Historia de Viena: Origen, Palacios, Monumentos y Arquitectura
Historia de Viena
Origen, Palacios, Monumentos y Arquitectura
Viena es una ciudad cuya fundación se remonta a la mayor antigüedad. Ya en la época romana era conocida con el nombre de Vindobona, aunque, como verdadera ciudad, no cobró existencia hasta el siglo XII. A partir de ese momento se desarrollaría progresivamente y se convertiría en la metrópoli que hoy conocemos. Viena posee magníficos monumentos históricos: iglesias, palacios y museos, aunque también inmuebles modernos y agradables barrios obreros. Es una ciudad en la que la naturaleza ha conservado sus derechos, y sus parques y espacios verdes son verdaderamente famosos.
Viena, capital de Austria, está situada en el punto de intersección de dos antiguas rutas comerciales: el Danubio, que une a Europa oriental con Occidente, y el camino que, de norte a sur, va del Báltico al Adriático.
Viena es conocida, como plaza fuerte, desde los tiempos más remotos. Los romanos la llamaban Vindobona, y fue arrasada por Atila en el siglo V. Pero la primera mención que se hace de Viena como ciudad data de 1137. Su crecimiento empezó realmente cuando el duque Enrique II estableció su corte en Viena y empezó la construcción de la catedral de San Esteban.
Hacia el 1200 Viena era ya más extensa que la mayoría de las ciudades alemanas. Estaba rodeada de murallas que alcanzaban hasta lo que hoy día es la Ringstrasse. En 1221, el duque Leopoldo VI concedió a la ciudad determinados privilegios. Los judíos que allí vivían gozaban de un estatuto especial.
Entretanto, Viena había crecido aún más y el emperador Federico II la convirtió en ciudad imperial. Pero la extinción de la dinastía reinante señaló el principio de una época de decadencia. Otakar II, rey de Bohemia, ocupó la ciudad hasta que, en 1276, Rodolfo de Habsburgo fundó la dinastía que iba a gobernar Viena hasta 1918. La inauguración de la universidad, en 1365, señaló una nueva etapa en el desarrollo de la capital del imperio.
En 1485, la ciudad cayó en manos de Matías Corvino, rey de Hungría, que residió en ella hasta su muerte en 1490.
Más tarde, Viena fue asediada por los turcos en dos ocasiones: la primera en 1529, durante el reinado de Solimán II, y la segunda en 1683, en tiempos de Mohamed IV. Fue Carlos I el que batió a Solimán II, mientras que Mohamed IV fue derrotado por Juan Sobieski.
El siglo XVII fue una época desdichada para Viena, pero en el transcurso del XVIII se desarrolló de modo notable, especialmente durante los reinados de Carlos VI (1711-1740) y de María Teresa (1740-1780).
En 1754 su población pasaba de los ciento setenta y cinco mil habitantes; era la época en la que triunfaba el estilo barroco, de lo que dan testimonio la Karlskirche y otros edificios civiles y religiosos. Viena era la capital europea de la música.
Durante las guerras napoleónicas la ciudad fue ocupada en dos ocasiones por los ejércitos franceses. En la época del Congreso de Viena, conoció una nueva época de prosperidad.
Durante el siglo XIX Viena inició grandes trabajos de modernización y embellecimiento. La dotaron de un nuevo ayuntamiento y de un museo de bellas artes y ciencias naturales en tanto terminaban el Hofburg, o Palacio Imperial, empezado en la Edad Media.
También se construyeron nuevos edificios destinados a ser la sede de la universidad, el Teatro de la Opera y el Burgtheater o teatro de la ciudad. Hacia 1910, la población de Viena pasaba de los dos millones de habitantes.
Viena: Teatro Ópera
Viena: Burgtheater o teatro de la ciudad.
Después de la primera guerra mundial Viena se convirtió en la «gran cabeza de un cuerpo pequeño». En efecto, la población de Viena representaba la cuarta parte de la población total de la República Austríaca, cuyo territorio había sufrido terribles amputaciones.
Entre 1923 y 1943 se ;onstruyeron numerosos edificios modernos y barrios obreros. El Anschluss o unión con Alemania, llevada a cabo por Hitler en 1938, así como la segunda guerra mundial, asestaron golpes terribles al desarrollo de Viena. Al término de las hostilidades la ciudad fue ocupada por los cuatro grandes.
Viena está considerada como una de las ciudades más hermosas del mundo. Es rica en monumentos históricos y en ella triunfaron el gótico y el barroco.
En el centro, limitada por los bulevares del Ring, se levanta la ciudad antigua con sus palacios, sus iglesias y sus museos. Alrededor de este núcleo fue creciendo el «Gürtel», el cinturón exterior de los nuevos barrios. Luego vienen las barriadas; las más conocidas son las de Grinzing, Sievering, Pótzleindorf y Hietzing. Desde lo alto del Kahlenberg se disfruta de una vista sin igual sobre la ciudad y el Danubio.
Viena encierra entre sus límites más de cien iglesias, un parque zoológico y varios más, entre los que son dignos de mención el Türkenschaupark, el parque de Schónbrunn, el del Ayuntamiento y el Volksgarten. Viena es en verdad una ciudad verde, una ciudad que respira alegría y color.
Viena: Parque de Schónbrunn
Viena:Ayuntamiento
Podría creerse que es una ciudad de cuento de hadas. Una de sus plazas principales es la Josefplatz, con la estatua de José II, la sala de fiestas de la Biblioteca Nacional y la famosa Escuela Española de Equitación dentro del Hofburg, el enorme palacio imperial, en donde, aún hoy día, puede asistirse a un banquete servido con el ceremonial de la antigua corte.
Viena: Palacio Imperial de Viena
Los cafés vieneses, con el encanto de las cosas añejas, ejercen todavía sobre el turista gran poder de atracción, aunque, por desgracia, ya van siendo pocos los que quedan y éstos ceden lentamente el terreno a establecimientos modernos.
El Prater y el Volksprater, con sus atracciones y su música, son lugares que tanto los vieneses como los turistas gustan frecuentar. La gran rueda del Prater permite descubrir una perspectiva inédita de la ciudad. [Es una rueda enorme cuyas cabinas son vagones de ferrocarril. N. del T.] En cuanto al «bello Danubio azul», el mejor lugar para admirarlo es desde lo alto del puente Leopoldo.
El Volksprater
Pero Viena es también una ciudad industrial que posee fábricas de productos alimenticios, de aparatos eléctricos, de productos químicos, vestidos, textiles e industria pesada.
Centro de comunicación importante, tanto por vía terrestre como fluvial, Viena está unida por ferrocarril a la mayoría de las capitales europeas. Las líneas aéreas la unen con el mundo entero.