecciones y enfermedades causadas por las toxinas de la fiebre tifoidea, gripe, sífilis y gonorrea.
Aunque entre en el ojo un cuerpo extraño, si se mantiene la fijación central no se produce enrojecimiento ni dolor».
Bates enseñó su método a centenares de discípulos.
Surgieron cu todo el territorio muchos «estudios»: así llamados porque para dirigir una «clínica» se necesitaba el título de médico.
Quizás uno de los maestros más conocidos que estudió con Bates fue la señora Margaret Darst Corbett, de Los Angeles, quien se enfrentó con éxito a una denuncia por parte de los oculistas, optometristas y oftalmólogos colegiados de California del Sur por «practicar la medicina y la optometría sin licencia».
La sala del tribunal se llenó de testigos con edades comprendidas entre 5 y 85 años que, según decían, habían recuperado la vista normal gracias a las lecciones de la señora Corbett.
Sólo en Los Ángeles se ofrecieron 500 personas para testimoniar en favor de la señora Corbett.
En su defensa dijo simplemente que no era médico. Era maestra. «Normalizo los ojos mediante la relajación» declaró la señora Corbett, «no diagnostico ni prescribo ni medico.»
Si existe la posibilidad de un estado patológico, envío a los clientes a sus propios médicos para que los examinen y diagnostiquen. Yo enseño que cuando una persona tiene algo de vista puede desarrollar más, no con ejercicios, empujones, o esforzando todavía más unos ojos cansados, ni tampoco utilizando unos lentes fuertes, sino dejando a los ojos cómodos y relajados, dejándoles ver, sin obligarlos más».
La señora Corbett, que falleció el 2 de diciembre de 1962, ganó el juicio porque demostró que mejoraba la visión deficiente únicamente mediante la relajación.
Entre los convertidos más eminentes de Bates, están el auto-titulado experto en cuestiones de sanidad Bernarr Mac Fadden y el escritor Aldous Huxley, víctima de una temprana infección ocular que dejó sus córneas con cicatrices permanentes.
Huxley se hizo seguidor del Método Bates y confesó que este método había beneficiado mucho su vista.
Más tarde (1942) escribió un libro El arte de ver (The Art of Seeing) que resumía las teorías de Bates e incluía otras formas de terapia inspiradas en el mismo Huxley.
Bates falleció el 10 de julio de 1931 en la ciudad de Nueva York, pero sus teorías y métodos excéntricos continuaron siendo populares.
Llegó a haber hasta 50 maestros en la zona de Los Ángeles trabajando con pacientes y enseñando el Método Bates.
En la actualidad, aunque existen algunos estudios en Los Andeles y dos en San Francisco, sólo hay uno en San Diego, uno en Kansas City y uno en Nueva York; este último sólo acepta clientes enviados por un médico.