Alfredo Palacios Biografía del Primer Diputado Socialista
Biografía de Alfredo Palacios Primer Diputado Socialista
Polémico, a veces un tanto impredecible, el legislador, escritor, jurista y docente socialista Alfredo Lorenzo Palacios fue un ferviente defensor de los trabajadores.
Su figura política intachable lo convirtió en una de las personalidades más reconocidas y respetadas de la Argentina durante el siglo XX.
Alfredo Palacios fue uno de los más populares dirigentes sindicalistas del país. La legislación del trabajo debe mucho a su acción y su estudio.
El 2 de mayo, el joven abogado Alfredo Lorenzo Palacios asume su banca de legislador por el Partido Socialista en el Congreso Nacional.
LUCHADOR POR LA JUSTICIA SOCIAL:
Con su bigote enhiesto, un mechón de cabello rebelde cayéndole sobre la amplia frente, su poncho de vicuña sobre el hombro y su chambergo mosqueteril, Alfredo Lorenzo Palacios fue considerado un referente moral ineludible para la política argentina del siglo XX.
Luchó contra la injusticia social.
Defendió la libertad y la dignidad humana. Se opuso al peronismo y a las torturas que éste infligía a los opositores, por lo que fue perseguido y debió partir al exilio.
Nunca transigió en sus principios e ideales, ganándose el cariño del pueblo y el respeto de los que no compartían su pensamiento.
Palacios nació el 10 de agosto de 1880 Buenos Aires.
Estudió en la Facultad Derecho de la Universidad de Buenos (UBA) a la que escandalizó con su tesis doctoral:
La miseria, situación de las clase trabajadora, la cual fue rechazada.
LOS PRIMEROS PASOS LEGISLATIVOS
En 1904, siendo muy joven, al ganar en la circunscripción de La Boca, y convertirse así en el primer diputado socialista de América llevó a su amigo Florencio Sánchez a decir:«La Boca ya tiene dientes».
Fue responsable de la sanción de las primeras leyes que regularon el trabajo femenino e infantil; logró el descanso dominical suya la famosa Ley de la Silla, que procuraba un asiento para el personal en los lugar de trabajo, especialmente para las mujeres embarazadas.
Muchos de sus proyectos aprobados en el Congreso fueron aprobados y convertidos en leyes, sin reconocerle crédito alguno por el peronismo.
A poco de asumir su banca interpeló al ministro Joaquín V. González por la represión policial contra los trabajadores en la jornada del 1º de mayo de 1904.
Interpelaba así al que había sido su admirado maestro en la Facultad y al ministro cuya iniciativa había podido ocupar un escaño en el Congreso.
Se lo respetaba porque en sus denuncias fundamentadas de injusticias social de las libertades públicas conculcadas nunca descendía al agravio personal o la pulla ofensiva. Orador fogoso, siempre actuó como un caballero.
ILUSTRE PROFESOR UNIVERSITARIO :
Su carrera docente tuvo una larga y honrosa trayectoria, pero en 1910 otra vez rozaría el escandalo.
Al ser nombrado profesor de Historia de las Instituciones resultó inadmisible, por ese entonces, que un socialista dictara cátedra en la Facultad. Por ello renunciaron figuras de notable prestigio.
Llegaría a ser decano de la UBA en 1930.
Ya en 1916 había creado la cátedra de Legislación del Trabajo en la Facultad de Ciencias Económicas de Buenos Aires.
También fue profesor en la Universidad Nacional de La Plata, de la cual fue decano en 1925.
El régimen peronista lo separó de las aulas, pero fue restituido por la Revolución Libertadora en 1955.
Su férrea independencia de carácter se vio acentuada aún más en 1915 cuando Palacios aceptó batirse a duelo. Esto estaba reñido con el reglamento del Partido Socialista.
En un gesto inusual renunció al partido y a su banca. Luego, Palacios crearía el Partido Socialista Argentino.
Quince años después se reconciliaría con su viejo partido, siendo su candidato en las elecciones de 1931, lo que le permitió ocupar su escaño en el Senado.
La carrera legislativa fue notable: diputado entre 1904-1908, luego entre 1912-1916 y finalmente, entre 1963-1965.
FUERTE OPOSITOR A LOS GOBIERNOS DICTATORIALES:
El golpe militar del general Uriburu —en 1930— sorprende a Palacios como decano de la Facultad de Derecho.
Inmediatamente desconoce al régimen militar y abandona su cargo.
También por esa época se reintegra al Partido Socialista y en las elecciones de 1932 es elegido senador.
En 1937 es reelecto.
En junio de 1943, cuando se produce el nuevo pronunciamiento castrense y se disuelve el Poder Legislativo, Palacios ocupaba el cargo de presidente de la Universidad Nacional de La Plata, al cual renuncia "frente al atropello producido en los claustros por el nuevo régimen militar".
En junio de 1955, cuando el presidente Perón llama a "la pacificación nacional" y ofrece el uso de las radios a los políticos de la oposición, se le niega el micrófono a Palacios.
Pero éste publica igual su discurso, donde estampara esta histórica frase: "Los estadistas no se improvisan.
Un técnico militar será siempre un mal gobernante.
Carece de la capacidad coordinadora para definir los fines deseables y no sabrá escuchar el prudente consejo de Tomás de Aquino, quien dijera 'Huye de las cosas que te exceden' ".
Poco meses después, al ser derrocado Perón, Palacios es nombrado embajador argentino en el Uruguay y produce un hecho inusual en la diplomacia: reintegra intacta su partida de gastos de representación.
Fue un fuerte oponente al radicalismo cuando éste tenía el poder, pero denunció, tras el derrocamiento de Yrigoyen, las arbitrariedades del gobierno militar de Uriburu.
Combatió la posición neutralista argentina durante la Segunda Guerra mundial; estuvo de parte de los aliados.
Duro crítico del gobierno de Perón por el avasallamiento de las libertades individuales y la demagogia del régimen, Palacios debió exiliarse hasta 1955.
Con la misma fuerza denunció las arbitrariedades cometidas, posteriormente, contra los partidarios del gobierno derrocado.
El político ocupó una banca en el Senado en tres períodos: 1932-1935; 1935-1943 y 1961-1963.
En las elecciones de 1958, Alfredo Palacios sería uno de los candidatos presidenciales.
A esa altura de su vida, estaba económicamente arruinado.
Periódicamente se veía obligado a empeñar su viejo reloj de oro, y además tuvo que vender su casa, con la condición de que el comprador le dejara ocupar alguna habitación sin cobrarle alquiler.
Espiritualmente, en cambio, estaba entero.
Es así que viaja a Cuba en 1960, dictando a su vuelta una famosa conferencia sobre la situación social y económica de la isla.
Al año siguiente, en febrero de 1961, es postulado por el Partido Socialista Argentino para ocupar una senaduría por la Capital Federal y obtiene un categórico triunfo frente a los candidatos radicales, intransigentes y peronistas.
Su retorno al Parlamento después de dos décadas es festejado por toda la ciudadanía, como un justo homenaje al insobornable y romántico luchador.
No obstante, pierde su banca de senador al producirse el golpe militar de 1962 que derroca al presidente Frondizi.
Pero un año después accede —por última vez— al Congreso Nacional, encabezando nuevamente las listas socialistas, esta vez como diputado.
Con esa investidura moriría el 20 de abril de 1965 y sus restos serían velados en el Salón Azul del Parlamento, por donde desfilaron para despedirlo sus millares de seguidores.
Palacios fue uno de los más famosos profesores de Legislación del Trabajo (en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires) y le fue concedido el título de profesor honorario de la Universidad de San Marcos, en Lima, y de doctor "honoris-causa" de las universidades de Río de Janeiro, Lima, Arequipa, Cuzco, La Paz y México.
Publicó innumerable cantidad de artículos y dejó escritos los siguientes libros:
Por las mujeres y los niños; Dos años de acción socialista; En defensa de los trabajadores; La justicia en el Ejército: Código de justicia militar; El nuevo derecho; La fatiga y sus proyecciones sociales; La Universidad nueva; Por la Universidad democrática; Universidad y democracia; Derecho de asilo; Enseñanza secundaria; Acción universitaria; La democratización de la enseñanza; Nuestra América y el imperialismo yanqui; El proceso Alvear; El socialismo argentino y las reformas penales; Las islas Malvinas; Libertad de prensa; En defensa de las instituciones libres; La represión del fraude electoral; El delito de opinión y la tradición argentina; El dolor argentino; Los partidos políticos; La denatalidad en la Argentina: La defensa del valor humano y La justicia social.
Caído Perón, Alfredo Palacios fue nombrado embajador ante el Uruguay. En 1957 fue convencional para la reforma de la Constitución. Iconoclasta hasta el último hálito, antes de morir, Palacios transgredió otro dogma socialista al recibir la absolución y el sacramento de la extremaunción.
EL ULTIMO ROMÁNTICO DE LA POLÍTICA ARGENTINA:
Socialista de férreos principios, eligió sin embargo, entre sus amigos más queridos al poeta Leopoldo Lugones y Joaquín V. González, ubicados en las antípodas de su pensamiento político.
Se mezcló en el ambiente teatral porteño con bohemios y actores como el genial humorista Florencio Parravicini.
Eximio bailarín de tango entreverado con compadritos del bajo, también incursionó como aeronauta con Jorge Newbery.
Al ser designado embajador en el Uruguay por el presidente Lonardi, infringió reiteradamente el protocolo establecido, burlándose de la etiqueta. Anticlerical, como todo buen socialista, fue sin embargo amigo pernal de sacerdotes a los que recibió y alentó.
Cuando agonizaba, en marzo de 1965, lo asistió espiritualmente amigo personal, el teniente coronel capellán (RE) Amando González Paz, juntos rezaron a la Virgen de Luján (de la que Palacios era devoto) y luego recibió la extremaunción.
Fue también un brillante tribuno, que comenzó como orador de barricada enfrentando a las policías bravas de principios de siglo, para culminar siendo uno de los más grandes conferencistas latinoamericanos.
Sus vibrantes alegatos le costaron muchas horas de cárcel, por la arrogancia con que defendía sus ideas y el coraje cívico con que enfrentaba a los gobernantes autoritarios.
Cronología de Alfredo Palacios
1880 | Los trabajadores se organizan ensociedades de resistencia y mutuales | |
1889 | Se funda la Segunda Internacional obrera | |
1890 | Comienzan los movimientos huelguísticos | |
1894 | Fundación de La Vanguardia | |
1896 | Primer Congreso del Partido Socialista Obrero Argentino |
El Partido Socialista en la Argentina surge como respuesta a la transformación económica que trajo aparejada el desarrollo del modelo agroexportador. Todos estos cambios produjeron nuevas situaciones para los trabajadores que, amenazados por el desempleo, los bajos salarios y la falta de apoyo estatal, tuvieron que organizarse para hacer frente a las arbitrariedades patronales. En su mayoría, la mano de obra estaba formada por inmigrantes que traían de Europa ideas socialistas y anarquistas. Las agrupaciones socialistas se diferenciaron del anarquismo por adoptar una postura favorable al parlamentarismo. Influidos por la socialdemocracia europea, para los socialistas los trabajadores debían confiar en la política. Surgido de diversas agrupaciones con ideas socialistas, para 1900 ya existía el Partido Socialista Argentino, que llevó a Alfredo Palacios, en las elecciones de 1904, a ser el primer diputado socialista de América. |
1900 | El Partido Socialista Argentino adhiere a la Internacional Socialista | |
1901 | Palacios se afilia al Partido Socialista | |
1904 | Palacios es el primer diputado socialista en América | |
1908 | Octavo Congreso del PSA, se adopta el nombre de Partido Socialista |
Fuente Consultada: Hicieron La Historia de Larousse Tomo II - (La Nación)
Enlace Externo: Alfredo Palacios, Un Eterno Rebelde