Biografia de Ramon Cajal Santiago:Obra Científica Sobre las Celulas
Biografía de Ramón Cajal Santiago y Su Obra Científica Sobre las Celulas Nerviosas
Un histólogo español recibe en 1906 el premio Nobel de Medicina y Fisiología. Con este prestigioso galardón se reconocen sus investigaciones sobre las leyes que rigen las conexiones de las células nerviosas del cerebro humano.
Santiago Ramón y Cajal, médico especializado en histología, investigó la morfología, las conexiones y el funcionamiento de las células nerviosas del cerebro humano.
Nacido en Petilla de Aragón, en 1852, estableció la teoría neuronal, según la cual el tejido nervioso estaba compuesto en su totalidad por células nerviosas y sus conexiones, y descubrió los vínculos de las células de la masa gris cerebral y de la médula espinal.
BIOGRAFIA
Santiago Ramón y Cajal nace en Petilla de Aragón el 1º de mayo de 1852, hijo de Justo Ramón y Antonia Cajal.
Toda su niñez y adolescencia van a estar marcados por los continuos cambios de residencia entre las distintas poblaciones del Alto Aragón, traslados motivados por la profesión de médico que ejercía su padre.
Su formación se inició en Valpalmas, donde acudió a la escuela local, aunque de hecho su primer maestro fue su propio padre, que le enseñó a leer y a escribir, le inició en la aritmética, en geografía y en francés.
En el año 1860 su padre es nombra do médico en Ayerbe, y toda la familia se traslada a dicha localidad.
Allí se convirtió en un pésimo estudiante y se acentuaron sus travesuras al verse más desatendido por su padre. Por estos motivos le enviaron a estudiar el bachillerato al colegio de los Escolapios de Jaca en 1861.
El régimen de terror imperante en dicha institución hizo sus padres cambiar de opinión y le mandaron a estudiar al instituto de Huesca.
Durante estos años y por orden expresa de su padre, compagina los estudios con el trabajo en una barbería.
Santiago Ramón y Cajal (1852-1934): histólogo español obtuvo el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1906.
Pionero en la investigación de la estructura fina del sistema nervioso, Cajal fue galardonado por haber aislado las células nerviosas próximas a la superficie del cerebro.
En 1892 se instaló en Madrid y fue nombrado catedrático de histología de la universidad de Madrid, donde trabajó y prolongó su labor científica hasta su muerte.
En 1873, ganó por oposición una plaza de Sanidad Militar y al siguiente año fue destinado a Cuba con el grado de capitán. Se doctoró en Madrid en 1877.
En 1879 fue, por oposición, director de Museos Anatómicos de la Universidad de Zaragoza; catedrático de Anatomía en la Universidad de Valencia (1883).
Fruto de sus trabajos fue el Manual de Histología y técnica micrográfica (1889). Catedrático de Histología en la Universidad de Barcelona (1887), dio a conocer poco después sus grandes descubrimientos sobre las células nerviosas.
En 1892 obtuvo la cátedra de Histología normal y Anatomía patológica de la Universidad de Madrid.
El Gobierno español creó el Laboratorio de Investigaciones Biológicas y la revista Trabajos de Laboratorio, que substituyó a la Revista trimestral de Micrografia, publicada por él desde 1897, y le encomendó la dirección de ambos.
Entre 1899 y 1920 dirigió el Instituto Nacional de Higiene; en 1906 compartió con C. Golgi el premio Nobel de Medicina por sus investigaciones acerca de la estructura del sistema nervioso.
Además de la obra citada, deben mencionarse entre las fundamentales las siguientes; Textura del sistema nervioso del hombre y de los vertebrados (1899-1904), Estudios sobre degeneración y regeneración del sistema nervioso (1913-14), Reglas y consejos sobre investigación biológica.
LA ACTIVIDAD DE LAS NEURONAS: Estudió la morfología y las conexiones de las neuronas, y observó que las células nerviosas tenían una forma de unión especial, llamada sinapsis, que no ocurre por contacto directo sino por una especie de zona de unión entre las terminaciones de las unas y las otras.
También estudió la degeneración y regeneración de las células nerviosas, dado que la neurona es una célula nerviosa que, una vez madura, no tiene capacidad de división. Por esta razón el número de neuronas es siempre el mismo desde el nacimiento. Así, estableció la individualidad de las neuronas como unidades nerviosas.
SOBRE SU TRABAJO CIENTÍFICO:
Teoría de la neurona:
1889: De todas las células, las nerviosas parecen las más complejas, y de todos los órganos y sistemas de órganos, el cerebro y el sistema nervioso parecen los más complejos.
Además, de todas las partes del cuerpo humano, el cerebro y el sistema nervioso son, o deberían ser, los más interesantes, puesto que determinan nuestra condición de humanos.
Waldeyer-Hartz fue el primero en sostener que el sistema nervioso estaba constituido por células separadas y por sus delicadas extensiones.
Estas últimas, señalaba, se aproximaban entre sí pero no llegaban a tocarse y mucho menos a juntarse, de modo que las células nerviosas permanecían separadas.
Llamó a las células nerviosas neuronas, y su tesis de que el sistema nervioso está compuesto por neuronas separadas es la llamada teoría de la neurona.
El histólogo italiano Camillo Golgi (Í843 o 1844-1926) había ideado quince años antes un sistema de tinción con compuestos de plata, que ponía al descubierto la estructura de las neuronas con todo detalle.
Utilizando esa tinción, pudo demostrar que la tesis de Waldeyer-Hartz era correcta.
En efecto, mostró que en las neuronas se operaban complejos procesos, pero que los de una no afectaban a los de sus vecinas, pese a estar muy próxima a ellas.
Los delgados espacios que las separaban se llaman sinapsis (es curioso que esta palabra derive de la griega que significa «unión», pues a simple vista parece que se unen, pero en realidad no es así).
Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) perfeccionó la tinción de Golgi, y en 1889 desentrañó la estructura celular del cerebro y del bulbo raquídeo con detalle, fundamentando sólidamente la teoría de la neurona.
Por sus trabajos sobre la teoría de la neurona, Golgi y Ramón y Cajal compartieron el premio Nobel de medicina y fisiología en 1906.
En 1904 concluye su gran obra Textura del sistema nervioso del hombre y de los vertebrados. Dos años después, en 1906, recibe junto al histólogo italiano Golgi el premio Nobel de Fisiología y Medicina.
SUS OBRAS: Su labor incesante durante toda su vida se ve plasmada en otras obras como Estudios sobre degeneración y regeneración del sistema nervioso (1913-14), Manual técnico de anatomía patológica (1918) y la creación de nuevos métodos como el del formal urano para la tinción del aparato endoneuronal de Golgi y la técnica del oro sublimado.
En 1922 se jubila como catedrático y le es concedida la medalla de Echegaray. Durante sus últimos años sigue publicando nuevas obras como Técnica micrográfica del sistema nervioso y ¿Neuronismo o reticulismo?, considerada como su testamento científico.
Su vida concluyó en Madrid el 17 de octubre de 1934 pero su obra siguió y sigue viva gracias a la creación de la institución científica que lleva su nombre.
En 1952 se rindió un homenaje a don Santiago en «Hipócrates Sacrum» en Montpellier; sus discípulos, doctor Turchini y doctor Paulís, muestran una abundante ilustración sobre la vida de Ramón y Cajal.
A pesar de la natural aversión que Ramón y Cajal sentía por la relación social, su extraordinaria popularidad y prestigio mundiales le obligaron a frecuentar los círculos selectos, políticos, intelectuales y distinguidos de la época.
Tuvo ocasión así de relacionarse con las personalidades más destacadas de la nación: José Echegaray, Menéndez y Pelayo, Benito Pérez Galdós, José Canalejas, conde de Romanones, Pelayo, Maura, Silvela y tantos otros
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SU OBRA DURANTE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL:
En 1914 el cruel estallido de la Primera Guerra Mundial conmovió a toda Europa.
Aunque España guardó neutralidad, en su interior se vivía una política muy agitada.
Pero ajenos, o casi ajenos, a los tristes acontecimientos europeos y españoles, don Santiago y sus colaboradores continuaban sin desfallecer sus investigaciones en el laboratorio.
Las dificultades eran mayores que en tiempos pasados.
Trabajaban aislados, porque la guerra había roto toda comunicación entre los sabios europeos.
Desconocían, pues, cuantos adelantos científicos se producían en el mundo.
Los materiales y el equipo, que debían importarse, habían elevado excesivamente su costo y aumentado las dificultades de obtención.
También la cuestión de imprenta había elevado sus precios hasta hacerlos prácticamente inasequibles a las posibilidades del laboratorio.
Todo eran problemas para don Santiago.
No obstante, el tesón y la voluntad hicieron milagros y el equipo de investigadores logró varios descubrimientos importantes.
Una vez terminada la guerra y restablecida la comunicación en el mundo científico, Ramón y Cajal sufrió las mayores tristezas. Los que eran sus mejores amigos, admiradores y seguidores de su obra, habían muerto. Así, van Gebuchten, Waldeyer, Retzius, Ehrlich, Krause y Edinger.
Sólo quedaban algunos científicos americanos interesados en sus investigaciones, pero no conocían el español.
Y entonces puso rápidamente manos a la obra, para remediar aquel error de previsión suyo. Hizo que se tradujesen al alemán, francés e inglés los trabajos más importantes suyos y de sus colaboradores, aunque tuvo que pasar por la amarga decepción de que, en general, sus trabajos quedaban desconocidos, pues eran varios los científicos que se atribuían descubrimientos hechos por él años antes.
UN GRAN CURIOSO PRECOZ:
Las continuas travesuras de Santiaguo tenían la virtud de acabar la paciencia del maestro, y no era para menos. Como castigo solía mandarlo al «cuarto oscuro», habitación casi subterránea habitada por abundantes ratas. A los demás chicos este castigo les horrorizaba, pero al indómito Santiaguo le servía para preparar con calma y tranquilidad las travesuras del día siguiente.
Fue en una de aquellas solitarias estancias en el «cuarto oscuro» cuando descubrió lo que él creyó algo nuevo, el principio de la cámara oscura.
Pero se trataba de un descubrimiento físico ya hecho por Leonardo de Vinci.
El cuarto tenía un solo ventanuco que daba a la plaza del pueblo, en la que batía el sol. Un día, estaba Santiagué mirando distraídamente el techo, cuando se dio cuenta de que el rayo de luz que penetraba por la rendija del ventanuco proyectaba en el techo, cabeza abajo y con sus propios colores, las personas, carretas y caballerías que pasaban por el exterior.
Quiso ensanchar la rendija y las figuras se desdibujaron y hasta se desvanecieron.
Entonces la hizo más estrecha con la ayuda de papeles y observó que cuanto más pequeña era la rendija más vigorosas y detalladas se hacían las figuras.
El descubrimiento le dio qué pensar y acabó por convencerse, con sus infantiles conclusiones, de que la física era una ciencia maravillosa.
A partir de aquel día Santiagué sacó el máximo provecho de sus castigos, pues se dedicó a calcar sobre papel las vivas y coloreadas figuras que llegaban hasta su prisión para aliviar su soledad.
No es de extrañar que si hasta entonces el «cuarto oscuro» no había sido para él un castigo penoso, menos lo fuese desde que hizo su descubrimiento, llegando a tomar verdadero cariño a su cárcel y sus sombras brillantes.
Ramón y Cajal ha escrito una serie de consejos para ser realmente dichosos", hay en ellos en dosis bastantes equivalentes, su bondad de siempre, su escepticismo de ancianidad y la ironía que, como un barniz, los encubre por igual.
Son los siguientes:
«1. Sé indulgente «con la pobre bestia humana», según frase de Renán, y conténtate buenamente con lo que pueda dar de sí.
»2. A título provisional, considera con zoólogos y anatómicos que el hombre tiene más de mono que de ángel, y que carece de títulos para envanecerse y engreirse. Se imponen, pues, la piedad y la tolerancia.
»3. Inspírate, si puedes, en las conocidas máximas griegas: «Obrar a tiempo» (Chilón), «Y en todo lo medida» (Solón), frase traducida por los latinos con el manoseado nihil nimis (de nada demasiado).
»4. No contestes jamás a invectivas e insultos groseros y aparta inexorablemente de tu trato a los malintencionados y envidiosos.
»5. Vive de ti mismo, y aun ensimismado, si te ocupas en la ciencia o en cualquier trabajo intelectual socialmente útil.
»6. Distrae tus cavilaciones y enojos (que nunca faltan) con el estudio de la Historia, la literatura y, si es posible, con la práctica del dibujo y la fotografía.
»7. Huye de las pasiones vehementes, que absorben, esclavizan y esterilizan el espíritu.
»8. Aprende a callar; alaba cuanto digan bueno tus amigos y adversarios, y si hablas, hazlo con mesura, modestia y oportunidad.
»9. Jamás mortifiques a nadie con verdades desagradables para su orgullo o sus pretensiones. Maneja la verdad como la dinamita, que a menudo destruye aun a quien la manipula con precauciones.
»10. Sigue a Gracián cuando sentencia: «Sólo el honrador es honrado».
»11. Si eres heterodoxo o escéptico, no te mofes de los sentimien tos religiosos de nadie, siquiera sea por respeto a las creencias de tus antepasados.
»12. Y por si el Supremo Hacedor ha forjado la vida como un ensayo o esbozo, precursor de más serias y sublimes empresas ultra terrenas, ríete, como el irónico Luciano, de las incongruencias, con tradicciones y absurdos de filósofos, políticos y poetas. De acuerdo con el gran Humorista que nos creó, tómalo todo a broma, porque sólo la alegría es garantía de salud y longevidad.»
¿Un resumen de su propia vida? Parece que no... Más bien, un pergeño de lo que hubiera querido hacer de ella, cuando ya se aproximaba a su término. A sus veinte años, quería otra cosa muy diferente: no vacilaba en manipular dinamita...
Gran Enciclopedia Universal Espasa Calpe Tomo 32 Entrada: Ramón y Cajal
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