Que es el Silex o Pedernal:Historia de su Uso Por El Hombre
Que es el Sílex o Pedernal
Historia De Su Uso Por El Hombre Primitivo
La sílice, elemento que forma una cuarta parte de la corteza terrestre: De todos los cuerpos sólidos no metales, la sílice es el más abundante, constituyendo, como hemos dicho, un 25 por 100 de la corteza terrestre. Pero nunca se presenta libre en la Naturaleza, y es muy difícil obtenerlo en estado de pureza. Cuando está aislado, o tiene el aspecto de un polvo moreno parduzco, o toma la forma de cristales, según el procedimiento de su preparación.
En la Naturaleza se presenta principalmente como óxido de silicio o «sílice», como se le denomina y es hallado, o libre o en combinación con óxidos metálicos en forma de silicatos. En el cuarzo o cristal de roca se presenta libre y casi puro, y la arena está también, en su mayor parte, compuesta de sílice, con mayor o menor cantidad de impurezas.
La sílice ha desempeñado un papel muy interesante y curioso en el progreso del mundo civilizado. Ningún otro cuerpo, quizá, ha contribuido más a sacar al hombre del estado salvaje y a ensanchar su horizonte intelectual. El pedernal o el silex, que no es más que sílice pura, fue la substancia con que el hombre fabricó sus primeros utensilios.
El pedernal es una roca de origen orgánico, cuyo color obscuro es atribuido a este origen, en su mayor parte, se encuentra repartido en masas irregulares, en «nodulos» de cal, especialmente en los riscos gredosos de Inglaterra y en las rocas calizas del Cretáceo. El pedernal es muy duro, pero por su fragilidad se puede quebrar fácilmente, cuando presenta aristas finas y cortantes.
Pedernal o Silix Negro
De una manera extraña empezó su función civilizadora en ciertas esponjas antiguas, representadas hoy por la «Canastilla de flores de Venus», y otras cuyo esqueleto consiste en un delicado tejido de fibras y espinas parecidas al cristal, formadas de ácido silícico, que es la substancia conocida con el nombre de «ópalo».
Estas esponjas, que se desarrollan en gran cantidad en el limo del fondo de los mares antiguos—así como en los de nuestros tiempos—, extraen la sílice del agua del mar, y la tejen en bellas formas semejantes a cestas. En otro tiempo fueron cubiertas por acumulaciones de cal, y por un cierto proceso cuyos detalles aún no son suficientemente conocidos, se solidifican en masas duras, conocidas con el nombre de pedernal.
Si pensamos que para la formación de una onza de espinas, una esponja de medianas proporciones necesita toda la sílice que contiene una tonelada de agua marina, comprenderemos el trabajo que desarrolla la Naturaleza para formar estas concreciones a pesar de su abundancia. Muchos fragmentos de la grava común son simplemente pedernales pulimentados por el agua, y muchos pozos guardan yacimientos de ellos.
Cuando el hombre primitivo halló estas piedras pedernales, construyó con ellas sus primeros utensilios, así como sus primeras armas ofensivo-defensivas. Hizo anzuelos de pesca y los utilizó para pescar peces. Hizo también hachas, con las que partió el cráneo de sus semejantes. Así el hombre se convirtió en industrial e inauguró la Edad de Piedra.
Pero aún hizo cosas más maravillosas con estos trozos de pedernal: haciendo chocar el pedernal con el acero consiguió producir la chispa, y pudo calentar los miembros, cocer sus alimentos y fundir sus metales. Con sílice hizo, probablemente, sus primeras herramientas, encendió, por primera vez, el fuego, y en sílice dejó las primeras huellas históricas de sus varias actividades.
Pero la sílice ha significado todavía más para el hombre. Le proporcionó el fuego, y con él le torturó, dándole formas admirables destinadas a nobles usos. Con fuego, hizo de él una ventana abierta al infinito, pues con el fuego fundió la sílice, y, al fundirla, hizo cristal, y con el cristal sorprendió los secretos del Sol, de la Luna y de las estrellas, y escudriñó los secretos de la vida hasta sus más recónditos repliegues en las células-microscópicas.
Sin cristal, la química y, sobre todo, la astronomía, así como la bacteriología y la biología, estarían retrasadas en varias centurias. Jamás el hombre realizó hecho más importante que cuando, por medio del cristal, descubrió los elementos que forman el Sol; o cuando descubrió sus infinitesimales enemigos los microbios patógenos, o los pequeños centros nerviosos del cerebro, que se supone ser los órganos materiales del pensamiento.
Los productos «vitreosil» calentados al rojo, pueden ser sumergidos en el agua fría sin deterioro
El vidrio se hace mezclando arena que contenga sílice con cal y sosa, o potasa, o plomo y sosa y potasa. Con arreglo a la mezcla, el vidrio varía de carácter, pero la sílice es el ingrediente principal, y cuanto más sílice contenga la arena mejor será el vidrio. Mezclando cualquier óxido de metal, como óxido de hierro, protóxido de cobre, óxido de uranio, óxido de oro o sexquióxido de uranio, el vidrio puede salir teñido de diferentes colores.
La sílice pura, sometida a una alta temperatura y a una manipulación especial, puede convertirse en el llamado «cristal de cuarzo», cuyo coeficiente de expansión es tan bajo que los objetos hechos con este «vitreosil» (un nombre de fábrica de la variedad transparente) pueden ser calentados al rojo y sumergidos inmediatamente en agua fría sin uingún peligro de deterioro.
Conociendo las cualidades de la sílice, no sorprenderá que sea la base de muchas joyas y piedras preciosas, como la amatista, el topacio, el jaspe, el ónix, la calcedonia y el ágata. El ópalo es ácido silícico puro. En combinación con el aluminio, la sílice es la base del topacio, del granate y del berilo; y, en combinación con el sodio, del lapislázuli, ha arcilla es también un silicato de aluminio, y la forma más pura en que se presenta es el kaolín, o arcilla de China, de la cual se hacen los objetos más finos de china.