Biografia de Amenofis III Reinado del Faraon Egipcio

Biografia de Amenofis III Faraon Egipcio

FARAON EGIPCIO AMENOFÍS III (r. de 1411 a 1375 a. de J. C.)
Ha sido denominado el Magnífico, y realmente lo fué por lo dilatado de su imperio, lo fabuloso de sus riquezas y la posición predominante que logró su corona entre las naciones del Próximo Oriente.

Como legado de las conquistas de Tutmosis III y de la sabia política de sus dos inmediatos sucesores, los faraones Amenofis II y Tutmosis IV, el Magnífico pudo disfrutar de una situación privilegiada de poderío.

Durante su largo reinado Egipto vivió un período de paz ininterrumpida, al cual corresponde el ápice máximo alcanzado en el transcurso de su dilatada evolución histórica.

Amenofis III (Amenhotep) llevaba sangre mitani en sus venas, puesto que era hijo de Tutmosis IV y de la princesa Mutemeye, descendiente del rey mitani Artatama.

AMENOFIS iii faraon egipcion

Este hecho preside el destino de su vida y de su política. Al período de enconadas luchas provocado por la espada conquistadora del gran Tutmosis, sucede muy pronto una etapa de pacíficas relaciones internacionales.

Babilonia, primero, y luego el rey de Mitani, han reconocido las conquistas hechas por Egipto en Palestina y Siria, y, convencidos del poder de los faraones, buscan su amistad y pretenden asegurarla por enlaces dinásticos.

Amenofis III accede a fomentar estas relaciones. Renovando el ejemplo de su padre, recibe en su harén real a Gilukepa, hija de Schutarna de Mitani, y da por esposa al príncipe heredero a otra mujer de estirpe real mitani: Tadukhipa, hija de Tushratta.

Por otra parte, las princesas egipcias contraen matrimonio con los soberanos de Babilonia y Arzavia.

Estas excelentes relaciones explican sobradamente la paz que impera en Egipto bajo Amenofis III. El faraón se dedica a impulsar las construcciones religiosas.

En su época todo se hace colosal e insuperable: la sala hipóstila del templo de Luksor, las monumentales figuras que dominan la orilla izquierda del Nilo (colosos "de Memnón), los templos que se levantan en todas partes, desde Nubia al Delta.

El arquitecto Amenhotep, hijo de Hapu, dirige con mano segura la actividad desbordante del soberano.

Aunque en las inscripciones oficiales Amenofis III pretendió haber superado la gloria militar de sus predecesores, e incluso la de Tutmosis III, lo cierto es que representa el primer estadio de la decadencia guerrera de Egipto.

En su reinado apenas si pueden citarse hechos de carácter bélico, como no sea la expedición de castigo que dirigió contra los nubios en 1406.

Sin embargo, al final de su vida empezó a fermentar la sedición en Siria, instigada por el rey de los hititas Shubiluliuma.

Este mismo hecho demuestra la poca decisión del soberano egipcio, rendido por la vida muelle y blanda de la corte de Tebas, puesto que Amenofis III no supo tomar las medidas oportunas para atajar el movimiento de rebeldía y desarraigarlo por la fuerza.

Un año antes de su muerte, los ejércitos de Shubiluliuma invadieron Siria, so pretexto de defenderla de una agresión de Tushratta de Mitani, y se instalaron en el país.

Sólo los pueblos de Palestina, fenicios y cananeos, se mantuvieron fieles a la corona de los faraones.

En ese trance angustioso cerró los ojos el Magnífico, no sabemos si percatándose de la trascendencia real de aquellos acontecimientos.

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